- Caballería Medieval
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Caballería Medieval
El concepto de Caballero fue creado por la iglesia cristiana en el siglo XI para levantar el ideal de la nobleza a la altura del ideal cristiano, aunque los pueblos germanos ya utilizaban anteriormente este término genérico para referirse a la ceremonia de revertir de armas a los jóvenes guerreros.[1]
Contenido
Orígenes de la Caballería
En principio la Caballería está ligada a la historia de los guerreros a caballo, particularmente en la Francia de finales del siglo X, cuando los caballeros se convierten en el cuerpo militar más importante, frente a la infantería común, y en figura de creciente poder político. El mero ejercicio del poder por los caballeros fue posible porque solamente ellos poseían el necesario entrenamiento militar, la suficiente riqueza y el propio caballo para poder desarrollar su forma típica de combate. La diferenciación social basada inicialmente en la habilidad y destreza de los propios caballeros desembocó en un sentido de clase caballeresca orgullosa de su conducta y valores marciales y desdeñosa hacia otros segmentos no armados de la sociedad, los clérigos y los campesinos.
Los caballeros nacieron de la necesidad, entre los nobles y la Iglesia, de defender los dominios contra los enemigos o contra los pillajes y rapiñas de caminos. De esta forma, la Caballería fue un ejército coercitivo. Los caballeros o milites, utilizando el vocablo latino con el que eran denominados, defendían los intereses de aquellos de quienes dependían, es decir, de los señores que les mantenían. Los caballeros eran encargados de cobrar las cargas que aquellos señores imponían a los campesinos. Así como en los caballeros predominaba en sus orígenes el espíritu guerrero, en los primeros relatos artúricos se da mayor énfasis al valor militar, a los hechos de guerra y a las descripciones de las batallas. La Iglesia se opuso al poder de esos milites, pues los dominios eclesiásticos tenían también que satisfacer dichos pagos, aunque posteriormente, desvió el apetito de combate de los milites hacia objetivos más acordes con el espíritu cristiano: la lucha contra las injusticias y la lucha contra los infieles. De esta forma, poco a poco la Iglesia aceptó el uso de la violencia hasta tal punto que de la Iglesia salieron célebres narradores artúricos, como es el caso de Robert de Boron, a finales del siglo XII, y la misma Iglesia proclamó la Primera Cruzada contra los enemigos de la fe cristiana.
Dentro de esta estructura feudal, los caballeros mantenían un feudo que un señor les había concedido, a cambio de rendirle homenaje y prestarle servicio con las armas. A su vez este señor podía ser vasallo de otro señor más poderoso, o el caballero ser servido por otros caballeros de inferior rango. Con el paso del tiempo eran muchos los milites, a veces de baja extracción social, que querían convertirse en caballeros, por lo que se impuso una prueba selectiva, que acabó por tomar la forma de un rito de iniciación, bendecido por la Iglesia, llamado espaldarazo o palmada. Como su nombre indica, el rito consistía en el golpe solemne dado al principiante por su padrino o caballero que le había instruido y le introducía en la Caballería. El prestigio que adquirió la citada ceremonia y el carácter sagrado que le confirió la Iglesia, provocó que muchos nobles de nacimiento se hicieran armar caballeros. Con el tiempo, hacia el siglo XIII, Nobleza y Caballería acabaron confundiéndose, aunque en general los nobles eran los responsables de mantener la paz debido a su asunción de autoridad real, y a veces a un especial carisma basado en su descendencia de héroes o santos, mientras que los caballeros eran sus auxiliares, sin un linaje distinguido y con poca o ninguna tierra.
La Caballería no fue sólo un disfraz o una mera norma de conducta para un pequeño grupo social, sino que supuso una gran transformación medieval cuyo eco ha resonado múltiples veces en la Historia Universal. Reflejo de ello fue la llamada literatura caballeresca que ensalzó la figura de un caballero ideal como vemos en el libro de Lancelot del Lago, perteneciente al ciclo de la “Vulgata”:
“Al principio, no había hombre por nacimiento mejor que los demás, pues todos descendían de un mismo padre y madre. Pero cuando la envidia y la codicia se apoderaron del mundo y el poder se impuso sobre el derecho, ciertos hombres fueron señalados como garantizadores y defensores de los pobres y los humildes.”En definitiva, el auge de la Caballería tuvo lugar en Francia hacia los siglos XII o XIII, en la misma época que los relatos artúricos, pero se desarrolló y tomó forma en un contexto europeo. En los primeros relatos, en la “Cantar de Roldán”, por ejemplo, la Caballería o Caballerosidad se identifica con la acción valerosa en el campo de batalla. Sin embargo, a partir del siglo XII ésta se entiende como un código social, moral y religioso de conducta caballeresca, haciendo hincapié en las virtudes de coraje, honor y servicio.
