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Refrigeración por aire
Una de las mayores fuentes de problemas de mantenimiento de los ordenadores son los sistemas de refrigeración por aire, que a la larga (o también a la corta en algunos casos) producen el sobrecalentamiento de algunos componentes críticos del ordenador: microprocesador, procesador gráfico, chips de los puentes norte y sur, etc. Esto puede llevar a problemas de funcionamiento como bloqueos o reinicios inesperados del ordenador y en el peor de los casos, a averías irreparables de estos componentes que obligan a sustituir el procesador, la placa base, la tarjeta gráfica o incluso los discos duros en su caso, con la consiguiente pérdida de datos.
El primer y quizá el principal factor de los que afectan a la calidad de los sistemas de refrigeración por aire es el diseño de la caja de la CPU, que debe contar con al menos una entrada y una salida de aire adecuadas para la colocación en las mismas de ventiladores de 120x120 mm, que producirán con facilidad un adecuado caudal de aire que renueve y mantenga el aire del interior de la caja a una temperatura próxima a la del ambiente exterior.
Otro factor que suele tenerse poco en cuenta, pero cuya importancia no es despreciable es el tipo de cables de datos que se utilizan para conectar los discos duros, DVD y disqueteras a la placa base. Si estos cables son del tipo cinta, dificultarán la circulación de aire por el interior de la caja, por lo que es más recomendable el uso de cables redondos.
Con el aumento de frecuencia de funcionamiento y de número de núcleos de los microprocesadores, el consumo de potencia eléctrica de los mismos aumenta progresivamente, lo que conlleva un aumento de la cantidad de calor que producen. Este calor debe ser evacuado al aire circundante para evitar un aumento de temperatura que podría llegar a producir fallos de funcionamiento del ordenador o incluso la avería permanente del chip. La refrigeración de estos procesadores la realiza un disipador de calor que puede ser pasivo (sin ventilador) en los casos de chips con baja disipación de potencia y si se exige el silencio absoluto, o bien provisto de un ventilador que aumentará el enfriamiento del chip en función del caudal de aire que produzca.
El aumento de la frecuencia de funcionamiento y de la complejidad de los procesadores gráficos hace que, paralelamente a los microprocesadores, la disipación de potencia de estos chips esté aumentando, lo que requiere la utilización de disipadores, casi siempre activos (con ventilador) en las tarjetas gráficas.
La limpieza periódica de todos los disipadores es muy necesaria, porque la acumulación de polvo entre sus láminas (que se produce muy rápidamente en los activos) disminuye grandemente la capacidad de enfriamiento de los mismos.
Los discos duros actuales tienen motores que giran a velocidades elevadas, lo que se traduce en el calentamiento de los mismos y de los circuitos que los controlan, por lo que deben situarse de forma que la corriente de aire que produce el ventilador de la entrada de aire de la caja los enfríe. De esta forma, aumentaremos su vida útil y reduciremos al mínimo la posibilidad de pérdida de datos.
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