La Estatua del Redentor de Maratea.

El Estatua del Cristo Redentor de Maratea es una obra impresa en mármol de Carrara, raffigurante nota el Cristo Redentor después de ella Resurrección. Fue querida por el conde Stefano Rivetti, que quiso hacer regalo de ello a todo el cittadinaza de Maratea. Ella encuentra sitio sobre la punta más alta del monte San Biagio y fue completada en el 1965, después de casi dos años de trabajo.^[1]

Historia

En el 1907 para querer poblarse colocó, sobre la espuela rocosa más alta del monte San Biagio, uno cruz de hierro batido. Este pero fue derribada por los rayos cada vez que fue realzada. Así, en el 1942, el alcalde de Maratea Biagio Vitolo hizo erigir, al sitio de aquel de hierro, una nueva y más grande cruz conmemorativa, de cemento armado y completo de pararrayos. El 4 de septiembre 1963, el conde Stefano Rivetti comunicó la intención de construir una estatua colosal, gratuito a la ciudadanía de Maratea, que habría reemplazado la cruz conmemorativa de Vitolo en su sentido simbólico. La realización de la obra fue confiada a Bruno Innocenti, en aquel tiempo profesor del instituto de Bonitos Artes de Florencia, y duró dos años.

Estructura

La estatua apoya sobre un esqueleto de cemento armado, que hunde sus fundamentos a muchos metros de profundidad. El manto externo, a menudo acerca de 20 cm, es hecho de cemento armada mezcla a escamas de mármol de Carrara.

Las dimensiones la devuelven ella estatua de este género más grande de Europa, y en el mundo sólo la hacen segunda a la de Rio de Janeiro:^[2] es alta 21,13 metros, la abertura de los brazos, que son abiertas en actitud de quien ruega el Padre nuestro) es de 19 metros, ella cabeza es alta unos 3 metros. El cuelga de la estructura ha sido calculada sobre las 400 toneladas.^[1]

La estatua apoya directamente sobre la desnuda tierra, sin ningunos pedestal, dejando visible de ella túnica el pie izquierdo; otra particularidad es que no es dirigida hacia el mar sino hacia el interior, a velar sobre el territorio y sobre los habitantes de Maratea, pero es curvado de modo tal que, si viera por el mar o de lejos, parece sea revuelto hacia el mar. El rostro del Cristo, muy cerca de otras figuras de la producción de Bruno Innocenti, es llamativamente diferente de la clásica iconografía de Jesús.

Notationes

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