- Limosna
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La limosna es dinero que se da a los pobres, mendigos, etc. a cambio de nada.
Contenido
La limosna en el cristianismo
La limosna se manda con frecuencia en la Sagrada Escritura: a los judíos se les previno con especialidad que asistiesen a los pobres, a las viudas, a los huérfanos y a los extranjeros. Deut., cap. 10 y. 11: Eclesiástico, cap. 4, v. 1, etc. Las máximas de caridad que continuamente repite Jesucristo en el Evangelio, hicieron aún más conocida y clara la necesidad de este deber. Parece que hace depender nuestra salvación del mayor o menor número de acciones caritativas: S. Mat., cap. 25, v. 34. El orden del diaconado fue instituido para cuidar de los pobres: Hech. Apost., cap. 6.
Primeros cristianos
El fervor de la Iglesia primitiva llegaba en los fieles a deshacerse de sus bienes y depositar el precio en manos de los apóstoles para socorrer a los necesitados.
San Pablo escribiendo a los de Corinto les encarga que verifiquen las cosechas o cuestiones todos los domingos para la asistencia de los pobres según habia mandado a las Iglesias de Galacia. San Justino, en la Apolog. 2, dice que todos los fieles de las ciudades y aldeas se reunían los domingos para asistir a la celebración de los santos misterios; que después de la oración cada uno hacía su limosna según su celo y facullades: que se entregaba el dinero al que presidia, es decir, al obispo, para distribuirlo a los pobres, viudas, elc. Esta práctica se observaba también en tiempo de San Gerónimo y siguió en las parroquias, en las que se suele pedir para los pobres a la misa mayor de los domingos y fiestas.
Mr. de Tillemont, fundado en un pasaje del código Teodosiano, observa que en el siglo IV había unas mujeres piadosas que se ocupaban en recoger limosna para los presos: se conjetura que serian las diaconisas.
La caridad con los infelices fue el carácter distintivo de los primeros cristianos: llegaron muchos al extremo de venderse por esclavos y alimentar a los pobres con el precio de su libertad. San Clemente de Roma. Epíst. 1ª, núm. 63. Asistían igualmente a los paganos que a los fieles. Juliano les hace esta justicia y escribiendo a un pontífice del paganismo, Epist. 62, dice las siguientes palabras:
- Es vergonzoso que los galileos (llamaban asi a los cristianos) alimenten a sus pobres y a los nuestros.
Ninguna religión inspiró a los hombres una caridad tan industriosa ni sugirió tan diversos establecimientos para socorrer las diferentes necesidades del género humano. Al principio, se sostenían con las limosnas los ministros de la Iglesia. Las oblaciones de los fieles se dividían en tres partes:
- una, para los pobres
- otra, para la conservación de las iglesias y culto divino
- otra, para el clero
San Crodegando, obispo de Metz, er el siglo VIII , en la regla que prescribe a los canónigos regulares, quiere que el sacerdote a quien se diere alguna cosa por celebrar la misa, administrar los sacramentos o cantar los salmos o himnos, no lo reciba sino a título de limosna.
Tal fue siempre el espíritu de la Iglesia: los regalos que se le hicieron, los bienes que recibió por donación y las fundaciones con que se ha enriquecido son miradas como limosnas, cuyos ecónomos, dispensadores y no propietarios, son sus ministros. Es preciso, sin embargo, distinguir entre un sueldo, una subsistencia concedida a título de servicio y una pura limosna.
Dice San Agustín:
- Dar de comer, al que tiene hambre, de beber al que tiene sed, vestir al desnudo, dar posada al pasajero, refugiar a un fugitivo, visitar a un enfermo o un preso, rescatar un esclavo, sostener a un débil, guiar a un ciego, consolar a un afligido, curar a un herido, enseñar el camino al que se pierde, dar un consejo al que lo necesita y el alimento a un pobre no son las únicas especies de limosna, sino perdonar al que peca o corregir cuando hay autoridad para ello, olvidar la injuria que se recibió pidiendo a Dios que le dispense favores al que se la hizo; éstas son obras de misericordia que se pueden mirar como limosnas. Lib. de Fide, Spe et Charit. , cap. 72, núm. 19.
La limosna en el Islam
En la religión musulmana la limosna o "Zakat" es el tercero de los Pilares del Islam. Existe la limosna obligatoria que se paga a través del estado (al ministerio de Asuntos Religiosos), generalmente en la fiesta de la Ashura.
Véase también
Referencias
Diccionario de Teología, 1846, P. Bergier
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