- Querella de los bufones
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Querella de los bufones
La querella de los bufones (en francés, querelle des Bouffons o guerre des Coins) fue una controversia parisina que enfrentó durante los años 1752-1754 a los defensores de la música francesa agrupados tras Jean-Philippe Rameau («coin du Roi») y los partidarios de una ampliación de los horizontes musicales, reunidos alrededor del filósofo y musicólogo Jean-Jacques Rousseau («coin de la Reine»), partidarios de italianizar la opéra francesa.
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Un choque cultural
La querella estallo el 1º de agosto de 1752, cuando una troupe itinerante italiana, la de Eustacchio Bambini, se instala en la Académie royale de musique (la fútura ópera) para dar allí representaciones de «intermezzi» y de «opéras bouffes». Debutaron con la represencatión de La serva padrona de Pergolesi. La misma obra había sido ya dada en París en 1746, sin atraer la menor atención. Fue el hecho de haberla presentado en la «Académie royale» lo que suscito el escándalo: la «Académie royale» no tenía la flexibilidad de la «Comédie-Française» donde se podía alternar sin problema tragedias con comedias o farsas de Molière. Lo cómico en la «Académie royale» había estado siempre bastante limitado.
En el siglo XVIII, la ópera italiana había evolucionado mucho, más rápidamente que la «tragédie lyrique» o tragédie en musique (típicamente francesa) hasta escindirse en dos géneros, la opera seria —con temas serios según libretos de Metastase— y la «opera buffa» u «opera comique» (buffo = que provoca risa, grotesco) que introdujo en el teatro intermèdes cómicos impregnados de ligereza, inocencia, simplicidad, lo irracional y la trivialidad de lo cotidiano. Si el «ballet bouffon» que podría representar Platée, «tragédie en musique» de Rameau (1745), concedía ya un lugar a elementos cómicos (asonancias en «oi» imitando el canto de las ranas, etc.), era en tanto que elementos paródicos del género. La pieza, de hecho, ocupaba un lugar marginal hasta el estallido de la querella. Por el contrario la «opera buffa» no se contentaba con parodiar el genero serio sino que producía ya un tipo de comicidad original, muy popular, bastante próximo a la farsa y a la comedia de máscaras.
El éxito inesperado de estos «bufones» va a dividir a la inteligencia musical parisina en dos clanes: de un lado, los partidarios de la «tragédie lyrique» de la corte del rey, representante del estilo francés; del otro, los simpatizantes de la «opera buffa», truculentos defensores de la música italiana, va a nacer una verdadera querella panfletaria que animara los círculos musicales de la capital francesa hasta 1754.
La «Querelle des Bouffons» Rameau... ...y sus detractores, los enciclopedistas. Rameau J.J. Rousseau Frédéric-Melchior Grimm Denis Diderot Retrato al pastel (1753) de Maurice Quentin de la Tour
Museo Antoine Lécuyer en Saint-Quentin. Tuvo palabras muy duras para la música francesa. Participó en la polémica con sus colegas de la «Encyclopédie»
Retrato pintado en 1767 por Louis-Michel van Loo, Musée du Louvre El papel de Jean-Jacques Rousseau
Ahora bien, en el año 1753, un año después de la llegada de los Bouffons, Rousseau publicó un panfleto (Lettre sur la musique française), en el que destaca La Serva, y a finales de ese año, la publicó en una edición grabada para difundir el texto sin errores. Estas dos intervenciones vont peser lourd en la recepción de la obra.
Mais sans insister sur les Duo tragiques, genre de musique dont on n'a pas même l'idée à Paris, je puis vous citer un duo comique qui y est connu de tout le monde, et je le citerai hardiment comme un modèle de chant, d'unité de mélodie, de dialogue et de goût, auquel, selon moi, rien ne manquera, quand il sera bien exécuté, que des auditeurs qui sachent l'entendre : c'est celui du premier acte de la Serva padrona, Lo conosco a quegl'occhietti, etc. J'avoue que peu de musiciens français sont en état d'en sentir les beautés, et je dirais volontiers du Pergolèse, comme Cicéron disait d'Homère, que c'est déjà avoir fait beaucoup de progrès dans l'art, que de se plaire à sa lecture. (Extrait de la Lettre sur la musique française de Jean-Jacques Rousseau)En el mismo texto, hace apología de las cualidades musicales del italiano y ataca muy severamente al francés:
Je crois avoir fait voir qu'il n'y a ni mesure ni mélodie dans la musique française, parce que la langue n'en est pas susceptible; que le chant français n'est qu'un aboiement continuel, insupportable à toute oreille non prévenue; que l'harmonie en est brute, sans expression et sentant uniquement son remplissage d'écolier; que les airs français ne sont point des airs; que le récitatif français n'est point du récitatif. D'où je conclus que les Français n'ont point de musique et n'en peuvent avoir; ou que si jamais ils en ont une, ce sera tant pis pour eux.En el mundo parisino, se le tendrá rencor a tales propósitos tanto con el título de provinciano y extranjero.
