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Residencia de personas mayores
Una residencia de personas mayores es un centro gerontológico en el que viven temporal o permanentemente personas mayores con algún grado de dependencia. En las residencias se ofrecen servicios de desarrollo personal y atención sociosanitaria. Por ello las residencias disponen de un equipo de profesionales adecuados con formación gerontológica específica, pero formados en diferentes especialidades.
Contenido
Recursos Humanos
En una residencia de personas mayores nos encontramos con perfiles como:
- Director/Gerente
- Administrativos
- Médico Especialidad Geriatría
- Psicólogo con conocimientos de gerontología.
- DUE Diplomado Universitario en Enfermería. Conocimientos en geriatría.
- Auxiliar de enfermería
- Diplomado en fisioterapia.
- Diplomado en trabajo social.
- Terapeuta ocupacional o Diplomado en terapia ocupacional.
- Diplomado en logopedia.
- Animador sociocultural
- Cocinero
- Pinche de cocina
- Personal de limpieza
- Personal de lavandería
- Personal de mantenimiento
- Conductor
- Jardinero
- Portero/recepcionista
Cada uno de los trabajadores debe tener un perfil adecuado a la función que tiene asignada, así como un plan de formación continua para asegurar la idoneidad en la realización de sus funciones a lo largo de su vida laboral, la necesidad de este plan de formación continua se encuentra reflejada en la ley de dependencia. El tamaño de la plantilla de profesionales de la residencia tiene que ser adecuado para el número de plazas que oferta la residencia. Prácticamente en todas las Comunidades Autónomas se especifica un ratio de profesionales respecto al número de residentes. Este ratio debe entenderse como un mínimo a satisfacer.
Servicios ofrecidos
La variedad, y la intensidad en la prestación de servicios puede ser muy variable. Normalmente existen unos servicios mínimos regulados por ley que suelen incluir la manutención, estimulación de capacidades funcionales, dinamización sociocultural, atención sanitaria, ayuda a la integración social y terapia ocupacional. Además de lo anterior, se suelen ofrecer también un servicio médico, enfermería, atención psicológica lavandería, acogida y convivencia, soporte familiar, transporte y administración de fármacos.
Perfil del residente
La diversidad de usuarios de este tipo de centros es amplia, y existen distintas clasificaciones. Una posible clasificación en la que se diferencia el perfil de la persona residente, la duración de su estancia en el centro, y los cuidados que requerirá del personal especializado[1]
Perfiles Duración Estancia Cuidados Convalecientes de una operación o de una enfermedad. Corta Cumplimiento terapéutico del tratamiento, vigilancia, ayuda en AVDs si precisara. Rehabilitación (fracturas, crisis de procesos patológicos) Generalmente corta Cumplimiento terapéutico y programas de rehabilitación que corresponda en cada caso. Terminales y estados vegetativos. Incierta. Cuidados paliativos con atención sanitaria y programas de intervención psicosocial. Ingresos por respiro familiar Corta Según grado de dependencia. Ayuda en AVDs. Personas dependientes por patología crónica (con preservación de facultades mentales) Larga Ayuda en AVDs. Tratamientos de conservación y rehabilitación funcional. Programas psicosociales. Personas con deterioro cognitivo sin graves pérdidas de capacidad funcional Larga Vigilancia y ayuda en AVDs. Programas terapéuticos de intervención psicosocial y sanitarios para conservación y rehabilitación de capacidades funcionales y mentales. Personas con demencia y dependencia importante en AVDs. Larga Vigilancia y ayuda en AVDs. Tratamientos de conservación de capacidades funcionales y mentales. Personas con dependencia leve, pero con problema social importante (sin familia, sin recursos,…) Indefinida Supervisión. Programas de integración social. Motivos de ingreso
Los motivos más comunes por los que los mayores van a vivir a una residencia:[2]
- Por soledad. (Búsqueda de compañía)
- Motivos de salud (deterioro de salud, disminución de autonomía personal)
- Por no poder valerse por sí mismo/a.
- Por no molestar a la familia.
A la hora de ingresar en la residencia, tiene más importancia evitar la soledad para las personas más mayores (85 años y más). La salud, sin embargo es más importante entre las mujeres, sobre todo, las menores de 85 años, mientras que los motivos familiares cobran importancia a medida que lo hace la edad del residente. Entre las personas que están en la residencia sólo temporalmente, los motivos familiares y, especialmente los de salud, cobran mayor importancia.
Referencias
Enlaces
Categorías: Gerontología | Enfermería | Vivienda
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