- Silvestre Gutiérrez
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Silvestre Gutiérrez (n. Majes, Arequipa, ? - m. Lima, 26 de julio de 1872) fue un militar peruano que participó en el golpe de Estado que encabezó su hermano Tomás Gutiérrez contra el Presidente José Balta Montero, el 22 de julio de 1872. Fue asesinado días después en un tiroteo desatado en pleno centro de Lima.
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Los hermanos Gutiérrez
Los cuatro hermanos Gutiérrez: Tomás, Silvestre, Marceliano y Marcelino, eran todos naturales del valle de Majes, en Arequipa. Al momento de protagonizar el golpe de estado contra Balta, en 1872, eran todos coroneles y tenían cada uno mando de tropas en Lima, a excepción de Tomás, que era Ministro de Guerra y Marina. Silvestre comandaba el Batallón de Infantería Pichincha Nº 2.
Jorge Basadre describe así a cada uno de los hermanos Gutiérrez:
Tomás era corpulento y tenía fama de brusco, impetuoso, altivo, ignorante y resuelto; Marceliano distinguíase por ser todavía más atleta, más brusco y más ignorante, con un defecto en el ojo derecho, por el cual se le llamaba el tuerto, y con una voz poderosísima y una presentación imponente, que atraían al público en los días de maniobras de tropas. Silvestre, más delgado y blanco, de cabello crespo, poseía más inteligencia e ilustración, pero creíasele duro y siniestro. Marcelino, en cambio, se distinguía por un carácter apacible.[1]Carrera militar
Silvestre tuvo una carrera menos distinguida que la de Tomás, quien si tuvo una fulgurante actuación, desde la década de 1850 en las guerras y revoluciones del Perú. De Silvestre se recuerda apenas su actuación al lado de José Balta durante la revolución de Chiclayo, en el norte: gravemente herido en la cabeza, recibió desde entonces el apodo de "Cabeza rota".
En abril de 1870 tanto Silvestre como su hermano Marceliano se hicieron reos del delito de flagelación. Silvestre, jefe del Batallón de Infantería Pichincha Nº 2, mandó apresar en la calle al coronel Juan Manuel Garrido, a quien condujo al cuartel y le aplicó doscientos azotes. Marceliano, a su vez, ordenó dar azotes al celador Luis Montejo. De los dos juicios, el de Silvestre provocó un escándalo público. Fernando Casós defendió al acusado. En agosto de 1871 la Corte Suprema dictó un auto adverso a Silvestre, por lo que éste fue separado del batallón que mandaba, al que volvió poco antes de la sublevación de 1872.
La sublevación
Los coroneles Gutiérrez, disconformes con el triunfo de Manuel Pardo, primer civil que ganaba la selecciones presidenciales, tramaron un golpe de estado contra el presidente Balta. Previamente, intentaron convencer al mandatario para que anulara las elecciones, sin resultado. Entonces Silvestre convenció a Tomás para realizar de una vez el plan, en vista que faltaban pocos días para que se efectuara el cambio de mando.
A las dos de la tarde del 22 de julio de 1872, Silvestre entró en el Palacio de Gobierno al frente de dos compañías de su batallón a relevar las guardias y de pronto se dirigió a las habitaciones del Presidente. Ante su esposa y su hija Daría, cuyo matrimonio debía realizarse aquella noche, le intimó prisión, y se produjo una escena violenta entre las dos damas y Silvestre. Entre tanto, Marceliano al frente de su batallón «Zepita», proclamaba en la Plaza de Armas Jefe Supremo de la República a Tomás, a quien dio el grado de general. Balta fue llevado preso al cuartel de San Francisco.
Pero la rebelión no gozó de apoyo de la población. La Marina de Guerra alzó la bandera de la Constitución y la escuadra se hizo a la mar, con dirección al sur, para alentar la resistencia. Aunque en un inicio la ciudadanía no intervino, con el correr de las horas empezaron a salir a las calles grupos de manifestantes. En el Callao estalló también la revuelta contra los Gutiérrez y hacia allí se dirigió Silvestre para imponer el orden, lo que logró, no sin esfuerzo.
Muerte
En la mañana del 26 de julio Silvestre volvió a Lima en el tren de pasajeros y se dirigió a Palacio para entrevistarse con su hermano y darle cuenta de lo ocurrido en el Callao; después del mediodía se dirigió por el jirón de la Unión a la estación de San Juan de Dios (hoy Plaza San Martín), a fin de tomar el tren de vuelta. Pasó por entre grupos hostiles haciendo alarde de valor y, llegado a la estación, ocupó su asiento en el vagón. Algunos habían pensado en levantar los rieles, pero resolvieron finalmente atacarle de manera directa. Un grupo de ciudadanos empezó a dar vivas a Pardo y al oírlos Silvestre bajó del coche y se asomó a la puerta que daba a la calle de Quilca y disparó su revólver sobre el grupo, hiriendo a un joven llamado Jaime Pacheco; éste disparó a su vez y logró herir al coronel en el brazo izquierdo. El tiroteo duró por unos minutos hasta que una bala disparada por el capitán Francisco Verdejo, hirió de muerte en la cabeza a Silvestre.[2] Al caer, el populacho se lanzó sobre él y lo despojó de sus vestiduras y dejaron abandonado el cadáver, que fue conducido después por un extranjero anónimo a la Iglesia de los Huérfanos. Pero poco después la muchedumbre sacó el cadáver de dicho lugar santo, arrastrándolo por las calles de Lima hasta llevarlo a la plaza de armas, donde fue colgado de un farol, al lado del cadáver de su hermano Tomás, asesinado ese mismo día también por la turba. Al día siguiente ambos cadáveres fueron colgados desnudos de las torres de la Catedral de Lima, para después ser arrojados en una hoguera. El cadáver de otro hermano, Marceliano, avivó el fuego horas después. Solo se salvó Marcelino.[3]
Referencias
Bibliografía
- Basadre, Jorge: Historia de la República del Perú. 1822 - 1933, Octava Edición, corregida y aumentada. Tomo 6. Editada por el Diario "La República" de Lima y la Universidad "Ricardo Palma". Impreso en Santiago de Chile, 1998.
- Chirinos Soto, Enrique: Historia de la República (1821-1930). Tomo I. Lima, AFA Editores Importadores S.A., 1985.
- Vargas Ugarte, Rubén: Historia General del Perú. Noveno Tomo. Primera Edición. Editor Carlos Milla Batres. Lima, Perú, 1971.
Véase también
Categorías:- Nacidos en ?
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- Asesinatos en el Perú
- Militares del Perú
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