El Caballero
El caballero era un guerrero a caballo de la Europa medieval que servía al rey o a otro señor feudal como contrapartida habitual por la tenencia de una parcela de tierra, aunque también por dinero o como tropa mercenaria. El caballero era por lo general un hombre de noble cuna que, habiendo servido como paje y escudero, era luego ceremonialmente ascendido por sus superiores al rango de caballero. Durante la ceremonia el aspirante solía prestar juramento de ser valiente, leal y cortés, así como proteger a los indefensos.
Ideales Caballerescos
- Valor: Los caballeros deben soportar sacrificios personales para servir los ideales y a las personas necesitadas. Esto implica el elegir mantener verdad a toda costa.El valor no significa ser estúpido arrogante, sino tener voluntad de hacer lo correcto. Estos personajes tenían un gran valor, capaces de pelear con gran coraje contra seres superiores que mantenían a las personas de los pueblos aterrorizados. Los caballeros eran capaces de enfrentarse a personas con mayor habilidad para luchar, sin medir consecuencias.Por ejemplo: En la toma de Valencia Pedro Bermúdez, Alvarez Fañez y Muñoz Guztos luchan heroicamente contra un ejército mucho mayor que ellos.
- Defensa: Los caballeros juraban cuando eran ascendidas, defender a sus señores y señoras, a sus familias, a su nación, a las viudas y a los huérfanos, y a la Iglesia. En la defensa de estos ideales e individuos.
- Fe: Los caballeros que tenían una fuerte fe en Dios les permitía llevar a cabo toda una vida de sacrificios y tentaciones, dándoles raíces y esperanza fuertes contra los malvados del mundo. Por ejemplo: El Cid siempre antes de una batalla, la encomendaba a Dios y sabía que de Él dependía la suerte del éxito.
- Humildad: Los caballeros humildes eran los primeros en decir a las otras personas cuando llevaban a cabo hechos de gran heroicidad, dándoles el honor que merecen de sus buenos hechos. Y dejando o otros que los feliciten por sus propios hechos y estos los ofrece a Dios. Esta es una de las características más sobresalientes de un caballero.Por ejemplo: El Cid siempre atribuía el éxito de las batallas al coraje de sus soldados y repartía proporcionalmente las riquezas ganadas.
- Justicia: Para los caballeros era muy importante buscar la verdad sobre todo, los caballeros no buscaban su beneficio personal. La justicia sin templar por misericordia puede traer pena, sin embargo. La justicia buscada por los caballeros sin la flexión a la tentación era la utilizada por ellos. Por ejemplo: El Cid bien pudo haber matado a los infantes de Carrión pero prefirió que se hiciera un juicio y castigarles justamente.
- Generosidad: La generosidad era una característica de un caballero. Para contradecir la debilidad de la avaricia, los caballeros eran tan abundantes como sus recursos permitirían. Un caballero generoso puede recorrer mejor la línea entre la misericordia y la justicia fría.Por ejemplo: El Cid repartía los bienes de las batallas ganadas y además era generoso con los enemigos derrotados como el conde Berenguer.
- Templanza: El caballero debía estar acostumbrado a comer y beber con moderación. Además el caballero debe ser moderado con sus riquezas, esto no significaba abstenerse de ellas sino, no utilizarlas vanamente. Sin templanza no se podía mantener el honor de la caballería. El caballero debía contenerse de sus apetitos sexuales.
- Lealtad: Los buenos caballeros juraban defender fervientemente sus ideales, a la Iglesia y a sus señores, ellos darían su vida por defenderlos. Por ejemplo: El Cid bien pudo haber luchado contra el rey Alfonso y derrotarlo, pero él le era fiel y cumplió sus órdenes de destierro.
- Nobleza: La nobleza es el principio de la cortesía. Y los caballeros debían así ser corteses, honrados, estimables, generosos e ilustres equitativos a todos mientras que desarrollaron y mantuvieran un carácter noble con los ideales de la caballería. Un caballero es por siempre un ejemplo a seguir.
