Expiación (religión)

Expiación (religión)

Expiación (religión)

La expiación es aquella forma de satisfacción por la culpa del pecado en la que el culpable queda absuelto al cargar con su pena . La palabra viene del hebreo kipper,equivalente al arameo de borrar o la raíz de cubrir . El concepto básico parece ser el de eliminar el obstáculo que impide la bendición de Dios.

El medio de expiación variaba; podía muy bien ser una ofrenda en efectivo. Principalmente la expiación se hacía mediante la muerte de una víctima, y por la sangre como símbolo de su vida derramada.[1] A veces el culpable mismo debía morir, pero en la mayoría de los casos se ofrecía un animal como sustituto. La expiación se fundamenta en el pecado como algo que contamina al hombre y que interrumpe su relación con Dios. Indica que es Dios mismo el que brinda el medio para restablecer la relación rota por el pecado, ya que el hombre no puede hacerlo por sí mismo. Demuestra la justicia de Dios, porque Él demanda un castigo por el pecado. También demuestra su amor, porque Él provee un sustituto para el pecador. Por último, demuestra los beneficios para aquel que acepta la provisión expiatoria de Dios. Hay limpieza de la contaminación, perdón de la culpa y liberación del castigo merecido. Las ofrendas expiatorias del Antiguo Testamento no podían en sí quitar el pecado,sino que prefiguraban a Jesucristo, el sacrificio perfecto provisto por Dios mismo. Él quitó los pecados del mundo y ofreció la base para el perdón y la Justificación del pecador.

Contenido

Antiguo Testamento

Las impurezas ceremoniales o morales hacían necesaria la expiación en el Antiguo Testamento. Los motivos de expiación ceremonial incluían el flujo de sangre femenino,[2] la contaminación al tocar o manipular un muerto. También ciertos objetos materiales considerados sagrados, como el altar y el tabernáculo, podían potencialmente contaminarse, y era necesario hacer expiación por ellos. Sin embargo, básicamente la expiación se hace por el pecado que contamina tanto al hombre como a las cosas, y del cual la impureza ceremonial es sólo una ilustración de una real impureza espiritual.


Nuevo Testamento

Cristo con carácter expiatorio fue previsto ya desde la eternidad, anunciado proféticamente para nosotros en el culto ritual del AT y consumado en la cruz del Calvario.

El hijo de jehova Jesucristo era consciente de que su sufrimiento y muerte final eran parte de su llamado. Muchas veces durante el curso de su ministerio jesus se refirió en forma velada y figurada a la forma de su muerte futura, pero poco a poco les fue manifestando a sus discípulos con toda claridad que debía sufrir y morir.[3]


Santidad

Dios es santo, lo que implica que como ser personal no sólo es moral, sino la moralidad misma. Y él quiere para el hombre que también se ajuste a las leyes de la moralidad para hacer posible su relación con Dios.

Pecado

La relación entre el hombre y Dios está rota por el pecado. La expiación de Jesucristo pretende justificar al hombre y acercarlo a Él, porque por sus fuerzas no puede hacerlo.

Ira

El pecado es esencialmente un ataque contra el honor y la santidad de Dios: Epístola a los Romanos 1:18. La ira de Dios no es injusta ni sin razón: porque es santo, está en contra de todo tipo de pecado; porque es bueno, se opone al mal.

Expiación

Un Dios justo y bueno ofrece a sus criaturas la recompensa que merecen por lo que hacen: es el principio de la retribución que opera en el mundo moral. Las buenas obras son recompensadas, las malas, castigadas. La primera parte de la epístola a los romanos expone la necesidad universal de la justicia de Dios, pues todos son pecadores y están sujetos a la separación de Dios y a la condenación (sus malas obras son castigadas). Surge el siguiente interrogante: si somos pecadores, ¿cómo, pues, podremos ser declarados inocentes y ser librados del castigo eterno? ¿Cómo puede Dios perdonar a los pecadores cuando la justicia pide su castigo? Por ser Dios santo debe condenar al pecador; pero por ser misericordioso debe perdonarlo y traerlo a su amistad porque no quiere que sus criaturas sean destruidas: tal es el dilema que presenta Pablo y cuya resolución ofrece en Epístola a los Romanos 3:24-26.

El porqué de la Expiación

Que Cristo murió en la cruz expresa la verdad histórica de la crucifixión; que lo fue para perdonar nuestros pecados, la verdad teológica y fundamento de la expiación. El sacrificio expiatorio de Cristo en la cruz provee al hombre de las condiciones legales a las que acogerse para ser justificado. Previamente, el Espíritu Santo realiza la obra de la convicción de manera que el hombre se convenza de que es pecador y crea que acogerse al instrumento legal que Dios mismo le ofrece va a cambiar su vida.


TEORÍAS HISTORICAS SOBRE LA EXPIACIÓN

INTRODUCCION

La profundidad del concepto bíblico de expiación es tan formidable que ninguna de las teorías desarrolladas para explicarlo ha podido hacerlo con éxito total, a lo largo de toda la historia de la iglesia. Ni siquiera la posible sumatoria de tales teorías agotaría el concepto. No obstante resulta interesante revisar algunas de las teorías más conocidas porque, aunque insuficientes, todas enfatizan valiosos aspectos de la expiación.

De cada una de las teorías se brindará una definición, su fundamentación bíblica, la lista de los autores que la sostienen, y sus aspectos positivos y negativos.




I. SUBSTITUCION PENAL

A. DEFINICION

La teoría de la substitución penal argumenta de la siguiente manera:

1. La justicia demanda que todas las deudas sean saldadas. Como juez justo, Dios “no permite que su ley sea quebrantada sin castigo”. La Biblia enseña que la paga por el pecado es la muerte (Génesis 2: 17; Exodo 18: 4, 29). Es imposible perdonar sin que se cumpla lo estipulado por la ley para condenar el pecado.

2. El ser humano está tan endurecido que no se puede salvar a sí mismo, ni puede pagar por si mismo la deuda moral. El arrepentimiento por si solo no alcanza. Por eso se requirió la expiación, y por eso fue necesario que el Hijo del Hombre viniera a buscar lo que se había perdido. La necesidad moral de la expiación es un requerimiento de la voluntad moral de Dios. La cruz es considerada tanto necesaria como suficiente para la salvación. Con todo, el sacrificio de Cristo fue absolutamente voluntario y fue ofrecido vicariamente en el lugar de los pecadores. Naturalmente en todo acto divino debe haber una confluencia de su justicia, su amor y su santidad.

3. Cristo cargó sobre sí mismo el castigo correspondiente a las transgresiones de aquellos a los que substituye. La obra salvífica de Cristo consistió en que El recibió el castigo “por” o “en lugar de” los pecadores. Por medio de su muerte Jesús cargó con el castigo que merecían los seres humanos pecadores a raíz de sus pecados. Los sufrimientos y la muerte de Cristo fueron una expiación real. Fue un sacrificio expiatorio, motivado por el amor de Dios.

4. Con su sacrificio Cristo hizo una satisfacción perfecta a las demandas de la ley y a la justicia de Dios. No se trataba de la satisfacción del honor de Dios sino siempre de la satisfacción de la justicia o del juicio de Dios. Esta satisfacción se obtiene por su obediencia a lo largo de toda su vida y por su muerte.

5. Cristo adquirió mérito no para sí mismo, sino para la humanidad pecadora, y lo hizo por gracia.

El Dios encarnado ofrece una satisfacción infinita y abundantemente suficiente, por el pecado de la entera humanidad.

Fue una satisfacción completa, perfecta y suficiente, por varias razones:

a. Cristo no cometió pecado, por lo tanto su sacrificio se hizo sin manchas, sin imperfecciones. b. Cristo compartió la condición humana plena con nosotros. c. Cristo es Dios, y como el único Hijo amado tiene méritos suficientes para un rescate por todos. d. Cristo gobierna sobre la humanidad, y se identifica con los pecadores, de tal forma que El es un substituto adecuado por todos.

6. La substitución implica que Cristo murió por nuestros pecados. La substitución ocurre cuando uno toma el lugar de otro. Cristo tomó el lugar de los pecadores, sufriendo el castigo que otros debían pagar por su pecado (Mateo 20: 28; 2 Corintios 5: 21; Gálatas 2: 20; 1 Pedro 3: 18).

7. La substitución está asociada muy directamente con el sacrificio. En el Antiguo Testamento se ofrecían y se aceptaban substituciones en lugar de aquellos que tenían ofensas. Al sacrificar una víctima valiosa por otra, y al ofrecerla sin reservas a Dios, el suplicante reconocía el derecho de Dios sobre su propia vida, lo cual se simbolizaba con el ofrecimiento y con la destrucción de la ofrenda (Levítico 1: 4).

8. El vocabulario aquí es específico, Cristo murió “por mí” (idea vicaria), y murió “en mí lugar”, como un sacrificio substitucionario. Porque El tomó “mi” lugar, yo no moriré. Porque El murió “en mi lugar”, ahora vivo, y puedo vivir eternamente a “través de” El.

La Biblia emplea dos términos para hablar de la substitución. a. Uno primero y clave es huper, que significa: “por”, o “en lugar de”, o “en cuenta de”, o “para la ventaja de”, o “para beneficio de”. b. Un segundo término es anti, que significa: “en lugar de”, “en vez de otro”, y es una preposición de precio, transacción o intercambio.

12. Por medio de este sacrificio Cristo se convirtió en un substituto de aquellos a los que vino a salvar. Cristo es nuestra absolución, porque la culpa que nos sometía al castigo ha sido transferida al Hijo de Dios. La carga de la condenación humana fue colocada sobre Cristo.

Al substituirse al deudor, y pagar la deuda correspondiente, el substituído queda libre.

13. Gracias al sacrificio vicario se produjo una verdadera reconciliación entre los pecadores y Dios.

B. TEXTOS

Exodo 13: 1-16. Levítico 16: 20-22. Números 14:34. Isaías 53: 4-6, 8-10, 11-12. Ezequiel 18:20. Mateo 20:28; 26:28. Marcos 10: 45 Lucas 19:10. Juan 3:16-17. Romanos 3: 26; 4: 25; 5:8, 10; 6:10, 23; 7:4-6; 8:32. 1 Corintios 15:3. 2 Corintios 5: 14, 15, 19, 21 Gálatas 1:3, 4; 2: 20; 3:13-14. Efesios 1: 7; 2: 13-17; 5:2. Colosenses 1:14, 19-22. 1 Tesalonicenses 5:9, 10. 1 Timoteo 1:15.; 2:5, 6. Tito 3:5, 6. Toda la epístola a los Hebreos está en línea con esta teoría. Hebreos 2: 17; 9: 26, 28; 10:19, 22; 13: 12. 1 Pedro 1:18-20; 2: 24; 3: 18. 1 Juan 1: 7, 9; 2:2; 4:9-10.


C. AUTORES

1. El hecho de que Cristo fue un sacrificio por el pecado de otros tiene un amplio consenso histórico. Varios Padres: Ignacio, la Epístola de Barrabás, Justino Martir, Tertuliano, Atanasio, Cirilo de Jerusalén, Agustín, Juan de Damasco; los Reformadores; y muchos evangélicos, entre otros, afirman este hecho.

2. Clemente de Roma describió el trabajo de Cristo usando el lenguaje de la substitución. El decía que debido al amor que Cristo tiene por nosotros dio su sangre por nosotros, por la voluntad de Dios. Su cuerpo por nuestros cuerpos y su alma por nuestras almas.

