- Steampunk
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El steampunk, inicialmente, ha sido un subgénero nacido dentro de la ciencia ficción especulativa que surgió durante la década de 1980 y principios de los años 90,[1] hasta hoy en día, madurar hasta convertirse en un movimiento artístico y social y no solo literario.[2] El steampunk se desenvuelve habitualmente en una ambientación donde la tecnología a vapor sigue usándose, por normalidad, asentada en Inglaterra durante la Época victoriana, donde no es extraño encontrar elementos comunes de la ciencia ficción o la fantasía.
Las obras de temática steampunk a menudo muestran tecnologías anacrónicas o invenciones futuristas imaginadas por los visionarios de su época, todas ellas basadas bajo la perspectiva Victoriana en la cultura, el arte, la moda e incluso la arquitectura.
El steampunk bebe principalmente de los trabajos de H. G. Wells y Julio Verne y del imaginario encontrado en sus obras, por lo que al igual que el dieselpunk, este subgénero se puede englobar dentro del movimiento retrofuturista, el género de las ucronias y la ficción especulativa, pero su tendencia a incorporar elementos fantásticos y el carácter más desenfadado y utópico de sus tramas lo alejan tanto del dieselpunk como del cyberpunk.
Origen
Aunque muchos otros trabajos publicados entre 1960 y 1970 se pueden considerar hoy en día fundamentales dentro de este género, el termino steampunk se originó en 1980 como una ironía al género cyberpunk. Se puede considerar que este término fue acuñado por el autor de ciencia ficción K. W. Jeter,[2] que intentaba encontrar un término unificado para los trabajos de Tim Powers (“Las Puertas de Anubis”, 1983), James Blaylock (“Homúnculo”, 1986) y los suyos mismos (“Morlock Night”, 1979 e “Infernal Devices”, 1987), todos ellos centrados en un escenario ambientado en el siglo XIX e imitando a la ficción especulativa victoriana encontrada, en “La máquina del tiempo” (1895) de H. G. Wells. En una carta a la revista de ciencia ficción Locus, Jeter escribió:
Dear Locus,<<Enclosed is a copy of my 1979 novel Morlock Night; I'd appreciate your being so good as to route it Faren Miller, as it's a prime piece of evidence in the great debate as to who in "the Powers/Blaylock/Jeter fantasy triumvirate" was writing in the "gonzo-historical manner" first. Though of course, I did find her review in the March Locus to be quite flattering.
Personally, I think Victorian fantasies are going to be the next big thing, as long as we can come up with a fitting collective term for Powers, Blaylock and myself. Something based on the appropriate technology of the era; like "steampunks", perhaps...>>
Traducción:<<Estimado Locus.
Adjunto una copia de mi novela de 1979 Morlock Night; apreciaré que le llegue a Faren Miller, como primera evidencia sobre el interesante debate sobre quien dentro del "triunvirato de la fantasía formado por Powers/Blaylock/Jeter" escribió primero en este “histórico-extraño estilo". Aunque, por supuesto, encontré su reseña en el Locus de Marzo muy halagadora.
Personalmente, creo que las fantasías Victorianas serán la siguiente "gran cosa", siempre y cuando podamos encontrar un término adecuado en común entre Powers, Blaylock y yo mismo. Algo basado en la tecnología apropiada de la época, como "steampunks", tal vez...>>
K.W. Jeter, Abril de 1987[3]Características
El steampunk es un subgénero literario, habitualmente ucrónico, e impulsado por las corrientes retrofuturistas, centrado en la segunda mitad del siglo XIX, en las épocas victoriana y eduardiana, momento en que la Revolución Industrial se encuentra en su apogeo.
