Liceo Marta Donoso Espejo

Liceo Marta Donoso Espejo

Liceo Marta Donoso Espejo

El Liceo Marta Donoso Espejo es un establecimiento educacional de enseñanza media ubicado en la ciudad de Talca, capital de la Región del Maule, Chile. Fue fundado durante la presidencia de Don Federico Errázuriz Echaurren, con el nombre de Liceo de Niñas de Talca, el 20 de Febrero de 1901, cuando la población de esta ciudad llegaba a aproximadamente a unos 38.000 habitantes.

De este modo, cuando era Intendente de la Provincia de Talca Don Enrique Cousiño, y Alcalde, don José M. Astorquiza, nace el Liceo de Niñas de Talca, el quinto fundado en la República, pues lo precedieron el Nº 1 de Valparaíso, y el 1, 2 y 3 de la capital. En esos años había en Talca sólo dos establecimientos para señoritas: el perteneciente a Miss Emma Lamb de Trewhela y el de las Monjas del Sagrado Corazón.

Los testimonios de la época nos permiten afirmar que la fundación de este establecimiento educacional se había convertido en una aspiración muy sentida por la alta clase social de la ciudad. Como los principales colegios particulares y religiosos femeninos se ubicaban muy lejos, en Concepción y Santiago, los más connotados vecinos necesitaban un Liceo en Talca, donde enviar a sus niñas para que adquiriesen la formación cultural y moral que era menester en aquellos tiempos.

Contenido

Los primeros años (1901 – 1925)

En 1901 fue llamada a fundar y luego a dirigir el Liceo de Niñas de Talca la profesora Señora Sara Guérin de Elgueta, quien permaneció en este puesto hasta 1903, cuando se le encargó la reorganización y dirección del Liceo de Niñas Nº 4 de Santiago, donde desarrolló una notable labor hasta su jubilación en 1926.

El local elegido para el establecimiento fue una casa particular, ubicada en calle Uno Sur entre Uno y Dos Poniente, que pertenecía a doña Ana Luisa Donoso. La construcción era bastante amplia (dos pisos y tres patios), pero hubo que adaptarla a los fines destinados, dotándola de las salas necesarias, de un galpón para Gimnasia y juegos, más las instalaciones higiénicas indispensables, trabajos que se hicieron en los primeros meses del año 1901, de modo que no se pudo iniciar la matrícula antes del 1º de Abril. El mencionado mes se iniciaban las clases con setenta y dos alumnas, distribuidas en cuatro cursos: Primero y Segundo de Humanidades, y Segundo y Tercero de Preparatorias.

Tal como ocurría en los liceos de Valparaíso y Santiago, en sus primeros años el Liceo estuvo destinado a recibir en sus aulas solamente a las jóvenes pertenecientes a familias distinguidas de la ciudad y una “Junta de Vigilancia” compuesta de respetables caballeros, presidida por el Intendente de la Provincia, debía estudiar los antecedentes de las futuras alumnas.

A la primera Directora le sucedieron las directoras: Señorita Elvira Brady Maldonado (1903-1909) Señora Verónica Fuentes de Ortiz (1910-1911) Señorita Dorila González Farías (1911-1912) Señorita Elisa Anabalón Malleus (1912-1925): en su período, comienzan los exámenes válidos, en 1912, y las primera ocho bachilleras rinden sus pruebas en la Universidad de Chile en 1917.

Los años difíciles (1925 – 1932)

Bajo la administración de la Directora Señora María del Rosario Godoy de Godoy (1925-1944) se cumplió un viejo anhelo: la adquisición de un local adecuado para el Liceo.

El local de la calle 1 Sur cobijó hasta 1925 en sus aulas y patios a las primeras generaciones de alumnas y maestras. En abril de 1926, el liceo de Niñas se trasladó a un viejo caserón ubicado en la calle 1 Sur con 3 Oriente, hasta entonces ocupado por el Liceo de Hombres de Talca. Este edificio estaba situado en la calle 1 Sur 3 y 4 Oriente. Pero este céntrico local se encontraba ya en muy malas condiciones cuando el Liceo de Niñas pasó a ocuparlo. Es así que el 7 de junio de 1928, dos de sus salas sufrieron el derrumbamiento de sus murallas, provocando la noticia el pánico consiguiente en el alumnado.

