- Evolución de los órdenes arquitectónicos
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Las primeras civilizaciones, la obsesión por la inmensidad
La mitología aparece de manera prominente en las primeras civilizaciones, Los mitos son relatos basados en la tradición y en la leyenda creados para explicar el universo, el origen del mundo, los fenómenos naturales y cualquier cosa para la que no haya una explicación simple. Sin embargo, no todos los mitos tienen por qué tener este propósito explicativo. Igualmente, la mayoría de los mitos están relacionados con una fuerza natural o deidad.
Los antiguos egipcios creían que después de morir podían sobrevivir parcialmente. tenían la creencia de que el alma (o el Ka - personalidad humana -) podía sobrevivir a la muerte si el cuerpo era preservado. Por lo tanto, se practicaba el embalsamiento y momificación.
Se da mayor importancia a la arquitectura religiosa o funeraria antes que a la vivienda en vida. Los monumentos tienen un papel propagandístico, distinguen el poder del faraón o dios al que está dedicado.
El arquitecto egipcio emplea un orden gigante, también llamado colosal. La figura humana desaparece en comparación con la inmensidad de las construcciones del Antiguo Egipto. Esta escala megalómana queda bien definida en la imagen del Templo de Karnak.
Las civilizaciones prehelénicas, el santuario privado
Las leyendas prehélenicas surgen de manera casual, y siempre partiendo de la cercanía. La leyenda del Oráculo de Olimpia arranca en una cueva situada en el monte Ida en la isla de Creta y cuenta como Rea dio a luz a Zeus en ella. Otros santuarios surgen de leyendas situadas en espacios naturales tales como montañas, bosques sagrados o manantiales. Estos lugares se alzan como focos de culto en detrimento de la arquitectura religiosa.
Por este motivo los fieles desarrollan un culto privado enmarcado en el megarón, la tipología de vivienda en la cultura minoica. Estaba constituido esencialmente por una estancia rectangular, disponía de una hoguera en el centro bordeada con cuatro columnas que soportaban el techo en el que aparecía un lucernario cubierto para la iluminación del interior y la salida de humos. A continuación se abría a una sala de menor tamaño definida por dos antas que precedían un doble pórtico.
Referencias y Enlaces Externos
- Fernando Chueca Goitia. Historia de la arquitectura occidental I. De Grecia al Islam(Edición octubre 2000). ISBN:84-95312-32-8.
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