- Diosa madre
-
Una diosa madre es una diosa que sirve como deidad de fertilidad general. En algunas culturas además es representada como la Madre Tierra, siendo la generosa personificación de la Tierra. Como tal, no todas las diosas pueden considerarse manifestaciones de la diosa madre.
Esta diosa es representada en las tradiciones occidentales de muchas formas, de las imágenes talladas en piedra de Cibeles a la Dione (‘Diosa’) invocada en Dódona, junto con Zeus, hasta finales de la época clásica. Entre los himnos homéricos (siglos VII-VI a. C.) hay uno dedicado a la diosa madre llamado «Himno a Gea, Madre de Todo». Los sumerios escribieron muchos poemas eróticos sobre su diosa madre Ninhursaga.[1]
Contenido
Controversia
Las deidades que encajan con la moderna concepción de «diosas madre» han sido claramente adoradas en muchas sociedades hasta la actualidad. James Frazer (autor de La rama dorada) y aquellos a quienes influyó (como Robert Graves y Marija Gimbutas) avanzaron la teoría de que todo el culto en Europa y el Egeo que incluyó cualquier tipo de diosa madre tenía su origen en los matriarcados neolíticos preindoeuropeos, y que sus diferentes diosas eran equivalentes.
Aunque el «tipo» ha tenido buena aceptación como categoría útil para la mitografía, la idea de que en la antigüedad se creyera que todas estas diosas eran intercambiables no ha sido continuada por los investigadores modernos, notablemente por Peter Ucko.[2]
Figuras paleolíticas
Se han hallado diversas figuras pequeñas y, a menudo, corpulentas, en el transcurso de excavaciones arqueológicas del Paleolítico Superior, siendo quizás la más famosa la Venus de Willendorf. Muchos arqueólogos creen que su intención era representar diosas, aunque otros creen que pudieron haber servido a algún otro fin. Estas figuritas son anteriores en varios miles de años a los registros disponibles de diosas detallados a continuación como ejemplos, por lo que aunque parecen pertenecer al mismo tipo genérico, no está claro si de hecho eran representaciones de una diosa o de si hubo alguna continuidad religiosa que las relacionase con las deidades de Oriente Medio y la Antigüedad clásica.
Ejemplos de diosas madre
Muchas culturas antiguas adoraron deidades femeninas como parte de sus panteones que encajan con la concepción moderna de «diosa madre». Las siguientes son ejemplos:
Diosas sumerias, mesopotámicas y griegas
Tiamat en la mitología sumeria, Ishtar (Inanna) y Ninsuna en la caldea, Asera en Canaán, Astarté en Siria y Afrodita en Grecia, por ejemplo.
Diosas celtas
La diosa irlandesa Anann, a veces conocida como Dana o Danu, tiene un impacto como diosa madre, a juzgar por el Dá Chích Anann cerca de Killarney (Condado de Kerry). La literatura irlandesa nombra a la última y más favorecida generación de dioses como ‘el pueblo de Danu’ (Tuatha de Dannan).
Diosas nórdicas
Entre los pueblos germánicos probablemente fue adorada una diosa en la religión de la Edad del Bronce Nórdica, que más tarde fue conocida como Nerthus en la mitología germana, y que posiblemente persistiese en el culto a Freyja de la mitología nórdica. Su equivalente en Escandinavia era la deidad masculina Njörðr.
Diosas de la mitología vasca
En la Mitología Vasca se adoraba a una diosa llamada Mari; también existía la figura de la diosa Amalur (en euskara, literalmente Madre Tierra).
Diosas griegas
En las culturas del Egeo, Anatolia y el antiguo Oriente Próximo, una diosa madre fue venerada con las formas de Cibeles (adorada en Roma como Magna Mater, la ‘Gran Madre’), de Gea y de Rea.
Las diosas olímpicas de la Grecia clásica tenían muchos personajes con atributos de diosa madre, incluyendo a Hera y Deméter.[3] La diosa minoica representada en sellos y otros restos, a la que los griegos llamaban Potnia Theron, ‘Señora de las Bestias’,[cita requerida] muchos de cuyos atributos fueron luego absorbidos también por Artemisa, parece haber sido un tipo de diosa madre, pues en algunas representaciones amamanta a los animales que sostienen. La arcaica diosa local adorada en Éfeso, cuya estatua de culto se adornaba con collares y fajas de los que colgaban protuberancias redondas,[4] más tarde identificada por los helenos con Artemisa, fue probablemente también una diosa madre.
La fiesta de Anna Perenna de los griegos y romanos en el Año Nuevo, sobre el 15 de marzo, cerca del equinoccio vernal, puede haber sido una fiesta de la diosa madre. Dado que el Sol era considerado fuente de vida y alimento, esta fiesta también se asimilaba con la Diosa Madre.
Diosas romanas
El equivalente de Afrodita en la mitología romana, Venus, fue finalmente adoptada como figura de diosa madre. Era considerada la madre del pueblo romano, por ser la de su ancestro, Eneas, y antepasado de todos los subsiguientes gobernantes romanos. En la época de Julio César se le apodaba Venus Genetrix (‘madre Venus’).