Mandamientos
Los caballeros también poseían mandamientos inquebrantables:
- Creeréis en todo lo que la Santa Iglesia enseñe y observaréis todos sus mandamientos.
- Protegeréis a la Santa Iglesia.
- Tendréis respeto por sus debilidades, las defenderás.
- Amaréis el país en que nacisteis.
- No retrocederéis ante el enemigo.
- Haréis a los infieles una guerra sin cuarteles.
- Cumpliréis vuestros deberes feudales si no contradice la ley de Dios.
- No mentiréis y seréis fiel a vuestra palabra.
- Seréis generoso.
- Mantendréis el bien frente a la injusticia y el mal.
Armas de los caballeros
Arcos
- Ballesta: Era un arqueamiento mecánico de acero corto que tiraba flechas pequeñas. Tomaba un tiempo largo para cargarlo. Esta arma podía tirar docenas de flechas. Prohibida por la iglesia, la mayoría de los caballeros la consideraban una arma que deshornaba, pero algunos soldados la utilizaron dé todos modos.
- Arco largo: Era un arqueamiento grande bajo gran tensión que era difícil de dominar, pero podría lanzar flechas mortales hasta 100 yardas.
- Arco común: El arqueamiento más común que se encontrará en Europa, tiene un rango y una exactitud limitada, y se utilizaba lo más a menudo para la caza, que para la guerra.
Armas personales
- Lanza: La segunda arma preferida de un caballero, fue hecha de hierro. La rectitud de la lanza simbolizó verdad al caballero, y su cabeza del hierro, fuerza. La arma más vieja del personal fue utilizada generalmente para empujar o tirar al enemigo de su caballo. Los postes eran cerca de 3 m de longitud y rematados con una punta de lanza que sería un triángulo.
- Lucio: Era una arma suiza que servía para defenderse de los caballeros: 5 metros de largo. La utilizaban para a herir a los caballos.
Armas de mano
- Maza: Es una bola pesada claveteada asociada directamente a una manija. Rompían al enemigo, vino en las versiones del lacayo (de largo mango) y del jinete (corto-dirigido).
- Hacha: Es una gran lamina afilada de hierro, incrustada a un palo.
- Espada: El arma más común para luchar mano-a-mano del caballero, era una lámina templada del acero que tiene aproximadamente 1, 20 de longitud. Bendecida por el sacerdote, la espada era generalmente el arma preferida de un caballero. La espada era más que un arma, porque la lámina y el hilt formaban la muestra sagrada de la cruz. La espada más común era la denominada espada bastarda; esta arma de doble filo tenía una longitud que oscilaba entre los 30" a 42", pero solamente pesaban de 3 a 4 libras, lo que permitía un manejo ágil en el campo de batalla. Una espada más grande era la espada híbrida, característica que la volvía mas engorroso su uso y transporte.
Épocas de la Caballería
Heroica
Esta fue la época de máxima expresión, la cristiandad era el fin y objeto del hombre. Se produjo en los siglos XI y principios del XIII. La caballería se caracterizaba por ser viril, austera y conquistadora. Un ejemplo de esta época es San Ladislao I de Hungría (1040-1095), quien fue rey, caballero y santo al mismo tiempo, del cual se escribieron incontables leyendas y hechos heróicos.
Galante
Se produjo en los siglos a finales del XIII. Comienza a declinar la caballería. En esta época se registran poemas, juglares y relatos sobre la caballería. El caballero cambia la guerra por las pasiones amorosas con las mujeres.
Decadencia
Las guerras santas pierden el sentido y la paz los hace sedentarios y de dedican al ocio. Además se abre la inscripción a la caballería a todos los jóvenes, dignos o no. Pero principalmente el espíritu religioso ya no poseía su alma. La obra de Don Quijote de la Mancha es un importante ejemplo, que demuestra la decadencia de la caballería que era tal, que hasta estaban sujetos a la burla.
Referencias
- ↑ Hernández Lázaro, José Fermín (1983). «Órdenes militares, divisas y linajes de La Rioja.», Historia de La Rioja. Edad Moderna - Edad Contemporánea.. Caja de Ahorros de La Rioja, pp. 52. ISBN 84.7231-903-2.
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