Herminio Castellá

Herminio Castellá
Dr Herminio Castellá.

Herminio Castellá, investigador argentino, creador de la teoría terapéutica "Programa de Vida", entre sus múltiples aportes a la sociedad.

El Programa de Vida consiste en un amplísimo patrón de respuestas que la mujer, cuando concibe, genera e impronta inconscientemente en sí misma, para luego transmitírselo a su hijo, durante toda la crianza y así ayudarlo a desarrollarse mejor en el mundo en que le toque vivir.

Nace el 15 de septiembre de 1923 en El Arbolito, Partido de Colón al noroeste de la provincia de Buenos Aires, Argentina; y fallece el 17 de febrero de 1994 a los 70 años de edad en San Martín, GBA.

Se recibe de médico clínico a sus 33 años en 1956.

En 1956 se casa con su única mujer, María Rosa con quién tiene dos hijos: Gabriel en 1959 y Eduardo en 1960.

Perfecciona sus estudios en los temas de psicoterapia, ontoanálisis, logoterapia, hipnosis, filosofía, mitología, religión y parapsicología.

Desde 1959 hasta su muerte dedicó parte de su vida a dar conferencias al público en general con el objetivo de difundir su teoría y ayudar a que la gente se cure.

Contenido

Programa de vida

Teoría terapéutica creada por el Dr. Herminio Castellá También conocida con el nombre de "Plan de vida"

Es un programa que la mujer hace en el momento de la concepción de su hijo y se genera en ella de acuerdo a cómo vive la concepción, el entorno y a la historia que trae; es inconsciente y sólo se descubre por sus consecuencias.

La mujer impronta este programa en si misma y luego lo transmite telepáticamente al hijo desde la concepción hasta que éste se ha hecho grande.

Este programa establece cómo y cuánto vivir. Es asimilable a lo que la gente llama "el destino". Cuando alguien muere y decimos:"le llegó la hora" es que realmente le llegó.

Extractos de conferencias dictadas por el Dr. Herminio Castellá

Cómo nace la concepción del "Programa de Vida"

A mediados de 1959, un amigo mío, me metió en el lío. Vino a mi casa con una mujer joven, y la hipnotizó, le hizo anestesia, le clavó agujas por todos lados, la otra como si nada. Y me dijo: "Mirá lo que se puede con la hipnosis". Yo, en aquel entonces conocía la palabra, pero nada más. Había otra palabra que también conocía, pero del contenido nada, era la telepatía. Me dijo: "Hay varios cursos en la Capital ahora, pero hay uno que lo va a dictar el Dr. Isaac Gubel". Tampoco sabía yo quien era.

Hice el curso, me llamó mucho la atención la técnica, lo que se lograba, etc. Vi que se podía hacer anestesia, que se podía anestesiar a la mujer en el parto. También ví que sólo un 30/33% de personas podían hacer una hipnosis aprovechable. No todos podían llegar a una hipnosis sonambúlica, donde se podía hacer anestesia. Gubel decía que más o menos una persona de cada dos mil contestaba telepáticamente y obedecía órdenes telepáticas.

Se me presentó la ocasión de hipnotizar a una mujer, que "entró como por un tubo". Y lo curioso fue que esa mujer, que de entrada hizo una hipnosis sonambúlica, no solamente se hipnotizó, sino que me empezó a contestar lo que yo tenía intenciones de preguntar. Yo solamente había pensado a qué edad había tenido el primer novio, y sin que yo alcanzara a preguntarlo ella me dijo "a los 18 años". ¡Casi me caigo sentado del susto! Me habían dicho que era uno de cada dos mil, ya tenía la primera, y ya me contestaba. Lo curioso fue que seguí trabajando en esa tesitura y ya al mes no tenía sólo una mujer que me contestaba telepáticamente, tenía como quince.

Una me dice: "Si Beatriz lo hace, yo también". Por ahí apareció una hermana que dijo: "Si Beatriz y María Margarita lo hacen, yo también".

Me empecé a sentir como el rey de los brujos.

Por ese entonces apareció una mujer con una chiquita de 9 meses que tenía una bronquitis espasmódica (un asma).

Yo la traté como me habían enseñado en la facultad, y fue como si le hubiera dado agua; los remedios no le hicieron absolutamente nada.

A ella le dijeron que en San Fernando había una espiritista que hacía milagros. Fue allá y la espiritista le dijo que un espíritu maligno le perturbaba la mente, que hiciera una elevación espiritual, que no sé en qué consistió. Pero el caso es que, al otro día, la nena estaba curada totalmente.