Magna Dea es la expresión latina para ‘Gran Diosa’, y puede aludir a cualquier diosa principal adorada durante la República o el Imperio romanos. El título Magna Dea podía aplicarse a una diosa a la cabeza de un panteón, como Juno o Minerva, o a una diosa adorada monoteísticamente.
Diosas madre túrquicas siberianas
Umai, también conocida como Ymai o Mai, es la diosa madre de los túrquicos siberianos. Se la representa con sesenta trenzas doradas, que parecen rayos de sol. Se cree que una vez fue idéntica a la Ot de los mongoles.
Conceptos de diosas madre en el hinduismo
En el contexto hinduista, el culto a la diosa madre puede seguirse hasta los orígenes de la cultura védica, y quizá más allá. El Rig Vedá llama al poder divino femenino Mahimata,[5] un término que significa literalmente ‘madre tierra’. En algunos lugares, la literatura védica alude a ella como Viraj, la madre universal, como Áditi, la madre de los dioses, y como Ambhrini, la nacida del Océano Primordial. Durga representa el poder y la naturaleza protectora de la maternidad. Una encarnación de Durga es Kali, que nació de su frente durante la guerra (como medio para derrotar al enemigo de Durga, Mahishasura). Durga y sus encarnaciones son especialmente adoradas en Bengala.
Actualmente, Deví es considerada en múltiples formas, todas representando la fuerza creativa del mundo, como Maya y prakriti, la fuerza que galvaniza la raíz divina de la existencia en autoproyección como el cosmos. No es pues meramente la tierra, incluso aunque esta perspectiva sea cubierta por Párvati (la encarnación previa de Durga). Todas las diversas entidades femeninas hinduistas son consideradas como muchas facetas de la misma Divinidad femenina.
Shaktismo
En el shaktismo, una forma de hinduismo fuertemente relacionada con las filosofías hindúes del Vedānta, la Samkhya y el Tantra y definitivamente monista, aunque hay una rica tradición de Bhakti yoga relacionada con él, la energía femenina (Śakti) se considera la fuerza motriz tras todas las acciones y existencia del cosmos fenomenal del hinduismo. El propio cosmos es el Brahman, el concepto de la realidad inalterable, infinita, inmanente y trascendente que forma el Suelo Divino de todos los seres, el «alma del mundo». La potencialidad masculina es actualizada por el dinamismo femenino, personificado en diosas multitudinarias que termina reconciliadas en una.
El texto clave es el Devi Mahatmya, que combina las teologías védicas anteriores, las filosofías upanishádicas emergentes y las culturas tántricas en desarrollo en una exégesis laudatoria de religión shakti. Los demonios del ego, la ignorancia y el deseo atan el alma en una maya (también alternativamente etérea o personificada) y es la Madre Maya, la propia shakti, quien puede liberar al individuo atado. La Madre inmanente, Devi, está por esta razón concentrada en la intensidad, el amor y la concentración autodisolutoria en un esfuerzo por concentrar al shakta (como se llama a veces a un seguidor shakti) en la auténtica realidad subyacente al tiempo, el espacio y la causalidad, liberándole así del ciclo kármico.
Cristianismo
Algunos autores defienden que el culto a la diosa madre fue el origen del culto que los católicos y otras denominaciones del cristianismo dan a María, como las advocaciones de las Vírgenes negras.[6] O en el caso de México en el que el culto a Tonanzin (la gran madrecita) se sincretizó al del culto mariano traído de España, en la imagen de la Virgen de Guadalupe. Sin embargo, el culto de hiperdulía (veneración tributada a María, destacada de entre los santos), con el cual se honra a la madre de Jesús en el catolicismo, no se identifica ni en su origen ni en su objeto con el culto de latría o de adoración que se le tributa a Dios.[7] [8] En el catolicismo, María es considerada de una sola naturaleza, la humana, y no de naturaleza divina.[7]
América del Sur
En las culturas de América del Sur, los pueblos indígenas andinos contemporáneos de las comunidades quechuas y aimaras, sostienen el culto a la gran deidad Pachamama; importante culto presente en Ecuador, Perú, Bolivia, el noroeste de Argentina, el norte de Chile y ciertas regiones de Colombia. El culto a Pachamama es masivo en las áreas rurales y pequeños pueblos y ciudades, encontrándose también entre los migrantes andinos a las ciudades medianas y grandes, incluso Buenos Aires y el sur de la Argentina. Otro ejemplo similar, lo encontramos en la cultura mapuche, a través de la Ñuke Mapu (‘Madre tierra’ en mapuche); aunque no es equivalente a una «deidad o diosa madre» propiamente tal, sino que es un concepto diferente y más amplio, es el «mundo Mapuche» en la cosmografía y la interacción del mapuche en él, dentro de las creencias religiosas mapuches.