El subgénero recurre usualmente a realidades supuestas en las que la civilización ha tomado un camino científico diferente al actual, reemplazando la electrónica, los modernos combustibles y otros avances científicos por la tecnología del vapor (steam en inglés) y la combustión del carbón. Como ejemplo y tal y como presenta la novela La máquina diferencial de William Gibson y Bruce Sterling,[4] se plantea la posibilidad de haber avanzado a la actual era de la informática por medio de máquinas sumadoras similares a la de Charles Babbage (con ruedas dentadas y tarjetas perforadas) en vez de la válvula de vacío y posteriormente del transistor. El steampunk, por tanto, se sitúa en un punto donde la sociedad ha abrazado un camino más consumista gracias al positivismo depositado en pos de la ciencia y la tecnología, donde éstas, conceden a la gente que mora en este diferente mundo, una vida cómoda y emocionante pero sin llegar al distópico control o decadencia habituales de otras tendencias en la ciencia ficción como el cyberpunk o, en ocasiones, el dieselpunk.
El mundo que imagina el steampunk, como se puede descubrir, es un mundo que parece anclado en las historias de Julio Verne y H.G. Wells,[2] padres de la moderna ciencia ficción, pero lejos de la realidad, tan avanzado científicamente, en su extraña y retorcida forma de hierro, carbón y vapor, como el nuestro. El steampunk también debe su inspiración en novelas de aventuras y ciencia romántica, como las de Arthur Conan Doyle, Mark Twain y Mary Shelly.[5]
El steampunk original, ya que a día de hoy este subgénero se ha convertido en un movimiento plástico y maleable, es más positivista frente a la tecnología, mostrando esta casi de forma romántica, donde sus historias son claramente utópicas y optimista, donde los problemas de esa época (superpoblación, racismo, pobreza y desempleo) conviven con los más extraños inventos propulsados por carbón y vapor.
Influencias
La influencia que nutre a la corriente steampunk se encuentra, principalmente, en la ciencia ficción primitiva encontrada en las obras creadas durante el siglo XIX, así como de los elementos más característicos de la sociedad y cultura presentes en este periodo histórico concreto, poniendo un especial énfasis en la cultura británica de la épocas victoriana y eduardiana.
Obras como Frankenstein (1818) o El último hombre(1826) de la escritora romántica Mary Shelley no solo crearon precedentes para la moderna ciencia ficción, sino que hoy en día siguen siendo inspiración para estos y para la novela steampunk que se mueve por derroteros más oscuros y góticos.
Avanzando en el tiempo, el subgénero bebe de relatos de primitiva ciencia ficción como Un yanqui en la corte del Rey Arturo (1889) de Mark Twain o aquellas historias protagonizadas por el profesor Challenger y escritas por Arthur Conan Doyle, siendo El mundo perdido (1912) una de las más conocidas por el público.[5]
A pesar de ser un autor casi desconocido para los lectores, los relatos cortos de Edward Page Mitchell, han demostrado ser también una gran inspiración para el steampunk y para la ciencia ficción en general, señalando ejemplos como The Crystal Man (1881), The Clock that Went Backward (1881), The Tachypomp (1874) y The Ablest Man in the World (1879) donde podemos encontrar temas como la invisibilidad, los viajes en el tiempo, la robótica y el teletrasporte.
Pero sin duda, si se intenta encontrar una influencia clara dentro de este subgénero, su inspiración más directa bebe de dos autores en concreto, Julio Verne y H. G. Wells, considerados los verdaderos padres de la moderna ciencia ficción y precursores de este género.[6] Mencionando tan solo, a modo de ejemplo, algunas novelas de estos autores que han estimulado en gran medida al steampunk, por parte de Julio Verne podríamos destacar Veinte mil leguas de viaje submarino (1869), De la Tierra a la Luna (1865) o París en el siglo XX (publicada por primera vez en 1994) todas ellas visionarias y adelantadas a su tiempo y de un carácter más utópico y agradable hacia la tecnología. En el caso de H.G. Wells, el cual a diferencia de Verne tiende a ser más crítico con la tecnología y el uso indebido de esta, se puede resaltar sus siguientes obras, La máquina del tiempo (1895), El hombre invisible (1897) y La guerra de los mundos (1898).
