Ricardo Montes y González (Oviedo, 2 de mayo de 1888- 14 de octubre de 1909)

Biografía

Malogrado pintor ovetense. Comenzó sus estudios en la Escuela de Artes y Oficios de San Salvador de Oviedo, para proseguirlos pronto en Inglaterra. En 1902 ingresó como alumno en The Camberwell School of Art and Crafts de Londres, en la que en todos los cursos terminaba con matrícula de honor. Además de sobresalir en el dibujo y en la pintura era, asimismo, un excelente grabador y xilógrafo. En 1906 concurrió a la Exposición Nacional de Madrid con nueve obras: tres cabezas de estudio, retratos de sus hermanas María y Lola y cinco apuntes para ilustración de libros. En 1907 obtiene una valiosísima medalla de bronce en la Exposición Nacional de South Kensington celebrada en Londres, en competencia con los discípulos de todas las escuelas inglesas de arte.

En su casa del Caño del Águila a la que no dejaba de regresar todos los veranos, y en la que se reunía con otros artistas, como Víctor Hevia, Eugenio Tamayo o Tomás Bataller, se había reunido una buena parte de su obra en un conjunto que después de su temprana muerte la familia convirtió en un pequeño y valioso museo; pero la guerra civil, que tuvo en el Caño del Águila uno de sus más terroríficos frentes, lo arrasó todo, de tal forma que hoy son escasísimos los cuadros que en España se conservan de este excelente pintor, al que un flemón dentario, en mala hora complicado, se llevó de la vida. Víctor Hevia había modelado su busto, busto que seguramente se perdió también al destruirse el referido museo de la "Quinta de Montes".

De su obra, sólo se salvó en Oviedo el retrato del padre de Ramón Prieto, y excepcionalmente algún otro dibujo o paisaje. No obstante, un lote, no pequeño, que poseía su hermano Horacio en Linares se salvó. Otras obras se conservan en Londres por casas y museos, entre ellas el óleo titulado Carpintero inglés. También se consevan fotografías de casi todas las obras perdidas, y con ellas las de las excelentes ilustraciones del Quijote que fueron comparadas a las de Gustave Doré y que le valieron la meritísima medalla de bronce.

A su muerte, el director de la escuela londinense escribía: "Se ha perdido la promesa de un artista universal. Una sombra se ha apoderado de esta academia al faltar Ricardo".

Referencias

• Nombres y cosas de las calles de Oviedo, de José Ramón Tolivar Faes