El Caribe precolombino
Los pueblos indígenas del Caribe, como los taínos, adoraban a una Diosa Madre bajo varios nombres: Atabey, Yermao, Guacar, Apito y Zuimaco.
En la mitología taína, Atabey era el principio femenino del mundo, y era madre de Yúcahu, el principal dios monoteísta o creador de los taínos que, entre otros atributos, era la divinidad de la yuca y del color blanco. La concepción de Yúcahu en Atabey se realizó sin mediación de ninguna potencia masculina, por lo que Yúcahu no tuvo padre y Atabey es el principio de los demás dioses. Como ocurre en otras tradiciones de todo el mundo, esta divinidad, además de ser diosa madre, se relaciona también con la Luna, el mar, la fertilidad y el nacimiento. Los taínos rendían honores a esta diosa, personificada por las ranas, para que protegiera a las parturientas y facilitara el alumbramiento.[cita requerida]
La Madre Tierra en la cultura popular actual
La Madre Tierra y su equivalencia como Diosa madre es un tema que aparece en muchas mitologías. La Madre Tierra es la personificación de la Tierra, generalmente además descrita en varias culturas como una diosa fértil, que representa a la tierra fértil; siendo también descrita en algunas culturas como la madre de otras deidades, en la que se las ve como patronas de la maternidad. Generalmente se creía esto porque la tierra era vista como madre de toda la vida que crecía en ella.
Sin embargo, el concepto de Madre Tierra últimamente trascendió la mitología. Las Naciones Unidas, a través de la Resolución 63/278 de la Asamblea General, reconoce la Madre Tierra como "una expresión común utilizada para referirse al planeta Tierra en diversos países y regiones, lo que demuestra la interdependencia existente entre los seres humanos, las demás especies vivas y el planeta que todos habitamos", y a su vez establece el 22 de abril como el Día Internacional de la Madre Tierra.
Notas
- ↑ Leick, G. (1994). Sex and eroticism in Mesopotamian literature. Londres, Nueva York: Routledge. ISBN 978-0-585-44873-2.
- ↑ Some Critiques of the Feminist/New Age “Goddess” Claims, por Robert Sheaffer.
- ↑ «Las diosas del politeísmo griego, tan diferentes y complementarias, son sin embargo consistentemente similares en una etapa temprana, con una u otra simplemente convirtiéndose en dominante en un santuario o ciudad. Cada una es la Gran Diosa presidiendo sobre una sociedad masculina, cada una es representada en su aspecto de Señora de las Bestias y Señora de los Sacrificios, incluso Hera y Deméter.» Burkert, W. (1972). Homo necans; interpretationen altgriechischer Opferriten und Mythen. Berlín, Nueva York: De Gruyter. 1983:79 y sig.. ISBN 978-3-11-003875-0.
- ↑ La descripción de estos como pechos múltiples o testículos de toro parece estar equivocada: véase Templo de Artemisa en Éfeso.
- ↑ Rig Vedá 1.164.33.
- ↑ Huynen, Jean. El enigma de las vírgenes negras. http://www.temakel.com/texmitvirnegras.htm.
- ↑ a b Concilio Vaticano II (1976). «Constitución "Lumen gentium"» (en español). Documentos del Vaticano II (31a edición). Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos. pp. 98-109. ISBN 84-220-0010-5.
- ↑ Royo Marín, Antonio (1979) (en español). Teología Moral para Seglares I: Moral fundamental y especial. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos. pp. 277-286. ISBN 84-220-0441-0.
Véase también
- Anexo:Lista de diosas madre
- Diosa triple
- Femenino sagrado
- Petrosomatoglifo
- Espiritualidad agrícola
Información adicional
- Neumann, E. (1991). The Great Mother: an analysis of the archetype. Princeton: Princeton University Press. ISBN 978-0-691-01780-8. (Disponible en castellano: Neumann, E. (2009). La Gran madre. Una fenomenología de las creaciones femeninas de lo inconsciente. Madrid: Editorial Trotta. ISBN 978-84-9879-027-6.)
- Del Giorgio, J. F. (2005). The oldest Europeans. Caracas: A.J. Place. OCLC 76064166.
- Goldin, P. R. (2002). «On the Meaning of the Name Xi wangmu, Spirit-Mother of the West». Journal of the American Oriental Society 122 (1): pp. 83–85. ISSN 0003-0279.
- Knauer, E. R. (2006). «The Queen Mother of the West: A Study of the Influence of Western Prototypes on the Iconography of the Taoist Deity». Contact and Exchange in the Ancient World. Honolulu: University of Hawai'i Press. pp. 62–115. ISBN 978-0-8248-2884-4.
- Baring, Anne, y Cashford, Jules (2005). El mito de la diosa: evolución de una imagen. Madrid: Siruela. pp. 851. ISBN 10-8478447326. Vista previa disponible en Google Books [1]
Categorías:- Diosas madre
- Deidades
- Mitología comparada
- Paganismo
- Diosas de la fertilidad
Wikimedia foundation. 2010.