“(...) No creas que cuando fui a Santiago de Cuba a pelear fue solo con el propósito de tirar tiros, pues cuando me decidí a ir lo hice porque no podía permanecer tranquilo ante las injusticias de los gobiernos Vende Patrias (...) fui hermana mía por acabar con todo eso (...)” Estas son las palabras de Antonio López Fernández (Ñico) el 4 de agosto de 1954 durante su exilio político escritas a su hermana desde Guatemala. Le explica el por qué de su decisión del asalto al Cuartel Carlos Manuel de Céspedes el 26 de julio de 1953 bajo la dirección del entonces joven Raúl Castro en Bayamo en la antigua provincia Oriente hoy Granma.

Infancia

Ñico López, nace un hogar humilde en el municipio habanero de Marianao el 2 de octubre de 1932. Se vio obligado a dirigirse en edad escolar a ayudar a su sustento familiar, a pesar de su situación tuvo la oportunidad de asistir a los estudios.

Desde los 10 años estuvo trabajando con el objetivo de ayudar a su familia. Comenzó limpiando zapatos y pisos, fue ayudante de albañil y vendió ropas y zapatos, terminó ayudando a su padre en un camión de alquiler que trasladaba mercancías hacia el citado mercado.

Juventud

Ante la situación de la sociedad cubana en aquellos años 50 dada por los elevados índices de analfabetismo y de pobreza, de dependencia económica, de gobiernos corruptos, de fondos económicos malversados por estos gobiernos entre otros innumerables problemas sociales Ñico López decide enfrentar al gobierno batistiano mediante la lucha armada como única forma conseguir el derrocamiento de estos gobiernos. Así siguió a Fidel Castro y luchó sin descanso en todo lo posible primeramente por reunir fondos para la lucha con el objetivo de la compra de armas y más tarde en el enfrantamieto en las acciones del 26 de julio.

En estas acciones fue encargado de las acciones de asalto al Cuartel Carlos Manuel de Céspedes para impedir que la llegada de refuerzos del ejército gubernamental a Santiago de Cuba, segunde capital del país, donde se libró la acción principal guiada por Fidel y Abel.

Fue un militarmente un fracaso la acción y tras ver que en Santiago de Cuba también se había producido un fracaso se dirige a La Habana tras la gran persecución a los asaltantes y de ahí se dirige al exilio, a Guatemala.

En el exilo

Es Ñico López quien conoce al Che en Guatemala y le comenta de Fidel Castro. Le explica de la situación cubana y de los planes de lucha armada que se pensaban realizar en Cuba para derrotar a Batista. Así es como el Che estando una vez en México contacta con Fidel y se enrola en la futura travesía del Yate Granma que traería a Cuba a los 82 expedicionarios que realizarían el viaje a la Isla.

Ñico López formo parte de esta expedición que llega a las costas cubanas el 2 de diciembre de 1956. El día 5 de ese mes los revolucionarios debido a la falta de experiencia sufrieron un primer encuentro con la aviación del ejército batistiano y obligados a dispersarse por los campos de la zona. El día 7 llegó a la zona de Niquero y a consecuencia de una dalación es detenido y asesinado junto a los otros expedicionarios Miguel Cabañas, José Smith, Tomás Royo y Cándido González.

La persecución se tornó una cacería humana por varios días.

Su penar de independentista y revolucionario lo dejó plasmado en una carta que le escribe a sus familiares en México fechada el 4 de marzo de 1955:

(...) la lucha se ha entablado desde el punto de vista de clases necesitadas y explotadas, ésa es la verdadera lucha y por ella debemos estar prestos (...) Luchar por Cuba no quiere decir luchar por lo politiqueros corrompidos del presente ni del pasado, luchar por Cuba es luchar por el pueblo, por los que sufren, por los que a través de siglos han estado explotados. Esa y sólo ésa es la verdadera lucha.”Cuba