- Marcha de la Constitución y la Libertad
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La Marcha de la Constitución y la Libertad, en Argentina, fue una gran manifestación antiperonista realizada el 17 de septiembre de 1945.
Contenido
Antecedentes
El 4 de junio de 1943 un golpe de estado derrocó al último gobierno de la llamada década infame. Asumió entonces una dictadura militar, encabezada sucesivamente por tres presidentes, los generales Arturo Rawson (1943), Pedro Pablo Ramírez (1943-1944) y Edelmiro Farrell (1944-1946). Este período ha sido conocido como la Revolución del 43.
En el curso de la Revolución del 43 diversos sectores fueron enfrentándose al interior del gobierno. Por otro lado Estados Unidos influyó profundamente en los acontecimientos apoyando abiertamente a los sectores que querían que Argentina le declarara la guerra a las potencias del Eje, durante la Segunda Guerra Mundial y obstruyendo el accionar de los sectores «neutralistas».
En ese proceso, se formó una alianza entre un gran sector de los sindicatos argentinos, mayoritariamente socialistas y sindicalistas revolucionarios con un grupo de militares jóvenes, lidearados por los coroneles Domingo Mercante y Juan Perón. Esta alianza significó el ingreso del movimiento obrero argentino al primer plano de la política argentina.
En 1945 el país comenzó a polarizarse. Por un lado, desde su llegada en mayo, el embajador estadounidense Spruille Braden, un empresario de ideas fuertemente antisindicales y partidario de la hegemonía absoluta de Estados Unidos en el continente («el Gran Garrote o Big Stick»), comenzó a organizar un gran polo opositor contra Perón, Mercante y los sindicatos. Este polo inmediatamente exigió la derogación de las leyes laborales y de las relaciones igualitarias en el mercado de trabajo, entre el sector empleador y el trabajador.[1]
El sector sindical se movilizó en defensa de las reformas laborales apoyando a Perón y comenzando a crear una nueva corriente nacionalista-laborista.[2]
En adelante la población argentina quedaría dividida en dos bandos frontalmente enfrentados: una clase obrera mayoritariamente peronista y un bando antiperonista mayoritario en la clase media (sobre todo porteña) y la clase alta.
Desarrollo
La oposición apareció unida por primera vez con una enorme manifestación de más de 200.000 personas, la Marcha de la Constitución y la Libertad, que se dirigió del Congreso a la Recoleta. Cincuenta personalidades de la oposición encabezaban la marcha, entre ellos los radicales José P. Tamborini, Enrique Mosca, Ernesto Sammartino y Gabriel Oddone, el socialista Nicolás Repetto, los radicales antipersonalistas José M. Cantilo y Diógenes Taboada, el conservador (PDN) Laureano Landaburu, los demócratas cristianos Manuel Ordóñez y Rodolfo Martínez, el filocomunista Luis Reissig, el demócrata progresista Juan José Díaz Arana, el rector de la UBA Horacio Rivarola.
El historiador Miguel Ángel Scenna comenta aquel hecho diciendo que:
La marcha fue una espectacular demostración de poderío de la oposición. Una larga y compacta masa de 200.000 personas -algo pocas veces o nunca visto- cubrió aceras y calzadas.[3]Se ha dicho que la manifestación estaba mayoritariamente integrada por personas de clase media y alta, lo que resulta históricamente indiscutible,[4] pero ello no invalida el significado histórico de su amplitud social y su pluralidad política. Desde el presente es posible interpretar que una de las dos mitades en que se estaba dividiendo la población estaba allí, pero en aquel momento la marcha aparecía como la unidad de prácticamente todas las fuerzas políticas y sociales que habían actuado en el país hasta entonces.
Consecuencias
La marcha opositora impactó de lleno en el poder del dúo Edelmiro Farrell-Juan Perón, presidente y vicepresidente, y desencadenó una sucesión de asonadas militares antiperonistas que se concretaron el 8 de octubre cuando las fuerzas militares de Campo de Mayo, al mando del general Eduardo J. Ávalos (uno de los líderes del GOU), exigieron la renuncia y detención de Perón. El 11 de octubre Estados Unidos le pidió a Gran Bretaña que dejara de comprar bienes argentinos durante dos semanas para producir la caída del gobierno.[5] El 12 de octubre Perón fue detenido y llevado a la Isla Martín García. En ese momento los líderes del movimiento opositor tuvieron el país y el gobierno a su disposición. «Perón era un cadáver político»[6] y el gobierno, presidido formalmente por Farrell, estaba en realidad en manos del general Ávalos quien asumió como Ministro de Guerra en reemplazo de Perón y sólo pretendía entregar el poder a los civiles lo antes posible.
La indecisión de la oposición y la reorganización de los sindicatos llevaron a una reacción que culminó con las grandes movilizaciones obreras del 17 de octubre de 1945, obteniendo la libertad de Perón y abriendo camino a un proceso electoral en el que resultó elegido presidente.
Referencias
- ↑ El 16 de junio la oposición comenzó la ofensiva con el famoso Manifiesto del Comercio y la Industria en el que 321 organizaciones patronales, lideradas por la Bolsa de Comercio y la Cámara Argentina de Comercio cuestionaban duramente la política laboral. La principal queja del sector empresario era que se estaba creando «un clima de recelos, de provocación y de rebeldía, que estimula el resentimiento, y un permanente espíritu de hostilidad y reivindicación». Godio, Julio (2000). Historia del movimiento obrero argentino (1870-2000), Tomo II, pag. 823
- ↑ Godio, ob. cit. pag. 803
- ↑ Scenna, Miguel A. (1974), Braden y Perón, Buenos Aires: Korrigan, pag. 76
- ↑ Luna, 219
- ↑ Schvarzer, Jorge (1996). La industria que supimos conseguir. Una historia político-social de la industria argentina. Buenos Aires: Planeta, pag. 194
- ↑ Scenna, Miguel A. (1974), Braden y Perón, Buenos Aires: Korrigan, pag. 81
Biografía
- Ferrero, Roberto A. (1976). Del fraude a la soberanía popular. Buenos Aires: La Bastilla.
- Luna, Félix (1971). El 45. Buenos Aires: Sudamericana. ISBN 84-499-7474-7.
Véase también
Categorías:- Historia contemporánea de Argentina
- Argentina en 1945
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