- Curial e Güelfa
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Curial e Güelfa
"Curial e Güelfa" es una novela caballeresca del siglo XV escrita en lengua catalana, que narra las aventuras de armas y los infortunios de su protagonista, Curial, en el marco de una trama amorosa determinada por los celos de Güelfa. La novela es, por los personajes, por la acción y por la composición, una obra plenamente actual del siglo en qué fue escrita y se aleja notablemente de los libros de caballería tan en boga durante la Edad Media. Su autor, plenamente consciente de su papel de novelista, con materiales muy diversos, literarios unos, históricos o legendarios los otros, nos ofrece con notable personalidad una magnífica novela a la vez fantástica y realista, caballeresca, cortesana y sentimental, y adaptada a los gustos culturales del momento. Este hecho, que va indisolublemente atado a su carácter verosímil e histórico, en un sentido amplio, la hace una pieza singular y no lo suficientemente conocida de la narrativa catalana medieval.
La novela ha llegado hasta nosotros por un manuscrito que fue encontrado a finales del siglo XIX. La primera edición moderna es de 1901.
Contenido
Estructura y argumento
La acción se divide en tres libros.
En el primero se nos narra cómo Curial, de familia pobre, recibe una esmerada educación gracias a la protección de Güelfa, la joven viuda hermana de su amo, el marqués de Montferrat. La malintencionada intervención de unos calumniadores obliga a Curial a alejarse de su protectora, a pesar del su inseparable lazo sentimental. El héroe se va a Austria donde interviene en un combate judicial para liberar a una noble dama de una acusación falsa de adulterio. Como vencedor se le ofrece casarse con Laquesis, la seductora hermana de la duquesa. Aunque Curial rechaza la oferta el episodio es conocido por Güelfa, a la que le entra un terrible ataque de celos. Cuando Curial vuelve a Montferrat logra grandes éxitos en las justas caballerescas que se celebran.
El segundo libro es mucho más rápido que el primero gracias a la diversidad de aventuras, la agilidad de los torneos, la elegancia y brillo de las fiestas y la insistencia de Laquesis para conseguir el amor de Curial. Los puntos centrales son el torneo de Melú que convoca el rey de Francia y la llegada a París. Además de los episodios del viaje, entre los que cabe destacar una visita a un convento de monjas, el autor nos relata la brillante actuación de los caballeros aragoneses que luchan en Melú junto a su rey Pedro el Grande. Curial, que se ha asociado con ellos, vive momentos de éxito en la corte de París, sobre todo tras vencer al temible Sanglier de Vilahir. Sin embargo la maledicencia vuelve a atacar al héroe, que es marginado por el rey de Francia y por la misma Güelfa. De nuevo en Montferrat ella le jura no volverle a conceder su favor hasta que toda la corte de Puig de Nostra Dona pida merced en su nombre.
En el tercer libro se nos describe el viaje de Curial a Tierra Santa y Grecia (donde Curial tiene una extraña visión en el Parnaso) y cómo después naufraga en las costas del norte de África. Pasa seis años cautivo en Túnez hasta que, gracias al amor que le profesan unas mujeres moras (una de las cuales incluso se suicida por él) y la intervención de diversos nobles cristianos, puede volver a Montferrat, donde intenta recuperar a Güelfa, quien le acaba aceptando en matrimonio.
Lógica y verosimilitud
Curial e Güelfa es una historia de amor y de armas. La novela presenta el proceso de gestación de un héroe desde unos orígenes humildes hasta que consigue el reconocimiento, la fama y el honor atribuibles a un caballero. Y, en este caso, el héroe es un héroe moderno.
Curial e Güelfa obedece a un juego de causas y efectos que no se apartan más que en contadas ocasiones de la lógica y la verosimilitud, e incluso en estos momentos de desvío se puede encontrar una justificación literaria, estética. Si Curial se convierte en caballero es porque Güelfa le ayuda económicamente.
Curial se cansa, se le hiere, gana porque es más hábil: calcula los golpes, observa en los primeros momentos del combate la técnica de su adversario y actúa en consecuencia.
El estilo
La lengua es una amalgama de formas cultas y populares. Hay una mezcla de neologismos y arcaísmos, hasta el punto de que, en algunas ocasiones, el autor nos da la forma culta y la popular de una misma palabra.
