- Inanna
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En la mitología sumeria Ianna era la diosa del amor, de la guerra y protectora de la ciudad de Uruk. Con la llegada de los acadios Ianna se transformó en Ishtar. Su representación era un haz de juncos verticales con la parte superior curvada.
Asociada con el planeta Venus, se le identifica con la diosa griega Afrodita y con la Astarté fenicia. Entre los acadios fue conocida como Ishtar. Según la mitología sumeria era hija de Nannar (Sin en acadio, dios de la Luna) y Ningal (la Gran Dama, la luna) y hermana gemela de Utu, conocido en acadio como Shamash. Su consorte fue Dumuzi (semidiós y héroe de Uruk). Ishtar o Ianna representa el arquetipo de la Diosa madre.
Contenido
Mitos
Enki e Inana
Según el mito sumerio de Enki e Ianna (en acadio Ea e Ishtar) el dios del agua Enki —una de las deidades más importantes— ocultaba los me, que eran todas aquellas formas de conducta y usos sociales necesarios para el funcionamiento del mundo. Pero Ianna, quiere llevárselos a su ciudad, Uruk. Para ello viaja por los cielos en su barca hacia el apsu, el hogar de Enki. Este, que está advertido de las intenciones de Ianna, prepara una fiesta para recibirla. Pero Ianna aprovecha el convite y emborracha al dios. Cuando se repone, Enki manda a una serie de emisarios para que recuperen los me, pero Inanna los vence y finalmente se lleva los me a la ciudad de Uruk desde donde se difunden.[1]
Descenso a Irkalla
En la tradición mesopotámica, otoño e invierno son épocas en las que la tierra recupera su fuerza y su pureza en contraposición con primavera y verano, épocas de florecimiento y fertilidad. En sumeria, esta época (otoño e invierno) se usa con el mismo fin religioso, recuperar la fuerza y mejorar internamente. Irkalla (tierra del no retorno) es el lugar al que van, según la tradición mesopotámica, las impurezas, los malos hábitos, las memorias que se pierden, así como el lugar al que van los muertos. La muerte, en la tradición mesopotámica, es un estado de purificación y mejora que conduce a una nueva vida.
En ese contexto cuenta la mitología sumeria que Inanna decidió bajar al inframundo para enfrentarse a su hermana y deidad opuesta, Ereshkigal. En la lucha Inanna murió, tras lo cual ningún ser en la tierra tenía deseo ninguno de aparearse: ni hombres ni animales. Ante esto, Enki crea a unas criaturas sin género que engañan a Ereshikigal consiguiendo que les entregue el cadáver de la diosa al que aplican el "agua de la vida". Así Inanna resucita, pero tiene que encontrar un sustituto que ocupe su lugar en ultratumba. Al volver a la tierra encuentra que su esposo Dumuzi ha ocupado su puesto, por lo cual es a él a quien envía al inframundo.[1]
Como consecuencia Dumuzi reina durante el otoño y el invierno, mientras Inanna reina durante la primavera y el verano.
Culto
Tuvo 7 templos en Sumeria a los que se pueden añadir ocho más según otra variante, aunque el mayor estaba en Uruk: el templo de E-anna, dedicado a ella y a Anu.
La ciudad de Uruk, dedicada a Inanna, tenía entre sus celebraciones varias de ámbito sexual y violento. Se tienen referencias del poema babilonio de Erra, en el cual se critica duramente la actitud de un rey de Uruk, que no trata con suficiente amabilidad a las "prostitutas, cortesanas y busconas [...] a los chicos alegres que cambiaron su masculinidad por feminidad" así como los portadores de ndagas, portadores de navajas, chuchillas y pedernal ya que estos con sus actos agradan al corazón de Ishtar. Parece que el hecho de que los jóvenes durmieran en sus propias camas era algo preocupante y la copulación en las calles era una práctica habitual. El papel de la prostitución no está claro, y una posible función ritual ha sido discutida.[1]
Véase también
Referencias
Categorías:- Mitología sumeria
- Venus en la cultura popular
- Deidades de vida, muerte y resurrección
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