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Cálculo económico
La teoría del cálculo económico es una teoría económica que afirma que la apropiada producción, distribución y uso de bienes y servicios solo puede darse en un contexto de propiedad privada de los medios de producción, puesto que en la ausencia de ésta, resulta imposible la formación de precios que serían el indicador ideal para la asignación de recursos escasos.
Aunque diversos autores intuyeron o llegaron a la formulación independiente de esta teoría,[1] la misma es atribuida principalmente al economista austríaco Ludwig von Mises, quien en un artículo de 1920 titulado Die Wirtschaftsrechnung im Sozialistischen Gemeinwesen (El Cálculo Económico en la Comunidad Socialista) formula el problema del cálculo económico de manera tan clara y contundente que atrajo la atención de los teóricos socialistas[2] para tratar de resolver este problema, generando un debate que persiste hasta hoy en día.
A continuación se explica el concepto tal y como ha sido desarrollado por los seguidores de la escuela austríaca.
Contenido
- 1 Fundamentos de la teoría
- 2 Cálculo económico y socialismo
- 3 Mises y el comienzo del debate sobre el cálculo económico
- 4 Notas
- 5 Véase también
- 6 Enlaces externos
Fundamentos de la teoría
Acción humana y función empresarial
El proceso de creación y transmisión de información Fig. 1
Tómese el caso de dos personas, “A” y “B”. Cada una de ellas posee un conocimiento propio o privativo, es decir, que no tiene la otra; “existe” un conocimiento, que se encuentra disperso entre “A” y “B”, en el sentido de que “A” tiene una parte de él, y “B” otra parte. Supongamos que la información que tiene “A” es que quiere alcanzar un fin “X” (representado por un globo que tiene en su cabeza y que contiene “X”). El caso de “B” es similar, sólo que el fin que persigue es otro distinto, en este caso “Y” (representado por un globo que tiene en su cabeza y que contiene “Y”).
Para alcanzar su fin, “A” requiere de un medio “R” que no tiene a su disposición y que no sabe dónde ni cómo se puede conseguir. Al mismo tiempo, “B”, que se encuentra en otro lugar, pretende conseguir un fin muy distinto (el fin “Y”) al que dedica todo su esfuerzo, y que conoce o “sabe de” o tiene a su disposición una gran cantidad de un recurso “R” que él no considera útil o idóneo para alcanzar su fin. Fig. 2
Una tercera persona, “C”, descubre la descoordinación entre “A” y “B” y percibe una oportunidad de ganancia (representada por la bombilla que se enciende sobre su cabeza).[3] Esta persona “C” se pone en contacto con “B” y le ofrece comprarle ese recurso “R” que no utiliza por 2 unidades monetarias. Una vez realizado el trato, “C” se pone en contacto con “A” y le ofrece venderle el recurso que necesita para alcanzar su fin “X” por 3 unidades monetarias.
Como consecuencia de la actuación de “C”, es decir, de la función empresarial, se producen tres efectos trascendentales: primero, se ha creado nueva información que antes no existía; segundo, esta información ha sido transmitida a lo largo del mercado; y tercero, los agentes económicos implicados han aprendido a actuar uno en función del otro.
En la economía, desde el punto de vista de la Escuela austríaca, cuando los individuos actúan[4] para conseguir un fin se habla de la función empresarial que realizan las personas (empresario= entrepeneur =emprendedor). La función empresarial, en un sentido estricto, consiste en descubrir y apreciar las oportunidades de alcanzar algún fin. Ahora bien, al descubrir estas oportunidades se crea una información que el actor no poseía anteriormente y que ahora existe gracias a su actuación.[5]
Características de la información
El conocimiento o información que surge de la actividad empresarial, posee características particulares, se trata de un conocimiento subjetivo de tipo práctico y no de naturaleza científica. Por conocimiento práctico se entiende todo aquel que no puede representarse de una manera formal, sino que el individuo lo va adquiriendo a través de la práctica, es decir, de la propia acción humana ejercida en un contexto determinado.[6]
El conocimiento práctico es un conocimiento de tipo privativo y disperso, esto es, que cada sujeto posee una ínfima parte de la información que se genera y transmite globalmente a nivel social, pero que en principio solo él conoce pues ha surgido de su actuación particular. El conocimiento práctico también es un conocimiento de tipo tácito no articulable, es decir, que el actor sabe cómo hacer o efectuar determinadas acciones, pero no conoce cuáles son los componentes específicos de lo que está haciendo, y si los mismos son ciertos o falsos. Por ejemplo, al aprender a patinar, el sujeto no está aprendiendo las leyes y fórmulas físicas de la gravedad o del equilibrio, sino adquiriendo una serie de hábitos prácticos de conducta que le evitarán caerse todo el tiempo.
