- Pedro María Morantes
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Pedro María Morantes
Pedro María Morantes (San Cristóbal, Edo. Táchira, 24 de octubre de 1865 - †París, Francia, 4 de febrero de 1918), fue un abogado, escritor y activista político venezolano, conocido bajo el seudónimo de Pío Gil.
Contenido
Primeros años
Hijo de María Jara y Miguel Morantes, comerciante de ganado de la aldea de La Sabana (actualmente La Concordia, en San Cristóbal), quedó huerfano a los cinco años, habiendo perdido también a sus hermanos Dionisio y Miguel, es puesto al cuidado de su tía Cecilia Morantes de Pérez, quién es la responsable de la crianza de Pedro María. En 1876 ingresó al Colegio Nacional y en 1883 marcha a Mérida, luego de terminar el bachillerato Debido a la falta de recursos económicos tuvo que sufragar con su trabajo sus estudios de primaria y los de bachillerato. En la Universidad de Los Andes de Mérida cursó tres años de derecho (1884-1887). Durante este tiempo se destacó como animador de grupos y publicaciones y como poeta y prosista de tendencia romántica. En 1885 pierde un ojo a causa de una pedrada. En 1887, se trasladó a Caracas donde culminó, con honores, sus estudios de derecho en 1890.
A pesar de que en esos momentos Venezuela vivía una intensa reacción contra el poder y la figura de Antonio Guzmán Blanco, Morantes, de carácter retraído, estudia, lee y toma nota de los acontecimientos sin participar en la vida política activa o en los frecuentes alzamientos militares. Volvió a San Cristóbal para dedicarse, sin éxito económico, al ejercicio del derecho, a la docencia y a los negocios. Simultáneamente se dedica a la composición de poesía y artículos en publicaciones como El Tribuno de Mérida y El Eco de Occidente.
Funcionario público
En 1903 regresó a Caracas, ocupando brevemente un cargo en la Cancillería y siendo designado juez de primera instancia en lo civil del Distrito Federal. Desde esta posición, entra en contacto con la sociedad que adula y tolera al mandatario Cipriano Castro. En sus libretas va registrando en secreto un expediente de la situación del país, dando forma a denuncias imposibles de divulgar.
Pío Gil en el exilio
En 1908 emprende un viaje a Europa, dando comienzo a un largo período de destierro, voluntario y definitivo. Por casualidad, en el mismo barco que lo transportaba al viejo continente, coincide con Cipriano Castro quien se dirigía a Alemania a curarse de una afección renal. Esta ocasión la aprovecha Morantes para observar de cerca al personaje y tomar notas que formarán parte de su Diario Íntimo, publicado en 1965.
En España y Francia consigue publicar sus denuncias contra la corrupción, vicios y males de Venezuela y su gobernante bajo el nombre de Pío Gil. No obstante el gobierno, en desconocimiento de sus actividades, lo designa cónsul en Ámsterdam, pero al poco tiempo la publicación de sus primeros libelos acarrea su destitución, apenas se identifica el verdadero nombre detrás del seudónimo de Pío Gil.
El Cabito, novela que tiene como personaje principal a Cipriano Castro, así como el resto de su obra, publicada entre 1909 y 1917, es introducida clandestinamente en Venezuela. Aunque Morantes fue autor de una literatura política agresiva y no participó en invasiones militares ni en luchas políticas, su posición panfletaria le impidió volver al país. En 1917 da a conocer su poema Lira anárquica, en el que, a la manera de José Asunción Silva, invita al tiranicidio.
Los acontecimientos de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), tuvieron un impacto notable en el pensamiento de Morantes. En tal sentido, en sus últimos escritos reflexiona acerca de las razones y consecuencias de esa sangrienta confrontación. Pese a la buena acogida de sus escritos, particularmente El Cabito, buena parte de su obra permaneció inédita por muchos años.
Legado
A la muerte de Juan Vicente Gómez en 1935, los veteranos de la lucha contra su gobierno intentaron hacer un homenaje a la figura de Pedro María Morantes. En 1939 la Cámara del Senado aprobó la repatriación de sus restos y la publicación de sus obras inéditas. Una muestra de sus escritos sobre la Primera Guerra Mundial fue publicada en 1940 en la Revista Nacional de Cultura. Luego, en 1962 y 1965, se editaron sus diarios íntimos y sus cartas, los cuales representan documentos de primera mano de gran importancia para la comprensión de los primeros años del siglo XX venezolano. No fue sino hasta 1975 cuando sus restos finalmente trasladados a Venezuela, siendo sepultados, en 1977, en el mausoleo de héroes de San Cristóbal. En 1978 el cineasta Daniel Oropeza realizó una versión fílmica de El Cabito.
Referencias
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