Leonor de Castilla y Portugal

Leonor de Castilla y Portugal
Infanta de Castilla y reina consorte de Aragón
Escudo del reino de Castilla y León
Nacimiento	1307
Fallecimiento	1359 Castrojeriz, provincia de Burgos
Entierro	* ¿Monasterio de las Huelgas de Burgos? * Colegiata de Castrojeriz * Catedral de la Seu Vella de Lérida
Descendencia	Véase Nupcias y descendencia
Casa Real	Casa de Borgoña (España)
Padre	Fernando IV el Emplazado
Madre	Constanza de Portugal y Aragón

Leonor de Castilla y Portugal (1307 - Castrojeriz, 1359). Infanta de Castilla. Hija de Fernando IV el Emplazado, rey de Castilla y León y de su esposa, la reina Constanza de Portugal y Aragón.

Reina consorte de Aragón entre 1329 y 1336 debido a su matrimonio con Alfonso IV el Benigno, rey de Aragón e hijo de Jaime II el Justo. Fue asesinada en 1359 en el Castillo de Castrojeriz por orden de su sobrino Pedro I el Cruel, rey de Castilla y León, e hijo de su hermano, Alfonso XI el Justiciero.^[1]

Orígenes familiares

Hija mayor de Fernando IV el Emplazado, rey de Castilla y León, y de su esposa, la reina Constanza de Portugal y Aragón, era nieta por línea paterna del rey Sancho IV el Bravo y de su esposa, la reina María de Molina. Por parte materna era nieta del rey Dionisio I de Portugal y de su esposa, la reina Santa Isabel de Portugal. Fue la hermana mayor de Alfonso XI el Justiciero, rey de Castilla y León y tía de Pedro I el Cruel, hijo de su hermano Alfonso XI, quien ordenó asesinarla en Castrojeriz en 1359.

Biografía

La infanta Leonor de Castilla nació en 1307. A los cuatro años fue comprometida con el infante Jaime de Aragón y Anjou, hijo primogénito del rey de Aragón, Jaime II el Justo, mediante los acuerdos alcanzados en las Vistas de Calatayud de 1311 entre Fernando IV el Emplazado y Jaime II de Aragón,^[2] al tiempo que se celebró el matrimonio entre María de Aragón y Anjou, hija de Jaime II, con el infante Pedro de Castilla y de Molina, hermano de Fernando IV.

Cuando la infanta Leonor de Castilla contaba con cinco años de edad, en septiembre de 1312, falleció su padre, Fernando IV el Emplazado, en la ciudad de Jaén. Un año después, en 1313, falleció en Sahagún su madre, la reina Constanza de Portugal y Aragón. Hasta que contrajo matrimonio con el hijo de Jaime II de Aragón, la infanta Leonor continuó residiendo en el reino de Castilla y León, donde permaneció junto a su hermano, el rey Alfonso XI el Justiciero. Sin embargo, el infante y heredero de la corona aragonesa, Jaime, a pesar de su compromiso matrimonial con la infanta Leonor, se encontraba deseoso de recibir las órdenes sagradas y de ingresar en un monasterio, ante lo cual se produjo la intervención del papa Juan XXII, que recordó al infante los compromisos contraídos.^[2] En vista de la situación, Jaime II y su hijo, cuyas relaciones iban deteriorándose a medida que el infante iba alejándose cada vez más de sus obligaciones en la corte, firmaron ante notario un acta en octubre de 1319, en vísperas del enlace matrimonial, por la que el heredero de la Corona se comprometía a contraer matrimonio, aunque, posteriormente, en una entrevista celebrada entre padre e hijo, ambos acordaron que el infante Jaime debería estar presente en la misa nupcial, que sería oficiada en Gandesa. En dicha entrevista se pospuso la cuestión de si el infante Jaime debía consumar el matrimonio, dada su oposición a la consumación, y teniendo en cuenta que los compromisos con el reino de Castilla y León únicamente obligaban a que el matrimonio fuera celebrado.^[2]

Los últimos momentos del rey Fernando IV de Castilla y León. Óleo sobre lienzo de José Casado del Alisal.(1860).