3. Ignacio expresó la idea de la expiación vicaria de nuestro Señor. Dijo que El se sometió a todos estos sufrimientos por nosotros para que pudiéramos ser salvos. De acuerdo a la Epístola de Diogneto, la muerte substitucionaria de Cristo justifica al malo, y su justicia cubre pecados:

“Por compasión hacia nosotros tomó sobre sí nuestros pecados, y Él mismo dio a su propio Hijo como rescate por nosotros, el santo por el transgresor, el inocente por el culpable, el justo por los injustos, lo incorruptible por lo corruptible, lo inmortal por lo mortal . . . ¿Porque qué otra cosa pudo cubrir nuestros pecados excepto su justicia?. ¡Oh dulce intercambio! ¡Oh insondable trabajo de Dios! La pecaminosidad de muchos está oculta en el Justo, mientras que la justicia de Uno justifica a los muchos que son pecadores”

4. En el este, Cirilo de Jerusalén describe a la cruz en términos de substitución penal, a pesar de que fundó la sentencia de muerte en la veracidad de Dios más que en su justicia. El dice:

“Nosotros éramos enemigos de Dios a través del pecado y Dios ha decretado la muerte del pecado. Fue necesaria una de las siguientes dos cosas: 1. Fue necesario o bien que Dios en su verdad destruyera a todos los hombres, o bien 2. Que en su amorosa bondad remitiera la sentencia. Pero miremos la sabiduría de Dios, preservó la verdad de su sentencia y el ejercicio de su tierno amor. Cristo tomó nuestros pecados, en su cuerpo sobre el madero para que nosotros, habiendo muerto al pecado, por su muerte, pudiéramos vivir a la justicia” .

5. Atanasio enseñó que Dios envió la Palabra divina al mundo para resolver el problema que creaba el pecado humano y la condenación. En su cuerpo el Hijo cargó la penalidad y pagó la deuda que los pecadores debían a Dios. “Por lo tanto, Cristo ofreció el sacrificio en nombre de todos, sometiendo su propio templo (cuerpo), en lugar de todos, para saldar la cuenta del ser humano con la muerte y liberarlo de la transgresión primera” . Para Atanasio la muerte de Cristo fue una satisfacción penal de la sentencia de muerte decretada por Dios. En virtud de la cruz y la resurrección, la muerte es anulada y los creyentes son levantados para la inmortalidad.

6. En el oeste Agustín, sintetizó los desarrollos previos en una visión comprensiva de la expiación. El pecado original puso a la humanidad bajo la sentencia divina de condenación y muerte. En amor Jesucristo compartió la trampa del Diablo y sufrió el castigo que los pecadores merecíamos. “Cristo cargó el pecado por nosotros, en el sentido de la muerte causada a los seres humanos por el pecado. Esto es lo que pendió en el madero. . . . De esta manera la muerte fue condenada para que su reino cesara, y la maldición fuera destruída. . . .” Al hacer este sacrificio para satisfacer la justicia divina, Cristo funcionó tanto como sacerdote como oblación, el ofrendante y la ofrenda a la vez.

La muerte logró varios beneficios, el primero es aplacar la ira divina. Dice Agustín: “Cuando el Padre estaba enojado con nosotros, miró la muerte de su Hijo por nosotros y fue propicio por nosotros” . Además el sacrificio penal de Cristo liberó a los santos de la esclavitud satánica, limpió nuestros pecados, nos reconcilió con el Padre, y ofreció a la iglesia un ejemplo de paciencia, humildad en el sufrimiento y fe en Dios.

7. Lutero enseñó que durante su vida y en su muerte, Cristo cargó el pecado, las culpas y el castigo de la humanidad condenada. En la cruz, el salvador soportó la ira divina en contra de las transgresiones, y la sentencia de muerte que la ley justamente demandaba. Como resultado de su sacrificio expiatorio, Cristo libera a las almas que confían, de la maldición de la ley, reconcilia a Dios con los pecadores, imparte perfecta rectitud, y conquista al pecado, la muerte, y al Diablo. Lutero resume: “Poniéndose tu persona pecaminosa, El llevó tu pecado, tu muerte y tu maldición. El llegó a ser un sacrificio, una maldición por ti, con la intención de liberarte de la maldición de la ley” .

8. Calvino sostuvo que para que los pecadores fueran liberados de la maldición del pecado se debía ofrecer un sacrificio adecuado. Por lo tanto la gran idea de la discusión de Calvino sobre la cruz es la noción del sacrificio vicario.

a. Primero Cristo cargó con nuestro pecado. A través de su vida y especialmente en su muerte, el Salvador cargó nuestra culpa, la ira de Dios, y la pena que debíamos. “El Hijo de Dios limpia completamente todas nuestras faltas. Con todo, tomó sobre si mismo la vergüenza y el reproche de nuestras iniquidades” .

b. Segundo, Cristo es la justicia del creyente. Dios reconoció el sufrimiento de Cristo, como una justicia moral perfecta del elegido: “Nosotros somos hechos justos en El … porque somos juzgados en relación a la justicia de Cristo” .

Calvino elabora su gran idea como un sacrificio vicario por medio de tres conceptos teológicos claves:

a. Propiciación. Representa el foco divino del trabajo de Cristo. Por su sacrificio substitucionario Cristo satisfizo las demandas de un Dios justo y apaciguó la ira divina para todo aquel que cree en El. Calvino asevera que “Dios, para quien nosotros estábamos en una categoría de odiados, fue apaciguado por la muerte de su Hijo y ahora es favorable a nosotros” .

b. Redención. Representa el foco humano de la cruz. Por su sacrificio la muerte de Cristo libera a los creyentes elegidos, del pecado, de la culpa y de la penalidad de la muerte.

c. Reconciliación. Representa tanto el foco divino como el humano del trabajo de Cristo. Primeramente hostil a los pecadores en razón de su falta de justicia, Dios, por los méritos de Cristo se reconcilia ahora con los pecadores que se arrepienten. Así que “Cristo tuvo que llegar a ser un sacrificio muriendo para que El pudiera reconciliar al Padre con nosotros”.

Por otro lado la cruz impacta al hombre y reconcilia a los pecadores con Dios. De esta manera Dios señaló a Cristo como un medio para reconciliarnos a nosotros con El mismo.

Calvino insiste en que Cristo realizó su trabajo mediatorial al ejecutar los tres oficios: profeta, rey, sacerdote. Como profeta Cristo proclamó la gracia de Dios y asistió a la iglesia en su proclamación del Evangelio. Como Rey El gobierna, guía y protege a la iglesia. Como Sacerdote, El expió a los pecadores por su sacrificio e intercede eternamente delante del Padre en beneficio de su gente.

9. B. Warfield afirma que por la completa obediencia de su vida, Cristo cumplió las demandas de la ley, que Adán fracasó en cumplir. Al cargar la penalidad de nuestros pecados a través de su muerte sacrificial, El satisfizo la justicia de Dios. Dice: “El trabajo redentor de nuestro Señor es, en su corazón, un verdadero y perfecto sacrificio ofrecido a Dios, de amplio valor intrínseco para la expiación de nuestra culpa, y al mismo tiempo es una verdadera y perfecta justicia ofrecida a Dios en cumplimiento de las demandas de su ley” .

En medio de su sacrificio vicario Cristo propició la ira de Dios asegurándonos perdón de pecados, y liberando a su pueblo de la esclavitud satánica, reconciliando a Dios con los pecadores, y a los pecadores con Dios, y liberándonos de la carga de la ley como un medio de vida.

10. No todos los que profesan esta teoría coinciden en cuanto al alcance o extensión de la expiación. Las siguientes ideas ofrecen un pequeño resumen de las diferentes opiniones:

a. La mayor parte de las autoridades patrísticas sostiene que Cristo murió por los pecados del mundo.

b. Atanasio, por ejemplo, sostuvo que en el esquema de cosas divinas, la muerte tuvo que ocurrir y la muerte por todos, de manera que la deuda de todos pudiera ser paga .

c. Cirilo de Jerusalén, afirmó que Jesús verdaderamente sufrió por todos los hombres .

d. Sin hablar claramente de este tema, Agustín parece sugerir que Cristo murió por el mundo a pesar de que la cruz es sólo para aquellos que creen .

e. Según algunos investigadores recientes, a pesar de que Calvino sostuvo la doble predestinación, también enseñó una doctrina de expiación sin límites. En su Institución Calvino escribió: “Es cierto que el Señor nos ofrece misericordia y la promesa de su gracia, tanto en su palabra sagrada y en sus sacramentos, pero son entendidas solamente por aquellos que toman la palabra y el sacramento con una fe segura, así como Cristo es ofrecido y presentado por el Padre a todos para salvación, y no todos lo reconocen y reciben a El” .

En sus últimos comentarios Calvino postula más claramente una expiación ilimitada. En referencia a Gálatas 5: 12, afirma que Dios encomendó a nosotros la salvación de todos hombres sin excepción.

El calvinismo moderado afirmará que las provisiones salvíficas de Cristo incluyen beneficios para todos, tales como las bendiciones de la vida que son comunes, la contención del mal, una provisión objetiva suficiente para todos, el quitar todo obstáculo de parte de Dios para el perdón de los pecados, y la futura resurrección de la muerte.

f. En un sermón que tituló, “General y sin embargo Particular”, C.H. Spurgeon sostiene que la muerte de Cristo cumplió un doble propósito, “1. Hay una influencia general para el bien que fluye del sacrificio mediatorial de Cristo, 2. Sin embargo su objetivo especial es la entrega de vida eterna a tantos como el Padre le dio a El”.

g. Charles Horne dice que la salvación de Dios es una. “Cuando se aplica a los no cristianos incluye su preservación en esta vida y el disfrute de bendiciones que vienen a los hombres por medio de la gracia común. Cuando se aplica a los creyentes esta salvación se extiende a la eternidad”. Esta visión pone énfasis en la palabra “especialmente” (1 Timoteo 4: 10).

h. Dentro del mismo tenor Robert Lightner dice que la provisión salvífica de Cristo alcanza a cada miembro de la raza de Adán, con todos sus beneficios redentores son aplicados solamente a aquellos que creen, por ejemplo los elegidos. Donald Bloesch arriba a una definición semejante sólo que con un toque barthiano.

i. El calvinismo escolástico, con todo, redujo el intento de la expiación y dijo que Cristo murió sólo para el propósito de salvar a los elegidos, el exacto número de aquellos que son realmente traídos a la salvación. Por lo tanto los proponentes argumentan que el designio de la cruz no fue solamente proveer salvación, sino asegurar la salvación de aquellos que el Padre le dio al Hijo. Supuestamente Cristo murió por todos los que estaban relacionados a El, así como Adán pecó por todos los que estaban relacionados con El.

j. Para el alto calvinismo la pregunta de por quién murió Cristo es la pregunta lógica que sigue luego del decreto electivo. En la Confesión de Westminster, el capítulo que trata del decreto eterno de Dios sobre los que viven y los que mueren (capítulo III), precede al decreto sobre la obra de Cristo (capítulo VIII). Es claro que su doctrina de la elección controla a la doctrina de la expiación (XI.4). La Confesión concluye que Cristo murió para obtener redención de los elegidos solamente. El Señor Jesús obtuvo, dice, no sólo reconciliación sino una herencia eterna en el Reino de los Cielos para todos aquellos que el Padre le ha dado (II. 1-9; VIII. 5).

k. El Canon de Dort trata la doctrina de la elección antes (I.1-18) que la doctrina de la persona y la del trabajo de Cristo. Dios deseaba que la eficacia de la cruz se extendiera sólo a los elegidos. Fue la voluntad de Dios que la sangre de su cruz pudiera redimir eficazmente, de entre todos los pueblos, tribus, naciones y lenguajes, a todos aquellos, y a aquellos solamente, que fueron desde la eternidad elegidos para la salvación y dados a El por el Padre (II.8).

l. John Owen cree que ninguna de las intenciones ni de los propósitos de Dios fracasan por no ocurrir. Si Cristo murió por todos y no todos son salvos, luego Cristo murió ineficazmente, lo que no puede ser. Si Dios ama a todos y no todos son salvos, luego Dios ama ineficazmente, lo que tampoco puede ser. Por lo tanto Cristo no murió por todos y Dios no ama a todas las personas. Owen dice que “nosotros negamos que toda la humanidad sea el objeto de aquel amor de Dios que lo mueve a El a enviar a su Hijo a morir”. El amor de Dios es reflejado en su voluntad de salvar a los elegidos, los herederos del pacto de la gracia, por cuyos pecados Cristo hizo satisfacción en la cruz. Owen concluye que si la muerte de Cristo cumple todo lo que el Padre pretendió, “luego muere solamente por aquellos que están en el evento, santificados, purgados, redimidos, justificados, libres de la ira y la muerte, vivificados, salvados, etc. Pero que no todos son así santificados, liberados, etc. es bien evidente: y por lo tanto no se puede decir que sean el objeto propio de la muerte de Cristo”.

m. Otras autoridades calvinistas que sostienen una expiación limitada son: Jonathan Edwards, Francis Turrettin, Charles Hodge, A.A. Hodge, W.G.T. Shedd, Louis Berkhof, Loraine Boettner, R. B. Kuyper.

