Los niños de la reina Blondine y la hermana Brunette recogidos por un corsario después de siete días en el mar; ilustración de Walter Crane

El abandono de niños es la práctica de abandonar hijos fuera de la adopción legal. Algunos psicohistoriadores han especulado que la causa tiene que ver con los diversos niveles socioculturales en las relaciones paternofiliales.

El abandono de niños en la vida real

A diferencia de los niños que huyen del hogar, aquellos que han sido abandonados reciben el nombre de expósito. Las sociedades liberales con fuertes estructuras sociales y leyes de adopción tienen menores índices de abandono de niños.

Históricamente, muchas culturas han practicado el abandono de infantes. Aunque algunos niños pueden sobrevivir si son adoptados, el abandono es generalmente aceptado como una forma de infanticidio. Como Tertuliano lo describe en su Apología: “es ciertamente más cruel que matar... el abandonarlos al frío y al hambre de los perros”. En la actualidad esta forma de abandono de niños aún existe en las castas más pobres de la India, aunque en occidente también se usó para que los ricos se deshicieran de niños indeseados, especialmente de niñas. Muchos de estos niños terminaron y aún terminan como esclavos o prostitutas.

Las primeras leyes sobre el abandono de niños prescribían que aquellos que recogieran al niño tenían que adoptarlo o criarlo como esclavo.^[1] Actualmente, el abandono de niños es considerado una crimen en muchas jurisdicciones por lo que el resultado es que el niño y el padre adoptivo terminan acudiendo al sistema de beneficencia pública. Por ejemplo, en el estado americano de Georgia, es un delito menor abandonar voluntariamente a un niño, y una felonía abandonar al propio hijo y dejárselo al estado. En 1981, la escalada de delito menor a felonía en Georgia por abandono —causado solamente por la huida de la parte acusada de ese estado— se mantuvo como constitucional por el Tribunal Supremo estadounidense (Jones v. Helms, 452 U.S. 412, 1981).

Abandono de niños en la literatura

El motivo más común de abandono en la literatura son los oráculos y profecías acerca de que el niño podría causar daño en un futuro, o el deseo de la madre de ocultar al hijo ilegítimo, frecuentemente resultado de la violación de un dios. Desde Edipo, las historias griegas y romanas están llenas de infantes abandonados que se libraron de la muerte para acabar reuniéndose con sus familias. Habiendo sido criados por extraños, los hijos crecidos generalmente son reconocidos por divisas de identidad que tenían cuando fueron abandonados de bebés. En Ion de Eurípides, Creúsa está por matar a Ion, creyendo que es el hijo ilegítimo de su esposo, cuando una sacerdotisa revela las divisas de identidad que muestran que es su propio hijo abandonado.

Esto puede reflejar la difusión de la práctica del abandono de infantes en el mundo antiguo. Por otra parte, el leitmotiv continúa en literatura occidental más reciente donde la práctica no estaba tan difundida. Shakespeare usó el tema del abandono y el descubrimiento de Perdita en el Cuento de Invierno, y Edmund Spenser revela en el último canto del libro 6 de La reina de las hadas que el personaje Pastorella, criada por campesinos, es de noble cuna. En la novela picaresca más conocida de Henry Fielding, Tom Jones, se habla del niño Jones como “un niño expósito”. También cabe aquí recordar "El libro de la selva" de Rudyard Kipling.

En algunos casos al niño se le representa criado por animales. Rómulo y Remo son amamantados por una loba antes de que un pastor los encuentre.

En el caso de niños más grandes que los infantes, el tema de la maldad de una madrastra es común, como en Hansel y Gretel, o algunas veces la maldad de la madre misma. En estas historias los niños rara vez encuentran padres adoptivos sino maliciosos monstruos, como ogros y brujas; aunque ocasionalmente encuentran un tesoro que los libra de la pobreza.

Véase también

• Infanticidio
• Niños de la calle

Notas