El 18 de octubre de 1319 se celebraron los esponsales entre el infante Jaime de Aragón y la infanta Leonor de Castilla, a quien el infante aragonés, según refieren las crónicas de la época, se negó a dar la paz durante la ceremonia, por lo que hubo de hacerlo Jaime II.^[3] Terminada la ceremonia, que ofició el arzobispo de Tarragona, el infante Jaime volvió a transmitir a su padre el rey su deseo de renunciar a sus derechos al trono e ingresar en un convento. Terminada la ceremonia nupcial, y después de una discusión mantenida con su padre, el infante huyó a caballo, dejando abandonada a su esposa, y, en diciembre de 1319, renunció a sus derechos a la primogenitura y al trono de Aragón en el Convento de San Francisco de Tarragona. A continuación, tomó el hábito de la Orden de San Juan de Jerusalén en el Convento de Santo Domingo de la misma ciudad.^[4] Tras la renuncia al trono del infante Jaime, fue proclamado heredero del trono el infante Alfonso. El rechazo del infante Jaime hacia la infanta Leonor pudo haber ocasionado graves incidentes diplomáticos entre las cortes castellana y aragonesa. No obstante, Jaime II de Aragón, transmitió a la reina María de Molina su pesar por las acciones de su hijo, incomprensibles para él. En la primavera de 1320 la infanta Leonor permaneció alojada en la ciudad de Tortosa. Encontrándose allí la infanta, Jaime II y su hijo, el infante Alfonso, tuvieron conocimiento de que el infante Jaime planeaba recuperar a su esposa y sus derechos al trono, aunque la conspiración, en la que el infante Jaime se encontraba amparado por algunos de sus servidores, fue abortada por su padre el rey.^[5] Tras la huida del infante Jaime, la infanta Leonor había sido conducida, por el rey Jaime II, a la ciudad de Tortosa y, posteriormente, habitó en Zaragoza, Calatayud y Ateca, donde unos ricohombres castellanos fueron a su encuentro, a fin de conducirla al reino de Castilla y León.^[6] Una vez en el reino de Castilla, la infanta Leonor se recluyó en el Monasterio de Santa María la Real de Las Huelgas de Burgos, en el que sin embargo, no profesó como religiosa.^[7]

El 5 de febrero de 1329 contrajo matrimonio en la iglesia de San Miguel de Tarazona con el rey de Aragón Alfonso IV el Benigno, hermano del infante Jaime de Aragón y Anjou, e hijo de Jaime II de Aragón.^[8] En la ceremonia nupcial estuvo presente Alfonso XI el Justiciero, hermano de la infanta Leonor, la infanta María de Aragón y Anjou, esposa del difunto infante Pedro de Castilla y de Molina, así como los infantes Juan, Pedro y Ramón Berenguer, hijos de Jaime II de Aragón. Alfonso IV el Benigno entregó a su nueva esposa la ciudad de Huesca y otras villas y castillos pertenecientes a la Corona.^[9] Con dicho matrimonio se procuraba, a la vez que mejorar las relaciones entre Castilla y Aragón, reparar los agravios causados a Castilla en el pasado por el reino de Aragón, cuando fueron devueltas a dicho reino varias princesas sin haber contraído matrimonio con ellas, tal y como se estipulaba en los acuerdos, siendo éste el caso de la infanta Isabel de Castilla y de Molina, hija de Sancho IV el Bravo y de María de Molina, quien volvió al reino de Castilla y León sin haber contraído matrimonio con Jaime II. Alfonso IV se encontraba viudo en 1329 de su primera esposa, Teresa de Entenza, que antes de morir había proporcionado varios hijos al rey, entre ellos, el infante Pedro, que tras la muerte de Alfonso IV comenzó a reinar en Aragón con el nombre de Pedro IV el Ceremonioso.

Retrato que representa a Alfonso IV el Benigno, rey de Aragón y esposo de Leonor de Castilla.

Tras su matrimonio con el rey de Aragón, la reina Leonor persuadió a su esposo para que consintiese en hacer importantes donaciones territoriales a los hijos nacidos de ambos, los infantes Fernando y Juan, quienes no llegarían a ocupar el trono de Aragón debido a los otros hijos del rey. El rey se mostró generoso y concedió a su hijo Fernando el marquesado de Tortosa, Albarracín, Orihuela, Callosa, Guardamar, Alicante, Monforte, Elda, La Mola, Novelda y Aspe, el 28 de diciembre de 1329.^[10] Además, el rey concedió a su hijo Fernando las ciudades de Játiva, Alcira, Sagunto, Morella, Burriana y Castellón, situadas en el reino de Valencia. No obstante, debido a las protestas que se levantaron en el reino de Valencia, Alfonso IV el Benigno revocó estas últimas donaciones.^[11] Su hermano, el infante Juan, también recibió varios señoríos. Estas donaciones por parte de Alfonso IV menguaron el patrimonio territorial de la Corona y perjudicaron sobre todo al infante Pedro, heredero de Alfonso IV, originándose con ellas un clima de resentimiento en la corte barcelonesa. A causa de ello la nobleza se dividió en dos bandos. Uno de los dos bandos se mostró partidario de la reina Leonor y de sus dos hijos, y el otro, defendió las prerrogativas del infante Pedro y sus hermanos. Sin embargo, en el reino de Valencia, los súbditos valencianos protestaron ante las donaciones efectuadas por el rey a su hijo Fernando, por lo que el rey decidió revocar parte de ellas.^[12]