No solo el steampunk bebe del género literario, también lo hace de los inicios del cinematografía. Este subgénero le debe muchísimo a Georges Méliès, pionero cineasta donde trabajos como Le Voyage dans la Lune (1902), Le Voyage à travers l'Impossible (1904) o Á la Conquète du Pole (1910), mencionando tan solo una escasa lista, no solo han marcado el moderno cine, ya sea este de ciencia ficción o no, sino también la marcada estética del steampunk. También lo hace a su vez, aquellos artistas gráficos que plasmaron sus impresiones ilustrando las novelas antes mencionadas y que hoy no solo ofrecen una imagen visual sino también una inspiración para el subgénero, como ejemplo de estos artistas y pintores cabria destacar a Albert Robida por sus ilustraciones futuristas de la época, ahora ya llamadas retrofuturistas, y por su desconocida obra también anticipada a su época encontrada en la triología formada por Le Vingtième Siècle (1883), La Guerre au vingtième siècle (1887) y Le Vingtième Siècle. La vie électrique (1890) enfocadas más en los desarrollos sociales pero no carentes de los tecnológicos.
Este subgénero no solo bebe de la primitiva ciencia ficción y muestra de ello es que obras de autores como Lewis Carroll, Bram Stoker u Oscar Wilde o incluso las historias de Sherlock Holmes del escritor Arthur Conan Doyle, que han influido, e influyen a este subgénero emergente a pesar de entrar en géneros tan variados como literatura fantástica, misterio o terror.
Steampunk avant la lettre
Muchas otras obras, que comparten la influencia y el estilo de las novelas de romance científico del siglo XIX a manos de Julio Verne, H.G. Wells, Mark Twain y Mary Shelly fueron concebidas mucho antes de que el término steampunk fuera acuñado, pero estas, comparten la gran mayoría de características que hoy forman al subgénero.
Titus Alone (1959), de Mervyn Peake, fue la pionera y se anticipo al resto de obras dentro del subgénero steampunk. Jim West (1965 a 1969), una serie original de la CBS y que inspiro a la película Wild Wild West de 1999, es considerada el primer trabajo, dentro de la pequeña pantalla, sobre este subgénero. De la misma forma, la película Brazil (1985) se considera una importante influencia para este subgénero, de la misma manera que para el dieselpunk.
Aunque la novela de K. W. Jeter, Morlock Night (1979) es considera el primer trabajo de este subgénero, Keith Laumer hizo una temprana contribución a este con Worlds of the Imperium (1962). Queen Victoria's Bomb (1967) de Ronald W. Clark y Warlord of the Air (1971) de Michael Moorcock han sido citados como influencias de la misma forma que A Transatlantic Tunnel, Hurrah! (1973) de Harry Harrison, una novela donde se nos muestra un alternativo 1974, donde locomotoras atómicas, barcos voladores propulsados por carbón, ornamentados submarinos y diálogos victorianos son comunes en el Imperio Británico que nos ofrece la obra.
Dentro del mundo de la historieta, en febrero de 1980 Richard A. Lupoff y Steve Stiles publicaron el primer capítulo, de una tira de prensa dividida en diez partes de su “The Adventures of Professor Thintwhistle and His Incredible Aether Flyer”, considerado el primer trabajo de este subgénero dentro del comic.
Categorías dentro de la ficción steampunk
Lejos de ser un subgénero caduco, el steampunk se encuentra en pleno apogeo y muestra de ello son los diferentes temas donde los elementos steampunk pueden ser encontrados. Diferenciando mínimamente estos temas, el steampunk puede ser limitado en las siguientes categorías:
Steampunk histórico
En rasgos generales, esta categoría tiende a ser más purista con los elementos históricos, mostrando relatos de ciencia ficción dentro de un periodo histórico reconocido por el lector, habitualmente una versión alternativa de este periodo, donde la Revolución Industrial ya ha comenzado pero la electricidad aun no ha dado sus primeros pasos, mostrando un especial énfasis en aquellos artilugios y maquinarias alimentadas por carbón y vapor. El momento histórico más común para la ficción steampunk son las épocas victoriana y eduardiana donde la Revolución Industrial tiene su auge. Este tipo de relatos tienden a presentar historias donde sus protagonistas conviven e interactúan con personajes históricos conocidos por el lector, acercando de esta forma el subgénero a la ucronía.
