- Alejandro Bunge
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Alejandro Bunge Nacimiento 1880 Fallecimiento 1943 Nacionalidad Argentina Ocupación economista Alejandro Bunge ( * 1880 - 1943 ) fue un economista argentino que tuvo una clara visión del desarrollo deformado de la Argentina, lo que él llamó el “país abanico”.
Contenido
Vida
Nacido en Buenos Aires, Alejandro Bunge pertenecía a una familia alemana emparentada con la rama belga que fundaría una multinacional cerealera de intensa actividad en la Argentina, Bunge & Born. Fue su abuelo el que emigró para “hacer la América”, es decir para labrarse un provenir alcanzando el éxito económico, lo que en buena medida logró actuando como comerciante. Uno de sus hijos, Octavio, se recibió de abogado y desarrolló una brillante carrera judicial, jubilándose como miembro de la Suprema Corte de Justicia. Era un librepensador que, no obstante ello, envió sus hijos a un colegio católico; uno de ellos, Alejandro, resultó influenciado de tal modo por su educación que quiso estudiar para sacerdote, ante lo cual su padre lo envió a Alemania a estudiar ingeniería.
La estadía en la tierra de sus ancestros tendría consecuencias trascendentes para su vida, ya que no solamente se graduó allí de ingeniero, sino que se casó con la hija de uno de sus profesores. Además, conoció las ideas de Friedrich List, el precursor de la escuela historicista.
De regreso en su país, tuvo el apoyo de su familia para conseguir trabajo, primero en la oficina estadística del por entonces Departamento de Trabajo, y luego como Director Nacional de Estadísticas, cargo que ocupó hasta 1924. Fue el responsable de las primeras estimaciones del Producto Nacional Bruto.
Actuó como asesor del Banco de la Nación Argentina y del Ministerio de Hacienda, y organizó las oficinas estadísticas de las provincias de Mendoza y Tucumán. También se desempeñó como docente en las Universidades de La Plata y Buenos Aires, donde tuvo como alumno a Raúl Prebisch, a quien más adelante le conseguiría una beca para estudiar en Australia y Nueva Zelanda cómo estaban organizadas las oficinas estadísticas de esos países. También fueron alumnos suyos los futuros ministros Federico Pinedo y Antonio de Tomaso.
Como técnico del gobierno, participó entre 1920 y 1938 de varias delegaciones argentinas en conferencias internacionales. También llevó a cabo una serie de disertaciones en los Estados Unidos, referidas a las consecuencias económicas de la Primera Guerra Mundial.
Su pensamiento: un intelectual y un experto
Dado que las figuras de intelectual y de experto no son completamente excluyentes,[1] podemos encontrar en Alejandro Bunge elementos que lo definirían como exponente de ambas figuras. Por un lado se trata de una personalidad influyente el medio social dominante, pues proviene de una familia con gran capital social y económico, está muy vinculado con miembros que ocupan posiciones influyentes en la sociedad y sobre todo se trata de un reconocido profesional y profesor de las ciencias económicas. Esta característica junto con su continua tarea abocada a cuestiones públicas, a problemas sociales y sobre todo económicos de su país, podrían encuadrarlo como un intelectual.
Por otro lado la mayor parte de sus aportes intelectuales fueron realizados en el ámbito específico de la economía, su especialidad. Su trabajo se concentró en el estudio de propuestas que permitieran el mejoramiento económico y a partir de ahí, el social. Desde su juventud se desempeñó como empleado del estado: primero como docente universitario y poco después como integrante de la burocracia del ministerio de hacienda. Desde dentro del estado desarrolló sus ideas económicas e intentó influir en la toma de decisiones para implementarlas, aunque sin éxito. Estos elementos lo colocarían dentro de la galería de los expertos estatales.