¡Una simple curandera con unas simples palabritas le ganó una batalla a la medicina oficial!

También el caso de Raulito me dio que pensar.

Un amigo, a las tres de la mañana, me viene a buscar porque su hijo tiene alta temperatura y no dejaba dormir a nadie con su llanto. Llego a la casa y el niño, calmado y sin fiebre. La madre me dice: "En cuanto mi marido salió a buscarte el chico se durmió..."

Bueno. ¿Que iba a hacer? Me volví.

Noté algo que me llamó mucho la atención: me traían un chico con fiebre y si la madre se desahogaba el niño se normalizaba.

Empecé a ver el nexo entre la madre y el hijo.

Entonces hice la siguiente relación:

“Si el curandero tira del cuerito, el niño se cura.

Si la madre se desahoga, se tranquiliza, también se tranquiliza el niño.

Empiezo a deducir que la que se tranquiliza en ambos casos es la madre.”

Estudiando más profundamente estos dos casos me entero de que en el caso de la nena, el marido además de tener una cadena de carnicerías, tenía una cadena de mujeres, y a su mujer "con libreta" la tenía abandonada en una pensión. Este abandono incidía en la mujer y en la niñita.

En el caso de Raulito me entero que la pareja no se llevaba bien y la madre, al sentir que venía "el protector", se tranquilizó y al hijo se le fue la fiebre. Cuando el marido salió a buscarme, íntimamente, la mujer, pensó: "Tomá, te jorobé, vos me embarazaste ahora embromate y salí a las tres de la mañana".

Otro ejemplo de aquella época:

La madre se quejaba de que su hijo lloraba de 4 a 5. Le dije: "Tomate esta pastilla de sedante a las tres de la tarde y cuando sean las cuatro vas a estar tranquila".

Y así fue. El chico dejó de llorar.

Empecé a ver que si trataba a la madre, los chicos sanaban, especialmente si la madre se tranquilizaba haciéndola hablar.

Empiezo a ver que la comunicación entre madre e hijo es telepática. Telepatía es afectividad a distancia. Tele: distancia, patos: afectividad. La pasión a distancia. Empezaba a ver que ella inconscientemente le transmitía al hijo, y éste, como si fuese un receptor muy sensible, reaccionaba.

Sigo estudiando e investigando con hipnosis y me empiezo a dar cuenta de que incluso las afecciones, las enfermedades del niño tenían relación en cómo había sido concebido por la madre. Había alrededor de la concepción algo que después incidía sobre el chico. Las experiencias que iba haciendo me indicaban, que también, incidía el cómo había sido concebida la madre misma. Creo que con esto empezaba a intuir lo que luego llamé "Programa de Vida".

Hay una experiencia que me marcó profundamente y me ayudó a conceptualizar el tema del cómo y del cuánto vivir.

Con esa misma mujer que se hipnotizaba fácilmente y contestaba sin que yo le preguntara con palabras. Esta mujer era una dotada y una tremenda captadora telepática. Bajo hipnosis la mandé al futuro. Era 5 de septiembre de 1962 y la hice colocar en el 5 de septiembre de 1963. O sea, un año después. Ya instalada en el futuro, se echó a llorar amargamente, no la podía consolar. Cuando se pudo calmar un poco le pregunté qué había pasado. Respondió: "Murió papá". Insistí: "¿Qué le pasó?". Dijo: "Hizo un síncope y murió en la calle". "¿Cuándo?", pregunté. Me dio una fecha que para ella era pasado y para mí era futuro. Y ¡Oh! ¡Asombro! Resulta que en la fecha que esa mujer me había dado me tocó atender a un señor que había muerto en la calle, de un síncope, y que resultó ser el papá de esta paciente. Yo me preguntaba ¿Cómo podía saber eso ella?. Empecé a pensar que esta paciente había leído el Programa de Vida que tenía su padre impreso, ya que me dio con precisión cómo y cuándo iba a morir él. Que iba a ser tal día, de un síncope y en la calle. Esta hija, estando hipnotizada, pudo leer lo que su abuela había grabado en el inconsciente de su padre. Quedé muy consternado por esta experiencia y me prometí no hacerla nunca más. Empezaba a conceptualizar, en este hecho, lo que posteriormente llamé Programa de Vida:

Cuando la mujer concibe genera e impronta en sí misma todo un Programa de Vida y se lo transmite telepáticamente a su hijo desde el momento mismo de la concepción hasta que se ha hecho grande (hasta que asume la libertad).