Algunos ejemplos de trabajos dentro de esta categoría son la mencionada novela La máquina diferencial,[5] la cual se sitúa en una época victoriana, en donde el Partido industrial radical, obtiene el poder, y el matemático Charles Babbage construye exitosamente su proyectada máquina diferencial, el juego de rol, Space: 1889, [7] ubicado una vez más en una época victoriana alternativa, donde satélites heliográficos orbitan la Tierra, y vehículos espaciales a vapor viajan por el espacio o Boilerplate, la ficticia biografía de un robot a finales del siglo XIX de Paul Guinan, la cual comenzó siendo un montaje fotográfico en su página web, mas tarde adquirió cobertura internacional al creerse estas imágenes reales,[8] y finalmente se adapto como un libro ilustrado llamado Boilerplate: History’s Mechanical Marvel (Boilerplate: la historia de una maravilla mecánica en castellano) en 2009.[9]
A pesar de que el steampunk historico normalmente bebe más de la ciencia ficción que la fantasía o el terror, un gran número de obras incorporan elementos mágicos o sobrenaturales a sus tramas. Morlock Night, escrito por K.W. Jeter, muestra el intento del mago Merlin por alzar al rey Arturo de nuevo para salvar a una Inglaterra de 1892 de una invasión de Morlocks venidos del futuro. Las Puertas de Anubis de Tim Powers, describe a una cábala de magos entre los mendigos y ladrones del subterráneo de Londres de principios del siglo XIX. El comic creado por Alan Moore e ilustrado por Kevin O´Neill, La Liga de los Hombres Extraordinarios,[2] reúne a varios de los personajes míticos extraídos de la literatura fantástica de la época victoriana en una nueva trama de misterio y aventuras.
Steampunk en entorno fantástico
Aunque muchos de los trabajos originales dentro del steampunk están ambientados en un entorno histórico, desde 1990 el termino steampunk se ha extendido a muchas otras obras en las que es difícil reconocer un periodo histórico concreto, ambientando estas historias, habitualmente, en mundos completamente imaginarios donde criaturas mitológicas o legendarias conviven con los elementos tecnológicos y anacrónicos propios de la novela steampunk.
La novela de China Miéville, La Estación de la Calle Perdido (2000) ambientada en un mundo donde la magia y la tecnología steampunk conviven o la saga iniciada con The Court of the Air (2007) por el autor Stephen Hunt que reimagina una época Victoriana cargada de elementos fantásticos son ejemplos de la novela steampunk en entorno fantástico. Así mismo, el mundo del videojuego se ha visto influido también por este particular subgénero como Arcanum: Of Steamworks and Magick Obscura[7] o la facción Vinci en Rise of Nations: Rise of Legends mencionando tan solo algunos de estos ejemplos de una abundante lista.
En ocasiones las historias steampunk se situan en hipotéticos futuros o en sus equivalente fantásticos, dominando en estos la tecnología encontrada en el steampunk y su estética. La serie anime, Conan el niño del futuro de 1978 presenta un futuro steampunk post apocalíptico nacido de la mente de Hayao Miyazaki y la película de animación El planeta del tesoro de 2002,[7] nacida del argumento de la novela La isla del tesoro, muestra una reinterpretación de este clásico con estética claramente steampunk.
Subgéneros derivados o influenciados por el steampunk
Tras la aceptación y popularización del steampunk no solo como subgénero literario dentro de la ciencia ficción, sino como movimiento artístico, otros muchos subgéneros han nacido bajo su influencia o simplemente han asimilado parte de la esencia que caracteriza a este subgénero.
SteamGoth
El steamgoth es una divergencia del steampunk casi desconocida creada por el autor y artista británico James Richardson-Brown pero que ha ido ganando popularidad en Inglaterra en los últimos años. El steamgoth presenta una visión más oscura del entorno donde se desenvuelve el steampunk sin temer incluir elementos mágicos o paranormales en sus tramas. Donde el stempunk muestra una era Victoriana de ciencia ficción, el steamgoth lo hace bajo el espectro del horror y la fantasía.
Esta divergencia es habitualmente criticada, o tachada de innecesaria, al solaparse casi por completo con los elementos encontrados en las tramas más fantásticas del steampunk.