En cada uno de estos teólogos, la intención de la expiación está gobernada por la doctrina de la elección que lógicamente es primera. Roger Nicole prefiere el concepto de la expiación definida, o de la redención particular. Cristo murió con el propósito de redimir a aquellos a quienes el Padre le ha dado.

n. Moses Amyraut (siglo XVII) criticó la doble predestinación del calvinismo escolático y propuso la teoría del universalismo hipotético. De acuerdo a esta visión, el pacto de gracia incluía un pacto universal condicional y un pacto particular incondicional. Amyraut insistió en que Dios deseó la salvación de todas las personas con la condición de que ellos creyeran. El Padre puso a Cristo a sufrir por los pecados del mundo entero. Dios con todo previó que no todos los creyentes responderían en fe. Por lo tanto El implementó el pacto particular o incondicional. Aquí en contra de los arminianos que negaban el hecho de que Dios trajera a los redimidos a la fe. Amyraut argumentó que dado que ninguno es capaz de venir a Dios por sus propios medios, Dios creó la fe salvadora en el elegido y reprobó a otros. Amyraut sostuvo un universalismo ideal suplementado por un particularismo real. Su cuadro podría ser representado diciendo que Cristo murió para todas las personas suficientemente, pero por los elegidos eficientemente. La posición de Amyraut fue luego manejada por otros investigadores como Richard Baxter, John Bunyan, Samuel Hopkins, y Heinrich Heppe.


D. POSITIVO

1. Los Reformadores estaban de acuerdo con Anselmo en que el pecado era algo serio, y que quebraba la ley de Dios.

2. Esta interpretación enseña que la ley moral de Dios no debe ser tomada livianamente: “La paga del pecado es muerte” (Romanos 6: 23).

3. La teoría toma en serio la santidad de Dios, su justicia, e incluso su ira.

4. Toma seriamente la descripción bíblica de la depravación y de la inhabilidad del ser humano de salvarse a sí mismo

5. Toma literalmente las declaraciones que enseñan que Cristo muere en lugar del ser humano (Exodo 13:1 - 16; Levítico 16:20 - 22; Isaías 53:4 - 12; Marcos 10:45; Juan 3:17; Gálatas 3:13 entre otros).

6. Esta teoría es más específica que la teoría de Anselmo con respecto a la apropiación individual por la fe de los beneficios de la obra salvífica de Cristo.

7. La teoría incluye la vida obediente de Jesús y su resurrección


E. NEGATIVO

1. Obviamente se acepta generalmente que ninguna teoría es suficiente por sí sola para explicar todo el sentido de la expiación. Esto vale para todas las teorías que se expondrán. Por lo tanto cualquiera que pretenda ser la única interpretación posible equivoca el sentido pleno de la expiación.

2. Muchos autores prefieren interpretar pasajes como 2 Corintios 3: 18; Efesios 4: 13; 2 Pedro 1: 4; en términos de amor, inclusión, crecimiento, y no en términos de castigo, pago, rescate, o satisfacción.

3. El pecado no es una cuestión externa que se pueda transferir fácilmente de una persona a otra. Algunas penas o deudas pueden ser transferibles fácilmente a otros (el pago de una deuda económica), pero otras son más difíciles de transferir (por ejemplo la prisión, o bien la pena de muerte)

4. La teoría corre el riesgo de poner a Cristo en oposición al Padre. Maximiza el amor de Cristo y minimiza el del Padre. Esta crítica es más aplicable a algunas de las corrientes de la teoría, por ejemplo al poscalvinismo, en donde hay una distancia entre el Padre y el Hijo, y un conflicto no resuelto entre la justicia y la misericordia de Dios, donde aquella pesa más que su amor. Con todo, debe recordarse que hay buen fundamento neotestamentario para la teoría. Debe tenerse en cuenta, además, la doble identificación de Cristo, una con los pecadores (no hay condenación para los que están “en” Cristo, Romanos 8: 1), y otra con el Padre (El y el Padre son uno, Juan 10: 30; y “Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo”, 2 Corintios 5: 19).

5. Se ha criticado su concepto de la equivalencia cuantitativa en el castigo, especialmente desde el punto de vista de que no hubiera podido existir un equivalente al remordimiento.

6. Interpreta literalmente y no analógicamente los conceptos de deuda y castigo.

7. Algunos autores piensan que el vocabulario empleado al hablar de substitución, no hace sentido en las culturas contemporáneas, y dificulta la comprensión del Evangelio. Se corre el riesgo de convertir en irrelevante al mensaje.

8. Green y Baker, también creen que la substitución penal ha alentado el individualismo porque se focaliza en la culpa y en el perdón individual. Ellos creen que ha cerrado a la iglesia a los temas sociales como el materialismo, el racismo, y los nacionalismos. James Dunn argumenta que “(la substitución) tiene demasiado sabor a individualismo para representar adecuadamente el pensamiento paulino”.

9. También se ha sugerido que la teoría transmite algo de violencia, y que presenta la dualidad de hacer lo que se prohíbe a otros, tal como el tomar la vida de los demás.

10. Entre las objeciones más comunes a las teorías clásicas de la expiación está el hecho de que Dios es injusto al castigar a su Hijo amado por los pecados de otros, o que este es un arreglo inmoral por el cual uno recibe los beneficios del sufrimiento de otro, sin un esfuerzo moral o sin disciplina. O bien que Dios es cruel al castigar el pecado si el pecado es inevitable.

Sin embargo, en defensa de la interpretación, debe decirse que no hay que olvidarse de la gracia de Dios, y que la cruz es asumida voluntariamente por Jesús, y que lo hace para aliviar a los pecadores de su merecido castigo. Tanto el Padre como el Hijo demuestran simultáneamente su repudio al pecado como su amor al pecador. Cualquier teoría de la expiación que niegue la oposición de Dios y de Cristo al pecado o el amor de Dios y de Cristo a los pecadores, en general debe ser considerada como inadecuada.


II. SATISFACCION

A. DEFINICION

La teoría de la satisfacción sigue el siguiente razonamiento:

1. Anselmo, creía que el pecado era básicamente una falla en la manera de rendir a Dios lo que se le debe. Al fallar en dar a Dios lo que es debido, tomamos de El lo que es legítimamente suyo y lo deshonramos. Nosotros como pecadores debemos restaurarle lo que le debemos. Anselmo argumentaba de la siguiente manera: Por el pecado, el ser humano ofendió a Dios y su honor manchado requiere necesariamente una satisfacción condigna. Así que tanto la satisfacción como el castigo eran requeridos por la misma naturaleza de Dios.

Desde el horizonte de una visión jurídica, se utilizaba un instrumental prestado del derecho romano (“satisfactio”) para expresar la acción redentora de Cristo. En este caso la ofensa era contra la santidad de Dios. Anselmo enfatizó la necesidad de hacer reparación a Dios por el pecado. Usó analogías del sistema penitencial medieval, y la idea de la satisfacción para describir la manera en que la muerte de Cristo protegía a Dios.

2. La satisfacción de la justicia de Dios requiere que se le brinde a Dios lo que se le debe con exactitud. La humanidad es quien necesita hacer tal ofrecimiento. Sin embargo, los humanos no son capaces de ofrecer tal satisfacción, pues lo que se debe es proporcional a la culpa. Solamente Dios puede dar la satisfacción necesaria.

3. La mente medieval sostenía que la recompensa tenía que ser proporcional a la dignidad de la parte ofendida, en este caso Dios. Consecuentemente las personas finitas no podían hacer una compensación infinita por la ofensa cometida contra el Señor del universo. En cualquier caso los pecadores no tenían nada que ofrecer a Dios porque le deben a El todo. El hombre pecador no puede, para nada, cumplir esta justificación porque un pecador no puede justificar a un pecador. Así que la justificación adecuada debe ser realizada por alguno que sea divino, esto es por Dios mismo. Pero por el otro lado la satisfacción debe ser pagada por alguno que represente a la humanidad. Por lo tanto la satisfacción debe ser hecha por uno que es a la vez Dios y ser humano. Si sólo Dios puede hacer esta satisfacción y sólo un hombre puede hacerla, es necesario que un Dios-hombre la haga.

4. Anselmo descubre una salida absolutamente racional: el hombre le debe a Dios una satisfacción infinita. Sólo Dios puede proceder a una satisfacción infinita. Luego es necesario que Dios se haga hombre a fin de poder reparar infinitamente. El “Hombre-Dios” realiza lo que la humanidad tenía que realizar: la reparación. El “Dios-hombre” concretiza lo que falta a la reparación humana: su carácter de infinitud. Por consiguiente, en el Hombre-Dios se da la reparación (hombre) condignamente infinita (Dios). La encarnación es necesaria con una lógica irrefutable.

5. Cristo, nació de una virgen, vivió una vida sin pecado, sufrió y murió voluntariamente, y por lo tanto acumuló más méritos que el necesario para pagar la deuda que la humanidad tenía. Dios aceptó la pasión de Cristo y la acreditó en la cuenta de la raza pecadora y por lo tanto está dispuesto a restablecer el compañerismo de aquellos que confían en la provisión salvadora de Cristo.

6. Cristo, siendo Dios y hombre sin pecado, no merecía la muerte, por lo tanto la ofrenda de su vida a Dios en nombre de la raza humana de la cual El fue parte, fue mas allá de lo que se requirió de El. Por lo tanto, pudo servir como una genuina satisfacción a Dios por los pecados del hombre. Pero ¿fue suficiente para cumplir con lo que se necesitaba? ¿fue el pago suficiente? Si, lo fue.

7. Al sugerir que la muerte de Cristo satisfizo plenamente el poder herido de Dios, los teólogos medioevales estaban movidos por la figura del gran señor feudal, cuya dignidad fue herida o lastimada.

B. TEXTOS

Juan 10:18

C. AUTORES

1. Esta teoría también llamada la visión latina, apareció en primer lugar en la Patrística occidental y encontró una expresión concreta en la Edad Media (500-1500), en un entorno cultural, en donde el feudalismo era muy fuerte.