Tras la muerte de Alfonso IV el Benigno, ocurrida en la ciudad de Barcelona el día 24 de enero de 1336, la reina Leonor huyó al reino de Castilla y León, donde reinaba su hermano, Alfonso XI el Justiciero, acompañada en su huida por sus dos hijos, los infantes Fernando y Juan. Los tres miembros de la familia real aragonesa huían por temor a Pedro IV el Ceremonioso, nuevo rey de Aragón, quien se mostraba resentido con su madrastra y hermanastros, debido a la postergación sufrida desde que su padre contrajo matrimonio con la infanta Leonor de Castilla.^[13] En su testamento, que el rey había redactado en el Monasterio de Poblet en agosto de 1333, el rey legaba a su segunda esposa sus joyas y confirmaba la posesión de las villas que le había entregado en el pasado, al tiempo que legaba a su hijo, el infante Fernando de Aragón, el marquesado de Tortosa y el Albarracín. La reina Leonor se refugió en el reino de Castilla, llevándose consigo gran cantidad de oro, plata y joyas, a pesar de que el rey Pedro IV intentó impedir que salieran del reino.^[14] En 1358 fue asesinado en Bilbao el hijo de la reina Leonor de Castilla, el infante Juan, por orden de su primo, el rey de Castilla Pedro I el Cruel.^[15]

En 1359, en la localidad de Castrojeriz, donde se hallaba prisionera por orden de su sobrino, Pedro I el Cruel, hijo de su hermano, Alfonso XI el Justiciero, quien la había encerrado en el castillo de Castrojeriz, la reina Leonor de Castilla fue asesinada por orden de su sobrino, el rey de Castilla y León.^[1] Cuatro años después, en 1363, sería asesinado en Burriana el infante Fernando de Aragón, hijo de la reina Leonor de Castilla, por orden de su hermanastro, Pedro IV el Ceremonioso.^[16]

Sepultura de la reina Leonor de Castilla

Existe controversia sobre el paradero final de los restos de la reina Leonor de Castilla, quien fue asesinada en 1359 en la localidad de Castrojeriz, situada en la provincia de Burgos. Existen tres lugares que se adjudican la posesión de los restos de la reina Leonor de Castilla, la Catedral de la Seu Vella de Lérida, la iglesia de Nuestra Señora del Manzano de Castrojeriz, situada en la provincia de Burgos y por último, el monasterio de las Huelgas de Burgos, lugar de sepultura de numerosos miembros de la realeza castellano-leonesa.

Iglesia de Nuestra Señora del Manzano de Castrojeriz, donde se conserva un sepulcro que se supone contiene los restos de la reina Leonor de Castilla, hija de Fernando IV el Emplazado.

En el Monasterio de las Huelgas de Burgos se conserva un sepulcro de mármol blanco, colocado en la nave de la Epístola o de San Juan,^[17] que mide 2,25 metros de largo por 0,67 de ancho, con tapa de piedra caliza, y en el que se asegura que recibió sepultura la reina Leonor de Castilla, a pesar de que en el epitafio esculpido en el sepulcro aparece inscrito el nombre de la dama María de Almenar, de quien se desconoce su biografía, así como tampoco se conocen las razones por las que recibiría sepultura junto a la realeza castellana en el Monasterio de las Huelgas de Burgos.^[18] En el interior de dicho sepulcro hay cinco calaveras y huesos, así como tablas de ataúd y trozos de la badana de los forros que los cubrían. Se ha supuesto que cuando la reina Leonor de Castilla recibió sepultura en el monasterio, su cadáver recibió sepultura en el sepulcro de María de Almenar, cuyos restos mortales pudieron ser trasladados a un sepulcro colocado en la misma nave, y en cuyo interior se conserva una momia femenina, corpulenta y de edad madura. El sepulcro que se supone contiene los restos de la reina Leonor fue recortado por ser demasiado largo y ancho.^[19] En uno de los lados del sepulcro aparece representada la difunta en su lecho de muerte, y dos ángeles llevando el alma de la difunta al cielo. A los lados, en arquillos sobre columnas de fuste retorcido, cuatro obispos con mitra y báculo, y varios personajes. Debajo, aparecen una serie de perros persiguiendo arpías, y dragones mordiéndose. En la otra vertiente del sepulcro aparecen roleos vegetales y, en la esquina, entre rosetas que separan las palabras, aparece esculpido el epitafio.^[19]