La película Van Helsing de 2004 donde el conocido cazador de monstruos creado por Bram Stoker debe de combatir en la Transilvania de 1887 al Conde Drácula, al monstruo de Frankenstein e incluso el Hombre Lobo se puede considerar un vago ejemplo de steamgoth en el cine.
Gaslamp fantasy
También conocido como gaslight fantasy o gaslight romance, es una divergencia del steampunk acuñada por Kaja Foglio para distinguir el trabajo de su marido y el suyo en “Girl Genius” de este subgénero. Esta divergencia tiende a mostrar un entorno muchísimo más fantástico dentro de la era Victoriana sin poner un énfasis en la tecnología y la revolución industrial.
De la misma forma que ocurre con el steamgoth, esta divergencia tiene sus detractores, reprochándola normalmente de ser un término puramente comercial, aunque este término también ha empezado a ser utilizado de forma retroactiva para describir las obras encontradas en la era Victoriana como los trabajos de Bram Stoker, Julio Verne o Arthur Conan Doyle.
Weird West
Castellanizado también como el "Extraño Oeste", es un subgénero que mezcla el western clásico con otros géneros como el horror, la fantasía y la ciencia ficción. El nombre de este género proviene del comic book de DC "Weird Western Tales" de 1970 y ha sido popularizado por Joe R. Lansdale. La ciencia ficción dentro del Weird West se presenta como elementos anacrónicos en la tecnología de la época, normalmente de apariencia similar a la encontrada en el steampunk.
La película de 1999, Wild Wild West basada en la serie Jim West que nos transporta a un alternativo oeste americano donde una extraña pareja debe de rescatar a un grupo de científicos e inventores secuestrados por un perturbado genio es un ejemplo de Weird West apoyado por steampunk.
Las aventuras de Jonah Hex, tanto en comic como su adaptación filmográfica con el mismo nombre, muestran la parte más oscura de este subgénero, al mostrar historias cargadas de horror y ocultismo.
Obras dentro del subgénero steampunk
Véase también: Lista de obras steampunkA pesar de tratarse de un reciente subgénero, dentro de la ciencia ficción especulativa, los trabajos basados e influenciados en las características que forman el steampunk se han ido abriendo paso, desde la literatura, hasta asentarse en la cultura popular actual, abarcando una amplia colección de artes artísticas.
Steampunk en la literatura
Dentro del dilatado abanico de artes que beben de la corriente steampunk, la literatura, como pionera del subgénero, ha sido, y es hoy en día, la más beneficiada y por tanto la que mas obras ofrece sobre este subgénero al público.
Tal y como se ha mencionado en su origen, el subgénero nació en manos de tres autores conocidos por sus trabajos de ciencia ficción en general, y cyberpunk, en particular, K. W. Jeter, padre del genero, con Morlock Night (1979) e Infernal Devices (1987), Tim Powers con Las Puertas de Anubis (1983)[5] y James Blaylock con Homúnculo (1986) pero no adquirió, hasta 1991, con la novela La máquina diferencial de William Gibson y Bruce Sterling, el reconocimiento general dentro de la literatura que impulso finalmente al subgénero.[2]
A pesar de editarse otras tantas novelas de temática steampunk durante estos años, no fue hasta 1995, con la Steampunk Trilogy de Paul Di Filippo, cuando se uso este nombre como título. Esta novela consiste en tres relatos de esta temática, Victoria, donde imagina la suplantación de la reina Victoria por una réplica suya de la raza salamandra, del relato La guerra de las salamandras (1936), Hottentots, presentando una invasión de Massachusetts a manos de los monstruos concebidos por la mente de Lovecraft y finalmente Walt and Emily, un relato romántico con Walt Whitman y Emily Dickinson como protagonistas.