2. Atanasio y Ambrosio, ambos se refirieron a Cristo como el que cargó lo que cada uno merece cargar, pero la teoría fue perfeccionada y desarrollada en forma completa por Anselmo, particularmente en su famosa obra “Cur Deus Homo”. Muchos teólogos medievales posteriores trabajaron la teoría de la satisfacción de Anselmo pero hicieron modificaciones.

3. Hugo de San Víctor, combinó la teoría jurídica de Anselmo con la teoría clásica del rescate del dominio de Satanás. De acuerdo a esta teoría Cristo cumplió con la satisfacción debida a Dios por el deshonor que los pecadores le causaban a El, pero ahora alineado con las personas, Dios está dispuesto a liberar a los pecadores del dominio de Satanás.

4. Alejandro de Hales y Buenaventura siguieron el esquema anselmiano, pese a que eran reacios a reconocer la misma necesidad absoluta de la muerte como Anselmo había hecho.

5. Juan Wycliffe también siguió las líneas mayores de la satisfacción propuesta por Anselmo.

6. La tradición reformada compartió mucho del lenguaje anselmiano, y algunas ideas de Anselmo, focalizándose sobre los temas de la substitución penal y de la eficacia sacrificial de la cruz.

Calvino argumentó que Cristo tomó sobre si mismo y sufrió el castigo que desde el justo juicio de Dios afligía a todos los pecadores, y que cargó aquellos males que habían conducido a que los pecadores fueran odiosos para Dios. Es decir que por su expiación y por su satisfacción, ofreció el sacrificio a Dios el Padre.



D. POSITIVO

1. Intentó tratar seriamente al pecado humano. Stott cree que Anselmo percibía con claridad la gravedad del pecado como una rebelión salvaje en contra de Dios, de su santidad incambiable y en contra de las perfecciones únicas de Cristo.

2. Correlacionó la encarnación y la muerte del Dios-hombre.

3. Colocó su muerte en el primer plano de la reflexión teológica.

4. Anselmo es uno de los primeros teólogos en tratar el hecho de la culpa.

5. Enfatiza la obediencia hasta la muerte.


E. NEGATIVO

1. Dios encarna más bien la figura de un señor feudal absoluto, dueño de la vida y de la muerte de sus vasallos.

2. Se pone demasiado énfasis en la divina majestad ofendida, negando el hecho de que Dios puede demostrar misericordia y perdón, sin dañar su honor o majestad. Algunas expresiones tienden a enfatizar la majestad de Dios o el honor por sobre la santidad de Dios o por sobre su amor, y a plantear un conflicto entre la misericordia y la justicia.

3. No indica cómo la satisfacción por parte del Dios-hombre, ha de ser apropiada por los seres humanos individuales. Pero además, no pone en correlación adecuadamente la muerte de Jesús con el resto de la verdad cristiana. No deja lugar para la revelación en la encarnación misma. No enfatiza el papel de la resurrección.

4. Puso demasiado énfasis en la ira divina. Dios asume los rasgos de un juez cruel y sanguinario empeñado en cobrar todas las deudas referentes a la justicia. El Dios de Anselmo tiene muy poco que ver con el Dios Padre de Jesucristo. Se le impone al mismo Dios un mecanismo atroz, violación-reparación, indicándole lo que necesariamente debe hacer.

5. Enfasis en una interpretación monetaria de la muerte de Cristo. Su teoría está marcada por su contexto cultural y eclesiástico. Estaba empapada de la ley romana con sus conceptos de castigo y deuda. Utilizó el término “satisfactio”, que Tertuliano había introducido al vocabulario cristiano, se valió del sacramento de la penitencia que estaba surgiendo, incluyendo la conmutación de los actos penitenciales por medio del pago de dinero. Hay un foco desproporcionado sobre las analogías comerciales de la Edad Media: rescate, pago, deuda, hasta negar otras analogías morales o familiares.

6. Marca una diferencia entre el Padre (acreedor riguroso) y el Hijo (bienhechor generoso). El énfasis sobre la satisfacción del Padre por el Hijo en algún momento parece exagerada y tiende hacia una separación entre un Padre rudo y un Hijo compasivo.

7. Basándose en una distinción nestoriana de las dos naturalezas del Dios-hombre, interpretó la expiación como ofrecida a Dios por medio de la humanidad del Dios-hombre.

8. Esta teoría se focaliza en el honor lastimado de Dios, y prestó poca atención a la naturaleza penal y substitucionaria de la muerte de Cristo.

9. La satisfacción es una satisfacción requerida por la “ley” de Dios, o por el “honor” de Dios. Pero puede objetivarse la ley y el honor de tal manera que parecen existir como apartados de El.

10. En algunas de sus expresiones la teoría falla en enfatizar adecuadamente la obediencia de Cristo en su vida entera bajo la ley y se focaliza, primariamente, en la obediencia pasiva de Cristo, en sus sufrimientos, y en su muerte.

11. Puede correr el riesgo de enfatizar más la substitución de la pena, que la substitución de la persona que merece el castigo.


III. VICTORIA-RESCATE

A. DEFINICION

La teoría sigue el siguiente razonamiento:

1. En la lucha cósmica entre las fuerzas del bien y del mal, Satanás estableció el control sobre el hombre. Ireneo, entre otros, sugirió que fue por un acto de agresión injusta que este control fue establecido. Pero independientemente de cómo fue ganado el control, Satanás ahora es el poder que gobierna en el mundo. Como un gobernante del mundo, sus derechos no pueden ser simplemente dejados de lado, porque Dios no se inclinará a usar técnicas empleadas por el diablo. El mayor problema del ser humano, por lo tanto es su esclavitud a un dueño inepto, Satanás, al cual pertenecía justamente, según creían los Padres, debido a su pecado.

2. Hasta tal punto estábamos bajo la tutela de lo demoníaco, de lo alienante y de lo esclavizante que no nos podíamos liberar por nosotros mismos.

3. En cualquiera de las formas que la teoría adquirió en los primeros siglos, el tema dominante de la teoría fue la victoria sobre Satanás y la liberación de la humanidad de la esclavitud a él.

Vale decir que el tema central de la teoría es la expiación como un conflicto y una victoria. Cristo pelea en “contra de” y “triunfa sobre” los poderes perversos del mundo. Triunfa también sobre los tiranos bajo los cuales la humanidad está en prisión y en sufrimiento. En El, Dios reconcilia al mundo consigo mismo. Aulén, además, cree que el motivo del Cristo victorioso, muestra el “rescate de” y la “liberación de” la esclavitud del pecado, la muerte y el diablo. En este sentido, la teoría está en paralelo con la teoría del rescate, pero la teoría de la victoria enfatiza la victoria de Cristo sobre el pecado y por lo tanto se centra en la idea de la resurrección. Central en su comprensión son las ideas de la encarnación y el señorío de Cristo.

4. Esta teoría representa a la salvación operada por Jesucristo con la figura la esclavitud antigua. Por la emancipación de un esclavo se pagaba un precio determinado: el rescate. De esa manera quedaba redimido (En latín el término redimir proviene de “emere”, “redimere”, que significa comprar y liberar mediante un precio).

5. La muerte de Cristo fue el precio que Dios exigió y que fue abonado a fin de rescatar a los hombres prisioneros de Satanás. Algunos pocos creyeron que el precio fue pagado no a Satanás sino por ejemplo a la muerte (el caso de Juan de Damasco).

6. Gregorio de Nisa insistió sobre el concepto del rescate y utilizó una metáfora notable en relación con el mismo. Por medio de la caída, la humanidad pasó a estar “en poder de” y “bajo el control del” diablo. Dios tenía que tratar justamente con el diablo para poder emancipar a sus cautivos humanos. Pensando que Jesús era un obrador de milagros concebido virginalmente, el diablo decidió presumiblemente que sería conveniente aceptar un cambio o un rescate por sus cautivos. Pero el diablo no discernió que la divinidad estaba unida a la humanidad de Jesús. Por consiguiente:

“Para poder asegurar que el rescate a favor nuestro pudiera ser aceptado fácilmente por quien lo requería, la divinidad fue escondida bajo el velo de nuestra naturaleza, de manera que, como en el caso de un pez hambriento, el anzuelo de la divinidad fuera tragado juntamente con el cebo de la carne, y así, siendo introducida la vida en la casa de la muerte, y brillando la luz en la oscuridad, aquello que es diametralmente opuesto a la luz y a la vida pudiera desaparecer”.

Dios ofreció a su Hijo como un rescate, una oferta que el Diablo aceptó gustosamente. Con todo, cuando Satanás condujo a Cristo al infierno, descubrió que no podía retenerlo. Al tercer día se levantó triunfante y dejó a Satanás sin sus prisioneros originales, y sin el rescate que había aceptado en su lugar.

7. Parece obvio que Dios debió haber anticipado este hecho, pero el hecho de que Dios engañara al Diablo no parecía preocupar a los Padres. Ellos produjeron ilustraciones tales como el viaje de pezca. La carne de Jesús era el cebo o carnada, la deidad de Cristo era el anzuelo. Satanás se tragó el anzuelo con la carnada y fue atrapado.

8. Esta teoría de la expiación recibió varios nombres, tales como el rescate pagado al Diablo, la teoría clásica, o la teoría del anzuelo.

9. La teoría se focaliza no tanto en el hecho de que Cristo cargara con la penalidad de los pecadores, ni tampoco con la propiciación frente a la ira de Dios, más bien se focaliza en la tarea que el Señor hace al liberar a la humanidad de los poderes esclavizantes.

La teoría asumió dos formas:

a. Siguiendo a Marcos 10: 45, ve a la muerte de Cristo como un rescate pagado al Demonio. El mundo ha caído bajo el dominio de Satanás por culpa del pecado. En la cruz Dios entregó a Cristo a Satanás en cambio por las almas de aquellos que tenía cautivos. Satanás no pudo retener a Cristo, quien se levantó poderosamente de la tumba.

b. Siguiendo a Colosenses 2: 15, cree que Dios batalló con Satanás triunfando sobre la muerte y sobre el pecado, y rescató de una vez y para siempre, a aquellos que estaban cautivos de los poderes de las tinieblas.

10. John Lawson ha distinguido entre la doctrina de Ireneo referida a la persuasión del Diablo por parte de Cristo a los efectos de que soltara a la humanidad, y su enseñanza acerca de Cristo el Vencedor o Campeón, quien por medio de la obediencia, tanto en la vida como en la muerte, puso en práctica una “recapitulación” distinta a la vida del desobediente Adán.

11. El rescate fue determinado por, pagado a, y aceptado por Satanás. Esto mitiga hasta cierto punto el cargo que la teoría del rescate hace a Dios como un comerciante de alguna manera deshonesto.

12. Centrales a la comprensión de esta teoría eran la encarnación y el señorío de Cristo. En su sentido de liberación y rescate la teoría de la victoria es paralela a la del rescate, pero pone más énfasis en la victoria sobre el pecado y está, por lo tanto, centrada en la idea de la resurrección.

B. TEXTOS

Mateo 20:28 y Marcos 10:45.



C. AUTORES

1. La idea de que fue el Diablo quien hizo que la cruz fuera necesaria, fue bastante extendida en la iglesia primitiva, incluso hasta el siglo XI : Ireneo (130?-202?); Orígenes (185?-254?); Gregorio de Nisa (335-399; Agustín (354-430); Bernardo de Clairvaux (1091-1153).

Después de Anselmo, y bajo mucha crítica, dejó de ser usada. Fue Gustaf Aulén, con su obra Christus Victor, quien, luego de tantos siglos, la rescata, sugiriendo que detrás de lo que parece grotesco hay, sin embargo, una gran verdad.

