- Albur (México)
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Definido por la Real Academia de la Lengua Española en su cuarta acepción como "4. m. Méx. y R. Dom. Juego de palabras de doble sentido",[1] el albur es un juego de palabras en el que se hace una competencia sexual en tono de broma entre los participantes, y gana el que deja callado, sin posibilidad de respuesta, a su interlocutor. El libro Picardía mexicana, del mexicano Armando Jiménez (1917-2010), hizo desde su primera edición (1958) una de las mejores recopilaciones del albur en el habla popular de la ciudad de México. El albur es un fenómeno característico de los habitantes de la ciudad de México, pero también se practica en muchas regiones hispanohablantes.
Contenido
Historia
El albur es un juego de palabras muy generalizado entre los hispanohablantes, aunque es muy característico de México. No se conoce una fecha exacta para su nacimiento, pero se cree que desde la época colonial era usado por los mineros del área de Pachuca en el hoy estado de Hidalgo, pero a finales del siglo XIX se empezó a oír en forma generalizada en la región centro de México, sobre todo entre la población de escasos recursos, quienes desarrollaron ciertas reglas informales, de las cuales la más básica es evitar que el contrario pueda contestar lo que se le dijo.
Durante años su uso se atribuyó sobre todo a personas de escasa educación, por lo que se le relacionaba con groserías y majaderías, con el uso siempre frecuente del lenguaje propio del caliche, pero por su complejidad ha atraído a no pocas personas de gran nivel cultural, las cuales buscan e incluso elaboran un albur más sutil y difícil, ya que las expresiones deben evitar toda connotación grosera o peyorativa.
Así es como en el año 1998[2] en la ciudad de Pachuca, se abre el Concurso Nacional del Albur, por parte de la Fundación Arturo Herrera Cabañas, A. C.[3] y el gobierno del estado con apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.
Reglas de uso
Como juego, el albur tiene varias reglas:
- Evitar que el contrario pueda contestar lo que se le dijo.
- Usar el verso rimado en vez de la prosa.
- Usar la acentuación para formar, con dos o más palabras, otra que sea el verdadero sentido (Calambur). Por ejemplo, si se dice: "Johnny Lotengo", se acentúa y se espacia, para decir: "Yo ni lo tengo."
- Los versos deben ser nuevos y relacionados con una situación diferente a la que se trata en la realidad, ésta siempre o casi siempre de índole sexual. Por ejemplo, la frase: "Techo blanco."
- Se pueden incluir ademanes, gestos, expresiones gráficas, escritas e incluso sonoras no lingüísticas como el silbido. Aunque como lenguaje de palabras es poco factible, ya que el duelo se hace con mucha frecuencia sin mirarse mutuamente los contrarios.
Las reglas oficiales del Concurso Nacional del Albur son:
- No se puede insultar directamente al contrincante.
- No se pueden utilizar palabras soeces, lo que es causa de descalificación inmediata.
- Se debe contestar el albur en menos de cinco segundos o se pierde.
- No se puede repetir un verso.
Participantes
Se conoce como alburero (a) a la persona que frecuenta este tipo de comunicación y como albureado (a) a la que es víctima de la misma. Ambos términos se utilizan tanto en el concurso como en la vida diaria, prácticamente con cualquier otro tipo de broma.
Ejemplos de albur
- “Saco, revoloteo y ataco.”
- “Embodego y empetaco…”.
- “Acayucan, San Andrés y Coatzacoalcos.”
- “Somos dos…”.
- “¡Vámonos!”
- “Vengase a recorrer el camino venidero por otros pies cansados del andar.”
- “Sacudo para no barrer.”
- “¡Entre más! Que afuera le da frío al chico.”
- "¿Cuánto a Zinacantepec?"
- "¿Quieres frijol en saco?"
- "Hay plátano y chile en bolsas"
Referencias
Enlaces externos
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