- Ciudadano del mundo
-
Un ciudadano del mundo o cosmopolita (del griego κοσμοπολίτης, y éste de κόσμος, "universo", "orden", y πόλις, "ciudad") es una persona que desea trascender la división geopolítica que es inherente a las ciudadanías nacionales de los diferentes estados y países soberanos. Al negarse a aceptar la identidad patriótica dictada por los gobiernos nacionales y afirmarse cada ciudadano como representante de sí mismo, los ciudadanos del mundo afirman su independencia como ciudadanos de la Tierra, del mundo, o el cosmos.[1]
La ciudadanía del mundo rechaza entonces las divisiones estatales, y la misma pertenencia obligatoria como ciudadanos de un Estado, es un concepto internacionalista pero no es solamente una aspiración bienintencionada de dejar a un lado las diferencias por nacionalidad, es también un proyecto político con propuestas de cómo establecer una nueva ciudadanía de aplicación global. Los principios de la ciudadanía global serían primeramente que sea un ciudadanía de aplicación local y de adhesión voluntaria, y que a través de pactos federativos estas unidades territoriales locales por decisión de sus propios ciudadanos aceptarían entre sí a los ciudadanías de las demás localidades.
Otra acepción de cosmopolita cuando se habla de una especie animal o vegetal significa que está extendido por todo tipo de climas y regiones del mundo y que su presencia es prácticamente mundial.
Contenido
Historia y significado
Los primeros en identificarse a sí mismos como ciudadanos del mundo fueron los filósofos estoicos. Acuñaron el término de cosmópolis o ciudad universal de la que se deriva la palabra cosmopolita. El estoicismo fue una filosofía importante del Imperio romano, el cual esperaba crear tal cosmópolis.
La perspectiva de un ciudadano del mundo tiene afinidad con la perspectiva existencialista en tanto en cuanto los ciudadanos del mundo:
- No quieren ser clasificados mediante la imposición de categorías artificiales.
- Gustan de identificarse a sí mismos principalmente como seres humanos y después como pertenecientes a cualquier grupo o grupos a los que crean pertenecer.
- También algunos ciudadanos del mundo pueden trabajar o querer trabajar para unas Naciones Unidas reformadas que representen y respondan a la voluntad de los pueblos del mundo, más que a los regateos y disputas entre gobiernos, y se adhieren a los principios de la Declaración Universal de los Derechos Humanos como un sistema federal en la escala nacional; asimismo, también pueden trabajar hacia el reforzamiento de la identidad común y la armonía entre los ciudadanos del planeta, aun respetando la diversidad local y nacional.
Quien se considere ciudadano del mundo no tiene por qué adherirse a ninguna ideología en particular, aunque existe la tendencia a asociarlos con filosofías sobre la nación y el mundo como el internacionalismo, el cosmopolitismo, el anacionalismo, el globalismo, o el federalismo.
Nacionalismo y cosmopolitismo
Gran parte del pensamiento político de los dos últimos siglos ha dado por supuesto el ideal del nacionalismo y la institución del estado-nación. Ahora, con el advenimiento de la globalización (aldea global) y el incremento de la facilidad de viaje y comunicación (libertad de circulación), aumenta la sensación de que el sistema político basado en el estado-nación se ha quedado obsoleto. Diversos pensadores, desde Albert Einstein y Bertrand Russell hasta Jesús Mosterín y Martha Nussbaum, consideran que ya es hora de diseñar una alternativa cosmopolita, más adecuada a las nuevas y futuras circunstancias y que garantice mejor la paz mundial. Mosterín piensa que no hay razón alguna para recortar las libertades individuales, como la libertad de lengua, de religión, de costumbres o de viajes, en nombre de la nación, la iglesia o el partido. Desde este punto de vista, Internet es un modelo mucho más atractivo que los estados nacionales o los movimientos nacionalistas. Considera que el estado-nación es incompatible con el pleno desarrollo de la libertad, cuyo florecimiento requiere la reorganización del sistema político mundial en un sentido cosmopolita. En concreto, sugiere un mundo sin estados nacionales, organizado territorialmente en pequeños cantones autónomos pero no soberanos, sin ejército y sin poder para frenar la libre circulación de personas, ideas y mercancías, complementado por el establecimiento de fuertes organizaciones mundiales, empezando por un sistema global de justicia que vele por los derechos humanos en el mundo entero.[2] Sin embargo,lo anterior significaría un retroceso al sistema de ciudades estado, por lo que otros proponen un gobierno mundial regido, tal vez, por la ONU. Otros autores que siguen también la tradición cosmopolita no se centran en la desaparición del estado-nación, sino que ponen más bien el énfasis en la participación ciudadana global y en la reforma de instituciones internacionales. David Held, por ejemplo, propone un nuevo convenio global entre los diversos actores políticos para ordenar el fenómeno de la globalización. Daniele Archibugi defiende la democracia cosmopolita. Martín Ortega Carcelén apunta que ya se está creando un sistema político global, que llama "cosmocracia", en el que intervienen principios fundamentales del orden internacional aceptados por los más diversos países.
Bibliografía
- ARCHIBUGI, Daniele, The global commonwealth of citizens: towards cosmopolitan democracy, Princeton University Press, 2008.
- AUGUSTO, Roberto, Del cosmopolitismo a la globalización: Kant y la paz perpetua, en: Logo. Revista de Retórica y Teoría de la Comunicación, Universidad de Salamanca, Año III, n.º 5, diciembre de 2003, pp. 45-51.
- HELD, David, Global covenant: the social democratic alternative to the Washington consensus, Polity, Cambridge, 2004.
- MOSTERÍN, Jesús, La cultura de la libertad, Espasa-Calpe, Madrid, 2008.
- NUSSBAUM, Martha C., For love of Country?, Beacon Press, Boston, 1996. Traducción española: Los límites del patriotismo, Paidós, Barcelona, 1999.
- ORTEGA CARCELÉN, Martín, Cosmocracia. Política global para el siglo XXI, Editorial Síntesis, Madrid, 2006.
- VELASCO, Juan Carlos, "Ayer y hoy del cosmopolitismo kantiano", en: "Isegoría. Revista de Filosofía Moral y Política", nº 16, 2007, 91-117.
Referencias
- ↑ Bruno Traven comenta en El barco de la muerte:
¿Por qué usar pasaportes? ¿Para qué son las restricciones migratorias? ¿Por qué no dejar que los humanos vayan a donde les plazca, al Polo Norte o al Polo Sur; a Rusia, a Turquía, a los Estados Unidos o a Bolivia? Los humanos deben estar controlados. No pueden volar como insectos por el mundo al que fueron lanzados sin su consentimiento. Debe controlárseles por medio de pasaportes, huellas digitales y restricciones. ¿Por qué razón? Sólo para mostrar la omnipotencia del Estado y de los grandes sagrados siervos del Estado, los burócratas.
- ↑ Mosterín, Jesús (2008), La cultura de la libertad, capítulos 16 y 17
Enlaces externos
Categorías:- Federalismo
- Sociología política
- Terminología política
Wikimedia foundation. 2010.