Román Navarro García nace en La Coruña en 1854, militar de carrera, profesor de dibujo y pintor, su vida transcurre, menos en cortas etapas, en Madrid, Cataluña y en la ciudad en la que nació y a la que quiso apasionadamente, hasta el punto de renunciar a importantes puestos en su carrera, como el de preceptor del príncipe que llegaría al trono como Alfonso XIII.

Comenzó a dibujar desde muy niño. Estudió en la Escula de Artes y Oficios herculina. Como militar lo destinaron al cuerpo de Húsares. Becado por la Diputación amplía sus estudios en Roma. A la vuelta es destinado a Barcelona, como profesor de dibujo, un puesto que permuta con José Ruiz Blasco, padre de Picasso, y regresa a La Coruña, donde es profesor y director de la Escuela de Arte y Oficios. Allí tiene como discípulos a chicos que serán excelentes pintores: Souto Cuero, Morlli, Vaamonde, Francisco Lloréns, Luis Mosquera.

Colabora en revistas de la época y acude a las exposiciones nacionales de Bellas Artes. En la de 1897 consigue mención honorífica. También destaca con una escena militar de gran movimiento, su género favorito y en el que consiguió las mejores obras en la Exposición Universal de Barcelona de 1888. Va a Madrid, requerido por asuntos oficiales de su carrera, y en el Palacio Real y en los Ministerios van quedando sus cuadros, alguno de los cuales llega al Museo del Ejército. Realiza retratos de miembros de la familia real, donde manifista su buen hacer, políticos de la época, como Montero Ríos, también posan para el coruñés.

Al retirarse de la profesión castrense continúa e intensifica su labor de pintor. Participa en las exposiciones regionalees gallegas de 1917 y 1923, en La Coruña. Hasta su muerte, a los setenta y cuatro años, siguió trabajando casi sin interrupción, para dejar una obbra amplia y muy repartida por el mundo y en una extensa colección de retratos que guardan sobre todo instituciones públicas de Madrid, La Coruña y otras ciudades de Galicia.

Navarro es un pintor muy correcto, apasionado por el movimiento, que destaca en las escenas militares. Amó el caballo, al que pintó en todas las posturas y acciones imaginables. Admira a Gericault y Mariano Fortuny. Su obra se encuentrra en centros oficiales, como el Palacio de Oriente, Ministerios y Museo del Ejército, en los museos de Galicia y en la Diputación Provincial de La Coruña.

Bibliografía

• Pablos, Francisco: Plástica gallega. Vigo, Caixavigo, 1981.

• Pablos, Francisco: Pintores gallegos del Novecientos A Coruña, Fundación Barrié de la Maza, 1981.

• Barreiro, Alejandro: Del arte gallego. A Coruña, 1917.

• Couselo Bouzas, José: La pintura gallega. A Coruña, Porto, 1950.

• Chamoso Lamas, Manuel: «Arte», en Galicia. Barcelona, Edit. Noguer. 1976.

• Pantorba, Bernardino de: Historia y crítica de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes. Madrid, 1980.

• Gaya Nuño, J. A.: Picasso. Vol. I. Edit. Aguilar. Madrid, 1975.

• VV. AA.: Un siglo de pintura gallega 1880/1980. Buenos Aires, Museo Nacional de Bellas Artes, 1984.

Obras del autor

Obras del autor pertenecientes a la Colección Caixanova