El escritor China Miéville, presentó en el 2000, con La Estación de la Calle Perdido, el mundo de Bas-Lag, un entorno fantástico donde se desenvuelve la característica temática steampunk, y que no vería hasta cuatro años después, con El consejo de hierro, el final de una saga de tres volúmenes. Tan solo un año después de la publicación del primer tomo ambientado en el mundo de Bas-Lag, Philip Reeve, comenzó su Hungry City Chronicles, con Mortal Engines, y que vería su culminación en 2007, para en 2011 presentar una precuela de esta particular saga, donde muestra una sociedad de ciudades “caníbales”, iniciada diez años antes.
Leviathan (2009) de Scott Westerfeld y bellamente ilustrada por Keith Thompson, busca sumergir al lector en una Primera Guerra Mundial donde las Potencias Centrales (Clankers) están caracterizadas por el uso de enormes maquinas de guerra, mientras que el Triple Entente (Darwinists) es conocido por el uso de criaturas evolucionadas únicamente para esta. Esta novela vería su continuación con Behemoth (2010) y más tarde esta con Goliath (2011).
Steampunk en el cine
A pesar de que el steampunk es relativamente nuevo, el atractivo al público, la majestuosidad del subgénero y la maleabilidad de este encajan perfectamente con la moderna cinematografía, ofreciendo, día a día, una mayor cantidad de títulos donde las características del steampunk se hacen más notorias.
Fuera del subgénero, aunque asentando las bases de este en la gran pantalla, se encuentra la pionera película checa Una invención diabólica (1958). Karel Zeman, imagina en esta un mundo imposible basado en las novelas de Julio Verne, de la misma forma que ocurría tres años después en la película Master of the World (1961) guionizada por el escritor de ciencia ficción y terror, Richard Matheson. Otra película, esta vez de animación, en contemplar este subgénero antes de ser realmente acuñado es El castillo en el cielo (1986) de Hayao Miyazaki, donde la ahora llamada estética steampunk y dieselpunk inundan el cuidado dibujo de la película.
No sería hasta 1999, con la película Wild Wild West,[7] cuando el subgénero tomo importancia dentro de las salas de cine. A esta película Weird West con tintes steampunk les seguirían muchas otras como Metrópolis (2001) de Osamu Tezuka, la versión cinematográfica de la novela grafica de Alan Moore, La Liga de los Hombres Extraordinarios (2003) o la La brújula dorada (2007), película basada en la novela Luces del norte de Philip Pullman, entre otras tantas películas que han tocado este subgenero.
Resaltando finalmente tan solo aquellas películas que han marcado al subgénero se debería mencionar a la película de animación Steamboy (2004) de Katsuhiro Ōtomo,[7] que muestra una intrincada Inglaterra en plena Revolución industrial y como la aparición de una fuente pura de vapor complica no solo la vida del protagonista, sino también la de aquellos espectadores que se encuentran en la Gran Exhibición del Palacio de Cristal en Londres.
Las misteriosas exploraciones geográficas de Jasper Morello (2005) es un corto de animación de estética steampunk que destaca por la mezcla de animación clásica (teatro de sombras) con modernas técnicas de infografía, mostrando al publico una complicada historia ambientada en un mundo donde la humanidad se traslada en dirigibles.
Cerrando la lista, se encuentra la película Adèle y el misterio de la momia (2010) realizada por el cineasta francés Luc Besson y que adapta a la gran pantalla la historieta del mismo título. La película ofrece un escenario tardío para el steampunk, anclándose en un Paris alternativo en 1912.[10]
Steampunk en la moda
El llamado estilo steampunk no sigue patrones o rasgos definidos concretos, pero tiende a intentar combinar los estilos modernos con la influencia de la época victoriana y eduardiana.
No es extraño encontrar una amplia gama de piezas de estas épocas dentro de este vestuario, así como miriñaques, corsees, guardainfantes y polisones en el caso de las mujeres, y trajes con chaleco, guardapolvos, sombreros de copa y polainas para los hombres.[2] También es habitual el uso de prendas de inspiración militar y complementos como sombrillas, paraguas y bastones.[11] La influencia steampunk en estas prendas se ve fuertemente acentuada con la inclusión de accesorios y aparatos de la época o simplemente creaciones inspiradas por la propia temática, como pueden ser intrincados relojes de bolsillo, gafas de aviador, miembros mecánicos o pistolas de rayos.
