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Cientifismo
Cientificismo es un término que se forjó en Francia en la segunda mitad del siglo XIX (scientisme) para designar a la corriente de pensamiento que acepta sólo las ciencias comprobables empíricamente como fuente de explicación de todo lo existente. De esta forma, el término se ha aplicado para describir la visión de que las ciencias formales y naturales presentan primacía sobre otros campos de la investigación tales como ciencias sociales o humanidades.
Además de su significado original, la palabra es usada también frecuentemente como un término peyorativo utilizado en contra de las explicaciones racionales dadas por ciencias empíricas, para así tratar de desacreditarlas frente a otros argumentos no científicos, que presentan explicaciones filosóficas, religiosas, míticas, espirituales, humanísticas o pseudocientíficas.[1] [2] [3]
Una descripción más contemporánea del término es la ofrecida por Michael Shermer, de la "The Skeptics Society" (sociedad escéptica), quien se identifica a sí mismo como cientifista, y define cientifismo como: "una visión del mundo científica que abarca las explicaciones naturales para todos los fenómenos, y evita las especulaciones supernaturales y paranormales; la cual abraza el empirismo y la razón, como los pilares gemelos de una filosofía de la vida apropiada para una edad de la ciencia".[4]
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En primer lugar se puede hablar de un cientifismo de carácter metafísico que sería la tendencia a creer que la ciencia físico-natural resolverá todos los problemas de los que se ocupa la Metafísica. Sería, pues, la actitud intelectual de pensar que las ciencias experimentales son capaces de proporcionar al hombre un saber completo, resolviéndole todos los problemas y satisfaciendo todos sus deseos, aun los más altamente espirituales.
En relación con éste, podemos hablar de otro cientifismo de carácter más metodológico, que tiende a considerar el método cuantitativo y experimental de las ciencias físico-naturales como el único válido en todas las esferas del saber, también en las ciencias humanas. El espíritu y los métodos de esas ciencias deberían ser extendidos, según esta mentalidad, a todos los dominios de la vida intelectual y moral sin excepción. Este tipo de cientifismo no acepta, por tanto, como conocimiento válido, más que las adquisiciones de las ciencias llamadas "positivas" (las ciencias formales y las ciencias naturales); y no reconoce a la razón otro papel que el que representa en la constitución de las ciencias.
Esta actitud arranca en parte del empirismo y, después, de Kant. Kant intentó negar la posibilidad de la Metafísica como ciencia con su peculiar teoría del conocimiento, diciendo que éste no es capaz de captar la realidad tal como es, sino que consiste sólo en una ordenación de los fenómenos sensibles por medio de las ideas y juicios a priori que les aplica el entendimiento.
El cientifismo viene a representar un aspecto violento, aunque superficial, de la polémica antimetafísica desarrollada por algunos a partir de Kant. En este sentido el cientifismo equivale a positivismo. La tesis central de Comte, su principal representante, es que sólo hay un saber auténtico, el de las ciencias positivas, las ciencias de los fenómenos. La Filosofía, en consecuencia, no sería un saber distinto e independiente; se reduciría, para Comte, a una reflexión sobre las ciencias.
Lo que caracteriza la mentalidad cientifista, que no hay que confundir con la científica, es la pretensión de objetivar toda causa, de no conocer más que la objetividad, de integrar el mundo humano en el mundo de los objetos. Dos son fundamentalmente los principios esenciales que están implicados en esta mentalidad:
- a) la verdadera ciencia sería una especie de mecánica universal, capaz de traducir en términos racionales todos los fenómenos, sin conceder una posición privilegiada a ninguno de ellos, ni siquiera a aquellos que se presentan en la escala humana y, por tanto, con caracteres cualitativos, sino reduciéndolos todos a ecuaciones cuantitativas;
- b) el método de la ciencia consistiría exclusivamente en ordenar y explicar los hechos según la necesidad causal. Aplicación, pues, del determinismo universal al mundo entero, incluyendo al mundo humano.
Críticas a la mentalidad cientifista
Émile Boutroux, en La nature et l'esprit, París 1926, observó contra el movimiento cientifista que en una ciencia concebida determinísticamente no entra el estudio de la vida y del pensamiento y, por otra parte, la ciencia tiene un terreno mucho más amplio que aquel en el cual rige el determinismo. Y Bergson (La pensée et le mouvant, 3 ed. 1934, 83) hace una crítica parecida de la mentalidad cientifista afirmando: «Nosotros sólo hemos pedido a la ciencia que siguiera siendo científica, que no se envolviera en una metafísica inconsciente, que se presenta entonces a los ignorantes o a los semidoctos bajo la máscara de la ciencia. Durante más de medio siglo este cientifismo ha obstaculizado el camino de la metafísica».
Quienes critican la mentalidad cientifista, indican que la mentalidad cientifista, presenta muchos errores en su forma de pensar. En general, indican que los que afectan al racionalismo de tipo empirista, sería más ingenuo y superficial que el racionalismo idealista. En particular, la confusión de las diversas clases de conocimiento y de sus diversos métodos. Además indican que sería evidente que las diversas realidades no pueden estudiarse con los mismos métodos; no pueden estudiarse, p. ej., del mismo modo la realidad de la libertad y responsabilidad humanas que los mecanismos de reproducción de los animales. Con ello, el cientifismo tampoco sería capaz de reconocer el auténtico pluralismo de la realidad y de las disciplinas correspondientes.