Creación y transmisión de la información tácita no articulable
Como queda dicho, al identificar oportunidades (medios) que permiten a las personas conseguir sus fines, se está creando una información que previamente no existía. Esta información o conocimiento una vez creada puede ser aprovechada por otros miembros de la sociedad, pero siempre es información subjetiva y no existe al margen de las personas que sean capaces de interpretarla o descubrirla, es decir que siempre son los humanos quienes crean, perciben y transmiten la información; y la transmisión de información social es tácita y subjetiva, es decir, no explícita y articulada, y a la vez muy resumida pues se transmite y capta subjetivamente el mínimo indispensable para coordinar el proceso social.
La “división intelectual del trabajo”
Debido a la limitada capacidad de la mente humana, así como el creciente volumen de nueva información en el proceso social debido a la función empresarial, el desarrollo de la sociedad exige una continua extensión y profundización en la división del conocimiento, lo cual a su vez exige un aumento de la población.[7]
Cálculo económico y socialismo
La coacción de la función empresarial
Según los teóricos del liberalismo económico en general, y del cálculo económico en particular, en un sistema socialista que busca la planificación económica, el ejercicio de la función empresarial se ve limitada o totalmente impedida por las medidas que el sistema debe imponer para lograr sus metas planificadoras. La coacción no sólo impide el aprovechamiento de una oportunidad de ganancia, sino que impide el descubrimiento mismo de dicha oportunidad.
En consecuencia, si la coacción es sistemática en un área social y no puede ejercerse la función empresarial en esa área, no se producirán ninguno de los otros efectos típicos del acto empresarial: en primer lugar, no se creará ni transmitirá nueva información entre los actores, y en segundo lugar, al no permitirse el libre aprovechamiento de oportunidades de beneficio, no existirá incentivo alguno para que los actores perciban las situaciones de desajuste o descoordinación social que vayan surgiendo.
La limitación del órgano de planificación socialista
El órgano de planificación o intervención central, en su mayor parte desconoce el conocimiento que se encuentra disponible en forma dispersa en la mente de todos los actores que puedan llegar a estar sometidos a sus órdenes. Por lo tanto, es pequeña o nula la posibilidad de que el planificador pueda saber qué buscar, y cómo y dónde encontrar los elementos de información dispersa que se van generando en el proceso social y que necesita para controlarlo y coordinarlo.
Consecuentemente, el órgano director estará incapacitado para efectuar cualquier cálculo económico en el sentido de que, independientemente de cuáles sean sus fines, no podrá saber si los costos para conseguir dichos fines tienen para el propio órgano director un valor superior al valor que atribuye a los fines perseguidos. Si la información sobre circunstancias específicas necesaria para estimar los costos está dispersa en la mente de todos los actores del proceso social que se ven coaccionados por el órgano director, éste no puede conseguir el conocimiento o información necesarios para calcular el coste verdadero de sus proyectos.
Planificación, informática y cálculo económico
En este contexto pueden distinguirse dos escenarios: tanto el ente planificador como los individuos poseen computadoras o solamente las posee el primero. En el primer caso, el uso de computadoras por parte de los individuos multiplica la cantidad de información disponible lo cual hace aún más difícil su recolección por parte del ente planificador.