Los accesorios modernos, como teléfonos móviles, tablet PCs o reproductores de música, no están fuera de la moda stempunk aunque estos, muy habitualmente son modificados para otorgarles una apariencia más acorde con la estética general del vestuario, siguiendo el espíritu general del movimiento steampunk.[12]
Este inconfundible estilo no ha pasado desapercibido a las pasarelas. Durante la Semana gótica de Madrid de 2010, Gem Von Tildod presentó una colección basada en el estilo steampunk, dónde los detalles y la combinación de accesorios fueron los que marcaron el punto de inflexión.[13] Otro diseñador de alta costura, Alexander McQueen , llevó a la pasarela modelos inconfundiblemente steampunk que lució incluso la diva musical, Lady Gaga.[10]
Steampunk en los videojuegos
Al igual que ha ocurrido dentro del mundo cinematográfico, el atractivo del steampunk no ha pasado desapercibido tanto para los grandes desarrolladores de la industria de los videojuegos como para los noveles, que encuentran en este subgénero un excelente marco donde encuadrar sus títulos.
Una de los padres del steampunk dentro del mundo de los videojuegos, pero considerado steampunk avant la lettre debido a su año de publicación, es la aventura grafica The Eidolon (1985) producida durante la segunda ola de Lucasfilm Games. El argumento del título sumerge al jugador en un olvidado y polvoriento laboratorio donde la activación de una desconocida maquina lo trasporta a una horrible y nueva dimensión.
No sería tras varios años después, donde este subgénero cobraría un renovado interés gracias en parte al éxito cosechado por la novela La máquina diferencial (1991) entre el público. Títulos como Steel Empire(1992), The Chaos Engine (1993) y su secuela The Chaos Engine 2 (1996) se vieron influenciados por la novela, a la vez que a la vez que otros tantos títulos se dejaban influenciar por la estética puramente victoria del steampunk, como el caso de Final Fantasy VI (1994).
Cabria destacar la saga iniciada con Thief: The Dark Project (1998), asentada en una ciudad entre caballo entre la estética medieval y la más reconocida estética steampunk la cual nos relata las desventuras de un habilidoso ladrón y la oscura historia tras la ciudad que este mora.Arcanum: Of Steamworks and Magick Obscura (2001) supuso un adelanto dentro de las ambientación steampunk al mostrar con acierto una ambientación claramente victoriana con elementos propios de la fantasía. Un año más tarde, la aventura grafica Syberia (2002) ofreció un entorno realista pero asentado en la estética del subgénero.[7] En el juego de estrategia Rise of Nations: Rise of Legends (2006), en concreto su facción Vinci, muestra un cuidado ejemplo de sociedad steampunk.
El desconocido para el publico Damnation (2009), a pesar de obtener un gran número de criticas desfavorables hacia esté fue elogiado por su excelente ambientación steampunk, única y diferente hasta el momento, al partir desde Norteamérica, en vez de situarse en la Inglaterra habitual.[14]
Finalmente, y a pesar de ser un titulo aun en desarrollo, BioShock Infinite (2012), de los creadores del prestigioso titulo diselpunk, BioShock, pretende ser un juego de una diferenciada estética stempunk, situando la historia en la ciudad aérea de Columbia, una maravilla mecánica propulsada por vapor y engranajes.[15]
Steampunk como movimiento contracultural
Dentro del movimiento steampunk, es donde el desglose de su nombre adquiere un nuevo significado. Tal y como se descubrió anteriormente, la palabra inglesa steam significa “vapor” en castellano, recordándonos con ello el contexto histórico donde este subgénero y movimiento busca desenvolverse. A su vez, el sufijo –punk no hace referencia a la estética o la música propia que recuerda al sufijo, sino al sentimiento de crítica hacia la actual sociedad, buscando la llamada contracultura hacia esta.