La atmósfera sensual en que se sumergen algunos de los personajes femeninos, la fluidez de los diálogos, las metáforas e imágenes bien elaboradas, el uso frecuente de proverbios y modismos populares, y, al mismo tiempo, la vertiente artificiosa y erudita de algunos párrafos del tercer libro y las interrogaciones e imprecaciones a fin de aproximarse al lector, son algunos de los elementos lingüísticos y de estilo que dan empaque a la novela.
Autoría
Existen diversas hipótesis sobre la autoría del texto, pero ni siquiera la procedencia del autor ni el lugar donde fue escrita la novela están claros por el momento. Entre las posibles procedencias, dado que las diferencias dialectales del catalán literario eran mínimas en la época, se han citado diversos autores y regiones de Cataluña y de Valencia, y también hay quien ha argumentado que podría haber sido escrita en Nápoles o incluso en Borgoña. Algunos estudiosos como Jaume Riera i Sans han llegado a decir que la novela es falsa porque, en realidad, la novela fue escrita en el siglo XIX por su descubridor Manuel Milà i Fontanals. No obstante esta última hipótesis no ha sido bien aceptada por los especialistas, que continúan fechándola en el siglo XV.
En la edición electrónica del diario Levante (www.levante-emv.com), de fecha 19/02/08, el experto filólogo Joan Veny (Campos, Mallorca, 1932) catedrático de Filología de la Universitat Autònoma de Barcelona y director del Atles Lingüístic del Institut d´Estudis Catalans (IEC), afirma: "Estoy convencido en un 99,9% de posibilidades de que la obra que nos ha llegado corresponde a un escribano valenciano".
El periodista que redacta el artículo, Alfons Garcia, aclara lo siguiente:
"Su argumento es la frecuencia de aparición de grafías y términos característicos del habla valenciana. Veny ha profundizado en la línea sugerida por Antoni M. Badia i Margarit y reforzada después por otro romanista de prestigio, el valenciano Germà Colón. El catedrático de la Universitat de València Antoni Ferrando ha sido quien ha realizado más aportaciones en los últimos años a esta tesis de la valencianidad del Curial. Ferrando, responsable de la última edición de la obra (la primera en 75 años), realizada por la firma francesa Anacharsis y presentada en la última Feria del Libre de Fráncfort -dio cuenta de ello Levante-EMV-, se fundamenta también en los usos lingüísticos peculiarmente valencianos detectables en la importante novela anónima. El Curial e Güelfa es un libro de caballerías del siglo XV y está considerado una de las obras fundamentales de la literatura en lengua propia. No obstante, está rodeado de enigmas, dado que no se conoció el manuscrito hasta principios del siglo XX (la primera edición, de Rubió i Lluch, es de 1901). Ello ha dado pie a que algún autor haya puesto en duda su autenticidad y haya considerado que era obra del erudito Manuel Milá i Fontanals. Esta teoría, sin embargo, no ha logrado crédito entre los especialistas.
El origen de la novela ha planteado, no obstante, diferencias entre los estudiosos, debido principalmente a que -a diferencia de otras lenguas- el catalán no planteaba notables divergencias dialectales en el siglo XV. Pese a todo, en los últimos años ha tomado fuerza la corriente teórica que atribuye la obra a una mano valenciana. La profundización en los análisis lingüísticos -antes tuvieron prioridad los literarios y culturales- ha llevado a este estado de la situación. En los últimos meses se han realizado dos congresos sobre la obra en Santander y La Nucia. Una de las participaciones más relevantes, debido a su prestigio, ha sido la de Joan Veny, quien tras estudiar el Curial para su ponencia ha ratificado la tesis de su valencianidad.
Mapa de rasgos lingüísticos El lingüista ha elaborado 22 mapas de rasgos fonéticos y léxicos que le "invitan" a sostener el citado criterio, sobre el cual su "olfato dialectológico" ya le había alertado hace más de 40 años, cuando realizó su tesis doctoral. Uno de los datos que subraya Veny es que en el texto que nos ha llegado del Curial e Güelfa la e gráfica átona corresponde a una e fónica (temple, colze), como ocurre en el habla valenciana. En cambio, en los dialectos orientales del catalán se observa una confusión entre e y a que con frecuencia se traslada a los escritos. Otros usos léxicos por los que el filólogo defiende la valencianidad de la novela es la preferencia por formas como oroneta frente a oreneta, acurtar frente a acurçar, juí frente a judici, o aplegar frente a arribar. Son sólo algunos ejemplos. Se trata, en definitiva, de una cuestión "numérica", de "acumulación de formas", argumenta. "Puede aparecer alguna expresión del catalán oriental, pero no continuidad ni con la intensidad" con la que se detectan las valencianas."
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