En el caso de que solo el ente planificador disponga de computadoras, éstas no le serán de gran utilidad, pues no se puede recolectar y procesar información que todavía no ha sido creada (o que puede cambiar, haciendo obsoleta, y por tanto inútil, la información anteriormente recolectada).
Mises y el comienzo del debate sobre el cálculo económico
Contribuciones esenciales de Mises a la teoría del cálculo económico
La aportación esencial de Mises se centra en el análisis teórico sobre los procesos de creación y transmisión de información práctica que constituyen la sociedad.
En 1920 en su artículo «Die Wirtschaftsrechnung im Sozialistischen Gemeinwesen»,Mises más que hablar de información práctica dispersa, menciona un cierto tipo de división intelectual del trabajo, que según él constituiría la esencia del mercado, y que proporciona y genera la información que posibilita el cálculo o estimación económica esencial para cualquier decisión empresarial.[8]
Dos años después, Mises repite la misma idea de manera aún más articulada mencionando que en las sociedades basadas en la división del trabajo, la distribución de los derechos de propiedad da lugar a una especie de división intelectual o mental del trabajo, sin la cual no sería posible producción ni economía alguna.[9]
En 1927, Mises afirma explícitamente que es imposible que en el socialismo pueda generarse la información práctica en forma de precios de mercado necesaria para posibilitar la división intelectual del conocimiento imprescindible en una sociedad moderna, conocimiento que sólo surge como consecuencia de la capacidad creativa de la acción humana o función empresarial.[10]
La otra aportación esencial de Mises fue el descubrimiento de que la información que constantemente crea y genera el mercado surge del ejercicio de la función empresarial, dependiendo de las circunstancias particulares de tiempo y lugar que son apreciadas únicamente por cada individuo en el contexto en el que actúa, de manera que si se impide el libre ejercicio de la empresarialidad y se organiza coactivamente a la sociedad, los empresarios, al no poder actuar libremente, dejarán de serlo y ni siquiera se percatarán de la información que dejen de percibir y crear, con total independencia del grado de brillantez de sus estudios o cualificaciones profesionales de tipo gerencial.
Propuestas socialistas de solución al problema del Cálculo Económico
Después de la publicación del artículo de Mises, los socialistas intentaron probar que el una sociedad como la propugnada por ellos era realmente viable. Al respecto se presentaron dos tipos de argumentos; unos, buscaban demostrar que el cálculo económico era posible en una sociedad que no utilizase dinero; en cambio otros, que según los defensores del cálculo económico no entendieron en profundidad la teoría, desviaron el debate hacia el funcionamiento de una economía estática en donde no hace falta el cálculo económico, algo incluso admitido por el propio Mises.[11]
Dentro del primer grupo se propuso el cálculo económico en especie, en horas de trabajo y en unidades de utilidad; por otro lado destaca la "solución competitiva" de Oscar Lange. Dentro del segundo hubo argumentos como el de la similitud formal y la solución matemática.
El cálculo económico en especie
La idea de que una economía socialista organizada sin la utilización de dinero es de larga data en la historia del socialismo, pues efectivamente en un modelo de equilibrio no hay necesidad de utilizar dinero, ya que se supone que toda la información está dada y que no existe cambio alguno. Simplemente período tras período deben producirse los mismos bienes y servicios, que serán distribuidos de igual forma a los mismos individuos. Por lo tanto el cálculo económico no habría de plantear problema alguno aunque no existiese el dinero.
En general, la idea según algunos autores socialistas[12] [13] [14] [15] [16] es la de que el Estado establecería las necesidades de cada ciudadano según criterios «objetivos» aportados por los técnicos (biólogos, agrónomos, etc.). Luego, el correspondiente departamento o instituto de estadística habría de planificar cuántos bienes de consumo (botas, pantalones, camisas, etc.) habrían de producirse en el curso de un año, para distribuirlos posteriormente de forma idéntica entre los ciudadanos.
