Medio ambiente en España

Parque Nacional del Teide en Tenerife, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2007.

Con la Constitución de 1978 aparece por primera vez en España una constitución en la que se aprecia cierta preocupación por el Medio ambiente. Así, en el Artículo 45 se declara que:

Cambio climático

Desde el año 1996 en España el índice se han incrementado las emisiones de CO2 notablemente, incumpliendo de largo con los objetivos del Protocolo de Kioto sobre emisiones generadoras de efecto invernadero y contribuyentes del cambio climático.

España es un país especialmente afectado por el fenómeno de la sequía, en el cual repercute el cambio climático: durante el período 1880-2000 más de la mitad de los años se han calificado como de secos o muy secos. En la década de los 80, siete años se han considerado secos o muy secos y cinco en los años 90. El cambio climático preludia para España gravísimos problemas medioambientales, agravando los rasgos climáticos más extremos.

Según el premio nobel de la paz, Al Gore, España es el país europeo más vulnerable al cambio climático.^[1]

Por otro lado, Ban Ki-moon ha pedido a España un "liderazgo todavía más activo" en la lucha contra el cambio climático.^[2]

Plan de Contratación Verde

Elaborado por la Comisión para la Incorporación de Criterios Medioambientales a la Contratación Pública.^[3]

De acuerdo con el Plan de Contratación Verde la Administración comprará vehículos híbridos eléctricos (es decir, vehículos dotados simultáneamente con motor eléctrico y de gasolina) para usarlos en ciudad. Asimismo, en 2012 el parque móvil de la Administración General del Estado deberá consumir un 38% de biocombustibles. Uno de cada dos coches deberá consumir en 2012 un mínimo del 30% de biodiésel o un 85% de bioetanol. ^[4]

Opinión pública española

La preocupación de la sociedad española por los asuntos medioambientales han evolucionado en España de forma claramente ascendente. Algunos eventos de actualidad han tenido especial incidencia en la opinión pública española, como fue la firma del Protocolo de Kioto (11 de diciembre de 1997), el hundimiento del buque petrolero Prestige frente a la Costa de la Muerte, en el norte de España (13 de noviembre de 2002), o el debate sobre el cambio climático y las incidencias que el asunto ha mantenido en la agenda política y de los medios de comunicación en los últimos años.

El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), recoge tres principales sondeos de opinión sobre Ecología y Medio Ambiente:

1) Estudio número 2209^[5]

2) Estudio número 2590^[6]

3) Estudio número 2682^[7]

Véase también

• Fauna de España
• Flora apícola de España
• Espacios naturales de España
• Ministerio de Medio Ambiente de España
• Medio ambiente de la Región de Murcia
• Energías renovables en España

DEBATE SOBRE LA CONCIENCIACIÓN SOCIAL DE LA SOSTENIBILIDAD ECOLÓGICA EN LOS JÓVENES

Quedan tres meses para que se celebre la Cumbre del Clima en Durban. Quedan semanas para que de nuevo los países pongan su carta sobre la mesa y se compruebe como llevan los países las reformas que se establecieron en Kioto. Queda poco tiempo para saber si lo que se aprobó en 1997 hay que continuar prorrogándolo o se aportaran nuevas ideas sobre cómo afrontar de manera conjunta la crisis medioambiental que se está viviendo. Más de 40 países participaran de nuevo, pero ¿qué sucederá? Se repetirá el milagro de Kioto, o volverá a ser un intento desesperado de evitar medidas más represivas por parte de los países desarrollados. Los ecologistas, esperanzados en la ONU, convierten cada ciudad en la que se celebra una Cumbre, un nuevo lugar que recordar como país en defensa de la sostenibilidad de medioambiente. Aún así, y aunque reuniones ha habido muchas, realmente dos significaron un verdadero progreso para intentar buscar soluciones a este gran problema. Río de Janeiro significó en 1992 la esperanza en un proceso que incumbe a todos pero donde es complicado de establecer acuerdos. Las áreas de actuación se centraban en el cambio climático, la protección de la biodiversidad y la eliminación de sustancias tóxicas emitidas. Berlín, tres años más tarde, aportaba al tímido proyecto un carácter más ambicioso, donde 160 países firmaron la voluntad de reducir los gases emitidos que causaban un efecto invernadero. Supuso una declaración de intenciones en toda regla, aunque no se estableció nada concreto. Kioto, para muchos ecologistas, supuso después de varios intentos el verdadero comienzo de una dura carrera para la sostenibilidad ecológica del Planeta. Fue en esa reunión en 1997 donde se sentaron las bases de los compromisos concretos para llevar a cabo una actuación inmediata, pero que tendría resultados a largo plazo. Lo que en Berlín se comenzó a vislumbrar, en este momento se daba un paso para que se co0nvirtiera en realidad. Entre las diferentes medidas que se planteaban, la reducción de la emisión de gases tóxicos a la atmósfera se convirtió en un obstáculo para el mega-desarrollo de las potencias, y un alivio para los menos desarrollados. EE.UU propuso mil maneras para evitar tener que cumplir la mayoría de los requisitos, aunque finalmente se aprobaron las medidas, por lo que la gran potencia no tuvo más que aceptar el duro revés en que se convirtió la Cumbre.