En este recinto se encontraba el establecimiento cuando celebró sus Bodas de Plata. A pesar de las dificultades se abrigaban esperanzas de un promisorio futuro especialmente considerando el extraordinario aumento de matrícula por estos años (ya se llegaba a 700 alumnas). Sin embargo, la naturaleza asolaría una vez más la zona central del país, dejando una secuela de dolor y destrucción. En la madrugada del 1 de diciembre de 1928, un fuerte movimiento sísmico que tuvo su epicentro en esta región, dejó por el suelo incontables casas y edificios de la ciudad. Entre ellos el “nuevo” local del Liceo de Niñas. En los hechos este terremoto sólo vino a apresurar lo que era inevitable en el tiempo: el local quedó totalmente arruinado.

En enero de 1929, a un mes y medio del desolador terremoto, la prensa anunciaba el optimista informe de la Directora Sra. Rosario Godoy, quien después de entrevistarse con el Director de Educación Secundaria, don Enrique Marshall, comunicaba que se construiría un nuevo edificio en el mismo terreno que ocupaban antes del terremoto.

Sin embargo la realidad sería otra. Hubo la urgente necesidad de buscar un nuevo local y se encontró uno medianamente adecuado. El Supremo gobierno arrendó una casa en la calle 1 Oriente y 4 Sur, donde comenzó a funcionar el Liceo en esta nueva etapa. En marzo de 1929 se estaba trasladando a su nuevo y provisorio local, donde se iniciaban las clases el Lunes 9 de abril de 1929, con una alta demanda. Aun en estas condiciones el Liceo recibió a 700 alumnas.

Así terminó el año escolar 1929, y luego 1930 y se continuaba en el mismo local “provisorio”. A las secuelas del terremoto se agregaba ahora la Gran Depresión económica mundial iniciada en 1929 en Estados Unidos y que repercutió fuertemente en Chile. Desesperanzados, los que amaban el Liceo veían como, dadas las dificultades del Erario Nacional, la construcción del nuevo edificio demoraba y, mientras tanto, era indispensable normalizar cuanto antes la marcha del establecimiento.

Dentro de las alternativas que se barajaron en la época estuvo el trasladar el Liceo de Niñas al local destinado a la escuela básica Juan Luis Sanfuentes; otra posibilidad fue el traslado al local de la Escuela Normal en la calle 1 Poniente 3 y 4 Norte; o al local de la Escuela Técnica Femenina.

A fines de Agosto de 1932 todo parecía estar perdido para la causa del Liceo. Si el traslado al local de la Escuela Técnica Femenina había sido ya prácticamente desechado, la posibilidad de mudarse al local de la escuela Juan Luis Sanfuentes también se veía bastante incierta. Pero “las esperanzas abrigadas por la dirección del Liceo de conseguir su propósito” no fueron en vano. La incansable Directora señora María Godoy de Godoy apoyada por Apoderados y amigos del Liceo, finalmente consiguió que el Gobierno autorizara, a fines de 1932, el traslado al edificio destinado a la “Escuela Juan Luis Sanfuentes”, situado en 4 Norte 6 Oriente. El año escolar de 1933 se inició en el recién refaccionado local, pues también éste había sufrido las consecuencias del terremoto de 1928.

Durante su Dirección, el Aniversario del Liceo comenzó a celebrarse el día 26 de agosto, para hacerlo coincidir con la fecha de promulgación de la Ley de Instrucción Primaria Obligatoria.

El hogar definitivo y la consolidación (1933 - 1981)

Así entonces, en Marzo de 1933 con 470 alumnas y 26 maestras comienza para el Liceo de Niñas de Talca una nueva y promisoria etapa con un local definitivo y adecuado para la función educativa. El edificio de dos pisos, construido en 1924, de sobria línea neoclásica, presenta una compacta distribución de salas y demás dependencias en torno a un patio central. Estaba dotado, además, de dos hermosas terrazas, camarines, piscina y de un nivel subterráneo con varios espacios que con el tiempo se dedicarían a diversos fines.

