- Santa María la Antigua del Darién
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Santa María la Antigua del Darién
Santa María la Antigua del Darién fue la segunda ciudad estable fundada por europeos en Tierra Firme del continente americano (la primera fue San Sebastián de Urabá). Situada en el Mar Caribe, en la región del Darién, fue fundada a finales de 1510 por Martín Fernández de Enciso y Vasco Núñez de Balboa según el cronista Fray Bartolomé de las Casas.[1]
Contenido
Antecedentes y asentamientos españoles anteriores a Santa María la Antigua
Desde Cristobal Colón, en 1492, hubo muchos emplazamientos españoles anteriores a la fundación de Santa María la Antigua del Darién.
Colón desarrolló en 1492, durante su primer viaje al Nuevo Continente, los asentamientos de la isla de la Hispaniola, esto es, La Española, hoy territorio conjunto de Haití y República Dominicana. Desde allí dirigió varias expediciones a la tierra firme del continente.
Otro emplazamiento, en tierra firme del continente, y anterior a Santa María la Antigua del Darién fue el asentamiento de Santa Cruz, levantado por Alonso de Ojeda durante sus exploraciones en Venezuela, en Coquivacoa, hoy la Guajira, y que duró sólo tres meses.
También cabe mencionar el fuerte en tierra firme del continente llamado San Sebastián de Urabá, fundado también por Alonso de Ojeda en el Darién, y que rápidamente fue abandonado para buscar su traslado a otro lugar más seguro y amigable.[2] En síntesis, no obstante estos efímeros asentamientos, la primera ciudad española estable del continente fue Santa María la Antigua del Darién.
Historia de la fundación de la ciudad
Alonso de Ojeda, el fundador de San Sebastián de Urabá, había partido de regreso a Santo Domingo debido a que la situación se había tornado insostenible en el fuerte de San Sebastián, primer intento de los españoles para establecer una base en la costa caribe del continente. La zona donde se intentó erigir la base era muy belicosa y malsana, y de los 300 exploradores y soldados iniciales que había llevado Ojeda quedaban solamente 42 sobrevivientes.
El mando de este caos en San Sebastián le fue encomendado a Francisco Pizarro, quien debía resistir durante 50 días hasta que Ojeda volviera, pero éste nunca volvió a aparecer. Como comandante de la situación quedó entonces Martín Fernández de Enciso, quien había llegado con algunos pocos refuerzos para tratar de salvar la situación. Fue entonces cuando Vasco Núñez de Balboa sugirió que la población del fuerte se trasladara al oeste del Golfo de Urabá, donde las tierras eran más fértiles y menos peligrosas, y dado que él conocía dicho territorio con anterioridad, desde el año de 1501.
Al llegar a esa nueva región los españoles se encontraron con el cacique Cémaco y hubo fuerte resistencia de parte de los indígenas. Los españoles prometieron entonces a la Virgen de la Antigua, venerada en Sevilla, España, que de salir triunfantes en la batalla darían su nombre a la nueva población que querían fundar. Cémaco fue vencido, y ya en septiembre de 1510, cumpliendo con la promesa, el nuevo poblado fue llamado Santa María de la Antigua del Darién. La iglesia, (también la primera de tierra firme en América), se ubicó sobre la vivienda de Cémaco. El primer Alcalde Mayor de la ciudad fue Martín Fernández de Enciso, quien a la postre se granjearía el rechazo de los colonos y las tropas.
Y al contrario de lo que sucedió con Enciso, el triunfo de los españoles sobre los indígenas y la posterior fundación de Santa María la Antigua del Darién, situada ahora en un lugar relativamente calmo, dieron a Vasco Núñez de Balboa autoridad y consideración entre sus compañeros, hartos del Alcalde Mayor Fernández de Enciso, a quien calificaban de déspota y avaro por las restricciones que tomó contra el oro, que era objeto de codicia de los colonos. Enciso, entre otras barbaridades, llegó a ordenar incluso que la colonia se trasladara de nuevo al fuerte de San Sebastián de Urabá, que ya estaba completamente borrado del mapa.
Núñez de Balboa aprovechó la situación haciéndose vocero de los colonos disgustados, y usando la ley destituyó a Fernández de Enciso del cargo de gobernante de la ciudad. Luego de la destitución, se estableció un Cabildo Abierto, se eligió un gobierno municipal (el primero en el continente americano) y se designaron dos alcaldes: Martín Samudio y Vasco Núñez de Balboa. Posteriormente Núñez de Balboa asumió la alcaldía del pueblo. Mejoró las relaciones con los indios, tratándolos bien, haciéndose amigo de los caciques y de sus hijas, y prohibiendo que los esclavizaran. Impidió que sus 300 hombres saquearan por regla general a los indígenas; no repartió las tierras ni impuso, como Cristóbal Colón, tributos, ni eliminó o degradó caciques. Así logró conseguir de ellos ayuda y alimentos. Además hizo que los españoles sembraran maíz y yuca y criaran un animal que habían traído de España: el cerdo. La ciudad prosperó mucho, y durante bastantes años llegaron nuevos colonos y exploradores.
Fue pues Núñez de Balboa quien realmente fundó en 1510 a Santa María de la Antigua del Darién (la Virgen de la Antigua era venerada en Logroño, tierra natal de la familia Enciso, en especial Arnedo, en cuya iglesia existe un altar con su escudo, una S sobre campo de gules). Dijo Zuazo en su favor "Vasco Núñez podía recorrer con seguridad 100 leguas en Tierra Firme". Fue ejecutado por Pedrarias Dávila en la plaza de Acla, el 19 de enero de 1519.