El cálculo económico en horas de trabajo
La adopción de la teoría objetiva del valor-trabajo por parte de algunos teóricos socialistas derivó en el natural intento de solucionar el problema del cálculo económicoen horas de trabajo.
La solución propuesta, consiste en que el órgano planificador registre el número de horas trabajadas por cada trabajador. Posteriormente, éste recibiría del órgano de control una cantidad de cupones, equivalente al número de horas trabajadas para obtener a cambio de los mismos una determinada cantidad de los bienes y servicios producidos. La distribución estos bienes y servicios se efectuaría estableciendo un registro estadístico del número de horas de trabajo necesarios para su producción, y asignando éstos a aquellos trabajadores que estuvieran dispuestos a entregar a cambio los correspondientes cupones representativos de las horas trabajadas.
El cálculo económico en unidades de utilidad
Diversos autores socialistas[17] consideraron que el problema del cálculo económico podría resolverse utilizando como unidades de cálculo las «unidades de la utilidad».
Los argumentos de similitud formal
La solución matemática
Notas
- ↑ Por ejemplo, el economista holandés Nicolaas G. Pierson publica en 1902 un artículo en el periódico De Economist donde habla de la gran dificultad de calcular allí donde no existan precios, criticando los proyectos de establecimiento práctico del comunismo enunciados hasta entonces en concreto, como el cálculo económico en horas de trabajo. Asimismo el sociólogo alemán Max Weber, en su obra Economía y Sociedad publicada con carácter póstumo, en 1922, insiste en que los cálculos en especie propuestos por determinados socialistas no podrían generar una solución racional a la implantación del socialismo. Weber recalca que la conservación y el empleo racional del capital sólo puede asegurarse en una sociedad con libre intercambio y con uso del dinero, y que un sistema socialista sin cálculo económico racional generaría pérdida y destrucción de los recursos económicos haciendo imposible mantener incluso el nivel de población alcanzado en las áreas más densamente pobladas para ese entonces. Por último, puede señalarse el aporte del profesor ruso Boris Brutzkus al comienzo de los años veinte quien, como consecuencia de su investigación sobre los problemas prácticos del establecimiento del comunismo en la Rusia soviética, llega a conclusiones muy parecidas a las de Mises y Weber, afirmando explícitamente que el cálculo económico donde no existen precios de mercado, como en las sociedades de planificación central, es una imposibilidad teórica. Jesús Huerta de Soto, Socialismo, cálculo económico y función empresarial, 2a. edición, 2001.
- ↑ El teórico socialista Otto Leichter afirmó que «To Ludwig von Mises really belongs the merit of having so energetically drawn the attention of socialists to this question. However, little it was the intention of Mises to contribute by this criticism to the positive development of socialist theory and praxis, yet honour must be given where honour is due». Citado por Trygve J.B. Hoff en Economic Calculation in the Socialist Society, 1981.
- ↑ En la práctica la función empresarial podría ser ejercida por “A” o por “B”, o por ambos al mismo tiempo, pero para efectos didácticos es mejor considerar que es llevada a cabo por una tercera persona.
- ↑ «La acción humana es conducta consciente; movilizada voluntad transfortmada en actuación, que pretende alcanzar precisos fines y objetivos». Ludwig von Mises, La Acción Humana. Dichos fines pueden ser tanto participar en una labor benéfica sin fines de lucro, como en actividades con remuneración monetaria.
- ↑ Jesús Huerta de Soto, Socialismo, cálculo económico y función empresarial, 2a. edición, 2001.
- ↑ Jesús Huerta de Soto, Socialismo, cálculo económico y función empresarial, 2a. edición, 2001.
- ↑ «We have become civilised by the increase of our numbers just as civilisation made that increase possible: we can be few and savage, or many and civilised. If reduced to its population of ten thousand years ago, mankind could not preserve civilisation. Indeed, even if knowledge already gained were preserved in libraries, men could make little use of it without numbers sufficient to fill the jobs demanded for extensive specialisation and division of labor. All knowledge available in books would not save ten thousand people spared somewhere after an atomic holocaust from having to return to a life of hunters and gatherers». F.A. Hayek, La fatal arrogancia.
