General Díaz-Ordóñez. (Oviedo, 1845-Melilla 1911)

Biografía

General de artillería. Había nacido en la ovetense calle del Rosal. Con poco más de catorce años ingresó en el Colegio de artillería de Segovia el 20 de septiembre de 1859. Pasó después a la Escuela de Aplicación como subteniente alumno en 1863; tuvo destino en la Fábrica de Cañones de Trubia en 1870 y 1871; luchó contra los carlistas, y ya con el empleo de comandante, fue destinado en 1884 al mando de tropas en la Escuela Central de Tiro. En 1887 recibió un nuevo destino para la Fábrica de Trubia, en la que esta vez permanecerá siete años. Es la época en que, ascendido a teniente coronel, proyecta y construye varios tipos de obuses y cañones, entre ellos el famoso "cañón Ordóñez", de más de nueve metros de longitud, treinta centímetros de calibre y un peso de cuarenta y cuatro toneladas. Después de mandar el Parque de Artillería de Tarifa, marcha en 1896 voluntario a Cuba, a donde había sido transportado su famoso cañón, y participa brillantemente en las luchas contra los insurrectos. Ascendido a coronel, dirige en 1898 el artillado de Santiago. En los ataques de los norteamericanos resulta herido por dos veces y es ascendido a general de brigada. Dejando a Cuba, perdida para España, regresa a la península en agosto de 1898. Volvió poco después a la fábrica de Trubia; fue gobernador militar de Huesca, director de la Escuela Nacional de tiro y, ascendido a general de división, gobernador militar de Murcia y plaza fuerte de Cartagena. En 1911 se incorpora voluntariamente a la campaña de Marruecos y asume el mando de la división que guarnece la plaza de Melilla. Cuando el 14 de octubre los rifeños atacaron la posición de Izmarufen, el general, que se encontraba en la de Ishafen, quiso trasladarse a aquélla en la que el fuego era mayor, pero antes de subir al caballo fue herido tan gravemente que falleció cuatro horas después. El gobierno le ascendió a teniente general. Por Real Orden de 30 de noviembre se dio el nombre de "Batería del General Ordóñez" a la aneja al castillo de San Julián en Cartagena. Oviedo intentó erigirle un monumento en la plaza de la Escandalera, y España entera se conmocionó con la pérdida de este general valiente e ilustrado que poseía, entre otras condecoraciones, la Gran Cruz del Mérito Naval, la de San Hermenegildo y la Encomienda de la Legión de Honor Francesa.

Había aportado una serie de trabajos profesionales al "Memorial de artillería" y, además, dejó publicados ocho volúmenes con títulos como Pólvoras progresivas y cañones modernos, Defensa de las costas con fuegos curvos o La Fábrica de Trubia en 1892.