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Fuentes de Málaga
Las fuentes de Málaga están íntimamente ligadas con la historia de la ciudad, su esencia y las características de hospitalidad y calidad de vida que la adornan.
Primero, como lugares de aprovisionamiento para los ciudadanos, o lo que es lo mismo, como elementos de comunicación y encuentro, como puntos motores de urbanismo; después como piezas importantes de la historia, ornamentación y aprovechamiento de los espacios públicos. Durante el siglo XVIII la mayoría de los malagueños seguían sin tener agua corriente en sus casas. Sólo la iglesia, la nobleza y algunos comerciantes gozaban de este raro privilegio. Por ello la construcción de las fuentes públicas fue una de las preocupaciones prioritarias para las autoridades a lo largo de todo este siglo. En este empeño no solo participaron albañiles, canteros, maestros… sino también arquitectos insignes como José Martín de Aldehuela. La construcción del acueducto de San Telmo entre los años 1782-1784 iba a motivar no sólo la reconducción del recorrido del agua dentro de la ciudad sino también la ampliación del tendido de las cañerías y la consiguiente construcción de nuevas fuentes.
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Fuente Olletas
En 1788 se le concedió agua del recientemente inaugurado acueducto de San Telmo a un particular para regar sus tierras, con la condición de que instalara una fuente pública en la zona de Olletas, una de las principales zonas de entrada a la ciudad en esa época.
El diseño de la fuente de Olletas se le atribuye al arquitecto Martín de Aldehuela. Su estructura consistía en un frontis central de obra, rematado por un frontón semicircular y tres cuerpos prismáticos y apiramidados de piedra, con dos alas laterales de similares características. Contaba con una inscripción y dos caños que manaban de sendas caretas sobre un gran pilar de piedra que servía de abrevadero para las bestias que llegaban y salían de la ciudad.
A principios del siglo XX esta fuente experimentó una reforma de su aspecto. Los caños de agua fueron desplazados a los extremos, quedando uno abastecido por el agua de San Telmo y otro por el agua de Torremolinos. Finalmente fue demolida esta fuente a mediados de siglo y fue construida una nueva fuente a pocos metros de donde se encontraba la antigua.
La actual, a modo de fuente abrevadero, está formada por un frontal de ladrillo dividido por pilastras, cuya zona central alberga el escudo de la ciudad y una placa en la que puede leerse "No maltrates a tus animales dado que ellos hacen fácil tu trabajo y te ayudan a ganar el pan". Posee cuatro caños con forma de cabeza de león, en piedra, que vierten sobre un pilón alargado y bajo que recuerda la tradicional función de abrevadero que siempre ha tenido.
Fuente de los Tres Cristos
Esta fuente se levantó en la calle de los Cristos, adosada a las tapias traseras del convento de San Luis el Real, de la Orden Franciscana. Fue por tanto esta comunidad eclesiástica la que costeó la edificación de la fuente en el año 1790, como indica la placa de piedra que existe en la misma y las cinco llagas sangrantes de San Francisco de Asís, símbolo de la Orden. La fuente se encuentra formada por un gran frontal de ladrillo revestido con mortero de cal coloreado a la almagra, limitado a los lados por pilastras toscadas y coronado por un frontón curvo, en cuyo remate se disponen tres pequeños pilares con bolas de piedra. En dicho frontal se sitúan dos mascarones de mármol con el rostro de Sileno.
La fuente del Tempus Fugit
Esta fuente se encuentra en el cementerio de San Miguel y se realizó a mediados del siglo XIX (1849). Es una bella fuente que forma eje con la portada del cementerio, y cuya forma y contenido simbólico se encuentra relacionado con el mismo. La fuente se encuentra compuesta por un pilón octogonal, dispuesto sobre un amplio escalón, todo ello de piedra blanca. En su centro se eleva un pilar cuadrado, en el que están la inscripción con la fecha y dos ratones de donde salen los caños de agua. La estructura se basa en un obelisco (símbolo de la inmortalidad) de colores ocres y oscuros y en la cúspide se encuentra un reloj de arena con alas, de hierro fundido que representa la fugacidad de la vida. Todos estos elementos aportan a la fuente una simbología funeraria.
La fuente del Paseo de Reding
Pasando por el camino conocido como ”La Cañada de los Ingleses” encontramos esta fuente.
El corregidor Fernando Carrillo ordenó que se construyera en 1675 utilizando el agua del manantial del cerro del Gibralfaro. Estas obras se realizaron para mejorar el camino de salida de la ciudad hacia el este, haciendo de éste un agradable paseo próximo al mar, dotado de árboles y de bancos.