En la Catedral de la Seu Vella de Lérida se encuentra un sepulcro en el que el día 23 de octubre de 1986 fueron depositados los restos de Alfonso IV el Benigno, rey de Aragón.^[20] En dicho sepulcro, fueron colocados además, los restos de un hombre joven, identificado como el infante Fernando de Aragón, hijo de Alfonso IV el Benigno, y los de una mujer adulta, que fueron identificados como los de la reina Leonor de Castilla, hija de Fernando IV el Emplazado y esposa de Alfonso IV de Aragón.^[20] Los restos de Alfonso IV el Benigno, que habían sido trasladados a la Catedral de la Seu Vella de Lérida en 1781, permanecieron en la cripta de la catedral hasta el año 1986, en que fueron colocados en un sepulcro de piedra, situado al lado de la puerta de San Berenguer de la catedral.

En la iglesia de Nuestra Señora del Manzano de Castrojeriz se conserva un sepulcro, atribuído a la reina Leonor de Castilla.^[21] El sepulcro se encuentra ubicado a los pies de la iglesia, cerca del baptisterio,^[22] y fue descubierto, pues estaba oculto tras una pared de adobe, en junio de 1970, por el Grupo de Misión Rescate de la Agrupación Escolar Marqués de Camarasa.^[23] Desde el momento de su hallazgo, el sepulcro fue atribuído por los expertos a la reina Leonor de Castilla, hija de Fernando IV el Emplazado, pues la factura del sepulcro se corresponde con otros sepulcros realizados a mediados del siglo XIV, así como por el hecho de que sobre su tapa aparece esculpida la figura yacente de una mujer. La suposición de que en dicho sepulcro recibieron sepultura los restos de la reina Leonor se encuentra respaldada por el hecho de que ciertos documentos hallados mencionan que la reina Leonor recibió sepultura en la iglesia de Nuestra Señora del Manzano de Castrojeriz.^[24]

Matrimonio y descendencia

No hubo descendencia del matrimonio entre la infanta Leonor de Castilla y el infante Jaime de Aragón y Anjou, hijo de Jaime II de Aragón. Fruto de su matrimonio con Alfonso IV el Benigno, rey de Aragón e hijo de Jaime II el Justo, nacieron los siguientes hijos:

• Infante Fernando de Aragón (1329-1363). Marqués de Tortosa. Contrajo matrimonio con la infanta María de Portugal, hija de Pedro I de Portugal. Fue asesinado en Burriana en 1363 por orden de su hermanastro, Pedro IV el Ceremonioso, rey de Aragón. Según ciertas fuentes, sus restos se encuentran sepultados actualmente en la Catedral de la Seu Vella de Lérida, junto a sus progenitores.^[25]
• Infante Juan de Aragón (1330-1358). Contrajo matrimonio con Isabel de Lara, hija de Juan Núñez III de Lara, señor de Lara y Vizcaya, y tataranieta de Alfonso X el Sabio, rey de Castilla y León. Fue asesinado en 1358 por orden de su primo Pedro I el Cruel, rey de Castilla y León.

Bibliografía

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Notas

Enlaces externos

• Ficha genealógica de la reina Leonor de Castilla. Fundación Casa ducal de Medinaceli
• Genealogía de la reina Leonor de Castilla, hija de Fernando IV el Emplazado (En inglés)

Véase también

• Fernando IV el Emplazado
• Constanza de Portugal y Aragón
• Reino de Castilla y León
• Reino de Aragón
• Alfonso IV el Benigno
• Infante Fernando de Aragón
• Pedro I el Cruel
• Monasterio de las Huelgas de Burgos
• Iglesia de Nuestra Señora del Manzano de Castrojeriz
• Catedral de la Seu Vella de Lérida

Predecesor: Teresa de Entenza

Reina consorte de Aragón 1329 - 1336

Sucesor: María de Navarra