- Marco Atilio Régulo
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Marco Atilio Régulo
Senador Romano
Cónsul de Roma en dos ocasiones267 a. C. 256 a. C. – 266 a. C. 255 a. C. Predecesor Publius Sempronius Sophus Sucesor Decimus Iunius Pera
Datos personalesNacimiento Antigua Roma, Profesión Político y Militar Religión Politeísta Marco Atilio Régulo (en latín, Marcus Atilius Regulus) (muerto h. 250 a. C.) general y cónsul en dos ocasiones, de origen plebeyo, ocupando segundo consulado durante el noveno año de la Primera Guerra Púnica (256 a. C.). Durante su primer mandato consular, en 267 a. C., derrotó a los salentinos, capturó Brundisium (hoy Brindisi); y obtuvo, en consecuencia, el honor de un triunfo.[1]
Contenido
La Batalla del Cabo Ecnomo
Once años después, en el año 256 a. C., fue cónsul por segunda vez con L. Manlio Vulso Longo, y fue elegido en el lugar de Q. Caedicius, que había muerto poco después de que había asumido la magistratura consular. Era el noveno año de la primera guerra púnica. Los romanos habían decidido hacer un enorme esfuerzo para concluirla, y en consecuencia habían decidido invadir África, con una gran fuerza. Los dos cónsules, con 330 buques, embarcaron las legiones en Sicilia, y luego se hicieron a la mar desde Ecnomo con el fin de cruzar a África. La flota cartaginesa, sin embargo, los esperó bajo el mando de Amílcar y Hannón en Heraclea Minoa, y de inmediato le salieron a su encuentro. En la batalla que siguió, llamada Cabo Ecnomo, los romanos salieron victoriosos, perdieron sólo veinticuatro buques, mientras que destruyeron treinta de los buques del enemigo, y tomarón sesenta y cuatro, con todos sus tripulantes.
Desembarco en África y primeras acciones
El pasaje a África estaba despejado, y la flota cartaginesa se apresuró en defender la capital. Los romanos, sin embargo, decidieron no navegar directamente hacia Cartago, sino desembarcar en la costa oriental, cerca de la ciudad de Clypea o Aspis, capturándola y estableciendo allí su cuartel general. Desde allí organizaron expediciones de saqueo por toda la campiña cartaginesa, recogiendo en ellas un importante botín. Cuando se aproximaba el invierno, el cónsul Manlio regresó a Roma por orden del Senado, mientras que Regulo permaneció en territorio púnico con el resto de las tropas para proseguir las operaciones.
Marco Atilio llevaba las operaciones con la mayor energía, a lo que había de sumar la incompetencia de los generales cartagineses. El enemigo había reunido una fuerza considerable, que confió a tres comandantes: Asdrúbal, Bostar, y Amílcar, pero estos generales evitaban las llanuras, donde su caballería y los elefantes les habrían dado una ventaja sobre el ejército romano, y se retiraron a las montañas.
La batalla de los montes Adís
En los montes cerca de Adís los cartaginenses fueron atacados por Regulo, y derrotados con grandes pérdidas; 15.000 hombres se dice que habrían muerto en la batalla, y 5.000 hombres con dieciocho elefantes habrían sido capturados. Las tropas cartaginesas se retiraron dentro de las murallas de Cartago, y Regulo ahora invadió el país sin oposición.
Numerosas ciudades cayeron en poder de los romanos, y Túnez, entre otras, a una distancia de sólo 20 kilómetros de la capital. Para añadir a la angustia de los cartagineses, los númidas aprovecharón la oportunidad de rebelarse, y sus bandas errantes completaban la devastación del país. Los cartagineses, en su desesperación, enviaron a un emisario a Régulo solicitando la paz. Pero el general romano, que estaba embriagado con el éxito, sólo se las concedía en términos tan intolerable que los cartagineses decidieron continuar la guerra, hasta las últimas concecuencias.
Su derrota en los Llanos de Bagradas
En medio de la angustia y de alarma de los cartaginenses, la solución les llegó de un lugar inesperado. Entre los mercenarios griegos que acababa de llegar de Cartago, había un lacedemonio llamado Jantipo, que parece que ya había adquirido alguna pequeña reputación militar, aunque su nombre no se menciona con anterioridad.
