- Carlos V a caballo en Mühlberg
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Carlos V a caballo en Mühlberg
Carlos V a caballo en Mühlberg Tiziano, 1548 Óleo sobre lienzo - Manierismo 332 cm × 279 cm Museo del Prado El retrato de Carlos V a caballo en Mühlberg es un cuadro pintado al óleo sobre lienzo por el pintor Tiziano Vecellio en 1548. El artista veneciano lo realizó para representar al emperador de Alemania y rey de España, Carlos I, como triunfador en la Batalla de Mühlberg (24 de abril de 1547). Es un cuadro de extraordinario valor histórico y que ejerció gran influencia en la época barroca.
Contenido
El retrato ecuestre
En este retrato ecuestre, el emperador se nos muestra como un «soldado de Cristo» en defensa de la cristiandad atacada desde su propio interior por el Protestantismo. Lleva una larga lanza, que recuerda a San Jorge, quien según la leyenda mató a un dragón (bestia asociada a la herejía). De todas formas, la pintura no quiso hacer énfasis en la derrota militar, y el paisaje del fondo es plácido, sin tropas ni representación alguna de los enemigos derrotados.
En esta obra, Tiziano resume los antiguos ideales caballerescos de Borgoña, que el emperador conocía, junto con abundantes referencias al mundo clásico. Carlos V solía ser llamado Cesar Carolus, en un afán por relacionarlo con los emperadores romanos. Tiziano combina los prototipos de caballero medieval y de caudillo imperial, y crea de esta manera el mejor resumen de una imagen pública tan compleja como fue la de Carlos V, quien tenía que gestionar y mantener unido un imperio transoceánico con múltiples lenguas y culturas.
El cuadro conmemora la victoria de Carlos V en la batalla de Mühlberg, acaecida el año anterior. Muestra al emperador a caballo, detenido frente al río Elba; detrás de él, sólo un bosque. Tanto la luz como los colores son cálidos, rojos, ocres. El rostro del emperador está serio e impasible. Tiziano fue muy hábil, al suavizar los rasgos menos agraciados del monarca (el prognatismo).
Parece que el cuadro no fue encargado por el monarca, sino por su hermana María de Hungría. Una anécdota repetidamente contada es que el lienzo fue derribado por el viento mientras se secaba, resultando dañado en la grupa del caballo. La grieta, cuentan, fue reparada por otro artista, Christoph Amberger. Las radiografías confirman la existencia de tal daño.
Conservado en los diferentes palacios reales que el rey se hizo construir en España, el cuadro sufrió el incendio del Alcázar de Madrid en 1734. Se atribuye a ese siniestro el oscurecimiento de la zona inferior, donde los colores de la tierra y la hierba se ven quemados y reducidos a un ocre oscuro. Afortunadamente, las partes esenciales se conservan mejor y actualmente se aprecian en todo su esplendor, gracias a una reciente limpieza. La obra pasó, con una parte importante de la colección real española, al Museo del Prado en el siglo XIX, donde en la actualidad se exhibe.
Curiosidades
El mismo tema de la Batalla de Mühlberg fue representado pocos años después por Martin van Heemskerck, en un diseño grabado por Coornhert. Pero lo hizo de manera fantasiosa, con una estética manierista. Por el contrario, Tiziano muestra aquí al emperador con el atuendo que realmente llevó en la batalla. Como dato curioso, la armadura, labrada en oro y plata, se conserva en la Real Armería del Palacio Real de Madrid, junto con las galas del caballo. Tiziano pintó todos los elementos con minuciosidad, dentro de su técnica más bien suelta que da prioridad al color sobre las líneas.
Referencia
- L. Cirlot (dir.), Museo del Prado II, Col. «Museos del Mundo», Tomo 7, Espasa, 2007. ISBN 978-84-674-3810-9, pág. 155
Enlaces externos
- Ficha de la obra en la página web del Museo del Prado.
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