- Herencia de caracteres adquiridos
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La transmisión de caracteres adquiridos es uno de los mecanismos de la herencia biológica para explicar la transmisión a sus descendientes de ciertas modificaciones adquiridas por los seres vivos. La epigenética es la rama de la biología que intenta identificar los mecanismos de esta transmisión.
Historia del concepto
Desde Aristóteles a Weismann, pasando por Darwin, la mayoría de los naturalistas creyeron en este tipo de herencia. Contrariamente a lo que se suele creer, Lamarck ni teorizó sobre la transmisión de los caracteres adquiridos ni propuso su mecanismo o su nombre. En realidad, y en efecto es uno de los puntos débiles de su teoría del transformismo, la teoría de Lamarck no incluía ningún mecanismo de herencia; es por tanto erróneo referirse a la "herencia lamarckiana".
En cambio, y siempre contrariamente a las leyendas existentes, Darwin habla sobre los caracteres adquiridos en su obra El origen de las especies. Incluso en su obra Las variaciones de los animales y de las plantas bajo efecto de domesticación (1868) propuso una teoría sobre esta transmisión con el nombre de "hipótesis de la pangénesis".[1] Esta hipótesis parece inspirada en la obra Système de la nature ("Sistema de la naturaleza") de 1745 de Maupertuis.
De hecho, ni Lamarck ni Darwin no se refieren a ella como "herencia de los caracteres adquiridos" porque esta noción no existía en su época bajo esta forma. Existe entonces algún anacronismo al hablar en estos términos en la medida que, en esta forma, la distinción entre caracteres innatos y experiencia presupone su oposición, y esta no se concibió hasta finales del siglo XIX por Weismann con su teoría del plasma germinativo. La extendida «herencia lamarckiana» y la oposición de Lamarck y Darwin de esta idea son erróneas, que comenzaron a surgir a finales del siglo XIX, en la disputa entre Weismann y los neolamarckianos.
La teoría de la herencia de los caracteres adquiridos fue considerada errónea por August Weismann. En respuesta a los neolamarckianos, que sostenían lo contrario, mostró que las mutilaciones no se transmitían. De este hecho se dedujo de manera abusiva que no se podía transmitir ningún caracter adquirido, ya que una mutilación no puede compararse con una adquisición de funciones nuevas por el organismo, como proponía Lamarck y sus defensores. No se puede probar con certeza la imposibilidad de una herencia de caracteres adquiridos; en este sentido, a comienzos del siglo XX se llevaron a término diversas investigaciones, sobre todo por Paul Kammerer.
De un modo más general, en lugar de la herencia de un determinado caracter adquirido, es la continuidad de un proceso físico a través de las generaciones que ha estado liderada por el darwinismo y, sobre todo, por la genética, y es con ella que Weismann ha reemplazado la continuidad del plasma germinativo, que en el siglo XX acontecerá el genoma. La continuidad de una sustancia es más fácil de concebir que la continuidad de un proceso físico. Esta es la principal razón para adoptar las ideas de Weismann en esta cuestión.
Mecanismos de transmisión considerados
La epigenética evidencia mecanismos que hacen posible la transmisión de los caracteres adquiridos. Todavía hace falta llevar a cabo muchas investigaciones en el campo de la epigenética para descubrir la importancia relativa del fenómeno en la evolución. Constituiría un avance importante dentro de la teoría de la síntesis moderna de la evolución el hecho de que una variación epigenética hereditaria extendida por las poblaciones naturales desempeñe un papel importante en la variabilidad fenotípica y el valor adaptativo de estas poblaciones.
Referencias
- ↑ Cf. André Pichot. Histoire de la notion de vie, ed. Gallimard, coll. TEL, 1993.
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