2. Ireneo interpretó la muerte de Cristo como una victoria sobre el pecado, la muerte, y sobre el Diablo.

3. Orígenes mantuvo que en razón del pecado de la humanidad estábamos en las garras de Satanás y como un intercambio para la liberación de las almas que estaban bajo su poder, Satanás demandó la sangre de Cristo. Satanás liberó a las almas aprisionadas cuando Dios le dio a Cristo como un rescate (lytron). Orígenes creyó que Satanás fue engañado en la transacción por dos cosas: a. La humanidad de Cristo escondía su divinidad, así que cuando Satanás se tragó la carnada de la carne de Cristo, se entrampó en el anzuelo de su divinidad, b. Satanás descubrió que no podía mantener a Cristo en el infierno, así que en el tercer día, el Salvador se levantó poderosamente de la tumba. Orígenes lo resumió así: “el Diablo una vez reinó sobre nosotros hasta que el alma de Jesús fue dada como rescate a aquel que se engañó a si mismo pensando que podría enseñorearse sobre Jesús”.

4. Gregorio de Nisa repitió esta idea, y justificó el engaño, entre otras cosas porque el engañador recibió lo que “merecía” dado que en su momento, él mismo fue engañador. En su Catecismo también usa la figura del anzuelo. El anzuelo de la divinidad es engullido con la carnada de la carne de Cristo, y por lo tanto, la vida es introducida en la casa de la muerte, como lo hace un pez hambriento.

5. Agustín usó la imagen de una trampera de ratones, como Pedro Lombardo, “encarnada con la sangre de Cristo”. Naturalmente no todo el mundo acepta estas figuras. R. W. Dale opinaba que estas ideas eran “intolerables, monstruosas y profanas”. (Stott, 1989, p. 113-4).

6. La idea del rescate pagado a Satanás fue repudiada con desprecio e indignación por Gregorio de Nacianzo, tanto como la idea de que Dios requiriera un rescate. (Berkhof, 1975, p. 167) Berkhof, L. 1975. The History of Christian Doctrines, Baker Book House, Michigan.

7. Juan de Damasco usó la misma imaginería excepto que identificó al enemigo con la muerte más que con Satanás. Creía que la muerte se aproximaba y tragaba la carnada del cuerpo quedando entrampado en el anzuelo de la divinidad. Y habiendo probado aquel cuerpo inocente y dador de vida, ella misma era destruida, vomitando a aquellos que previamente había devorado.

8. No todos los autores están de acuerdo en cuanto al enfoque de Lutero. No obstante, es cierto que expresó el tema del Cristo Vencedor. Declaró que Jesucristo “me ha redimido a mí, una criatura perdida y condenada, me ha rescatado y liberado de todos los pecados, de la muerte y del poder del diablo; no con plata ni oro, sino con su santa y preciosa sangre y con sus sufrimientos y su muerte inocentes”.

Al explicar cómo Jesucristo llegó a ser su Señor, Lutero declaró: “Significa que me ha redimido del pecado, del diablo, de la muerte y de todo mal. Antes de esto no tenía Señor y Rey sino que era prisionero bajo el poder del diablo”.

Al comentar acerca de Gálatas 3: 13 afirmó: “Cristo el poder de Dios, justicia, bendición, gracia y vida, vence y destruye a estos monstruos: el pecado, la muerte y la maldición, sin guerra o armas, en su propio cuerpo y en sí mismo”.

El himno más célebre de Lutero alude al conflicto y a la victoria:

¡Que muestre su vigor Satán, y su furor Dañarnos no podrá, Pues condenado es ya Por la Palabra Santa!.

Lutero se refirió al fraude y al engaño del Diablo, usando la analogía del pescador, el anzuelo y la lombriz, afirmando que al tragarlo a Cristo, el Diablo se asfixió, fue muerto y tomado prisionero por Cristo.

9. Entre los teólogos contemporáneos que sostienen la teoría está Gustav Aulén, quien cree que pese a que las figuras de los Padres son crudas, sin embargo, contienen la verdad de que en Cristo, Dios triunfa sobre el pecado, la muerte y el Diablo, en un drama cósmico gigantesco, que termina en la muerte de Cristo. Para Aulén, el trabajo expiatorio de Cristo significa una victoria. El Diablo y los demonios son vencidos. El pecado es derrotado. Cristo, en su muerte, “batalló contra” y “ganó a” los espíritus malignos y poderosos. Como resultado de su victoria, las personas que estaban cautivas, fueron liberadas y ganaron la esperanza de la vida eterna.

Aulén llegó a ser el mayor representante del tema de Cristo Vencedor en el siglo XX. Lo denominó el punto de vista clásico, dramático, y lo consideraba la vía principal, para explicar la doctrina de la expiación. “Por mi propia parte, estoy convencido de que ninguna forma de la enseñanza cristiana tiene futuro alguno salvo que mantenga firmemente en vista la realidad de la maldad que hay en el mundo y salga a combatir el mal con un himno de batalla triunfante”.

10. Muchos himnos de Pascua, y una buena parte de la devoción cristiana apuntan a este mismo elemento de victoria.


D. POSITIVO

1. Esta representación del cautiverio y del rescate pretende poner de relieve la gravedad de la perdición humana. No nos poseíamos; éramos poseídos por algo que no nos dejaba ser auténticos.

2. Muchos autores ven muy apropiada la idea para personas que viven continuamente exclavizados por sistemas opresores, tanto sociales como religiosos.

Cristo nos liberó realmente de ese cautiverio; partiendo de una nueva experiencia de Dios y de una nueva praxis humana, se presentó como hombre libre, liberado y liberador. Con la muerte violenta sufrió y pagó el precio de esa libertad que había asumido en nombre de Dios.

No solamente es derrotado el pecado personal sino también el corporativo.

3. Los dos temas (victoria y rescate) hacen de la expiación una obra esencialmente divina.

La obra de Cristo es considerada el movimiento de Dios hacia los hombres.

En realidad los dos temas hacen de puente entre las teorías objetivas y subjetivas. Son objetivas por el hecho de que la expiación no está dirigida a la humanidad, y son subjetivas porque le permiten a los seres humanos creyentes la oportunidad de participar en la victoria de Cristo por sobre los poderes.

4. Los dos temas presentan el pecado y la salvación como un conflicto cósmico entre Dios y los poderes malignos. La expiación de Dios es el drama de la salvación del mundo.

5. Los dos temas relacionan la cruz de Jesús más íntimamente con su resurrección y con su vida y ministerio en la carne que la mayoría de las teorías.


E. NEGATIVO

1. Le atribuye a Satanás más importancia que la que le asigna la Escritura. La cruz es vista como una transacción divina, en donde el Diablo demanda un precio de rescate para liberar a sus cautivos.

2. La redención y el precio pagado por ella se realizan exclusivamente entre Dios y el Diablo. El ser humano no es más que un espectador interesado pero no participante. Lo que ocurre es un drama salvífico suprahistórico.

3. El tema del rescate, tal como se lo empleó en la edad patrística, presupone lo que muchos cristianos modernos consideran imágenes grotescas e inaceptables.

4. El tema del rescate tal como fue articulado por ciertos Padres, presenta un problema ético al enseñar que el Diablo fue engañado o embaucado.

5. La teoría no permite un uso figurativo del término “rescate” en Marcos 10: 45, obligando a pensar en una persona.

6. El tema del Vencedor, especialmente en Conner, magnifica de tal modo la inevitabilidad de la cruz que pone en peligro la libertad de la gracia de Dios y del sacrificio voluntario de Jesús.

7. Los dos temas celebran la victoria de Cristo, pero realmente no especifican de qué manera el creyente se apropia de esa victoria.

8. El tema del Vencedor tal como lo expone Aulén, excluye otras metáforas y otros conceptos bíblicos de lo que es una interpretación singular y exclusiva de la obra de Cristo.

9. Watson protestó ante la antítesis que Theodosius Harnack ve en la teología de Lutero entre la victoria sobre los poderes y la sustitución penal. El mismo tipo de protesta puede oponérsele a Aulén. Los temas de la victoria sobre los poderes y la substitución penal no son alternativas mutuamente incompatibles como, por ejemplo Aulén, parece implicarlo.



IV. INFLUENCIA MORAL

A. DEFINICION

La teoría de la influencia moral sigue el siguiente razonamiento:

1. El primero en desarrollarla fue Pedro Abelardo en reacción a la idea de Anselmo. Abelardo enfatizó la primacía del amor de Dios e insistió en que Cristo no hizo ninguna clase de pago sacrificial al Padre para satisfacer su dignidad ofendida. Al contrario, Jesús le demostró al hombre la extensión total del amor de Dios por él. Fue el temor del hombre y su ignorancia de Dios lo que necesitó ser rectificado, lo cual se realizó por medio de la muerte de Cristo. Por tanto el mayor efecto de la muerte de Cristo cayó sobre el hombre más que sobre Dios.

2. La visión subjetiva se focaliza en el cambio de actitud que la muerte de Cristo produce en los pecadores. Los proponentes suponen que no había obstáculos en Dios a ser superados para restablecer a los pecadores en su comunión con el Creador. De parte de Dios no había ninguna necesidad, ni la de hacer justicia, ni la de aplicar la ira. La única barrera estaba en el distanciamiento de las personas en sí mismas, en su orgullo pecaminoso, en sus voluntades endurecidas.

3. Sin negar todos los aspectos objetivos, esta tradición enfatiza la apropiación subjetiva de la cruz, sosteniendo que la intención central de la muerte de Cristo es servir como un ejemplo supremo del amor divino, despertando, generando y capacitando, para una respuesta de amor del ser humano. La responsabilidad moral de la persona es animada por el ejemplo de la persona de Jesús como humano que es. La muerte de Cristo evidencia la sinceridad de su enseñanza. La muerte de Cristo fue importante porque movía al arrepentimiento y a la fe.

4. Para esta teoría la muerte de Cristo permite al ser humano hacer realidad las tres necesidades humanas más básicas:

a. El ser humano necesita una apertura hacia Dios, una inclinación a responderle. Jesús con su muerte quita el temor por Dios, que es la respuesta natural de un pecador frente a Dios. Por lo tanto Cristo no nos muestra primero la infinita santidad y pureza de Dios sino su preocupación por nosotros, la que se manifiesta al entrar El en nuestra situación, y muriendo la muerte más amarga que se pueda concebir.

b. El ser humano necesita una genuina y profunda convicción de pecado personal y el arrepentimiento que resulta del mismo. En adición al conocimiento intelectual y objetivo del error que da la ley, necesitamos una convicción interna que guíe a un genuino sentido de tristeza por lo que hemos hecho a Dios. Cuando lo vemos a El, a quien hemos atravesado con nuestro pecado, nuestra actitud se ablanda. A diferencia de Judas, que se suicida, nosotros no seremos enfriados, endurecidos, o repelidos por el dolor que acompaña el reconocimiento de nuestro pecado, al contrario, daremos la bienvenida a la angustia. Como Pablo, al oír las palabras "Yo soy Jesús a quien tu persigues" (Hechos 9:5), veremos que la resistencia por Dios desaparece. Iremos a Jesús en amor.

c. El ser humano necesita inspiración. Las descripciones abstractas de la santidad ayudan, pero su exposición práctica y personal la hace real para nosotros. No queremos definiciones teológicas de Dios, dice Bushnell, "lo que queremos es un amigo al que podemos sentir como hombre, y a quien precisamos aceptar y amar".

