- Miguel Claro
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Miguel Claro Vásquez nació en 1861 en Santiago de Chile y falleció el 19 de mayo de 1921 siendo enterrado en el interior de la Iglesia de la Recoleta Domínica. Fue un médico cirujano y sacerdote católico.
Vida
Miguel Claro fue Obispo auxiliar de los Obispos de Santiago de Chile Crescente Errázuriz y Juan Ignacio González Eyzaguirre. Fue el primero en traducir al castellano la Encíclica "Rerum Novarum" publicada por el Papa León XIII. La dio a conocer entre los cristianos como nuevas ideas católicas especialmente entre los sacerdotes, trabajadores y estudiantes universitarios.
Era un gran promotor de las encíclicas sociales, era poseedor de una gran quinta en Providencia, donde había edificado una elegante mansión y dos pequeñas casas. En 1913 arrendó esta propiedad al recién creado Liceo José Victorino Lastarria, que comenzó a funcionar en las mismas edificaciones.
En su honor se le coloco su nombre a una importante arteria vial de Santiago de Chile.
De su panegírico:
Silenciosamente ha descendido al sepulcro un gran Prelado, un ilustre Príncipe de la Iglesia chilena, un virtuoso Sacerdote; con muerte serena y apacible se ha dormido en el Señor el dignísimo Obispo, don Miguel Claro, el 19 del mes actual.Pérdida lamentable es para la Iglesia y para la Patria el desaparecimiento de este varón prudente y justo. Vivió siempre sin ruido, sin ostentación; pero trabajó, estudió, hizo el bien sin cesar, abnegadamente, con generosa caridad. A pesar de su inquebrantable decisión de vivir olvidado en el retiro, en el silencio, la Iglesia le confió los puestos más delicados, las obras más importantes, las comisiones más difíciles y en todo momento el ilustre Prelado supo mostrarse activo, hábil y prudente; sus títulos y múltiples labores son el mejor comprobante. De carácter bondadoso, de espíritu sereno, de ánimo imperturbable, jamás obró con precipitación ni ardores y en horas de pruebas, de rudos golpes, dio ejemplos de generosidad, de elevada nobleza de corazón. Sus características fueron la modestia, el retiro; el estudio, el trabajo asiduo; la benevolencia para con todos, especialmente para con la clase obrera de la que fue benefactor y amparo, a la que de un modo especial consagró sus desvelos, sus actividades, todas sus influencias. Varón de recto juicio, de ilustrado criterio, de larga experiencia, tenía una palabra, un consejo siempre acertado, en situaciones delicadas, en momentos de aflicción y duda. Sincero admirador de las Ordenes Religiosas el Ilustrísimo señor Claro les guardó siempre respetuosa deferencia; jamás les negó su concurso y apoyo, cuando acudían a él. Tuvo singular predilección por los Dominicos y ha querido dejar una edificante prueba de este afecto pidiendo para descanso de sus venerados restos la sepultura de los Hermanos de la Recoleta Domínica. Harto sensible es la pérdida del Ilustrísimo señor Claro para la Iglesia y para la Patria en horas difíciles para ambas, pues las dos necesitan hoy hombres de la rectitud, del mérito que él poseía, capaces de señalar rumbos en problemas que exigen abnegación, experiencia e inspiración superior; problemas que hoy tanto apasionan, que agitan profundamente los ánimos y que si no se llevan por la tranquila senda de la justicia, de la verdad, del orden, pueden precipitar al abismo, a la ruina general. Estos problemas son los principios económicos, sociales y religiosos que deben basarse en el derecho, en la moral y en la fe, problemas que piden la mayor suma de prudencia, de equidad, de estudio, de conciencia honrada y abnegada para salvar de segura ruina a una sociedad. Tal fue la senda luminosa que siempre siguió el malogrado Obispo de Legión en sus obras, en sus consejos, en todas sus actividades; ojalá tenga muchos imitadores y así alejar de la Patria días de zozobras, de amenazas, de odios fratricidas. Quiera Dios que su ejemplo, sus virtudes y su llorada muerte sirvan de inspiración y enseñanzas para los que sinceramente quieren la paz, la armonía de todas las voluntades por el bien de la Iglesia y de la Patria.
Paz eterna al virtuoso Prelado; veneración y gratitud al que trabajó en pro de sus semejantes.
Fr. LUIS Ma. IGLESIAS, O.P. Santiago, 21 de Mayo de 1921.Categorías:- Nacidos en 1861
- Fallecidos en 1921
- Obispos Auxiliares de Santiago de Chile
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