- Incubadora de empresas
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Una incubadora de empresas (infraestructuras también denominadas viveros de empresas, escuelas de empresas o más recientemente acelerador de emprendedores) es una organización que tiene como objetivo el apoyo a la creación y el desarrollo de pequeñas empresas o microempresas en sus primeras etapas de vida.
En muchos casos, las incubadoras de empresas son proyectos de iniciativa pública establecidos con el objetivo de fomentar la creación de nuevas empresas en una zona geográfica concreta. Las incubadoras suelen dar apoyo a los nuevos empresarios tanto en aspectos de gestión empresarial (plan de negocio, marketing, finanzas, etc.) como en el acceso a instalaciones y recursos (local, teléfono, etc.) a muy bajo precio e incluso de forma gratuita. Con este apoyo se pretende disminuir el riesgo inherente a la creación de un nuevo negocio. La dotación de servicios que van de la mano, sobre todo en los aceleradores empresariales, del espacio ofrecido, es cada vez más amplia, tomando especialmente importancia las telecomunicaciones ofrecidas o facilitadas: internet de banda ancha, caudal dedicado, accesos inalámbricos o servicios de videoconferencia sobre IP.
En líneas generales cabe decir que los aceleradores de emprendedores, las incubadoras y otras infraestructuras similares generan con su funcionamiento una subvención implícita a la explotación con las empresas alojadas en sus instalaciones. Esta financiación subvencionada a la explotación se complementará en su caso con otras modalidades de incentivos, siempre en función del mapa de subvenciones que afecte al ámbito geográfico de la unidad de incubación en cuestión: incentivos directos, subsidiación de tipos, capital semilla, capital riesgo, subvenciones reintegrables, entre otras modalidades de financiación.
Al ser el objetivo de la incubadora la creación de empresas a largo plazo, los organizadores de la incubadora establecen criterios de selección para los proyectos candidatos: viabilidad técnica, económica y financiera del proyecto, sector de actividad, calidad del equipo formador, adaptación a los objetivos específicos de la incubadora, calidad de las inversiones,.... El período de incubación varía tanto en función de los objetivos de la unidad de incubación, como del propio proyecto admitido. De esta forma encontramos periodos de incubación que van de lo 12 meses a los 6 años. En el caso de que esta etapa de incubación resulte exitosa, la empresa pasará a la etapa de crecimiento en la que requiere financiación adicional y/o instalaciones mayores, abandonando la incubadora. Sin embargo, es cada vez más frecuente que el abandono de la incubadora por parte de la empresa venga determinado porque finalice el periodo máximo establecido para que un determinado proyecto empresarial aproveche las facilidades que la incubadora le ofrece y que éstas sean aprovechadas por otro proyecto, velando de esta forma por una característica fundamental de este tipo de infraestructuras: la rotación de proyectos empresarial para un determinado horizonte temporal máximo de permanencia.
Cabría indicar igualmente que algunas de estas infraestructuras, bien las incubadoras, bien los viveros, o bien las escuelas de empresas, ofrecen espacios y servicios dirigidos a la preincubación, es decir, a la etapa previa a la creación/constitución legal de la empresa en cuestión. Esta etapa previa no es objeto de los aceleradores de empresas o aceleradores de emprendedores.
Véase también
- Capital riesgo
- Capital semilla
- Emprendimiento
- Start-up
Categorías:- Empresas
- Organizaciones de negocios
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