- Martín Tinajero
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Martín Tinajero (Écija, Sevilla, probablemente a comienzos del siglo XVI - Maracaibo, c. 1536) fue un explorador español cuya muerte mientras buscaba El Dorado, considerada en su época como un milagro, dio lugar a varias leyendas.
No se conoce su fecha exacta de nacimiento ni se puede decir nada sobre su vida antes de embarcar hacia tierras del Nuevo Mundo, ni vanal ni sobresaliente, ya que de él no hay nada escrito ni documentado. Lo que le acaece en tierras de Venezuela puede deducirse de lo que los cronistas coloniales fray Pedro de Aguado y fray Pedro Simón (a quienes siguió luego José de Oviedo y Baños) escribieron acerca de los últimos días de vida y posterior muerte (posiblemente al sur del lago de Maracaibo hacia septiembre de 1536) de este conquistador y lo que es más sorprendente, sobre el «milagro» que se produce en sus restos mortales.
Milagro tras su fallecimiento
Los cronistas cuentan que en el lugar donde yacía Martín se obró el prodigioso hecho de emanar agradables fragancias que provenían del propio Martín y cuyo cuerpo se encontraba cubierto de abejas que producían su miel en él mismo. Todo esto hace de Martin Tinajero un personaje que se debate entre la épica y la leyenda:
«Proseguía con ella el Capitan Martínez su derrota, con el orden que llevaba, caminando por lo alto de la serranía, con mas falta que abundancia de comidas, con que desde luego fueron experimentando mil aflicciones. A pocas leguas de como entraron en esta tierra doblada, sucedió un notable caso, y digno de que no se nos quede en el tintero. Entre los soldados que seguían al Capitan Martínez, era uno llamado Martín Tinajero, natural de la ciudad de Ecija, en el Andalucia, hombre que al parecer de todos vivia muy a lo cristiano, sin ofensa de nadie, y por consiguiente amigo de todos; fue necesario que un caudillo, llamado Hernando Montero, se apartase de buscar comidas, por la necesidad que llevaban, con hasta veinte compañeros, entre quienes iba este Martín Tinajero, al cual (en esta misma salida) aquejo tanto cierta enfermedad que tenia, a que ayudaban también las necesidades comunes a todos sus compañeros, que al fin lo tuvieron sus días. Enterrandolo sus compañeros en un hoyo que parecía haber hecho el agua de una rambla en tiempo de invierno, que por aquella tierra no hay otra mas que la que se detiene en estos hoyos. A este tiempo (de que puedo ser testigo, pues en mas de cuarenta leguas caminando por aquel país no la pude hallar mas que en dos partes) dejaron en esta que he dicho, enterrado el cuerpo, y con la comida que pudieron recoger, tomaron la vuelta del campo, que como caminaba poco por ir esperando a Nicolas de Fedreman, se detuvo algunos días en aquella comarca. Sucedió que después de algunos que habían enterrado el cuerpo de este hombre, se ofreció volver otra tropa y en ella algunos soldados de los que lo habían enterrado por aquel mismo paraje, y queriendo por curiosidad y por ver si los indios habían dado con el y lo habían desenterrado, llegar al sitio donde lo habían dejado ; mas de cincuenta pasos antes que llegaran a el, les vino un olor tan peregrine, suave, agradable y vivo, que quedaron como fuera de si, admirados, mirándose unos a otros, y preguntándose qué seria aquello, alargaron los ojos a la parte de la sepultura, y vieron que estaba el cuerpo de Tinajero algo descubierto, y que de el salia aquella suavidad de olor. No osaron llegar mas que hasta donde lo pudieron ver y enterarse que era el, porque estaba cubierto de un enjambre de abejas, de que hay muchas en aquella tierra, que hacen su miel en los huecos de los troncos.»
Fray Pedro Simón - (Noticias historiales de las conquistas de tierra firme en las indias occidentales - Tomo I. Capítulo XVIII.)En la actualidad
El contemporáneo escritor y narrador oral uruguayo-venezolano Armando Quintero Laplume realizó una narrativa dedicada a nuestro personaje, El corazón de Martín Tinajero, origen de una leyenda. Es también digna de mención la pincelada que el polémico poeta Venezolano Aquiles Nazoa arroja en su obra Credo_
...creo en los ratoncitos que tiraron del coche de la Cenicienta,
el beralfiro el caballo de Rolando,
y en las abejas que laboran en su colmena dentro del corazón de Martín Tinajero...Enlaces externos
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