Pedro Mourlane Michelena (Irún, 1888- Madrid, 1956) Periodista y escritor vasco.

Trayectoria profesional

Sufrió una infancia cruel y desolada y se trasladó a Bilbao. Licenciado en Filosofía y Letras, formó en Bilbao junto a Ramón de Basterra y Rafael Sánchez Mazas, la Escuela romana del Pirineo.

En su primera etapa, tuvo veleidades nacionalistas, allanadas por sus conocimientos del euskera, idioma en el que ejerció de crítico litarario. En Bilbao dirigió un periódico. Radicado en Madrid, colaboro en El Sol y acabó su carrera en Arriba. Organizó la tertulia de La Ballena Alegre, junto a Eugenio Montes. Fue el creador de un estilo periodístico caracterizado por los artículos divagatorios, impregnados de alusiones culturales y escritos en una prosa de gran riqueza, que siguieron Víctor de la Serna, Sánchez Mazas y Eugenio Montes, entre otros. Tras la guerra civil, fue cronista de la Revista de Estudios Políticos, y director de Escorial, en 1947, sin abandonar su título de cronista oficial de Irún.

En 1915 publico, en Bilbao El discurso de las armas y las letras -un alegato germanófilo-, y en 1960 apareció una selección de sus escritos, con el título de El arte de repensar los lugares comunes. Junto con Rafael Sánchez Mazas y Jacinto Miquelarena compuso la letra del Cara al sol. En los años veinte, asistía a la tertulia del café bilbaíno Lyon d´Or, de la que eran asiduos Unamuno, el doctor Areilza, el pintor Zuloaga, Zuazagoitia, Rafael Sánchez Mazas, Manuel Aznar Echalar, José María de Areilza, José Antonio Sangroniz, Fernando María Castiella, etc. Gregorio Morán, en su obra Los españoles que dejaron de serlo afirma que: "El régimen (franquista) los necesitaba, a Mourlane, Michelena y Manuel Aznar, posiblemente porque carecía de intelectuales veteranos y, a su vez, ellos necesitaban del Régimen". Eduardo Aunós, ministro de Justicia en 1943, escribió en el prólogo de su primera obra: "Fue el maestro de toda una generación de españoles, de la generación de la Guerra Nacional y también de la postguerra. Algún día, la figura de Mourlane aparecerá como uno de los mas altos ingenios de nuestra patria". Su Discurso de las armas y de las letras es calificado por Morán como un dechado de cultura rancia, con frases ampulosas y pretendidamente audaces que hoy con buena voluntad acercaríamos al surrealismo: "Que nos perdonen esos excelentes contables. Pero entre la partida doble y la etiqueta, tenemos que optar, irremediablemente, por la etiqueta. Nosotros pedimos a la realeza que dé todo su esplendor... Hay que echar, hay que echar, hay que echar, de tarde en tarde, mantos redondos de aire a las chaquetas de la democracia".

Referencias

• Gran Enciclopedia Larousse Ed. Planeta, Barcelona (1993) ISBN: 84-08-46020-X