Él señaló a los cartagineses que su derrota se debió a la incompetencia de sus generales, y no a la superioridad de las armas romanas, y con la confianza del pueblo, fue inmediatamente puesto a la cabeza de sus tropas. Basándose en su caballería de 4.000 jinetes y 100 elefantes, Jantipo marchó hacia campo abierto para hacer frente al enemigo, aunque sus fuerzas eran muy inferiores en número a los romanos, pero derrotó completamente a Régulo en los llanos del Bagradas. Treinta mil legionaros romanos fueron muertos, y apenas dos mil escaparon a Clypea, y el mismo Regulo fue hecho prisionero; junto con quinientos más. Esto fue en el año 255 a. C.[2]
Su cautiverio y muerte
Régulo permaneció en cautiverio por los próximos cinco años, hasta el año 250 a. C., cuando los cartagineses, después de su derrota de la Panormus por el procónsul Quinto Cecilio Metelo, enviarón una embajada a Roma para solicitar la paz, o por lo menos un intercambio de prisioneros.
Permitieron que Regulo acompañara a los embajadores con la promesa de que podría regresar a Roma, si sus propuestas fueron rechazadas, pensando que él podría convencer a sus compatriotas a un acuerdo de un intercambio de prisioneros con el fin de obtener su propia libertad.
La embajada de Régulo es uno de los relatos más célebres de la historia romana. Los cronistas y poetas relatan que Régulo al principio se negó a entrar en la ciudad como un esclavo de los cartagineses, después, no quiso dar su opinión en el Senado, porqué había cesado, debido a su cautiverio, de ser un miembro de este iluste órgano ilustre. Finalmente, cuando se le permitió por parte de sus compatriotas poder hablar, él trató de disuadir al Senado de asentir a una paz, o incluso a un intercambio de prisioneros, y cuando los vio vacilantes, él les dijo que los cartagineses le habían dado un veneno lento, que pronto pondría fin a su vida, y cómo, finalmente, el Senado negó aceptar la oferta de los cartagineses, se opuso firmemente a las opiniones de sus amigos de permanecer en Roma, y regresó a Cartago; donde una muerte de mártir, le esperaba.
A su llegada a Cartago, se dice que fue condenado a muerte en medio de las torturas más atroces. Se relata que fue colocado en un cofre cubierto en el interior con clavos de hierro, donde perecío, y otros escritores afirman además, que después de que sus párpados habían sido cortados, fue arrojado primermente a una cuarto oscuro, y luego, de repente, expuesto a los rayos de un sol ardiente. Cuando la noticia de la muerte bárbara de Régulo llegó a Roma, el Senado se dice que habría dado a Amílcar y Bostar, dos de los generales cartaginenses presos, a la familia de Régulo, que se vengaron sobre ellos con crueles tormentos.[3]
Esta historia convirtió a Régulo en prototipo de resistencia heroica, puesto de ejemplo para generaciones posteriores de romanos. Muchos historiadores dudan de su veracidad, al carecer de pruebas fidedignas (el mismo Polibio guarda silencio sobre la misma). Quizá se tratara de una historia inventada por analistas romanos para infundir moral a las tropas y alimentar el odio a Cartago, excusando así el cruel tratamiento de los prisioneros cartagineses.
Referencias
- Este artículo incorpora texto de la Encyclopædia Britannica de 1911 (dominio público).
- ↑ Eutrop. ii. 17; Flor. i. 20; Zonar. viii. 7; comp. Liv. Epit. 15.
- ↑ Polib. i. 26-34; Liv. Epit. 17, 18; Eutrop. oi. 21, 22; Oros. iv. 8; Zonar. VIII. 12, 13; Aurel. Vict. De Vir. III. 40.
- ↑ Liv. epit. 18; Gell. vi. 4; Diod. XXIV. p. 566, ed. Wesseling, Apia. Sic. 2, Pun. 4; Dion Cas. Fragm. p. 62, ed. Reimarus, p. 541, ed. Maii; Zonar. VIII. 15; Val. Máx. I. 1. § 14, IX. 2. ext. 1; Aurel. Vict. De Vir. III . 40; Flor. ii. 2; Cic. Off. iii. 26, pro Seat. 59, Cat. 20, en Pisón. 19, de Fin. v. 27, 29, et alibi;. Hor. Carm. iii. 5; Sil. Ital. vi. 299, & c.
Predecesor:
Publio Sempronio Sofo y Apio Claudio Craso RufoCónsul de la República Romana
junto con Lucio Julio Libo
267 a. C.Sucesor:
Décimo Junio Pera y Numerio Fabio PíctorPredecesor:
Lucio Manlio Vulso Longo y Quinto CedicioCónsul (sufecto) de la República Romana
junto con Lucio Manlio Vulso Longo
256 a. C.Sucesor:
Servio Fulvio Petino Nobilior y Marco Emilio PauloCategorías:- Militares romanos de las Guerras Púnicas
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- Romanos del siglo III a. C.
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