Al contar con un local sólido y adecuado para la función educativa, fue posible que la comunidad liceana se proyectara nuevas metas, nuevos proyectos tendientes a mejorar aún más su servicio hacia la juventud femenina de la zona.

En abril de 1944 se hace cargo de la Dirección del establecimiento la señora Blanca Figueroa de Vargas (1944 – 1951), digna sucesora de la señora María del Rosario Godoy de Godoy. Desde su llegada a Talca, la señora Blanca comprendió que la necesidad más urgente del Liceo era la creación de un Internado para las numerosas alumnas de los alrededores que, hasta entonces, se veían en la necesidad de quedar en casa de pensión, con la consiguiente preocupación de sus padres y peligros para las mismas educandas. Por esto, todos los desvelos de la directora se concentraron en la creación de un internado, lo que finalmente se consiguió el 21 de mayo de 1946, ocupando algunas salas del Liceo y las dependencias del subterráneo.

Para su consecución hubo de librar una verdadera lucha con los intereses creados. La propiedad anexa al edificio principal del Liceo (sector del gimnasio) había sido ocupada desde el año del terremoto de Talca por elementos ajenos al Liceo. En 1939, después del terremoto de Chillán, se construyeron allí viviendas provisorias de madera. Fue muy difícil recuperar esta propiedad. Alcanzada su devolución, se dedicó al trabajo de adaptar sus dependencias a las necesidades de la enseñanza. Después de difíciles y costosas reparaciones, aquellas pudieron ser ocupadas, por fin, como salas de clases de las preparatorias y de algunos cursos de Humanidades (las llamadas “barracas” del liceo). Esto permitió desocupar una parte del edificio del Liceo, casi todo el frente del segundo piso, y habilitarlo para el funcionamiento del Internado. Dependencias del subterráneo sirvieron como cocina y comedores para estas alumnas.

Sin embargo, todos entendían que este internado era provisorio. Después de todo se estaban sacrificando salas de clases del edificio principal y por otro lado las “barracas” no cumplían con los requisitos óptimos para ejercer la labor educativa. Esta situación no era sustentable ni conveniente en el largo plazo y por lo tanto el paso siguiente era conseguir del Gobierno la aprobación y los recursos necesarios para la construcción de un edificio apropiado al Internado lo cual permitiría solucionar los problemas mencionados. Estas gestiones se agilizarían al acercarse el cincuentenario del Liceo (1951), siendo secundada eficazmente la Sra. Directora por el recientemente fundado Centro de Padres y Apoderados. Todo parecía marchar bien, pero la verdad es que las cosas tardaron mucho más de lo deseado. Año tras año se iban postergando los recursos y el anhelado Internado parecía estar cada vez más lejos.

Finalmente, durante la dirección de la señora Raquel Álvarez Venegas (1951 - 1967) se iniciaron las obras de construcción del actual edificio el que fue entregado por etapas y que sólo estuvo concluido en 1965. Se trata de un sólido edificio de tres pisos que cuenta con pabellones, dormitorios, salas de estudio, un gran comedor central y una magnífica cocina.

El Liceo está de fiesta: las “Bodas de Oro”

En 1951, que sería el último año bajo la fructífera dirección de la señora Blanca Figueroa, el Liceo cumplió cincuenta años, sus Bodas de Oro. Contaba entonces con 800 alumnas, distribuidas en 17 cursos de Humanidades y 8 de Preparatorias. El Internado albergaba a 105 alumnas. Existían sobradas razones para celebrar y se quería hacerlo en grande. En cinco décadas el Liceo había cambiado y progresado mucho: las setenta y dos alumnas originales se habían transformado en ochocientas; comenzó siendo un colegio elitista, ahora era abierto a todo tipo de alumnas; después de transitar por tres locales distintos, ahora estaba en el definitivo; en la última década nacieron el Internado (1946), el Centro General de Padres y Apoderados (1946) y el Centro General de Alumnas (1948), importantes organismos que abrieron nuevos canales de participación en beneficio de las propias alumnas; y todo esto en un marco de excelencia docente, que conjugaba armoniosamente una alta exigencia académica con una sólida formación valórica, de la cual daba un fidedigno testimonio las numerosas generaciones egresadas hasta entonces.