Bunge podría ser definido como intelectual orgánico de la burguesía argentina,[2] pues se trata de un organizador de la clase burguesa que plantea las propuestas de mejoría de la economía desde la visión de su clase, en un mundo con reglas capitalistas que la favorece, sin plantearse un cambio de paradigma económico ni político que mejore sustancialmente el lugar de la clase obrera en la sociedad. Sin embargo su “organicidad” no es explícita, pues no declara defender los intereses de una clase sino que su trabajo apunta a una mejoría del conjunto del país, abarcando a todas las capas sociales. Su apoyo a la burguesía parece implícito en su concepción de una economía capitalista, no un fin en sí mismo. Por esto último no estoy seguro de si puede considerárselo como un intelectual orgánico de esta clase. Las propuestas de Bunge sobre los cambios que la economía necesitaba en esos momentos consisten en la diversificación de la producción de materias primas y en el desarrollo de la industria manufacturera. En forma progresiva debía fomentarse el consumo interno y la exportación de productos de fabricación local, a través de políticas proteccionistas del estado consistentes en gravámenes para la importación.
En uno de sus artículos[3] argumenta mostrando que los países más desarrollados de Europa y Norteamérica han crecido merced a políticas económicas proteccionistas, aplicando el librecambio sólo cuando les resultaba conveniente para su desarrollo económico. Trata también de demostrar que las políticas librecambistas no abaratan el costo de vida como muchos sostenían, sino que a mediano plazo lo encarecen por empobrecimiento de la población. Finalmente explica que en la Argentina existe la posibilidad de aplicar sus ideas de la nueva economía porque se cuentan con los recursos físicos, humanos y culturales necesarios. Bunge se desempeñó en los ámbitos universitario y estatal, como profesor y como miembro (en distintos cargos) del departamento de estadísticas. Desde ambos espacios intentó difundir sus ideas y crear espacios de intercambio y socialización intelectual. Es especialmente importante su obra como director y como autor de artículos de la “Revista de Economía Argentina”.
Los objetivos de la revista eran el estudio de los problemas de la economía argentina, recoger los resultados de experiencias de otros países y difundir ideas que permitieran influir en la búsqueda de soluciones a los problemas económicos del país. En su consejo editorial se encontraban miembros de familias influyentes lo que junto con el gran número de ejemplares que se entregaban gratuitamente a distintas organizaciones gubernamentales y a universidades y colegios nacionales. Era un espacio destinado a la expresión intelectual de integrantes de las clases universitarias y acomodadas, que permitía la comunicación y socialización dentro de ella, pero no contemplaba la participación de integrantes de clase obrera (ni de sus supuestos defensores intelectuales: sindicalistas y maxistas entre otros).[4] El mencionado artículo trata sobre lo que hoy sería una mezcla macro economía y economía política; del diagnóstico de los problemas que tenía la Argentina en ese momento, propone soluciones y luego explicas su factibilidad. Son estos elementos que hacen enteramente a los asuntos públicos, características de un intelectual. Pero en este caso, la economía se ocupa necesariamente de los asuntos públicos por la misma naturaleza disciplinar. Lo que diferenciaría a un economista intelectual de uno que no lo fuera sería si se ocupan o no de los asuntos económicos de su tiempo, o si se mantienen en un nivel de teoría sin asumir ningún compromiso con lo que sucede a su alrededor. Bunge tiene un indiscutible compromiso.
- ↑ Carlos Altamirano Intelectuales. Notas de investigación. Bs. As., Editorial Norma, 2006, capítulos 1 y 2
- ↑ Antonio Gramsci Los intelectuales y la organización de la cultura. Bs. As., Juan Pablos editor, 1975, páginas 9 a 28
- ↑ Alejandro Bunge Nueva orientación de la política económica argentina (fragmento). En Juan José Llach (Selección e introducción) La Argentina que no fue. Bs. As., IDES, 1985, capítulo 1, páginas 39 a 72.
- ↑ Jorge Pantaleón El surgimiento de la nueva economía argentina: el caso Bunge. En M. Plotkin y F Neiburg (comp.) Intelectuales y expertos. La constitución del conocimiento social en la Argentina. Bs. As., Paidós, 2004, páginas 175 a 201
Obras
- Riqueza y renta de la Argentina (1917)
- La economía argentina (4 vols. 1928-1930)
- Una nueva Argentina (1940)
Referencias
- Alejandro Bunge, en Grandes Economistas, EUMED.
- Reseña
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