- Batalla de Campo Grande
-
Batalla de Campo Grande
Batalla de Campo Grande Parte de Guerra del Chaco
artillería paraguaya en fogueo.Fecha 23 de octubre de 1933 Lugar Gran Chaco Resultado Victoria paraguaya. Beligerantes República de Bolivia República del Paraguay Comandantes Coronel Capriles, Regimiento Ballivían. Coronel José Félix Estigarribia. Fuerzas en combate cerca de 1.200 soldados, 600 soldados del regimiento Ballivían. más de 15.000 paraguayos La batalla de campo grande fue un combate ocurrido durante de la Guerra del Chaco, en la cual los paraguayos logran cercar con éxitos a dos unidades bolivianas que defendían dos de los tres flancos del fortín Alihuatá, obligándolas a rendirse.
Contenido
El copamiento
Las necesidades de la batalla de Gondra obligaron al comando boliviano a extraer tropas del frente que defendía Alihuatá, dejando este fortín con solo tres unidades separadas entre sí. Cerca de Arce, montando el camino que venía de Alihuatá, se hallaban 700 hombres del regimiento Chacaltaya, cinco kilómetros a la izquierda, en campo Grande, estaba desplegado el regimiento Ballivían. En el extremo derecho de esta especia de abanico, a 4 kilómetros del Chacaltaya, en Pozo favorito, hacia guardia una compañía del regimiento Junín.
No fue difícil para el comando paraguayo darse cuenta de la debilidad del despliegue boliviano. Patrullajes de sondeo constataron la escasez de efectivos y el aislamiento de los tres núcleos. Se resolvió su copamiento mediante operaciones separadas, pero simultáneas. El 30 de agosto, la artillería concentró su fuero sobre las trincheras del Chacaltaya, mientras fuerzas de infantería se desbordaban por sus costados, saliendo al camino a Alihuatá, un pequeño destacamento salió de Alihuatá para socorrer al Chacaltaya, no consiguió despejar el camino. El comandante subteniente Pedro tardío, cayó mortalmente herido.
Otro destacamento más fuerte, constituido por el regimiento 18, logró desalojar a los paraguayos, limpiando las espaldas del Chacaltaya. El comando paraguayos se aprestó a repetir su maniobra, el regimiento Loa salió de Gondra para Alihuatá destinado a atender cualquier problema, el Gral. Kundt se encontraba en el sector Bullo, controlando la operación que se desarrollaba sobre ese punto, al salir de su cuartel de Muñoz había dejado instrucciones de que el Loa no podría ser empleado sin autorización. El Cnel. Toro, que figuraba nominalmente como jefe de Operaciones del Comando Superior, pero que no tenía más atribuciones que retransmitir a Kundt las noticias que recibían de los diferentes frentes, recibió en Muñoz un llamado urgente de la novena División, en el que se le comunicó que el Chacaltaya iba siendo rodeado nuevamente y que, en Campo Grande, el regimiento Ballivían también se encontraba en peligro, mientras toro se trataba de buscar contacto telefónico con Kundt para obtener autorización de utilizar al Loa, la situación del Ballivían y el Chacaltaya fue agravándose.
El regimiento Loa llega en su ayuda
Toro dispuso que el Loa se movilizase hacia Campo grande. Al enterarse de esto, Kundt regaño a su jefe de operaciones y viajó a Alihuatá para atender él mismo la situación, el Gral. Kundt y el Cnel. Banzer, comandante de la novena división, supusieron que el centro de gravedad de la ofensiva paraguaya lo constituía la maniobra contra el regimiento Chacaltaya, en el camino Alihuatá-Arce, sin embargo, el comando paraguayo operaba allí con solo un batallón. En cambio, en Campo Grande, tenía su actuación toda la Séptima División, con 3.000 combatientes.
El regimiento Loa trató de prolongar la línea del Ballivían para evitar el rebalse enemigo por los flancos, pero, las tropas paraguayas extendieron su despliegue y sobre la prolongación del Loa, amenazando con rodear a las dos unidades, el Cnel. Banzer viajó a Campo Grande y dictó medidas de emergencia, a su regreso a Alihuatá fue observado por patrullas paraguayas que se disponían a cerrar el camino:
Vimos pasar un camión con un oficial alto y rubio y de alguna edad, supusimos que era un jefe de alta graduación, pero nos abstuvimos de cuatrerearlo para no denunciar nuestra presencia y perjudicar la maniobra
’’’Relato paraguayo’’’El 12 de septiembre el camino de acceso a Campo Grande fue ocupado por los paraguayos, quedando los regimientos Ballivían y Loa completamente rodeados. La presión paraguaya se dejó sentir intensa, por el norte y el este, con intención de decidir la batalla, la línea del regimiento Ballivían fue fracturada. Se empeño al personal de cocinas y estafetas para cerrar el boquete. Durante la noche la presión enemiga se mantuvo incesante. El coronel Rafael González Quint, jefe del Ballivían, sugirió la necesidad de pedir refuerzos. El coronel José Capriles, comandante del Loa, y que había asumido la dirección del destacamento constituido por los regimientos, se opuso.