Cada estamento quiso tomar parte en la celebración y así, por ejemplo, en medio de una enorme concurrencia que llenaba por completo el Salón de actos del Liceo de Niñas, se llevó a efecto la entrega del busto de la gran poetisa Gabriela Mistral, por parte del centro de Padres y Apoderados; además, el Lunes 27 de agosto de 1951, con motivo del Cincuentenario, se inaugura la Galería de Retratos de Directoras del Liceo y el Servicio Dental, obsequiado por las ex alumnas.

Como ya se mencionó la Directora señora Blanca Figueroa de Vargas será sucedida a fines de 1951 por la señora Raquel Álvarez Venegas (1951-1967), a la fecha Inspectora General del establecimiento. Posteriormente, ocuparán la dirección del establecimiento las profesoras señoras Darinka Lucksic Suarsic (1967-1969) y Carmen Luisa Odette Retamal Arellano (1969-1981), primera ex alumna del establecimiento que llega a la Dirección del mismo

En la década de 1970 y comienzo de la siguiente el Liceo de Niñas alcanzó su máximo histórico de alumnas matriculadas. Desde su instalación en el nuevo local en 1933 su matrícula fue en permanente aumento: 470 en 1933; 800 en 1951; 1.400 en 1963. Cuando ya no podía acoger más alumnas, la construcción del nuevo internado generó un nuevo aumento: 1658 alumnas en 1970; 1.738 en 1976; 1.800 en 1981. Cada espacio del establecimiento fue ocupado: subterráneo, salas del Internado, una de las dos terrazas fue transformada en una amplia sala de clases.

Los años recientes (1981 – 2005)

En 1981 se inicia la administración de la Directora Señora María de Los Ángeles Letelier Acevedo (1981-1993). Ex-alumna del Liceo de Niñas de Talca. Durante su dirección el establecimiento experimenta importantes avances, como la construcción del Gimnasio techado, la incorporación de la tecnología computacional, la implementación de una innovación curricular y, en 1985, la adopción del nombre que hoy lo identifica: Liceo Marta Donoso Espejo. Esto último en honor de la profesora homónima, ex alumna del establecimiento, fue profesora de Castellano y posteriormente Inspectora General del mismo. Falleció en Santiago de Chile en 1971.


Llegan los varones

A fines de 1993 ocurrió un hecho inédito en la historia liceana y que de alguna manera es distintivo de los nuevos tiempos. Después de casi un siglo de exclusividad femenina fue nombrado un varón para que asumiera la Dirección del establecimiento. Tal responsabilidad recayó en el Profesor de Biología y Química señor Pedro Pablo Ojeda Fernández.

En 1995, mediante una innovación curricular, el colegio modifica sus planes y programas de estudio para redefinirse como un Liceo Científico Humanista de excelencia.

Seguramente esta iniciativa innovadora y exclusiva del Liceo Marta Donoso, fue uno de los elementos que valoró la autoridad educacional al otorgarle el premio a la Excelencia Académica por el período 1996-1997. Una segunda medida de gran trascendencia, fue permitir la incorporación de los varones al Liceo a contar de 1998, es decir, el establecimiento que por noventa y siete años fue exclusivamente femenino, se transforma desde entonces en un Liceo Mixto.

El conjunto de estas medidas enunciadas, tuvo como efecto inmediato la recuperación de la matrícula que hasta entonces presentaba una evolución descendente, de tal forma que de un mínimo de 1.134 alumnas en 1997, se llega a 1.535 en el año 2001, año en que el establecimiento conmemora sus 100 años de vida. En los ámbitos de la infraestructura e implementación, en las últimas décadas se producen avances significativos que colocan al Liceo en un buen pie frente a las exigencias de la sociedad y la educación contemporáneas.

Entre tales avances podemos mencionar: Laboratorio de Ciencias (1995), Laboratorios computacionales: dos en el edificio principal y uno en el Internado, Nueva Biblioteca (1999). Hasta hoy no ha sido posible implementar, sin embargo, la Jornada Escolar Completa debido a la falta de espacio físico.

Bibliografía

Martínez, Carlos y otros (2001). Cien Años. Liceo Marta Donoso Espejo - Talca. ISBN: 956-291-227-2

Enlaces externos

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