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Sarita Colonia
Sarita Colonia Veneración popular Nombre Sarita Colonia Zambrano Nació 1 de marzo de 1914 en Huaraz Murió 20 de diciembre de 1940 en Callao, Perú Venerada por Católicos(Veneración No oficial) y por no católicos también. Sitios Tumba ubicada en el Callao Patrona Pobres Sarita Colonia (Huaraz, departamento de Ancash, Perú), 1 de marzo de 1914- Callao, 20 de diciembre de 1940) fue una joven a la que se le atribuyó la capacidad de hacer milagros y que, tras su muerte, tiene una gran veneración popular por su fama de santidad, aunque su culto no está reconocido por la Iglesia católica.
Contenido
Infancia
Sara Colonia nació en el seno de una familia pobre en el caserío de Belén, Huaraz. Su padre, Amadeo Colonia, era carpintero. En 1924 cuando Rosalía Zambrano, la madre de Sara Colonia, se enfermó de bronquitis, la familia se mudó a Lima. Durante cuatro años vivieron en el Callao, después de un tiempo retornaron a Huaraz por recomendación del médico de Rosalía, a la que se le recomendó vivir en climas más secos que el limeño. Tras cuatro meses en Huaraz Rosalía fallece y deja a la familia en manos de Sara. Para sus hermanos, Sara se convirtió en su "pequeña madrecita".
Juventud
Sara trabajaba en una panadería de Huaraz para ayudar a los gastos familiares (familia que, tras el segundo matrimonio del padre, había crecido con tres niños más). A los 16 años, en 1930, emprendió el viaje hacia Lima con su padre, que, en el camino del mismo, habló con una familia italiana que necesitaban una niñera. Durante tres años Sarita cuidó de los niños de esta familia en el Callao.
El padre de Sara volvió a quedarse viudo en 1933, y decidió que Sara debía ayudar en el cuidado de sus hermanos menores. Primero mandó a Lima a cuatro de sus hijas, y luego él viajó con sus dos hijos hacia la capital peruana. Sara se vio obligada a dejar el trabajo como niñera y pasó a ayudar a una tía suya en un puesto de pescados en el Mercado Central, poco tiempo después intentó emprender un negocio propio pero por falta de recursos tuvo que dejarlo y se dedicó a vender fruta, verduras y ropa. Su padre se quedó un año en Lima visitando el Hospital Dos de Mayo debido a unos problemas de salud.
Muerte e inicio del culto
A los 26 años, el 20 de diciembre de 1940, Sara Colonia Zambrano falleció en el hospital de Bellavista. En su partida de defunción, que aún conserva la municipalidad de Bellavista, consta que murió de paludismo. Sin embargo, la familia asegura que ella murió "por sobredosis de aceite de ricino" y no entienden por qué consta el paludismo como causal del fallecimiento. Sarita fue enterrada en una fosa común en el cementerio Baquíjano del Callao. No tuvo funeral.
La fosa común o pampón al que se refieren los más antiguos devotos de Sarita, se encontraba en un lugar periférico del cementerio Baquíjano, el lugar estaba prácticamente invadido de creyentes. Los mismos que evitaron el allanamiento del terreno dispuesto por las autoridades del puerto para la expansión del cementerio. Prácticamente se habían apropiado del pampón y haciendo uso de sus propios recursos, edificaron para Sarita Colonia una capilla muy simple, cuya arquitectura, observa Gonzalo Portocarrero es semejante a las casitas, lisas y funcionales de muchos pueblos jóvenes.
Cuenta un antiguo devoto de Sarita, un peluquero bastante mayor, vecino en los barracones del Callao (un lugar bastante pobre, N.E.), que la familia administró la plata de los devotos: “le compraron a la Beneficencia Pública un pedazo de terreno y le hicieron ese mausoleo”, según esta versión esa fue una manera de enfrentar a la iglesia que se había empeñado en evitar el culto.