Identidad nacional y rivalidades estéticas
Entre los panfletarios del bando opuesto, el père Castel, por ejemplo, responderá en estos términos:
Une nation comme la française, dont l'unité est si parfaite depuis mille deux cents ans au moins, sous l'unité d'un grand et même empire ne souffre pas volontiers la supériorité trop marquée, trop prononcée, d'une nation quelconque qui n'a sur tout, ni sur cette étendue ni sur ce nombre, ni cette antiquité ni cette unité de patrie.Cuarenta años antes la Batalla de Valmy hizo ver ya la afirmación de una identidad nacional frente a una amenaza de imperialismo cultural. De hecho la idea de nación avanzada aquí no representa que el microcosmos parisino, es decir el buen placer de la corte, en que la buena voluntad del monarca. En revancha, la ópera italiana presentaba en si una forma estética que no era ya solamente italiana sino europea o al menos internacional, ya que numerosos compositores del genero no eran italianos. Alemanes como Frédéric-Melchior Grimm y el Baron d'Holbach están entre los más fervientes al lado de los partidarios de la ópera italiana. El propósito del padre Castel sostiene de hecho que en el siglo XVIII, para la corte real, solo Francia puede pretender ser la nación dominante en Europa. Y los propósitos más belicosos o más defensivos emanan de los partidarios del genero francés.
Sin embargo, a través de la apuesta de dominación cultural se juega sobre todo la confrontación de dos estéticas. En la cuarentena de panfletos que esmaltan el periodo, el contraste es recurrente entre une lengua italiana toda musical y una ópera italiana que privilegia el canto, frente a una lengua francesa más consonántica, más articulada y un genero francés más preocupado del texto. De plus, para la parte «francesa» la risa provocada por la ópera cómica era considerada como nociva porque hace perder la maestría de sí y era contraria a la razón mientras que la parte «italiana» hacia un llamado al arrebato y a la emoción.
Renovación de formas
El mismo año Rousseau acababa de componer una pequeña ópera, Le Devin du village, estrenada en Fontainebleau el 18 de octubre de 1752. El calificativo de «intermède» le relacionaba explícitamente al género que ilustraban en ese momento los Bouffons sobre el escenario de la ópera, pero no puede decirse por ello que Rousseau viese en ellos realizado su sueño de italianizar la ópera francesa. Su música esta muy alejada de la Pergolesi. La obra no había chocado a las autoridades de la corte ya que Madame de Pompadour interpretó ella misma el papel de Colin en una representación en el château de Bellevue. A ella no le parecía subversiva, y su carácter pro-italiano no saltaba a la vista, por la buena razón de que en el momento en que compuso la obra, aún no había asistido a las representaciones de óperas italianas de la «Académie royale».
Diecisiete años después de una primera versión, estrenada en 1737, que no fue un éxito duradero a pesar de que esta ópera renovó el ritual musical trágico inventado por Lully, Rameau propuso, en 1754, cuando los petardos de la «Querelle des Bouffons» estallaban aún, una versión profundamente revisada de «Castor et Pollux». Esta vez la obra, presentada como el modelo del estilo francés opuesto al estilo italiano, triunfó, y ara mucho tiempo.
A fin de cuentas, parece que esta polémica, que, después de un inicio cortes, se va a envenenar un poco, y se extenderá a lo largo de dos años, habrá constituido un gran momento de apertura de la música francesa a valores estéticos nuevos. La forme francesa, sin renunciar a ella misma, va a abrirse a las influencias y renovar el género. En el teatro de la Comédie-Italienne y en los teatros de la Foire en particular, va a encontrar su sitio un nuevo sistema de ópera que reutiliza lo que ha sido el objeto de la querella: naturalidad y simplicidad frente a la riqueza armónica de la «tragédie en musique».
Véase también
Véase también: Académie royale de musique, Opera buffa, Opéra-comique, Tragédie en musique y Ópera seriaEnlaces externos
Fuentes
Traducción del artículo de la wikipedia francesa.
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- Historia y biliografía documental relativa a la «querelle des bouffons» en el sitio musicologie.org, en: [1]
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