Durban será la próxima ciudad en acoger un acontecimiento mundial como lo es una Cumbre. De que supondrá un antes y después no cabrá duda. Tampoco habrá duda de las desavenencias que surgirán entre los países. De lo que realmente se está seguro es que los países necesitan respuestas a sus preguntas y soluciones a sus problemas, y probablemente Durban será el lugar donde las encuentren. Cambios de mentalidad Pero lejos de lo que pueda ocurrir en Durban, si las medidas han funcionado o no, y las iniciativas que allí planteen los que mueven los hilos de este mundo, lo que si es cierto es que en las sociedades, en lo más tangible para cualquier persona, se ha podido notar un cambio, pero no un cambio cualquiera, sino un cambio en los hábitos de la sociedad, o por lo menos eso es lo que intentan hacer creer. Echando un vistazo a las encuestas de los últimos años, todas parecen indicar un cambio en la mentalidad del ser humano, y más concretamente en los españoles. Según el Instituto Nacional de Encuesta (INE), en un estudio publicado en 2008, más del 95% de los hogares españoles ha asumido un nuevo hábito en pro del medio ambiente. Lo que parece impactante y un guiño positivo para las Cumbres del Mundo, que comienzan a ver sus frutos. Si este dato causa conmoción y porque no, alivio, también sorprende saber que en tres de cada cuatro viviendas se separa el papel, del vidrio y de los envases metálicos para depositarlos en su contenedor correspondiente. El reciclar, aquello que suponía mucho esfuerzo para los hogares y un verdadero cambio de lo habitual, ya es un hecho que comienza a calar hondo. El boom de los tres basureros de diferentes colores para su fácil identificación es un claro ejemplo de cómo convertir lo aburrido que es tirar la basura en algo ameno. De ese estudio, también se puede extraer que son los jóvenes universitarios los que verdaderamente se preocupan por la situación actual y se apuntan a la nueva moda de reciclar. Más del 80% de los jóvenes con estudios superiores recicla todos los días y deposita cada material reutilizable en los contenedores. La tercera edad también parece haberse apuntado al carro de los tres contenedores, por aquello quizás de que el mundo como ellos lo conocieron lo puedan disfrutar sus bisnietos. Cerca del 77% colabora con el medio ambiente depositando cada residuo en el lugar que le corresponde. Los que parecen estar más reacios a participar en estas medidas son los jóvenes sin estudios y los que se encuentran entre los 25 y 44 años. Quizás, unos por pertenecer a la generación ‘Nini’ de los que ni estudian, ni trabajan, ni se interesan por nada que se salga fuera de su mundo, y quizás otros por estar inmersos en edades donde el trabajo, tan deseado en los años que corren, ocupa todo el tiempo. En Andalucía los resultados de la encuesta no parecen tener diferencias con los datos generales. Como ocurre en el resto del país, el 80% de los encuestados andaluces según el estudio del INE, se encuentran muy preocupados por la situación de crisis del medioambiente. Aún así, en comparación con el resto de Comunidades Autónomas, el Sur parece ser la zona del país que más se preocupa por cuestiones medioambientales. Aún así, a la hora de realizar un cuestionario para comprobar de primera mano los datos ofrecidos por el INE, la situación en cuanto a concienciación se asemeja a los resultados obtenidos en el 2008, aunque con cambios significativos. Según un muestreo realizado a unos 50 jóvenes de edades entre los 18 y 24 años, cursando estudios universitarios y superiores, el 90% tiene conciencia de la importancia que supone la sostenibilidad para el futuro del medioambiente. Aún así, sólo el 45% de los encuestados confiesa con sinceridad reciclar con asiduidad, bien así, haciendo distinción entre los diferentes residuos. El papel se encabeza como el más importante, con el 70% de los resultados, frente al 10% de los envases de plástico y metálicos. El vidrio poco a poco se va igualando con el papel. “Cada vez que hacemos botellón en casa intentamos amontonar las botellas para tirarlas después juntas”, puntualiza una chica que estudia Restauración en la Taberna de Alabardero de Sevilla. El principal motivo que empuja a los jóvenes para reciclar tiene que ver con un compromiso social, en el que todos los que conviven en una vivienda se proponen reciclar los residuos. Más que por ayudar al medioambiente, la preocupación tiene que ser un compromiso antes que una imposición o una mera forma de colaborar. En cuanto al conocimiento de las Cumbres y sobre las cuestiones importantes y trascendentes que allí se tratan, lo cierto es que prefieren informarse de otros problemas antes que de medioambiente. El 80% de los encuestados relacionan Kioto con el cambio climático, aunque tan sólo cinco de los encuestados sabían que sucedió en dicha reunión. Sobre la siguiente Cumbre, ninguno de los encuestados sabe donde será y a qué acuerdos llegarán los países implicados. En lo que sí parecen ponerse de acuerdo los jóvenes que residen en Sevilla es en considerar negativo medidas como las que adoptó el Gobierno sobre la reducción de velocidad con el fin de mejorar la sostenibilidad ecológica. El 85% cree que fue una medida innecesaria y poco eficaz. También parecen coincidir en ver ‘el reciclar’ como uno de los propósitos para el año próximo años. El 100% de los encuestados se plantean ser mejores ciudadanos del mundo de cara al año que viene.

Referencias

Enlaces externos

• Plan de Contratación Pública Verde de la Administración General del Estado.
• Estrategia Española de Desarrollo Sostenible.