- Gerona (Episodio nacional)
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Gerona es la séptima novela de la primera serie de los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós. Continúa con el relato novelado de la Guerra de Independencia entre España y Francia. En esta ocasión, se narra el asedio de las tropas francesas a la ciudad de Gerona a lo largo de la segunda mitad del año 1809. El protagonismo no recae sobre Gabriel de Araceli (protagonista del resto de novelas de la primera serie), sino que es Andrés Marijuán, un personaje secundario de anteriores entregas, quien relata a Gabriel, a través de unas memorias escritas durante el sitio, en primera persona, sus vivencias durante el sitio de Gerona.
Argumento
Sólo un año después de la victoria de 1808, el contraataque implacable de los napoleónicos ha provocado el desastre en un ejército español mal pertrechado y peor organizado. Una a una, diferentes plazas han ido cayendo: Zaragoza, Ocaña, Talavera de la Reina... La resistencia española, replegada en Andalucía, se desangra por la falta de medios y las luchas intestinas entre la Junta Central y las resucitadas Cortes de Castilla.
En ese ambiente de desesperanza, Gabriel, incorporado al ejército del Centro, llega al Puerto de Santa María. Allí se reencuentra con Andresillo Marijuán, a quien conocimos en Bailén (cuarto episodio de la primera serie), que le relata en primera persona el sitio de Gerona, donde ha servido a las órdenes de Álvarez de Castro.
Andrés toma bajo su tutela a la familia de un herrero recientemente fallecido, compuesta por cuatro hermanos: Siseta, a quién promete hacer su mujer al término de la guerra, Manolet, Gasparó y Badoret. Son vecinos del doctor Nomdedeu, un buen hombre cuya hija, Josefina, agoniza por una extraña enfermedad nerviosa.
Pronto comienza el asedio de las tropas francesas. Tras las primeras escaramuzas, el mando francés comprende que le será mucho más fácil rendir la plaza por el hambre que por las armas, de modo que la cerca completamente y deja que la situación vaya deteriorándose por sí sola. Comienza entonces una descripción pormenorizada de las terribles condiciones de vida durante el sitio de la ciudad, que se prolonga por varios meses, hasta diciembre de 1809. Pronto la comida escasea y comienzan las epidemias, y los defensores, valientes y heroicos en el combate, se van transformando en poco más que animales irracionales que sólo luchan egoístamente por sobrevivir.
El buen doctor Nomdedeu, obsesionado con alimentar a su hija enferma y evitarle todo contacto con la guerra (contacto que él estima que debe ser fatal para la débil naturaleza de Josefina), va cayendo en una espiral de locura que le lleva a tratar de matar a Andrés para arrebatarle un poco de comida, o incluso a coquetear con la idea de la antropofagia. El mismo Andrés sufre periodos de enajenación provocados por el hambre y la fiebre. El pequeño Gasparó muere junto con otros miles de sitiados, y sus hermanos subsisten a duras penas comiendo trigo crudo y pan negro, primero, alimañas más tarde y, cuando incluso las ratas abandonan la ciudad al saberse perseguidas por la población famélica, cuero cocido, corcho frito y papel.
Así, entreverados con las peripecias personales de Andrés, Nomdedeu y los cuatro hermanos, asiste el lector con espanto a una nueva gesta heroica del pueblo español (simbolizada en el inquebrantable espíritu del gobernador Álvarez de Castro) llevado de nuevo a las últimas cotas del sufrimiento. No faltan, sin embargo, algunos apuntes de crítica antibelicista en boca del doctor Nomdedeu, o en el episodio de la persecución de los ejércitos de ratas, metáfora espeluznante de la batalla que los hombres, presuntas criaturas superiores, están librando al mismo tiempo en la ciudad.
Finalmente, Gerona capitula cuando Álvarez de Castro cae enfermo. Todos los militares y religiosos son apresados y conducidos a Francia, donde son sutilmente torturados. Álvarez de Castro muere en extrañas circunstacias (probablemente asesinado), y Andrés consigue huir junto con otros compañeros, uniéndose de nuevo al ejército.
En la última parte de la novela, una vez concluido el relato de Andrés Marijuán, retomamos brevemente las peripecias de Gabriel de Araceli. Una extraña dama con la que tropieza por casualidad en el Puerto de Santa María le pide que la acompañe al anochecer hasta Cádiz. Por el camino, la dama revela su identidad: se trata de Condesa Amaranta. Aunque no desvela mucha información, se da a entender que la Marquesa de Rumblar piensa llevarse a Inés a Lisboa, y Amaranta quiere impedirlo. El relato termina justo en el instante en el que Amaranta y Gabriel están a punto de reencontrarse con Inés en casa de Doña Flora, personaje a quien ya conocimos en Trafalgar, el primer episodio de la serie.
Adapataciones
La novela fue adaptada a obra de teatro por el propio Galdós, bajo el título igualmente de Gerona, y estrenada en 1893.
Enlaces externos
- Wikisource contiene una copia de Gerona.Wikisource
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