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Paso Mayor
El 19 de noviembre de 1922, los habitantes de la colonia de Alemanes del Volga ubicada en la zona de la estación “Paso Mayor” (llamada así por su cercanía al “Paso del Mayor Iturra”, sobre el río Sauce Grande), a 40 km de Bahía Blanca, erigieron una capilla dedicada a los Santos Apóstoles Pedro y Pablo. Hacia 1940 la Colonia fue atendida por el Padre Franz Maibach, de origen alemán; ordenado como presbítero en 1936 para la Diócesis de Bahía Blanca, actuó sobre todo como capellán del Hogar “Sagrado Corazón” (en las cercanías de Vatteone - Carhué) y de diversas colonias de origen alemán. El P.Maibach, nacido el 9 de febrero de 1905 en Kirdorf, cerca de Frankfurt, pertenecía desde su juventud al Movimiento de Schönstatt y lo difundió entre aquellos para quienes trabajaba. Orientados por él, los colonos de Paso Mayor consagraron en 1947 su Capilla a la Madre y Reina tres veces Admirable. Por su amistad con el P.Maibach y en oportunidad de sus viajes a Argentina, el 8 de diciembre de 1948 visita Paso Mayor el Fundador del Movimiento de Schönstatt, Padre José Kentenich. En esa ocasión promete volver con una imagen original de Nuestra Señora de Schönstatt. Cumplió esa promesa en Pascua de 1952. El centro de toda la fiesta fue la “colocación de la imagen de nuestra Madre tres veces Admirable de Schönstatt en este Santuario”, el Domingo de Pascua, 13 de abril. Después de recorrer 9 km de tierra, piedra y cruzar el arroyo Napostá chico, una rústica tranquera con un cartel nos anuncia: "Santuario", ¡hemos llegado!
EL FERROCARRIL Y EL "MUELLE DE LA FRANCESA"
La búsqueda de una salida al mar por la zona de Puerto Belgrano era la raison d'être de la empresa, evidenciada desde el nombre mismo de la Compañía. Unir el área de influencia francesa en torno a Rosario con el sudeste bonaerense, aprovechando las ventajas que los estudios técnicos asignaban a Puerto Belgrano por sobre otras áreas de la bahía era el objetivo del plan francés. El 29 de septiembre de 1906 Alvear obtuvo la concesión para el mejoramiento del sitio comercial en Puerto Militar, demasiado precario para la función que desempeñaba. Las obras fueron adjudicadas (como era lógico suponer) a la empresa Hersent. Las reformas dotaron al Muelle C de todos los servicios inherentes a la función, pero lo exiguo de sus dimensiones conspiró para que fuera verdaderamente útil a los intereses del Ferrocarril. Durante los años que funcionó, se lo conoció en la zona como "el muelle de la francesa". En virtud del contrato, el gobierno se reservaba el derecho de expropiación, previa indemnización, cuando las obras estuviesen terminadas, lo que hizo en 1911, desmantelando casi enseguida las instalaciones de carga y depósito de mercadería.
Esta cláusula fue impuesta por presiones de la Armada, que había mirado poco favorablemente las instalaciones mercantiles en el seno mismo de una base militar y por la necesidad de no ofrecer competencia al otro emprendimiento privado que prometía ser monumental: el puerto que en Arroyo Pareja levantaría la concesión otorgada a Abel J. Pagnard. El tendido de las vías a través de las llanuras rara vez presentaban obras de ingeniería de la magnitud requerida por la línea Rosario a Puerto Belgrano, dados los muchos cruces ferroviarios y la naturaleza del terreno, pródigo en cursos de agua de diverso tamaño. Con una longitud cercana a los 800 km., la trocha utilizada fue la estándar argentina, de 1,676 m. Los rieles eran del tipo denominado Vignole, de 12 m. de largo y un peso de 45,125 kg. por metro lineal. Los durmientes eran de quebracho colorado y había dieciséis por cada riel. A modo de balastro se utilizó tierra o tosca partida. Las vías comenzaron a tenderse en 1906, prolongándose los trabajos por cuatro años. Los primeros tramos se terminaron en 1908, autorizándose a efectuar los primeros transportes provisionales de carga el 6 de febrero de 1909. Partiendo de Punta Alta y de Rosario al mismo tiempo, los rieles se encontraron en Huanguelén en 1910.
Desde Rosario, la vía se internaba hacia el sudoeste, adentrándose en el corazón cerealero santafesino. Pasaba por Bigand, Chovet y San Gregorio. Desde allí, penetraba en Buenos Aires hacia el sur, por Timote, Capitán Castro, y, ya en nuestra zona, tocaba, entre otros puntos, Luro, Huanguelén, Coronel Suárez, Coronel Pringles, El Divisorio, LartigaEsta región no fue ajena a la presencia de la pulpería, tanto en lo que hoy es el microcentro de la ciudad de Bahía Blanca como en el resto de la región sur. Dentro del Partido de Bahía Blanca no pocas tuvieron su protagonismo.
Una de ellas, situada en zona rural que actualmente está comprendida en el Partido de Coronel Rosales, era denominada “Posta de Paso Mayor”, también conocida como “Pulpería de Laporte”, nombre éste que, según el agrimensor Miguel Angel Tous, debe ser una deformación de “de la Parte”, apellido de los antiguos propietarios del predio rural lindero al río Sauce Grande y al camino vecinal que, viniendo de Bajo Hondo, pasa frente a la estación ferroviaria de Paso Mayor, continuando hacia Coronel Falcón. Según las referencias que da el nombrado se había construido con ladrillos y es un verdadero testimonio histórico. Según Adrián Luciani los restos de la pulpería nombrada dan cuenta de gruesas y pesadas paredes. Su historia se inició en pleno territorio indio, a mediados del siglo pasado, cuando servía como lugar de descanso para los viajeros, como centro comercial para los aborígenes que se acercaban para canjear plumas y pieles por mercaderías y licores. En esa pulpería se guarecían viajeros y clientes, en días de lluvia, o disfrutaban ociosamente, en compañía de alguna bebida espirituosa. Dice el informante: “Las botellas y los patacones iban y venían a través de una robusta reja, aún intacta, que comunicaba ese recibidor con el resto de las amplias dependencias, donde seguramente vivía el pulpero con su familia. Todo el inmueble brinda la apariencia de una fortaleza inexpugnable, con paredes de ladrillo de 60 centímetros de espesor, rejas y aberturas de madera maciza”. “En 1884, la llegada del ferrocarril significó un golpe mortal para la posta de Paso Mayor, cuando los caballos de acero reemplazaron a las pesadas carretas y carruajes. El establecimiento alcanzó a funcionar como pulpería hasta fines de la primera década de este siglo (siglo XX), para luego albergar un almacén de ramos generales que, tras algunos vaivenes, cerró definitivamente sus puertas en los años 30”.
Categoría: Bahía Blanca
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