La vida y los sufrimientos de Cristo eran concebidos como una demostración del amor divino para reconciliar al ser humano con Dios, quebrando su resistencia y trayéndolo a una vida de compañerismo con Dios. Según esta teoría, no hay una necesidad específica de satisfacer la naturaleza divina, o los problemas de su gobierno moral.

Horace Bushnell, el padre del liberalismo americano, creyó que la cruz mostraba el sufrimiento amoroso de Dios por sus criaturas. No es que el sufrimiento apacigüe a Dios, pero exhibe el invencible amor del corazón de Dios. Subjetivamente la muerte de Cristo desata un poder moral en el mundo que ablanda a los corazones endurecidos y guía a los pecadores al arrepentimiento.

La muerte de Cristo ocurrió para impactar con poder en nuestro carácter. Buscando retener algún lazo con la ortodoxia, Bushnell sugirió que los conceptos tales como los de la ira, el sacrificio, la sangre y la expiación, mueven los sentimientos, estados y afectos morales de los adoradores. A pesar de retener el lenguaje tradicional Bushnell vio la expiación como el poder del amor que evoca el arrepentimiento y transforma el carácter.

5. L. H. DeWolf también subscribe la visión moral de la expiación. En la cruz los pecadores: a. Negativamente, ven la vileza de sus pecados vívidamente representados. b. Positivamente, aprenden que Dios sufre amorosamente con ellos en su alienación. Por lo tanto como hombres y mujeres contemplan la cruz en donde Dios actuó en Cristo y son movidos a poner su esperanza en el Padre, a arrepentirse con fe, y a servirle en amor obediente.

En este caso la muerte de Cristo es vista como una demostración del amor de Dios que busca despertar o generar respuesta de amor de la humanidad.

La cruz es un modelo del pensamiento y la disposición que debe tener el cristiano.

En ninguna otra parte se ve más claro la naturaleza profunda y la malignidad del pecado que en la cruz. Pero la cruz también revela un paradigma de justicia, el de la vida sin pecado dada por otros, la cual el cristiano está capacitado para seguir por gracia. Así que la cruz no produce sólo un ejemplo moral, sino que también puede ser un verdadero ejemplo de poder. Es decir que la cruz ayuda a rescatar del yugo de esclavitud, pero además anima a seguir el camino de la cruz por imitación.

La cruz revela el amor de Dios por los pecadores, y hace un apelativo desafiante a responder amorosamente, generando o despertando el arrepentimiento por los pecados.


B. TEXTOS.

El texto clásico es Juan 15: 13: "Nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos". 2 Corintios 5: 14-15; Efesios 5: 1-2; Filipenses 2: 5-8.


C. AUTORES

1. En Clemente de Alejandría (185?-254?), ya hay alguna idea de la teoría de la influencia moral. Pero en realidad el que primero la desarrolla es Pedro Abelardo (1079-1142) en reacción a la idea de Anselmo.

2. Versiones de la teoría pueden encontrarse en F. D. E. Schleiermacher (1768-1834) y Horace Bushnell (1802-1876).

Para Schleiermacher la perfecta auto-consciencia de Dios es la base para la reconciliación divina-humana. Profundamente compasivo con la humanidad, Cristo se identificó con los débiles y se expuso a sí mismo a los sufrimientos que vienen del pecado, principalmente sobre la cruz.

La fe se va generando, y despertando en los que miran el sacrificio. Son también arrastrados al círculo de sus auto-conciencias, compartiendo el sentido de filiación de Hijo, aliviándose de su sentido de la ira de Dios, y formando consciencia de la buena voluntad de Dios. Schleiermacher quería evitar la temática de la satisfacción vicaria, y de la ira divina. Para él la expiación fue principalmente la empatía con el pecador, la que fue suficientemente fuerte como para estimular una actividad redentora, y para absolver a todos los hombres gracias a su compañerismo vital. Es decir que buscando liberar a las doctrinas de la expiación del objetivismo, sobreenfatizó el aspecto subjetivo con la tendencia a hacer de nuestra pobre experiencia la medida de lo que Dios es.

Horace Bushnell, propuso el sacrificio sustitutivo, como el concepto clave para entender el sufrimiento y la muerte de Jesús. "Sustituto" no significa que Jesús hubiera cargado con los pecados en lugar nuestro para cumplir con la justicia de Dios sino más bien que se identifica con empatía con los seres humanos. Sufrió "sus adversidades y sus dolores" y tomó sobre sí "la carga de sus maldades".

El amor es un principio fundamentalmente sustitutivo en su propia naturaleza y así la cruz demuestra que Dios el Padre sufrió, "pues hay una cruz en Dios antes que el madero haya sido visto sobre el Calvario”.

5. L. H. DeWolf también subscribe la visión moral de la expiación.

6. Formas subjetivas o morales de explicación de la expiación son hoy sostenidas por comentaristas de la escuela liberal.

7. Hastings Rashdall sostiene esta visión en “la Idea de la Expiación” (1919).

8. El conocido himno “La Cruz Excelsa al Contemplar” (HB 109), de Isaac Watts, 1707, tiene mucho de esta teoría.

La Cruz excelsa al contemplar Do Cristo allí por mí murió, Nada se puede comparar A las riquezas de su amor.

Yo no me quiero Dios, gloriar Más que en la muerte del Señor. Lo que más pueda ambicionar Lo doy gozoso por su amor.

Ved en su rostro, manos, pies Las marcas vivas del dolor; Es imposible comprender Tal sufrimiento y tanto amor.

El mundo entero no será Dádiva digna de ofrecer. Amor tan grande, sin igual, En cambio exige todo el ser.


D. POSITIVO

1. Sostiene y enfatiza que la muerte de Jesús ocurrió como consecuencia del amor de Dios por los seres humanos pecadores y que es una revelación de ese amor divino. La obra salvífica de Jesucristo revela el amor de Dios y el amor de Cristo es (en efecto) el amor de Dios.

2. La teoría presenta con razón a Dios como Padre –que es el término y el concepto central de la enseñanza de Jesús- no como Engañador del Diablo, Señor Feudal o Juez Gobernante.

E. NEGATIVO

1. La teoría tiene un optimismo demasiado grande en el ser humano, debilita el concepto de pecado y el del juicio. Asume de manera muy optimista que nuestra voluntad no está realmente afectada por el pecado y que no se requiere castigo por el pecado. La teoría está basada en una concepción de la naturaleza humana bastante diluida y debilitada.

2. La teoría minimiza cualidades tales como la justicia, la santidad y la rectitud divina. La naturaleza de Dios es esencialmente amor. Tiene la tendencia a poner la fuerza en el amor de Dios, pero a expensas de la justicia. Obviamente el texto bíblico enseña que la justicia divina debe ser satisfecha, su santidad debe ser vindicada, y su ley debe ser honrada.

Atribuir mayor importancia a un atributo por sobre otro, crea una falta de balance en el ser de Dios. Es difícil decir que Dios es más santo que justo, o más justo que amoroso, etc.

3. La teoría niega la existencia de una base objetiva en el proceso de la expiación. La teoría reconoce, correctamente, que el gran amor demostrado por Cristo en sus sufrimientos y en su muerte, ejerce una poderosa influencia sobre los seres humanos para que se reconcilien con Dios. Pero, paralelamente, disminuye la extensión de ese amor, negando que los sufrimientos de Cristo estén también relacionados con la satisfacción de la justicia de Dios, lo que demanda que Cristo soporte sobre si mismo la pena por el pecado.

4. Esta visión localiza el poder efectivo de la expiación en la experiencia personal. Pero carece de objetividad, más allá de esta experiencia. Esta teoría olvida que no es sólo la humanidad la que necesita ser reconciliada sino primeramente la santidad de Dios. La única necesidad de reconciliación que descubre es en la naturaleza moral de la humanidad, pero falla en indicar por qué la justicia de Dios debe aplicar un castigo por nuestras faltas.

5. La teoría involucra en la expiación sólo algunos aspectos de la persona de Cristo descuidando algunos muy importantes. En realidad quien realiza la expiación no es sólo un ser humano ejemplar sino el Hijo de Dios enviado. Es cierto que la enseñanza humana de Cristo es clave, pero si no se muestra algo de su enseñanza trascendente, es difícil entender el significado y el valor de la muerte de Cristo. Hace de la vida el enfoque esencial de su trabajo, sin dar mucho valor a la muerte de Cristo.

6. En la Biblia Cristo sufre con la humanidad pero también sufre por la humanidad. Una premisa vicaria ignorada en la teoría.






V. SOCINIANA – EJEMPLO

A. DEFINICION

NOTA: no confundir o identificar la teoría de la influencia moral con la teoría moral. Son distintas y poseen ideas fundamentales diferentes.

La teoría sociniana sigue el siguiente razonamiento.

1. Socino vio a Cristo como un profeta y como un maestro que daba instrucción a sus alumnos sobre el mal, definido como ignorancia, y los bendecía con los beneficios del conocimiento. La muerte de Cristo era vista como un acto final de heroísmo moral, como un ejemplo único de paciente sufrimiento, el cual despertaba el arrepentimiento y la fe.

"Jesucristo es nuestro Salvador porque nos anunció el camino de la salvación eterna, la confirmó y en su propia persona, tanto por medio del ejemplo de su vida como por su resurrección, la mostró claramente (la vida eterna), y la brindará a los que tenemos fe en él".

La teoría sociniana tiene una visión adopcionista de Jesús como un profeta humano elegido por Dios para ser su Hijo. Los socinianos creyeron que en su vida y en su muerte Jesús modeló la vida moral que Dios espera de la vida humana. Jesús es un ejemplo de resistencia obediente hasta la muerte, ejemplo que inspira a las personas a perseguir su auto-reforma. Socino decía: “Cristo quitó los pecados porque El atrae por medio de promesas celestiales y es fuerte para mover a todos los hombres a la penitencia mientras que los pecados son destruidos. El arrastra a todos los que no han perdido la esperanza de dejar sus pecados y de abrazar celosamente la rectitud y la santidad”. A medida que los pecadores se arrepienten y luchan por vivir moralmente, experimentan el perdón de Dios. Socino creía que la muerte de Cristo fue un estadio preliminar al evento crucial de su exaltación al Cielo, allí, en el mundo celestial, tomó el oficio sacerdotal y ofreció un verdadero sacrificio, lo que constituye su representación de los creyentes delante del Padre.

Jesús es nuestro Mediador "no porque apacigüe a un Dios airado con los hombres, sino porque Dios lo utiliza como anunciador e intérprete".

2. Para los Socinianos la muerte de Jesús cumple dos necesidades humanas:

a. Primero, cumple la necesidad de ser un ejemplo de aquel amor total hacia Dios que debemos mostrar si queremos experimentar la salvación. Jesús amó a Dios de manera tan completa que estaba dispuesto a morir, si fuera necesario, por los principios del Reino de Dios.

b. Segundo, la muerte de Jesús nos da inspiración. El ideal de amor total por Dios es tan alto que parece inasequible. La muerte de Jesús es prueba de que tal amor está dentro de la esfera de la realización humana. ¡Lo que pudo hacer, nosotros también podemos hacerlo! Probablemente no vamos a tener que atravesar la clase de muerte que El sufrió, pero podemos estar seguros de que somos capaces de soportar lo que un compromiso total por Dios nos demande.