El steampunk se fragua ideológicamente como un movimiento de crítica a la sociedad consumista y de renovado positivismo hacia el potencial humano,[16] basándose para ello como herramienta en la moda y la tecnología, demostrando que estas no son sólo objeto sin alma, sino que también pueden convertirse en piezas de arte, ofreciendo un renovado valor a las creaciones artesanales por encima de aquellas manufacturadas en serie, a aquellas creadas por uno mismo.[10]
A parte de estos valores, el movimiento steampunk también bebe de los ideales nacidos de la época, la recuperación de la educación hoy perdida, la revalorización del conocimiento y la búsqueda del individuo por encima de una sociedad masificada.[5]
A pesar de ser este un resumen acertado sobre el movimiento, es cierto, que debido a la subjetividad y maleabilidad de este, los aspectos dentro del movimiento steampunk pueden variar tanto como la persona que los contempla, por lo que sería mentira hablar que las apreciaciones antes escritas engloban a todos los seguidores de este movimiento contracultural.
Véase también
- Cyberpunk
- Postcyberpunk
- Dieselpunk
- Ucronía
- Retrofuturismo
- Ciencia Ficción
Referencias
- ↑ Clute, John; Grant, John (febrero de 1999). «Steampunk» (en ingles). The Encyclopedia of Fantasy. Contributing editors: Mike Ashley, Roz Kaveney, David Langford, Ron Tiner (Rev. edición). New York: St. Martin's Griffin. pp. 895–896. ISBN 978-0-312-19869-8. «STEAMPUNK A term applied more to science fiction than to fantasy, though some tales described as steampunk do cross genres. ... Steampunk, on the other hand, can be best described as technofantasy that is based, sometimes quite remotely, upon technological anachronism.»
- ↑ a b c d e f Muñoz Martínez-Mora, Inés (24 de Abril de 2009). «PUNK DEL SIGLO XIX». ElPaís.com. Consultado el 25 de Octubre de 2011.
- ↑ Sheidlower, Jesse (9 de Marzo de 2005). «Science Fiction Citations» (en inglés). Consultado el 10 de Mayo de 2008.
- ↑ Gibson, William. La máquina diferencial. ISBN 978-84-9800-281-2.
- ↑ a b c d e Virgós, Víctor (24 de Noviembre de 2010). «Entrevista realizada a Elisabet Roselló, Bailarina y experta en la tendencia Steampunk». Globedia.com. Consultado el 14 de Noviembre de 2011.
- ↑ Merriman, C.D. (2007) H.G.Wells., Introducción. Biografía consultada el 14 de junio de 2009, sólo en inglés.
- ↑ a b c d e f Strickland, Jonathan. «Famous Steampunk Works» (en inglés). Consultado el 28 de Mayo de 2008.
- ↑ BigRedHair.com (2 de Septiembre de 2002). «Boilerplate isn't real???» (en inglés). Consultado el 17 de Marzo de 2011.
- ↑ Omnivoracious (29 de Abril de 2009). «A Preview of Boilerplate: History's Mechanical Marvel» (en inglés). Consultado el 17 de Marzo de 2011.
- ↑ a b c Soteras, Jordi (24 de Noviembre de 2010). «Qué es "steampunk"». Adn.es. Consultado el 4 de Noviembre de 2011.
- ↑ Jean Campbell (1992). Steampunk Style Jewelry: A Maker's Collection of Victorian, Fantasy, and Mechanical Designs. Creative Publishing International. ISBN 978-1589234758.
- ↑ Wright, Robert (8 de Mayo de 2008). «Steampunk Moves Between 2 Worlds» (en inglés). The New York Times. Consultado el 18 de Noviembre de 2011.
- ↑ «La ropa gótica y steampunk “toman” Madrid». Qué.es (27 de Octubre de 2011). Consultado el 18 de Noviembre de 2011.
- ↑ Geddes, Ryan (25 de Junio de 2008). «IGN: Damnation Preview Damnation Preview» (en inglés). IGN. Consultado el 18 de Noviembre de 2011.
- ↑ Chris (12 de Agosto de 2010). «Irrational Games takes Bioshock to the clouds» (en inglés). variety.com. Consultado el 18 de Noviembre de 2011.
- ↑ Swerlick, Andrew (11 de Mayo de 2007). «Technology Gets Steampunk'd» (en inglés). Consultado el 4 de Agosto de 2008.
Enlaces externos
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