- ↑ «The distribution among a number of individuals of administrative control over economic goods in a community of men who take part in the labour of producing them, and who are economically interested in them, entails a kind of intellectual division of labour, which would not be possible without some system of calculating production and without economy». Ludwig von Mises, «Economic Calculation in the Socialist Commonwealth», en Collectivist Economic Planning.
- ↑ Ludwig von Mises, Socialism.
- ↑ Ludwig von Mises, Liberalism.
- ↑ «En la sociedad estacionaria no existe ya tarea por resolver que necesite del cálculo económico, porque la que tendría que haber sido resuelta lo ha sido antes ya. Si queremos emplear expresiones muy extendidas, a menudo un poco erróneas, podríamos decir: el cálculo económico es un problema de la economía dinámica y no de la economía estática.» Ludwig von Mises, Socialismo.
- ↑ Otto Neurath, Durch die Kriegswirtschaft zur Naturalwirtschaft, y Wirtschaftsplan und Naturalrechnung: von der sozialistischen Lebensordnung und von kommenden Menschen, Laub, Berlín 1925.
- ↑ Alexander Tschayanoff, «Zur Frage einer Theorie der Nichtkapitalistischen Wirtschaftssysteme», Archiv für Sozialwissenschaft und Sozialpolitik 1923, n.º 51.
- ↑ N.I. Bukharin y E. Preobrazhensky, The ABC of Communism: A Popular Explanation of the Program of the Communist Party of Russia, University of Michigan Press, Ann Arbor 1966.
- ↑ Karl Ballod, Der Zukunftsstaat: Wirtschaftstechnisches Ideal und Volkswirtschaftliche Wirklichkeit, Berlín, Edit. Laub 1927.
- ↑ Carl Landauer, Planwirtschaft und Verkehrswirtschaft, Duncker & Humblot, Munich 1931.
- ↑ Por ejemplo Stanislav Strumilin, en la Ekonomitscheskaja Shishni (1920), manifestó que no consideraba posible el cálculo económico utilizando horas de trabajo, si este concepto no se completaba con el uso de unidades de utilidad.
Véase también
- Orden espontáneo
- Cataláctica
Enlaces externos
- El cálculo económico, por Nicolás Cachanosky.
- Cálculo Económico en el Diccionario de Economía Política de de Borísov, Zhamin y Makárova.
- El Cálculo Ecónomico en el Sistema Socialista de Ludwig von Mises.
- "Democracia, Mercado y Socialismo" en Revista Académica Polis, Vol.4, Nº12, 2005. de Mauricio Ramírez Gómez
- "Socialismo de Mercado ¿Preferencias del Gobierno o Preferencias Individuales?" en Revista Académica Polis, Vol.5, Nº16, 2007. de Alejandro Agafonow
- "Los Límites de la Eficiencia Económica en una Sociedad Democrática" en Revista de Economía Institucional, Vol.9, Nº16, 2007. de Alejandro Agafonow
- "Socialismo de Mercado, Marginalismo y Empresa Pública" en Desarrollo Económico, Vol.39, Nº153, 1999. de Germán Coloma
- "Es posible el cálculo económico en las economías de tipo socialista?" en Riesgo y Control. de Rubén Hitos Santos
- "Socialismo de Mercado" en Libertas, Nº27, 1997. de Alberto Benegas Lynch
- "El Cálculo Económico en el Socialismo: Una Visión Contemporánea" en Libertas, Nº18, 1993. de Cecilia Gianella de Vázquez Ger
- "Alternativas al Capitalismo" en Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura, Vol.2, Nº1, 1996. de John E. Roemer
- "Socialismo de Mercado: el modelo que pudo ser pero no fue" en El Trimestre Económico, Vol.LIX, Nº2, 1992. de Doménico Mario Nuti
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