Igualmente quienes critican la mentalidad cientifista, indican que un ejemplo de este pensamiento estaría presente en lo que se llama hoy en día escepticismo moderno (también llamado escepticismo científico). Este hecho estaría presente en el intento de categorizar como pseudociencias a algunas doctrinas o creencias pertenecientes a las Ciencias sociales, debido a que no puedan ser probadas o no se hayan probado empíricamente hasta el momento, a diferencia de las ciencias formales o las ciencias naturales (ciencias llamadas positivas).
El físico austríaco Anton Zeilinger afirma:
También en las tradiciones espirituales veo un camino del saber, paralelo al de la ciencia, en el que se puede aprender algo sobre el mundo. A mi entender, todo conflicto entre ciencia y religión es un malentendido. La discusión sobre evolución y creacionismo es intelectualmente espantosa, tanto por lo que defienden los fundamentalistas de la religión, en especial en los Estados Unidos, como también, en parte, por culpa de los científicos; ese libro de Richard Dawkins, The God Delusion (El espejismo de Dios), ¡es tan simplificador! Ni la religión ni las ciencias de la naturaleza podrían probar nunca la existencia de Dios ni refutarla. (Investigación y Ciencia, abril 2008)John Carew Eccles, premio Nobel el campo de la neurocirugía, escribió estas palabras:
Una insidia perniciosa surge de la pretensión de algunos científicos, incluso eminentes, de que la ciencia proporcionará pronto una explicación completa de todos los fenómenos del mundo natural y de todas nuestras experiencias subjetivas: no sólo de las percepciones y experiencias acerca de la belleza, sino también de nuestros pensamientos, imaginaciones, sueños, emociones y creencias [...]. Es importante reconocer que, aunque un científico pueda formular esta pretensión, no actúa entonces como científico, sino como un profeta enmascarado de científico. Eso es cientifismo, no ciencia, pero impresiona fuertemente al profano, convencido de que la ciencia suministra la verdad. Por el contrario, el científico no debe pretender que posee un conocimiento cierto de toda la verdad. Lo más que podemos hacer los científicos es aproximarnos más de cerca a un entendimiento verdadero de los fenómenos naturales mediante la eliminación de errores en nuestras hipótesis. Es de la mayor importancia para los científicos que aparezcan ante el público como lo que realmente son: humildes buscadores de la verdad (La psique humana, 1986).Criticas del mal uso del término y descripción del "cientifismo"
La principal crítica realizada en contra del uso del término cientifismo es la utilización de la palabra, por parte de los partidarios de las pseudociencias y la religión, como escudo no frente al cientifismo, sino frente a aquellos argumentos científicos y desarrollos teóricos que les resultan incómodos y contradicen sus creencias y dogmas.[5] Desde una perspectiva religiosa se ha tratado de descalificar así los intentos de explicar como fenómenos naturales temas como la biología evolutiva, fenómenos como la moralidad o el impulso religioso por autores como Dennett, Crick o Wolpert.
Enlaces externos críticos al cientifismo
- Cientifismo y modernidad
- La religión y sus falsos sucedáneos.
- Leon R. Kass, Los desafíos del cientificismo sin alma
Referencias
- ↑ Ryder, Martin. "Scientism." Encyclopedia of Science Technology and Ethics. 3rd ed. Detroit: MacMillan Reference Books, 2005.
- ↑ "scientism." The Oxford Dictionary of Philosophy. n.d.
- ↑ Byrnes, Sholto. "'When it comes to facts, and explanations of facts, science is the only game in town'" New Statesman 10 Apr. 2006.
- ↑ Shermer, Michael. "The Shamans of Scientism." Scientific American June 2002.
- ↑ Byrnes, S. When it comes to facts, and explanations of facts, science is the only game in town. New Statesman, Apr. 10, 2006.
Bibliografía
- G. SERMONTI, Il crepuscolo dello scientismo, Milán 1971.
- É. GILSON, D'Aristote á Darwin et retour, Essai sur quelques constantes de la biophilosophie, París 1971.(Gilson, Étienne (1988). De Aristóteles a Darwin (y vuelta). Eunsa. ISBN 978-84-313-0226-9.)
- É. GILSON, La unidad de la experiencia filosófica, 2 ed. Madrid 1966, cap. VIII-XI.
- R. PANIKER, Ontonomía de la ciencia. Sobre el sentido de la ciencia y sus relaciones con la filosofía, Madrid 1961.
- M. RIAZA, Ciencia moderna y filosofía, Madrid 1954.
- C. J. ALONSO, La agonía del cientificismo, Pamplona, 1999 ISBN 978-84-313-1712-6
- O. A. VARSAVSKY, "Ciencia, política y cientificismo", Buenos Aires, 1969
Véase también
- Anticiencia
- escepticismo científico
- Positivismo
- Fisicalismo
- Certeza y Opinión (filosofía)
- Pseudoescepticismo
- Lista de prejuicios cognitivos
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