Santa María la Antigua del Darién fue también la primera sede episcopal en el continente, y a los pocos años fue designada capital del territorio de Castilla de Oro, y punto de partida para la fundación de muchas ciudades más en el resto del continente durante la década de 1510 y la época del descubrimiento del Océano Pacífico en 1513, realizada también por Núñez de Balboa con ayuda de los indígenas.
Decadencia y desaparición de la ciudad
España relevó luego del mando de la población a Núñez de Balboa. En ese mismo año de 1513, el rey nombró como gobernador en propiedad para toda la región del Darién a Pedrarias Dávila, quien llegó a la ciudad en 1514 con una gran expedición de casi 2000 hombres, entre soldados, "artesanos, médicos y mujeres".
Aunque Pedrarias venía con instrucciones muy precisas sobre cómo actuar en la región, la situación, con una población tan grande, se tornó caótica. Pese a que en el pueblo había ya sembrados de yuca y maíz, y muchos cerdos, no era fácil sostener tanta gente, y pronto apareció el hambre, pues los indios se negaron a trabajar para unos españoles ociosos, y al hambre siguió una terrible epidemia.[3]
Los españoles se dedicaron entonces, con el beneplácito de Pedrarias y del obispo -Fray Juan de Quevedo, el primero que existió en territorio colombiano- a saquear y esclavizar a los indios; las violaciones eran frecuentes y Pedrarias se jugaba a los indígenas al ajedrez. Esta conducta enloquecida fue lo que a la postre conduciría a la disminución de la colonia y eventualmente a su abandono. Aunque durante esta época se lograron hacer desde la ciudad muchas expediciones al interior, todo ello aconteció en medio de un ambiente hostil y en franca degeneración, que entre otros males causó además la muerte a muchos españoles.
Ante el caos, Pedrarias decidió buscar otras opciones de fondo y fundó en 1519 a Panamá, a donde se trasladó definitivamente en 1520. Santa María la Antigua sobrevivió dos o tres años más, bajo el mando de un cronista de nombre Gonzalo Fernández de Oviedo; en 1524 Pedrarias decidió desalojarla y despoblarla por completo.
La decadencia de Santa María la Antigua del Darién se debió también a que, por orden del mismo Pedrarias, se dispuso el traslado de la capital de Castilla de Oro a Panamá, además de las personas, el ganado y las municiones.
A los pocos años de evacuada, en 1524, la ciudad fue asaltada y quemada por los indígenas. Lo que quedó de ella permaneció en lo sucesivo abandonado a su suerte y se recubrió de selva, hasta que finalmente desapareció del registro histórico.
Luego, durante el periodo de La Colonia, la región de Urabá, que fuera el hogar inicial de Santa María la Antigua, fue escenario de continuas disputas entre los indígenas kunas y Emberá en una guerra religiosa que se extendió hasta finales del siglo XX; además, debido a que múltiples piratas holandeses e ingleses atracaban en la región, la corona española prohibió durante el siglo XVII, bajo pena de muerte, el tránsito por el rio Atrato, y por este motivo esta región se mantuvo alejada del proceso colonial.
Tras la guerra de la independencia a principios del siglo XIX el territorio pasó a ser parte de la república de Colombia, pero la situación de desarrollo de estas tierras permaneció en iguales precarias circunstancias.
Hasta principios del siglo XX no se logró la pacificación de los kunas, lograda mediante un acuerdo entre el presidente Rafael Reyes y el cacique de la región.
Una ciudad perdida y sus restos actuales
De este modo, la ciudad de Santa Maria la Antigua del Darién se perdió completamente, y se debatió durante muchos años si su ubicación se encontraba en la nueva república de Panamá o en territorio de Colombia. Se emprendieron entonces expediciones para encontrarla de nuevo, impulsadas por el rey Leopoldo III de Bélgica y por el antropólogo colombo-austríaco Gerardo Reichel Dolmatoff, quienes finalmente dieron con la ubicación de sus ruinas en 1957, en el territorio colombiano del municipio de Unguía, departamento del Chocó. En los años 60´s y 70´s hubo excavaciones por parte del arqueólogo colombiano Graciliano Arcila.
En la actualidad, no obstante el abandono oficial y general de esta joya histórica, se han efectuado algunas exploraciones en la mencionada zona, por parte de investigadores de la Universidad Nacional de Colombia, los profesores asociados del Departamento de Historia y Antropología Paolo Vignolo Ph.D. y Virgilio Becerra, a pesar de la histórica situación de violencia en esos territorios.
Estas expediciones de rescate del importante patrimonio histórico que representa esta antigua ciudad española, han revelado que hoy solo quedan de ella un pequeño caserío, que tiene un periodo de ocupación inferior a 5 años, una capilla reconstruida por la diócesis de Apartadó en 1994 sobre el que se cree fue el emplazamiento de la catedral española del siglo XVI, y una serie de potreros dedicados a las labores agropecuarias de supervivencia. Pero las expediciones de rescate han contribuido a crear un ícono nacional y departamental sobre el lugar, una verdadera memoria histórica para los habitantes de la región.
Enlaces externos
Referencias
Categorías: Historia colonial de Panamá | Conquista de Colombia
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