- Cristo crucificado
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Cristo crucificado, Jesús crucificado, o simplemente Crucificado es el nombre común que la historiografía del arte utiliza para la escena evangélica de la Crucifixión de Jesús, especialmente cuando se limita a Cristo en la Cruz, con pocas adiciones. Cuando la escena es más compleja se puede hablar de Calvario, al incluir a los otros crucificados (Buen Ladrón -Dimas- y el Mal Ladrón -Gestas-), a las tres Marías, a San Juan Evangelista, a los soldados romanos, etc.
Cada periodo artístico ha destacado distintos aspectos de acuerdo a las características de su estilo e incluso a sus implicaciones intelectuales, sociales e ideológicas en una época histórica determinada.
En el arte paleocristiano de la Antigüedad Tardía no es un tema muy tratado. En el arte bizantino de la Edad Media sí, especialmente en mosaicos e iconos. El tema en el arte occidental medieval pasa de tratarse de una forma hierática en el románico (Jesús aparece como Cristo en Majestad, vencedor sobre la muerte y completamente vestido a pesar de estar en la Cruz) a hacerse de una forma más naturalista en el gótico (Jesús aparece sufriente, y habitualmente desnudo -el tema artístico de la desnudez y tortura de un cuerpo tiene como precedentes el Laocoonte y el Marsias de la escultura griega antigua-). Para el tema iconográfico de los clavos de Cristo, es característico en el románico la utilización de cuatro clavos, dos para los manos y dos para los pies, cada pie en un clavo diferente; mientras que en el gótico se suele representar con tres, haciendo que un pie esté sobre otro, lo que obliga a una pierna a doblarse de forma diferente a la otra y romper la simetría.[1] Otros símbolos de la Crucifixión que se fijan en época medieval y relacionados con el momento concreto de clavar a Cristo en la Cruz son la escalera, las tenazas y el martillo; además de otros que aparecen durante la Crucifixión, como la lanza de Longinos y la esponja con agua y vinagre. La corona de espinas es, además de un motivo muy usual en la Crucifixión, un símbolo más genérico de la Pasión de Cristo, al asociarse con escenas anteriores, como la flagelación de Cristo y el Ecce Homo. También se fijó convencionalmente el uso de una cartela con las siglas INRI.
En el renacimiento, el barroco y el clasicismo (posteriormente neoclasicismo o academicismo) se continuó con la tradición iconográfica medieval, pero se adaptó la representación a las convenciones visuales de cada uno de los estilos, con una oposición muy visible, al ser tendencias pendulares con un mayor o menor énfasis en el intelecto o en los sentidos.
En el siglo XIX las representaciones religiosas no abundaron, pero son destacables en el romanticismo de Caspar David Friedrich (Altar de Tetscher) y en el prerrafaelismo (escena de la carpintería de William Holman Hunt).
En el siglo XX se puede destacar la originalidad de Dalí que muestra a Jesús en un escorzo de picado en su cuadro Cristo de San Juan de la Cruz.
Las representaciones escultóricas pueden denominarse crucifijo, especialmente a efectos devocionales.
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Majestad de Batlló, románico.
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Cimabue, gótico italiano.
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Retablo de la Cartuja de Miraflores, Gil de Siloé; final del gótico.
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Cristo crucificado (Velázquez), barroco.
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Cristo crucificado (Goya), neoclasicismo.
Véase también
- Cristo crucificado, Iglesia de San Francisco de Palencia
- Pasión de Jesús (redirige a Viacrucis)
- Descendimiento de Jesús
- Cristo muerto
- Lamentación sobre Cristo muerto
Notas
Enlaces externos
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