3. Además, "la fe no es la creencia en que por la muerte de Cristo nuestros pecados sean borrados, sino más bien el obedecer a Cristo y a Dios y el creer lo que Cristo enseñó" La conducta de Jesús, de noble mártir, virtuosa y amorosa, tanto en la vida como en la muerte, nos muestra cómo debemos amar a Dios y cómo debemos amarnos unos a otros, y nos muestra cómo podemos convertirnos y reconciliarnos con Dios. Es decir que el efecto del trabajo de Cristo es cambiar las relaciones de Dios con el ser humano, lo que asegura un cambio en la relación del ser humano con Dios. En esto consiste realmente la reconciliación. Con todo, en Cristo como el substituto del ser humano, la humanidad se aproxima a Dios representativamente sufriendo por el pecado y arrepintiéndose del mismo. “El es un individuo, pero un individuo relacionado vitalmente a cada ser humano. El prefirió ser llamado el Hijo del Hombre. Pablo ve en El la Cabeza de la humanidad, el segunda Adán”. 4. Al conocer los sufrimientos y la muerte de Cristo, el ser humano es conducido al arrepentimiento. “El castigo y las consecuencias del pecado hacen real, tanto el aborrecimiento del pecado que tiene Dios, como la rectitud de la ley. Los sufrimientos y la muerte de su único Hijo, también ponen en evidencia el odio que Dios tiene hacia el pecado, y la rectitud de la autoridad de la ley; por lo tanto el castigo no necesita ser exigido”.


B. TEXTOS.

1 Pedro 2: 21.

C. AUTORES

1. Laelius Socinus (1525-1562) y su sobrino Faustus Socinus (1539-1604).

2. Ritschlianos de izquierda: Adolf Harnack

Para los ritschlianos de izquierda Jesús era considerado un creyente en Dios el Padre y un mártir por su pueblo.

Si Jesús murió como mártir, entonces presumiblemente los seres humanos son salvados al seguir su ejemplo de obediencia a la voluntad de Dios aun hasta la muerte.

No solamente los ritschlianos de izquierda, sino también el protestantismo liberal en general, ha tendido a enfatizar la vida de Jesús y a minimizar el aspecto salvífico de su muerte, mientras que los protestantes más conservadores han tendido a enfatizar la muerte de Jesús y a minimizar la importancia de su vida. 3. La Nueva Teología, de la cual Andover es una de las más prominentes. Ver la serie de artículos sobre la “Progressive Orthodoxy”, publicados en los cuatro volúmenes de 1885 en la revista Andover Review.

D. POSITIVO

1. Subraya la muerte de Jesús como un ejemplo para los cristianos.

2. Ofrece un modelo extraordinario de confesión y arrepentimiento por el pecado.

Claro que hay que ver qué se quiere decir cuando se habla de ser un ejemplo. El uso que hace el Nuevo Testamento de la muerte de Jesús como ejemplo no es el significado central de su cruz, sino más bien la consecuencia de su cruz. “La cruz no puede ser mi ejemplo, a menos que sea primero mi redención”.


E. NEGATIVO

1. Esta teoría tiene escaso fundamento bíblico para su concepción de la naturaleza del pecado.

2. Descuida la santidad y la justicia de Dios.

3. Desplaza el énfasis sobre la obra salvífica de Cristo desde su muerte hacia su doctrina, sus milagros y/o su resurrección. La teoría cree que la vida y la muerte de Cristo fueron sólo ejemplos para nosotros de la manera en que deberíamos vivir y someternos a Dios. Hay poco énfasis en la obediencia activa y pasiva como el fundamento de la salvación.

Esta aproximación a la expiación tiende a ver la muerte de Cristo como apenas un poco más que la muerte de un mártir noble. Lo que redime es finalmente un poco más que su ejemplo humano de fidelidad al deber, incentivando la respuesta moral. Lutero decía que es como llegar hasta un punto del camino donde el camino se acaba y hay sólo agua; si en ese momento alguien nos señalara el lugar en donde está la meta no nos serviría de mucho si no nos ayudaran a cruzar.

Los seres humanos necesitan no sólo la instrucción, sino ser perdonados de sus pecados. Necesitan no sólo ser iluminados sino ser redimidos del pecado, porque no son sólo ignorantes sino corruptos, no son sólo finitos sino pecadores, y no son sólo aquellos que se sienten culpables, sino que son efectivamente culpables.

4. La teoría muestra poca evidencia de la forma en que Dios aborrece al pecado, aunque obviamente demuestra su deseo de que el ser humano no persista en el mismo. El pecado es una gran calamidad, no un mal atroz.

5. No provee una explicación adecuada de los impresionantes sufrimientos y de la agonizante muerte de Jesús. La angustia y el abandono por parte del Padre son insuficientemente explicados, si uno se basa en la hipótesis de que Cristo murió como un mero testigo de la verdad. Muchos testigos no tuvieron un Getsemaní. La teoría reconoce que el pecador merece castigo, pero el castigo no es cargado por Cristo. Todo lo que Cristo hace es sufrir, pero los sufrimientos y la muerte no son reconocidos como castigo soportado en lugar del pecador. No hay ninguna transferencia sobre Cristo de la culpa del pecado del ser humano. Cristo no es un substituto que carga la pena por el pecado, es sólo un substituto que representa a la humanidad en su aproximación a Dios en la confesión del pecado y en su arrepetimiento por el pecado. Los sufrimientos y la muerte no quitan el pecado, ni hacen expiación por él. Cristo es el gran confesor y el penitente en lugar de los seres humanos.

Vale decir que la teoría niega el aspecto sustitutivo de la obra salvífica de Cristo y tiende a no explicar cómo los seres humanos son liberados de la culpa del pecado.

6. Presenta al arrepentimiento como una causa efectiva de la salvación y no como una consecuencia de la expiación. La salvación ocurre en parte por gracia y, en parte, por obras.

7. Socino reconocía la concepción virginal, la vida santa y el gobierno de Jesucristo sobre todas las cosas, y consideraba a Jesús como la "segunda" "causa de nuestra salvación". Pero la cristología de Socino incluía la negación de la naturaleza divina y del carácter único de la filiación de Jesucristo. No obstante, la teoría ejemplar ha sido sostenida sin la negación de la divinidad de Cristo.

8. La actitud de Socino hacia Cristo era un término medio imposible. Por un lado, Cristo debía ser adorado, pero por el otro lado Cristo era solamente un hombre.

9. En algunos autores como Adolf Harnack, el Evangelio tal como Jesús lo proclamó, pareciera tener que ver solamente con el Padre y no con el Hijo.

10. Si la muerte de Jesús fuera solamente el deceso de un mártir humano, entonces la cruz no personificaría la actividad redentora de Dios. Su muerte puede tener valor excepcional para nosotros porque El era una persona excepcional. El valor del sufrimiento y de la muerte de Jesús dependen no sólo de su humanidad sino de su divinidad.


VI. GUBERNAMENTAL

A. DEFINICION

La teoría gubernamental argumenta de la siguiente manera:

1. Dios es un ser muy santo y recto, quien estableció ciertas leyes. El pecado es una violación de estas leyes. Las violaciones de la ley, con todo, no deben pensarse como ataques a la persona de Dios como un ser individual privado, sino como ataques a su condición de gobernador y administrador de la ley. Por lo tanto, Dios gobernador tiene el derecho a castigar el pecado, porque el pecado es inherentemente merecedor de castigo.

Hugo Grocio fue el primero en exponer la teoría gubernamental de la expiación. Grocio vio a Dios como un gobernador del mundo que preserva su gobierno moral. Su texto bíblico clave era Isaías 42: 21.

Intentó un terreno medio entre los socinianos y los reformadores calvinistas. Contra los sociniamos decía que Dios exige el castigo por el pecado, para mantener el orden moral del universo. Contra los Reformadores insistió en que Cristo no cargó con toda la culpa del pecado humano, y no propició por la ira de Dios.

Grocio mantuvo que la muerte de Cristo fue una ofrenda real hecha a Dios. Y una ofrenda que muestra la justicia divina. A pesar de esto el amor divino modificó las demandas de una justicia estricta y por lo tanto Dios no necesitó exigir la completa penalidad por el pecado. La ofrenda de Cristo puso a Dios favorable para perdonar los pecados y para restablecer el compañerismo de los pecadores. Dios pudo haber relajado su ley y no castigar a Cristo, pero esto no hubiera logrado la máxima disuasión para futuros pecados. Este es el componente subjetivo de la expiación. Para Grocio el castigo infligido a Cristo es ejemplar y comunica el odio de Dios hacia el pecado e introduce el miedo en el corazón de las personas para que deseen dejar el pecado y buscar la reforma. Grocio argumentaba que Dios se propuso usar los tormentos de Cristo para crear un ejemplo contra las faltas tremendas de todos nosotros.

Dios ha elegido hacerlo de una manera tal que manifieste al mismo tiempo su clemencia y su severidad. Dios puede perdonar el pecado, pero también puede tomar en consideración el interés de su gobierno moral.

2. La muerte de Cristo fue por interés en la humanidad. Si se diera el perdón de sus pecados demasiado libremente, hubiera resultado en una disminución de la efectividad y la autoridad de la ley. Fue necesario, por lo tanto, tener una expiación que proveyera las bases para el perdón y simultáneamente retuviera la estructura del gobierno moral. La muerte de Cristo sirve para cumplimentar ambos fines.

La muerte de Cristo no fue un castigo, por el contrario, hizo que el castigo fuera innecesario. De hecho ninguna pena puede ser atribuida o transferida a Cristo, porque el castigo no puede ser transferido de una persona a otra. El castigo es personal para el individuo. Si pudiera ser transferido, la conexión entre el pecado y la culpa sería cortada.

El sufrimiento de Cristo, por lo tanto, no fue un soporte vicario de nuestro castigo, sino una demostración del odio de Dios por el pecado, una demostración que intenta inducir en nosotros horror por el pecado. Cuando nos volvemos del pecado, podemos ser perdonados. Por lo tanto, aunque no haya castigo, la justicia y la moralidad son mantenidas.

3. Al describir la muerte de Cristo, Grocio usa el término "substitución penal". No significa que la muerte de Cristo fuera una pena que cae sobre él como un substituto de la pena que debe aplicarse por los pecados de la humanidad. Lo que Dios hizo a través de la muerte de Cristo fue demostrar el sufrimiento que la justicia de Dios requerirá de nosotros si continuamos en pecado. Al subrayar la seriedad de quebrar la ley de Dios, y la atrocidad del pecado, la demostración de la justicia de Dios es tanto más impresionante en vista de quien es Cristo.

Los sufrimientos y especialmente la muerte de Cristo fueron sacrificiales, no fueron el castigo de la ley sino un significado equivalente al mismo, eran representativos del mismo y un substituto por ese castigo.

El sufrimiento del Cristo traspasado es suficiente para disuadirnos del pecado. Si nos volvemos del pecado, podemos ser perdonados y el gobierno moral de Dios preservado. Debido a la muerte de Cristo, por lo tanto, es posible para Dios olvidar los pecados sin una caída de la fibra moral del universo.

Dios entregó a su Hijo al sufrimiento y a la muerte para demostrarle a la humanidad que el pecado no le es indiferente.

2. Dios, desea bendecir a los seres humanos y hacerlos felices, pero no puede hacerlo debido al merecido castigo eterno a raíz del pecado.

Pero como no es injusto ser castigado por otro, no fue una injusticia que Dios utilizara los “tormentos” y la muerte de Jesús “para establecer un importante ejemplo en contra de la inmensa culpa de todos”.

Si Dios aceptara la impunidad, debilitaría el concepto del pecado con sus implicancias y consecuencias.


B. TEXTOS.

Isaías 42: 21


C. AUTORES.

1. Algunos Padres de la Iglesia trabajaron la idea del gobierno divino del universo, por ejemplo Gregorio de Nacianzo (330-390). También Atanasio habló de los problemas divinos en cuanto al gobierno.