El coronel Banzer, en la reciente visita a su comando le había notificado que la Novena División no tenía ninguna reserva y que todos los hombres disponibles tenían que ser empleados para ayudar al Chacaltaya, que defendía el camino a Arce, el Coronel Capriles tampoco se animó a intentar un repliegue, el soldado boliviano Rómulo Jaldín, que había caído prisionero en los ataques del día anterior, comenzó a gritarles a sus compañeros para que se rindieran. Se escucharon sus gritos en lengua quechua, desde las posiciones paraguayas: ‘’”No tiren hermanitos, me van a matar, ríndanse, sólo les hablo por su bien”’’. Al atardecer del segundo día del cerco, se oyó el ruido de combate del lado de Alihuatá, era la compañía Zambrana del regimiento Loa, que estaba en otro sector y venía en socorro de los sitiados. Luego de media hora el combate se fue acallando. El capitán Julio Zambrana Bayá y muchos de sus compañeros habían sucumbido en su infructuoso empeño, el regimiento Ayacucho fue sacado de Nanawa para otro esfuerzo de liberación. Tampoco logró éxito. El coronel Ortiz, jefe de la división paraguaya, tenía tres líneas en ese sector, una mirando hacia Alihuatá para detener a las fuerzas bolivianas de socorro que pudiesen venir de aquel fortín, otra acosando a los sitiados. Una tercera en medio para ir e n apoyo de una u otra pared.
Situación desesperada
Algunos aviones lograron arrojar bolsas de coca a los cercados. Eel 15 de septiembre, tercer día del cierre, un sol canicular aumentó el tormento de la sed de las tropas bolivianas. Cuatro camiones habían traído agua poco antes de que se completase el anillo. El líquido se racionaba cuidadosamente a medio Jarro al día por persona. La sed impedía a los soldados consumir los trozos de carne con que se trataba de alimentarlos. Sus gargantas resecas no les permitían tragar los alimentos.,
Día 15. A horas 17 traen un poco de agua, la distribución me ocasiona varias bajas, porque todos se desesperan. No quieren la coca que nos largaron los aviones, ni cigarrillos… algunos soldados hasta me desconocen, otros solo lloran. A horas 10, hablo con el mayor Cárdenas. Los soldados solo atinan a gritar agua! Agua! Agua! Y los pilas se las ofrecen, amenazándolos con degüello… a las 12, los pilas entran por asalto por el lugar del corral… los pilas dan otro asalto en todo el frente Este… Salen tres hombres de la línea, uno de ellos herido. El otro, un sargento que me dice: los pilas se han entrado y se los han llevado a todos… los pocos que quedamos resolvemos salir hacia el comando… al entrar en una ralada sentí un manotón, y me intimaron que me rindiese… ya estaba todo perdido
El subteniente Benigno GusmánLa rendición
En el sector oeste un oficial paraguayo planteo formalmente la rendición, dando una hora de término para la respuesta. La presión paraguaya se dejaba sentir en todas partes y muchos soldados iban entregándose. Después de consultar a sus oficiales, el coronel Capriles aceptó entrevistar a un parlamentario enemigo. El teniente coronel Eugenio Garay ingresó a su puesto de mando en representación del comandante de la división paraguaya, teniente coronel José A. Ortiz, para concertar los términos de la rendición.
Mientras algunos aviones bolivianos arrojaban latas de conserva y soldados paraguayos ofrecían algo de agua de sus caramañolas a las tropas bolivianas se redactó y firmó el acta de rendición… en vista de la superioridad numérica de los paraguayos, que durante cuatro días, sin recibir víveres ni agua, y en atención a la tenaz resistencia de los defensores.
Un total de 509 soldados capitularon, entre ellos a 2 jefes, 11 oficiales, 3 cirujanos, 10 suboficiales.
Cinco horas antes, diez kilómetros a la derecha, la reducida compañía del regimiento Junín, que defendía Pozo Favorito también había sido forzada a capitular.
En el centro el regimiento Chacaltaya logró salir del segundo intento del copamiento, con la ayuda del regimiento Campos que se lanzó al asalto tres veces consecutivas y gracias a una hábil maniobra del regimiento Lanza, que logró abrirle una senda por un costado.
Bibliografía
- Masamaclay, historia de la guerra del Chaco, Segunda edición
Categorías: Batallas de la Guerra del Chaco | Batallas del siglo XX
Wikimedia foundation. 2010.