Digo se ha hecho grande en forma inespecífica, ya que depende de la maduración, de la edad psicológica, que es distinto en cada uno. En ese programa esta el cómo y el cuánto vivir de ese hijo.

Mi Programa de Vida me lo transmitió mi madre. A ella mi abuela. A mi abuela, mi bisabuela y así para atrás. Entonces, nosotros tenemos memoria de todo lo que vivieron nuestras antepasadas. ¡Los ocultistas dicen que son 40.000! ¡Ojo! ¡Yo no las conté! En el Programa de Vida, repito nosotros tenemos memoria de todo lo que vivieron nuestras antepasadas como una transmisión cultural de generación a generación. Una herencia invisible.

Todo lo que está en la madre está en los hijos, en todos ellos, pero uno tiene más marcado una cosa que otra, y esto que se acentúa o se deprime forma parte del Programa de Vida de cada uno. Cada hijo tiene su Programa de Vida y es distinto. Esta característica de estimular un aspecto y deprimir otro es la razón por la cual los chicos son distintos y tienen modos distintos de enfermar.

El destino es el Programa de Vida, pero lo hace la madre en el momento de la concepción.

El Programa de vida se genera de acuerdo con:

* Como la madre vive la concepción.

* Como vive el entorno en el momento de la concepción.

* La historia biográfica y prebiográfica.

Dos herencias existen en nosotros

Una herencia genética, estructural, en donde intervienen por igual hombre y mujer. Cada uno interviene aquí con sus 23 cromosomas. Es como cada uno viene estructurado, sus particulares ojos, sus particulares señas, sus particulares manos, etc.

Y una herencia cultural inconsciente, que la graba exclusivamente la mujer, sólo es privativa de ella. La mujer transmite la herencia invisible.

En cambio, la herencia estructural es la que vemos.

Haciendo una comparación con un cassette podríamos decir: la estructura sería lo que vemos del cassette y eso es construido por el hombre y la mujer, pero lo que se graba en él es privativo de la mujer, de la línea femenina.

La concepción

Como ella la vive es lo fundamental, lo central. Si consciente o inconscientemente quiere o no esa concepción. Si está integrada o no al hombre que la preña, que la hace concebir.

El orgasmo femenino incide en esto de la integración. Éste tiene dos funciones.

La inmediata, telepática, provoca la eyaculación en el hombre y así se asegura la fecundación.

La función mediata sería lograr el equilibrio emocional del hijo.

Si el orgasmo fallase, mostraría una falla en la integración con el hombre y para el hijo sería un desequilibrio.

El momento de la concepción, es el momento en que más amor necesita el ser humano, pero amor de la pareja, o en su defecto, admiración de la mujer hacia el hombre que la hace concebir.

Siempre es lo que significa para ella, no cómo es o fue el entorno, o su historia sino como ella lo vio, lo conceptualizó y lo sintió. En síntesis, como lo vive o vivió. Cómo se le representa. No actuará igual con unos que con otros.

Enlaces externos

Programa de vida [1]


http://commons.wikimedia.org/wiki/File:HERMINIO_CASTELLÁ.pdf


Bibliografía

La concepción y el sentido de la existencia

Teoría del programa de vida I

Autor: CASTELLÁ, GABRIEL Ediciones San Pablo, Buenos Aires, 2006

Ésta obra constituye una ampliación y una sistematización de la teoría del programa de vida, formulada por el Dr. Herminio Castellá. Sin duda, es un aporte fundamental para descubrir, adentrarse y ahondar en el misterioso y enigmático fenómeno humano. Las observaciones, las reflexiones y las conclusiones del autor incitan a sumergirse en la lectura, unas veces, para adherir, y otras, para disentir. Ambas posturas son posibles, siempre que se lo haga con espíritu sincero, abierto y reflexivo.

Conversaciones con el Dr. Herminio Castellá

Enfermar, mejorar, sanar. Innovaciones en medicina y psicología

Autor: Uri Judkowsky

El Dr. Herminio Castellá -médico y sabio investigador argentino- descubre lo que dió en llamar Programa de vida: Amplísimo patrón de respuestas, que la mujer, cuando concibe, genera e impronta, inconscientemente en sí misma, para luego transmitírselo a su hijo, durante toda la crianza y así ayudarlo a desarrollarse mejor en el mundo que le toque vivir. Hasta que él asuma su libertad.


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