- Ramón de Lencastre
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Ramón de Lencastre
Ramón de Lencastre (Azeitão, 1620 - Cádiz, 6 de octubre de 1666). Noble de Portugal y 4º duque de Aveiro. Era hijo del duque de Torres Novas, Jorge de Lencastre y, por lo tanto, nieto de la duquesa de Aveiro, Juliana de Lencastre. Heredó el Ducado de Aveiro directamente de su abuela, en virtud de la muerte de su padre, antes del fallecimiento de aquella.
Muerto su padre en 1632, tomo el título de Duque de Torres Novas. Muerta en 1636 su abuela, le sucedió en la casa de Aveiro, siendo en 1637 sentenciada a su favor la demanda movida por su tío, el marqués de Porto Seguro, para ser declarado legítimo heredero de la duquesa fallecida, su madre.
En tiempos de Juan IV era el duque aún muy joven y, por eso, no desempeñó cualquier papel importante. Muerto aquel rey, la regente Luísa de Guzmán lo nombró consejero de Estado y en 1659 le confió el gobierno de las armas en la provincia de Alentejo, importante cargo que abandonó poco tiempo después y partió casi secretamente para Brest. De combinación con Fernando Teles de Faro, resolvera pasar a España. El conde de Soure, embajador de Portugal en París, desconfió del inesperado aparecimento del duque Ramón en Francia, y sus sospechas tornaronse en realidad, por una carta que recibió de la reina regente, avisándole del súbito embarque del duque de Aveiro, y recomendándole que tratase de investigar sus verdaderos desígnios.
El conde de Soure quiso opornerse a la partida del Duque para Castilla, ya pedindo a Luis XIV de Francia que le negase el pasaporte, ya mandándole emisários que lo persuadiesen de desistir de su propósito. Como esas diligencias fueran inútiles, le escrebió directamente una carta, extrañando su proceder desleal, haciéndole ver a traició que lo quería apartar de Portugal, que recobrara la independencia y colocara en el trono un rey legítimo. Le aconsejó también a que desistise de su propósito, recordándole que el 1º Duque y fundador de la casa de Aveiro, que fue siempre un súbdito leal.
La carta era larga y enérgica, a que Ramón respondió en pocas líneas con altivez y soberanía, entre las cuales se notaban las siguientes frases: «Sempre conhecia V. Ex.ª com o achaque de zeloso do bem público, e nesta consideração lhe prometo fazê-lo meu alferes-mor, quando for rei de Portugal.»
Esta respuesta causó la mayor indignación y disgusto al embajador, llegando a pensar en desafiar al duque, mas no pudo conseguirlo, porque Ramónd salió inmediatamente de Francia em dirección a Madrid. Felipe IV de España lo recibió con deferencia, más deprisa reconoció en los hidalgos una cierta indiferencia. A pesar de que el rey de España le confirió el título de duque de Ciudad Real, para cortar ciertas davidas de etiqueta palaciana, Ramón, no queriendo ys suportar el modo desdeñoso y altivo con que era tratado, pedió en 1661 el permiso de servir en la campaña de ese año, mas no pudo conseguir su deseo.
En cuanto sufría en Madrid contratiempos e desconsideraciones, en Portugal era condenando a ser ejecutado en estátua, y a que le sean los bienes confiscados, sentencia de agosto y ejecución en octubre de 1663. Su madre, Ana Manrique de Cardenas, y su hermana, ya habían sido mandadas salir del reino se reunieron en Madrid con él. Cuando en 1665 España dispuso contra Portugal una séria invasión, el duque aconsejó que al mismo tiempo se realizasse expedición marítima contra Setúbal o Lisboa, y siendo aprobada la idea, recibí la patente, con amplísimas jurisdicciones para preparar en Cádiz 30 navios y 20 galeras en que deberían embarcar 8 mil hombres.
La demora de los galeones de la plata que veníam todos los años de América, y con cuyos tesoros se contaba para el abastecimento de la escuadra, fez con que la batalla de Montes Claros se diese antes da saída de la proyectada expedición, mas en el año siguiente el duque conseguió salir de Cádiz con 15 navios. Después de ser tomado el pequeno fuerte de la Baleeira, de tres piezas, quisó enseñorarse de Sagres, mas fue repelido por la artillería, desistió y fue a tomar la pequeña isla Berlenga, regresando a Cádiz.
En España tenía el título de Duque de Ciudad Real, capitán general de la armada del Océano, y por sentencia de 1660 fue jurado heredero de la casa de Maqueda, y por eso duque de Maqueda, marqués de Montemayor y de Elche, adelantado mayor del reino de Granada, alcaide mayor de Toledo y señor de muchas villas.
Ramón casó en 1664 con Luísa Clara o Claire Louise, muerta en 1684, Princesa de Ligne, de la cual no tuvo hijos. Era hija de Cláudio Lamoral, Príncipe de Ligne, de Amblise y del Sacro Imperio Romano Germánico. Sin herederos, el Ducado de Aveiro fue heredado por su tío, Pedro de Lencastre.
Está sepultado en el convento de Nuestra Señora de Guadalupe.
Dejó dos hijos ilegítimos.
- Pedro de Lencastre (¿? - 1676);
- Genevra Simões (¿? - ¿?), que casó con Antonio Fernández Lobato.
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