En 1941, el padre de Sara colocó una cruz en la fosa común, con el nombre y la foto de su hija. Vecinos y conocidos de Sarita comenzaron a asistir los domingos, para rezar por ella y pedir ayuda, y poco a poco el resto de los asistentes a la fosa común comenzaron a pedir "por medio de Sarita" como representante de las almas milagrosas que se encontraban enterradas en la fosa (como el Soldado desconocido, Fray Ceferino, Sor María, etc.).
Según la tradición, fueron los estibadores del puerto del Callao el primer grupo social que comienza a rendir culto a Sarita Colonia. Poco después las prostitutas, los homosexuales y los delincuentes encontraron en la figura de Sarita a una santa cercana a ellos y comenzaron a venerarla.
Los setenta y la extensión del culto
Durante los setenta comenzó una migración masiva desde el mundo rural hacia Lima. Con ello, la cantidad de marginados en la capital peruana creció exponencialmente. Diferentes grupos sociales marginados comenzaron a seguir el culto de Sarita Colonia, así pues, los taxistas, conductores de microbuses, madres solteras, subempleados, amas de casa y adivinos, entre otros, se sumaron a quienes confiaban su suerte en la santa popular.
Cuando las autoridades del puerto del Callao intentaron allanar la fosa común donde está enterrada Sarita Colonia (y otras "almas milagrosas") para ampliar el cementerio, los creyentes impidieron que dicha acción se llevara a cabo. Los devotos de Sarita Colonia se apropiaron de la fosa común y construyeron una pequeña y simple capilla para poder venerarla como protectora de los pobres y marginados.
En la puerta de entrada del cementerio Baquíjano se venden flores y ruda, pero adentro, cerca de la capilla hay un mercado de estampitas, amuletos, medallones, prendedores, cuadros, placas y llaveros con la imagen de Sarita.
Todos los días, los administradores del culto, Esther Colonia Zambrano y otros parientes, esperan dentro de la capilla, en tanto ofrecen velas en venta. Así es recibida la gran cantidad de gente sencilla que a diario la visita para pedirle “un milagrito” y para testimoniarle su gratitud. Hay quienes no solo dejan flores, velitas encendidas, placas escritas, sino una serie de objetos, entre los que destacan finas joyas de oro y de plata.
Las paredes interiores de la capilla están abarrotadas de placas con nombres, direcciones y hasta fotografías u otros datos de quienes expresan su gratitud por tal o cual milagro recibido. Sobre una cripta descansa el cristo crucificado, a poca distancia hay una estatua de la virgen, próxima al santuario de vidrio de Sarita. Su imagen lleva puestos varios dijes, cadenas, pulsera, anillos, prendedores y otras joyas de oro y plata, dejadas por devotos que han necesitado expresar así su reconocimiento.
En ocasiones algunos devotos prefieren manifestar su gratitud, ofreciendo una misa a Sarita en alguna iglesia y exhiben la convocatoria en la capilla. El sacerdote encargado, la celebra como si se tratara de una misa de difuntos.
Cerca a la capilla, construida y pagada por los devotos, se venden estampitas, amuletos, prendedores, cuadros, medallones, placas y llaveros con la imagen de Sarita. Es la familia de Sara quien recibe a la gente dentro de la capilla construida en su honor.
Fiestas del culto
Los días 1 de marzo (fecha del nacimiento de Sarita) y 20 de diciembre (fecha de su fallecimiento) son conmemorados por los creyentes, se celebra una misa especial en la capilla de Sarita en el cementerio Baquíjamo, se reparten panes, estampitas y flores entre quienes asistan y la familia Colonia invita un almuerzo a los devotos.
Enlaces externos
- Sarita Colonia, Santa Te Quiere El Pueblo
- Sarita Colonia en Callao.org
- "Sarita Colonia viene volando"
- Exposición fotográfica del Mausoleo de Sarita Colonia ubicado en el Cementerio Baquíjano y Carrillo del Callao
- "De ícono religioso a héroe cultural" de Gustavo Buntinx
- Entrevista a Gustavo Buntinx: El último milagro de la Sarita
- Sarita Colonia en Caretas
Categorías: Ancashinos | Lima | Religión
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