Luis Carlos Ugalde

Luis Carlos Ugalde Ramírez
Consejero Presidente del Instituto Federal Electoral
31 de octubre de 2003 – 14 de diciembre de 2007
Predecesor	José Woldenberg
Sucesor	Andrés Albo Márquez
Datos personales
Nacimiento	1966, Distrito Federal  México
Profesión	Economista
Alma máter	Instituto Tecnológico Autónomo de México

Luis Carlos Ugalde Ramírez (ciudad de México, 1966), es un académico y político mexicano que entre el 31 de octubre de 2003 y el 14 de diciembre de 2007 ocupó el cargo de consejero presidente del Instituto Federal Electoral.

Ugalde es Licenciado en Economía egresado del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), además de maestro en Administración Pública y en Ciencia Política, doctorándose también en dicha rama, todo por la Universidad de Columbia. Ha desarrollado una amplia carrera como académico en varias instituciones nacionales de educación superior, entre ellas el ITAM, el Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE) y el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. En el extranjero ha colaborado en el Centro Rockfeller de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Harvard y en la Universidad de Georgetown. En el gobierno de México se ha desempeñado como coordinador de asesores de la Secretaría de Energía y de la embajada de México en Estados Unidos.

El último día de octubre de 2003 fue nombrado por la Cámara de Diputados como presidente del Consejo General del Instituto Federal Electoral, ante la renovación de todos sus miembros cada siete años según la normativa entonces vigente. Su arribo se consiguió con el decisivo aval de la polémica líder magisterial Elba Esther Gordillo, para esa fecha secretaria general del Comité Ejecutivo Nacional y coordinadora del grupo parlamentario del Partido Revolucionario Institucional en la Cámara Baja, que en aquel momento concentraba el mayor número de legisladores. Tal apoyo le costaría a Ugalde constantes cuestionamientos sobre su independencia al frente del órgano electoral. Además del PRI, por el nuevo Consejo General votarían todas las fuerzas políticas, salvo los partidos de la Revolución Democrática y del Trabajo, inconformes al no conseguir la reelección y nombramiento como presidente del Instituto del consejero saliente Jesús Cantú, ni la llegada de otros candidatos afines.

El gran reto del nuevo Consejo General del IFE, encabezado por Ugalde, sería sacar adelante el proceso electoral para elegir diputados federales, senadores y, especialmente, presidente de la República en el verano de 2006. Sin embargo, la jornada del 2 de julio de aquel año se convertiría en la más competida en toda la historia democrática de México, con una diferencia porcentual entre el primero y el segundo lugar de apenas 0.56%. Tal situación desembocó en la impugnación del resultado por parte de Andrés Manuel López Obrador, candidato presidencial de la izquierda integrada en la coalición "Por el bien de todos", conformada por los partidos de la Revolución Democrática, del Trabajo y Convergencia, lanzando fuertes críticas a los consejeros del IFE, pero particularmente a Ugalde, pues a su juicio no desempeñaron adecuadamente la tarea de arbitraje que les había sido encomendada por censurar tardíamente las declaraciones del entonces presidente de México, Vicente Fox, así como los anuncios pagados por el Consejo Coordinador Empresarial, organismo cúpula del empresariado mexicano, a favor de Felipe Calderón, aspirante de la derecha representada por el gobernante Partido Acción Nacional, que también promovió una rijosa campaña en medios electrónicos que comparaba a López Obrador con el controvertido presidente venezolano Hugo Chávez y alertaba a los electores sobre el supuesto "peligro para México" que implicaría el triunfo del ex jefe de gobierno del Distrito Federal, misma que la coalición "Por el bien de todos" pidió insistentemente que fuera sancionada y retirada del aire.

Dichos reclamos, antes y después del día de la elección, generarían una intensa discusión pública en torno al papel del IFE frente a la protección de la libertad de expresión y sus límites para los funcionarios públicos, los alcances y la pertinencia ética de prohibir o no la "guerra sucia" y los mensajes de miedo generados en aras de la eficacia del proselitismo electoral y, fundamentalmente, los muchos vacíos legales que dejaban al Instituto sin herramientas para actuar con mayor rigor y eficacia. A lo anterior se sumarían sospechas expresadas por el movimiento lopezobradorista que apuntaban a un fraude electoral que pasaba por la manipulación cibernética y de documentos como papeletas de votación y actas de registro, exigiendo el recuento voto por voto de todos los sufragios emitidos por la ciudadanía para elegir al próximo mandatario.

Una vez que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación calificó la elección y dio el triunfo a Calderón, luego de conceder el recuento del 10% del universo de los votos como muestra estadística para descartar maniobras fraudulentas (mismas que se desecharon al detectar sólo disparidades encuadradas en los márgenes de error, las cuales, al corregirse, elevaban incluso la ventaja de quien resultó presidente electo), los mismos magistrados reconocerían en su sentencia que distintas actitudes, pero particularmente la de Fox, enturbiaron innecesariamente el clima de la contienda, aunque no encontraron en ello violaciones legales, argumento sostenido permanentemente por Ugalde para explicar las limitaciones a que el Instituto Federal Electoral se vio sometido, pudiendo lanzar sólo pálidos llamados a evitar las confrontaciones.

Para 2007, como parte de la Ley para la Reforma del Estado y ante la crisis de credibilidad que se desató en contra del IFE (aprovechada por todos los partidos para hacer cambios jurídicos que les permitieran un mayor control en detrimento de su autonomía), en el muy debatido capítulo electoral se aprobó que Luis Carlos Ugalde y cinco consejeros más fuesen destituidos al modificarse el régimen de nombramientos del Consejo General del Instituto, que a partir de entonces sería escalonado, causando reacciones encontradas entre quienes calificaban esta determinación como una vulneración a su independencia e, incluso, un ajuste de cuentas, y los que la catalogaban como medida indispensable para la recuperación de la certidumbre en su actuar futuro. En la complicada búsqueda de consensos para que no se repitiera la falta de apoyo de la izquierda vivida en las designaciones de finales de 2003, el 13 de diciembre de 2007 la Cámara de Diputados rebasó el plazo por esta misma fijado para nombrar al nuevo presidente del Consejo General y a dos consejeros más en la primera etapa de renovación, dimitiendo Ugalde el día siguiente a modo de protesta.^[1]

Luego de dejar el cargo, Luis Carlos Ugalde fue profesor visitante de Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Harvard, tiempo que dedicó también a escribir el libro Así lo viví, en el cual relata su versión de las complejas elecciones de 2006, señalando las diversas presiones que recibió de distintos actores políticos y el daño provocado a la solidez e independencia de la institución ciudadana que presidió por cuatro años por parte del ex presidente Fox, del frente lopezobradorista y de Manlio Fabio Beltrones, entonces coordinador de la campaña presidencial de Roberto Madrazo, candidato de la "Alianza por México" (pactada entre el PRI y el Partido Verde Ecologista) y actual líder de la fracción priísta en la Cámara de Senadores, a quien se identifica como uno de los principales promotores de la renovación adelantada de la mayoría de los consejeros del IFE y de las citadas modificaciones legislativas en materia electoral.

Actualmente Ugalde es nuevamente profesor del ITAM, impartiendo las materias de "Elecciones y democracia en América Latina" y "Política mexicana contemporánea".

Véase también

• Instituto Federal Electoral
• Elecciones generales de México (2006)

Referencias y notas