- Meiga
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La palabra meiga, es decir, maga, viene del latín magicus y se emplea en Galicia y en las provincias de Asturias[1] (sobre todo en Galicia), con el significado de "persona de con poderes extraordinarios o mágicos y que puede pactar con el diablo" (en muchos aspectos son el equivalente a las brujas).
La figura de la meiga está muy arraigada en la tradición popular, y se diferencia de la bruja en que esta última actúa siempre con maldad, pudiendo tratar y hasta pactar con los demonios, y sin embargo, las meigas también son conocidas como curanderas y videntes, y las gentes acuden a ellas para ser curadas con sus rescritos, ensalmos y conjuros.
Las hay que vuelan a caballo de los estadojos de los carros (estacas para sostener la carga) o de sus escobas. Pero otras son sólo mujeres con poder para realizar el mal de ojo y para curarlo, además de otros males.
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Tipos
Se dice que hay un gran número de ellas, cada una con diferentes poderes:
- Meigas chuchonas (o chupadoras): son las más peligrosas, y se presentan con distintas caras o transformadas en vampiros e insectos, como abejorros. Chupan la sangre a los niños y les roban los untos (grasa corporal) para ser empleados en la elaboración de ungüentos y pociones.
- Asumcordas o brujas callejeras: espias de las gente y vigilantes de quienes entran y salen de las casas.
- Marimanta: es la meiga del saco, roba niños y los hace desaparecer.
- Feiticeira (Hechicera): viven cerca de los ríos y riachuelos, aunque anciana, su aspecto no repele, posee una voz muy bella que con sus cantos hipnotiza a los chicos que se acercan al río y hace que se vayan metiendo en el río, donde al fin se ahogarán.
- Lavandeira: esta meiga sorprende al caminante que pasa por un lavadero, invitando a este a que la ayude a escurrir las prendas que lava, tintas de sangre todavía tibia, a consecuencia, según se dice, de un mal parto. La persona ha de tener cuidado de torcer la ropa en el mismo sentido que ella, porque de lo contrario, la desgracia caerá sobre su casa.
- Lobismuller (mujer loba): tienen que haber nacido en Nochebuena o Viernes Santo, o bien ser la séptima o novena de una familia donde todas las hijas son mujeres.
- Vedoira: es esbelta y agradable en el trato. Posee facultades adivinatorias, y son expertas en contactar con el más allá para decir si alguien fallecido está gozando eternamente en el cielo o si aún penan en el Purgatorio.
- Voladoira: vuela y hace piruetas acrobáticas en el cielo.
- Cartuxeira: son meigas echadoras de cartas, que siempre aciertan en sus vaticinios.
- Agoreira: estas meigas envejecen prematuramente, pero viven muchísimos años.
- Dama de castro: estas meigas viven bajo castros milenarios o bajo tierra en un castillo de cristal, llevan siempre un largo vestido blanco de cola y siempre atienden a solicitudes de la gente. Ya que goza de bienestar y fortuna ningún tipo de halago o favor sirven para recibir de ella consejos o regalos; al contrario suele aparecerse a personas afligidas por alguna situación difícil de su vida, y a esas personas otorga sus favores.
Métodos para protegerse de las meigas
Para defenderse de ellas y de sus hechizos existen amuletos que pueden colocarse en las casas o colgarse del cuello del afectado. Estos son algunos de ellos:
- Colocar una escoba vuelta del revés tras la puerta de la entrada
- Llevar un diente de ajo, una castaña pilonga. Llevar una higa (mejor de azabache compostelano) colgada del cuello o unos cuernos de vacaloura (ciervo volante)
- Tener en casa tierra bendita de los cementerios o ramas de laurel bendito el Domingo de Ramos
- Buscar garras de fieras o dientes de lobo
- Poseer en forma de varitas, colgantes o pectorales, trozos de azabache, ámbar y distintas piedras capaces de rechazar los venenos y encantamientos.
- Tradicionalmente se cree que saltando la cacharela de San Juan tres veces o múltiplo de tres se espanta a las meigas.
Es muy popular la frase, "Eu non creo nas meigas, mais habelas, hainas" ("Yo no creo en las meigas, pero haberlas, haylas"), que resume a la perfección el equilibrio del carácter gallego entre lo práctico, la incredulidad y el misticismo.
El meigallo es el hechizo que realizan las meigas. Un ensalmo muy común es "¡Meigas fóra!", que es acompañado del gesto de la higa.
Véase también
Referencias
Categorías:- Mitología de Galicia
- Brujería
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