La fuente constaba de un pilar de piedra adosado a un muro en el que se colocaron dos escudos de alabastro con las armas de la ciudad y una lápida con una inscripción alusiva a la construcción del propio paseo. Posteriormente, hacia el 1806, siendo gobernador de Málaga Teodoro Reding, la fuente fue restaurada. De dicha reforma quedó una placa de mármol que hace constancia de ella, más el pilón y el mascarón en forma de pez que podemos observar en la actualidad, el único caño que vierte a través de un mascarón en forma de pez imaginario, enmarcado por cenefas. Esta fuente ha sido reproducida en innumerables ocasiones por pintores locales. Entre ellos, figura la obra de Guillermo Gómez Gil, La fuente de Reding, enmarcada en la tradición costumbrista andaluza del siglo XIX.
La Fuente de la Olla
Se encuentra en la Plaza del Carbón. Es un modelo de fuente vecinal, fabricada en hierro y piedra, que se instaló en 1875 para el municipio de Málaga. Su nombre se debe al jarrón que posee en la parte superior de dicha fuente, asemejada popularmente con la figura de una olla. Dicha fuente estuvo situada en diversos lugares de la localidad como son en el barrio de La Malagueta, en “Las cuatro esquinas” en El Palo... La estructura de la fuente es un pilón mixtilíneo de piedra, en cuyo centro se colocó el vástago hexagonal de la fuente, de hierro fundido. De su parte superior manan varios caños, mientras en la inferior se disponen dos bases planas para sustentar los cántaros. Una gran crátera de inspiración clásica remata el conjunto y constituye como he mencionado anteriormente el motivo de tal denominación.
La fuente, desde tiempos muy antiguos, estuvo en todo momento rodeada por hombres y por mujeres que acudían para servirse del preciado regalo del agua y de la obra, y que dejaron una serie de historias y de ocurrencias muy curiosas.
La Fuente de la Plaza del Obispo
A finales del s. XVI existió una fuente pública en la plazuela de Gracián de Aguirre, también llamada “de la Marquesa”. Esta pequeña plaza sufrió una gran transformación a mediados del siglo XVIII, cuando uno de sus laterales quedó ocupado por la fachada de la Catedral y por el otro lado por el Palacio Episcopal. A partir de ese momento empezó a ser conocida como la “Plaza del Obispo”, y en su centro se colocó una fuente de piedra. La primera noticia que se tiene de esta fuente data de 1761. Se encuentra formada por un pilón circular de perfil exterior ondulante y un vástago central a modo de columna balaustrada con dos tazas estriadas decrecientes, rematado por una gran piña de la que mana el agua, que va resbalando hacia la taza inferior. La belleza de esta fuente radica en sus materiales principalmente: un mármol de color gris veteado similar al utilizado en la portada del Palacio Episcopal, cuya construcción es coetánea a la fuente. En el año 1998 fue reformada y se suprimió la superficie ajardinada que la rodeaba por una estructura de piedra a modo de escalón.
La Fuente de las Tres Gracias
Fuente de las Tres Gracias
Se encuentra en la plaza del General Torrijos, y fue construida por el ingeniero José María Sánchez. Realizada en hierro fundido inspira la tradición mitológica clásica. Su composición se basa en tres cuerpos superpuestos, decrecientes en altura y separados por dos tazas. El primer cuerpo lo forma un pedestal de planta triangular, en el cual podemos ver a niños sentados sobre unos cisnes. El cuerpo central representa la figura de Las tres Gracias (tres mujeres con vestidos clásicos y portando elementos de carácter agrícola). Para finalizar, en la parte superior de la fuente encontramos un jarrón rematado en forma de relieve.
La fuente de las Tres Gitanillas
En 1960 se mandó construir esta fuente, cuyo diseño supone una interpretación de carácter folclórico o regionalista. Su estructura se inspiró en la de Las tres Gracias. El autor de la fuente es Adrián Risueño.
La figura de Las tres Gracias se transformó en tres gitanillas en representación de la mujer malagueña. De un gran pilón estrellado surge el vástago central con cartelas con el escudo de la ciudad. Sobre éste se dispone una gran plataforma en donde se encuentran las tres gitanillas vestidas con volantes y portando abanicos. En la parte superior de la fuente encontramos una segunda taza rematada por un surtidor.
Podríamos mencionar también algunas otras fuentes existentes en Málaga como La Fuente Génova, La fuente de la Alcubilla de Martiricos o La Fuente de la Diosa Pomona.
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