- Impuesto de capitación
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El impuesto de capitación, también llamado impuesto per capita, impuesto principal, es un impuesto por el cual toda persona sujeta a él pagaría exactamente la misma cantidad de dinero, independientemente de su renta u otras circunstancias.
Contenido
Fundamento teórico
Este impuesto se utiliza conceptualmente como posibilidad teórica para las haciendas locales. Sin embargo, no se aplica en ningún país al romper completamente con el principio de equidad. Tiene como teórica ventaja el que no afectaría para nada a las decisiones económicas de los agentes sujetos a él (neutralidad) y, si se divide el coste de los servicios públicos que desean los ciudadanos de esa entidad local entre la población, obtenemos de forma sencilla el impuesto de capitación necesario para sufragar ese gasto.
Historia
Tales impuestos fueron importantes fuentes de ingreso para muchos países en el siglo XIX, sin embargo ya no se utilizan. Hay varios casos famosos de este tipo de impuestos en la historia, en particular un impuesto requerido antes para votar en algunas partes de los Estados Unidos que tenía como consecuencia la restricción al derecho de sufragio de las personas menos adineradas, así como dos impuestos gravados por Juan de Gante y Margaret Thatcher durante los siglos XIV y XX respectivamente.
Capitación en la Antigua Roma
La capitación era un impuesto romano que englobaba varios tipos de tasas y variaba de una región a otra. Era de tipo personal e individual en las ciudades. En el ámbito rural era una base tributaria que servía para efectuar el cálculo del impuesto territorial.[1]
Referencias
- ↑ Georges Depeyrot, Crisis e Inflación entre la Antigüedad y la Edad Media, p. 25. — Crítica, Barcelona, 1996. ISBN 84-7423-671-1
Categoría:- Impuestos
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