2. Pero fue Hugo Grocio (1583-1645), abogado y teólogo, el primero en sistematizar la idea de la teoría gubernamental de la expiación, en su libro sobre los Socinianos.

3. Defensores del movimiento arminiano sostuvieron la teoría gubernamental: Jacobo Arminio (1560-1609); Episcopius (1583-1643); Curcellaeus (1586 1659); Limborch (1633-1712). Fuera de Holanda el arminianismo ejerció influencia en Francia, Suiza, Alemania, Inglaterra, y en Estados Unidos. Influyó en denominaciones como el Metodismo. Arminio afirmó: “Cristo murió por todos los hombres y por cada individuo”. Deseando que nadie perezca en sus pecados, Dios derramó gracia previniente universalmente y esto dio su salvación a todos, a través de la proclamación del Evangelio en todo el mundo.

4. También sostuvieron esta idea: La Nueva Teología de Inglaterra; Jonathan Edwards (1703-1758); su hijo (1745-1801); Nathaniel Emmons (1745-1840); Caleb Burge (1782-1838); N.W. Taylor (1786-1858); C. G. Finney (1792-1875); muchos Congregacionalistas, la Nueva Escuela Presbiteriana, y otros grupos dentro de la línea de la llamada Teología Americana.

5. En el siglo XIX el teólogo metodista John Miley en su Atonement in Christ y en su Systematic Theology rechazó la satisfacción penal que habían sugerido los reformadores. Miley creía que la soteriología wesleyana excluía la teoría de la satisfacción, y requería la gubernamental como la única teoría consistente consigo misma. Más recientemente el teólogo nazareno. J. Kenneth Grider en su obra de 1994 , A Wesleyan-Holiness Theology, también sostiene la teoría gubernamental.

D. POSITIVO.

1. Concibe a Dios como Soberano benevolente del universo, idea descuidada en los conceptos de Dios de Anselmo y Calvino. Enfatiza que “Dios quien es santo amor, perdona de tal manera que en el perdón hace que el pecado se nos torne detestable”.

2. Retuvo las ideas de la sustitución y del sufrimiento voluntario de Cristo.

3. Abandonó, acertadamente, la idea de poder medir con exactitud la responsabilidad por los pecados y el grado exacto de desmerecimiento del pecador.

4. La teoría enfatiza la seriedad del pecado. Es una teoría que media entre los elementos objetivos (la expiación es vista como satisfaciendo las demandas de la justicia) y los elementos subjetivos (la muerte de Cristo es vista como la que disuade de pecar al imprimir sobre el pecador la gravedad de lo que está involucrado en el pecado). Provee un terreno medio entre los socinianos y la satisfacción, combinando tanto la influencia moral como las metáforas transaccionales.

6. Lo fuerte de la teoría es su resistencia al antinomianismo, es decir, está preocupada por mostrar que la misericordia divina y el perdón no conducen a una irresponsabilidad moral. La muerte de Cristo manifestó justicia más que expiación, ofreciendo un ejemplo penal que sirve para detener el pecado.

E. NEGATIVO

1. La teoría carece de un fundamento bíblico explícito (pese a que Grocio citó textos bíblicos y otros incluyeron Isaías 42: 21).

2. La teoría presenta a Dios como injusto porque enseña que El castigó a una persona

con el mero propósito de impresionar a otros. Además, Pecota indica que la “teoría no puede explicar la razón de elegir a una persona sin pecado para demostrar el deseo que tiene Dios de mantener la ley”.

3. Erickson supone que la teoría gubernativa aunque tiene un elemento objetivo, es principalmente una teoría subjetiva, porque el principal impacto cae sobre el hombre, por medio de la fuerza disuasiva.

El perdón descansa sobre la base del arrepentimiento y no sobre una base objetiva. La teoría no reconoce el hecho de que Dios de forma real y objetivamente, purgó al pecado en la cruz, y por eso fracasa en ver a la cruz como trabajo ya finalizado y objetivo, y busca agregar el arrepentimiento humano como necesario para la salvación.

4. El castigo por el pecado se debe a la intención de buscar el bien del universo, tal como ocurriría bajo el gobierno de Dios, pero no porque el pecado merezca castigo como pecado en sí. La necesidad moral es sacrificada por la conveniencia administrativa.




VII. SACRIFICIO

A. DEFINICION

La teoría del sacrificio sigue el siguiente razonamiento:

1. Basándose en la epístola a los Hebreos, la tradición interpretó la muerte de Cristo como sacrificio expiatorio de nuestras iniquidades:

“Aunque no hubiese cometido injusticia alguna y en su boca jamás hubiese mentira”. Isaías 53:9 Jesús “fue castigado por nuestros crímenes” (Isaías 53: 5) “Muerto por el pecado de su pueblo” (Isaías 53: 8) “Ofreciendo su vida en sacrificio expiatorio” (Isaías 53: 10)

2. El modelo se extrae de la experiencia ritual y cúltica de los sacrificios en los templos.

3. En el texto bíblico, las ideas del sacrificio y las de la substitución vicaria estaban íntimamente conectadas. A través de la muerte de animales sin mancha, los pecadores eran salvos de la muerte. La muerte de la víctima era vicaria, es decir, era en lugar de la gente. Era expiatoria porque removía ceremonialmente su pecado como un obstáculo para la relación humana-divina, y era propiciatoria porque podía traer a Dios más cerca.

En el texto bíblico se muestra también la ofrenda sacrificial de Cristo. Se enseña que sólo la sangre de Cristo pudo ser suficiente para que los pecadores pudieran ser perdonados.

La esencia del sacrificio está en la muerte de la víctima entregada voluntariamente. Jesús se entregó voluntariamente a sí mismo por los pecados del mundo, y su sangre fue derramada por muchos (Marcos 14: 24). La sangre de Cristo significa su vida ofrecida a Dios, en nombre de los pecadores. Dios es quien recibe el sacrificio y es el que ofrece la reconciliación. Jesús es tanto el sacerdote que ofrece el sacrificio, como también el sacrificio mismo ofrecido. Es que es tanto el que ofrece la ofrenda, como la misma ofrenda.

Dice Agustín en Confesiones: “Por nosotros se hizo ante ti vencedor y víctima, y por eso vencedor, por ser víctima; por nosotros sacerdote y sacrificio ante ti, y por eso sacerdote, por ser sacrificio, haciéndonos para ti de esclavos hijos, y naciendo de ti para servirnos a nosotros”.

Por cierto como señala la Epístola a los Hebreos el sacrificio de Cristo fue hecho de una vez y para siempre, y esto concluye con el sacrificio de los animales.

4. Ningún sacrificio humano conseguía por sí mismo aplacar definitivamente la ira divina. La encarnación creó la posibilidad de un sacrificio perfecto e inmaculado que fuese capaz de conseguir la total complacencia de Dios.

5. Jesús aceptó libremente el ser sacrificado representando a todos los hombres ante Dios a fin de conquistar de ese modo el total perdón divino.

6. En cierto modo, la ira divina se vació con la muerte violenta de Jesús en la cruz y de esa manera se aplacó. Jesús soportó como expiación el castigo por el pecado del mundo.

7. Frederick Hicks creyó que la concepción dominante del sacrificio era la vida, su recuperación, elevación y comunicación.

8. Vincent Taylor rechazó la teoría de la influencia moral por no tener ésta un fundamento en los dichos de la Pasión de Jesús. Consideró que el "sufrimiento penal" era "ético y espiritual" más que "jurídico". Descartó la teoría de la expiación eterna. Propuso la teoría del sacrificio porque "une a varias ideas que están implícitas en los dichos de la Pasión”.

El objetivo del sacrificio es la comunión restaurada. Su medio es una ofrenda representativa. Su condición espiritual es la actitud del adorador. Su razón fundamental es el ofrecimiento de la vida. Su culminación es compartir la vida ofrecida por medio de la santa cena.

El Siervo Sufriente de Isaías y no "el sistema judío de sacrificios" fue la fuente primaria de la comprensión que tuvo Jesús de sí mismo en su Pasión.

El sacrificio de Jesús tiene "un valor moral y espiritual" sin par, y no está limitado con respecto al tiempo o al lugar.

El sacrificio de sí mismo por parte de Jesús incluye tres aspectos:

Su perfecta obediencia a la voluntad del Padre Su perfecta sumisión al juicio de Dios sobre el pecado Su perfecta penitencia por los pecados de los hombres.

Esta ofrenda, cuando se la recibe por fe, se torna el vehículo del acercamiento del pecador a Dios. No hace innecesaria su obediencia. Más bien la posibilita. Según Taylor, la muerte de Jesús puede ser identificada correctamente como "representativa y en sacrificio".



B. TEXTOS.

La epístola a los Hebreos. Isaías 53: 5-10.

C. AUTORES.

Frederick Hicks Vincent Taylor

D. POSITIVO.

1. El sacrificio es aquella donación de si que cuesta y resulta dificultosa. La idea de sacrificio es muy profunda dentro de la existencia humana. Sin la actitud interior sacrificial, el sacrificio exterior se vuelve algo vacío.

Para Leonardo Boff la vida humana posee ontológicamente una estructura sacrificial. Está estructurada de tal manera que sólo es verdaderamente humana aquella vida que se abre a una comunión, que se autodona, muere a sí misma y se realiza en el otro. Sólo en esa donación y sacrificio puede salvarse (Juan 12: 24-25).

2. Cristo fue el sacrificio por excelencia pues fue un ser-para-los-demás hasta el extremo. No sólo su muerte fue sacrificio sino toda su vida ya que toda ella fue una entrega.

3. La doctrina unifica los diversos elementos de la enseñanza del Nuevo Testamento al conectar el ministerio representativo de Cristo con la apropiación de sus beneficios por parte de los creyentes por la fe, y porque responde bien a las necesidades de la predicación, la adoración, la devoción y el servicio cristianos.


E. NEGATIVO

1. En la época en que existía una base sociológica para los sacrificios cruentos y expiatorios, como sucedía en la cultura romana y en la judaica, este modelo era perfectamente comprensible. Pero luego se fue requiriendo una reelaboración y una reinterpretación.

El mismo Jesús plantea su insistencia en la misericordia y bondad, justicia y humildad más que en los sacrificios y holocaustos (Marcos 7: 7; 12: 33; Hebreos 10: 5-8). Dios no quiere cosas de parte de los hombres, quiere a los hombres en si mismos, su corazón y su amor.

2. El aspecto vindicativo y cruento del sacrificio no es compatible con la imagen del Dios Padre que nos reveló Jesucristo.

3. Además, el verdadero sacrificio consiste en abrirse a El y entregarse filialmente. Como dice Boff, cada uno es sacrificio en la medida en que se autodona y acoge la mortalidad de la vida, se sacrifica, se desgasta, pone en juego su existencia, su tiempo y sus energías a fin de crear una vida más liberada hacia el otro y hacia Dios (Romanos 12: 1).

4. Al rechazar la sustitución penal mientras intenta retener el sufrimiento penal, Taylor en realidad ha eliminado un elemento de la enseñanza del Nuevo Testamento.

5. Pareciera que Hicks se interesara más en vindicar el concepto de la eucaristía entendida como sacrificio que en explicar el hecho de que gracias al sacrificio de Jesucristo los seres humanos se reconcilian con Dios.

6. Culpepper duda de que la teoría del sacrificio “por sí sola sea adecuada para expresar la riqueza del significado de la expiación”.


Referencias

  1. Levítico 17:11
  2. Levítico 12:6
  3. Evangelio de Marcos 9:12 y 10:32-34
Obtenido de "Expiaci%C3%B3n (religi%C3%B3n)"

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