- Fayón
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Fayón
Fayón
Bandera
EscudoPaís España • Com. Autónoma Aragón • Provincia Zaragoza • Comarca Bajo Aragón - Caspe / Baix Aragó Casp. Ubicación • Altitud n/d Superficie 67,19 km² Población 436 hab. (INE 2008) • Densidad 6,49 hab./km² Gentilicio Fayonense, sa
Fayonero, raAlcalde (2007) Jose Arbones Vicente Sitio web http://www.fayon.es/ Fayón (Faió en catalán de la Franja)[1] es un municipio de España, en la provincia de Zaragoza, Comunidad Autónoma de Aragón. Tiene un área de 67,19 km² con una población de 436 habitantes (INE 2008) y una densidad de 6,49 hab/km².
Contenido
Demografía
Evolución demográfica 1991 1996 2001 2004 439 392 396 395 Historia
La imposibilidad de acometer prospecciones arqueológicas en el antiguo asentamiento fayonense a partir de su inundación en la segunda mitad de la década de los 60 del pasado siglo XX, ha privado a los historiadores de elementos de interpretación de su pasado histórico que, por el contrario, sí fueron viables en otras poblaciones y territorios de su entorno (tanto del Bajo Matarraña como del Bajo Cinca o del propio Bajo Ebro aragonés). Ello significa que, hasta la aparición las primeras menciones históricas documentadas –coincidentes con el inicio de la llamada Reconquista cristiana de la zona-, toda las posibilidades de dar con sus señas de identidad se reduzcan a las conjeturas que permiten lo ya sabido genéricamente para la gran comarca en la que se asentó el primitivo Fayón, de una parte, y, de otra, a la luz que puede arrojar el origen de su topónimo. Respecto de la primera línea de conjetura histórica, parece obvio que el primitivo asentamiento humano en el futuro solar fayonense debió coincidir con el de otros lugares del Matarraña inferior, hoy demostradamente habitados de forma más o menos estable por el hombre a partir, cuando menos, del Paleolítico Inferior. A partir de ese momento, cuevas, abrigos o pequeñas llanuras elevadas sobre el cauce del Ebro –y aun del propio Matarraña, de parecida irregularidad a la del gran rio peninsular- fueron pobladas de forma estable por distintos pueblos o civilizaciones, conscientes del peligro pero también de las indudables ventajas estratégicas de un enclave situado a orillas de una gran vía navegable (el Ebro) en su confluencia con la vía natural de enlace con el Maestrazgo a través del valle del Matarraña.
Esa circunstancia geoestratégica permite asegurar, con escaso riesgo de error, que el primitivo Fayón fue tempranamente poblado e, incluso, fortificado. Las fuentes clásicas grecolatinas sitúan el solar fayonense en el punto de tangencia entre tres grandes pueblos o etnias prerromanos, los tres de origen ibero: los sedetanos -asentados entre el Huerva y el Matarraña, con ciudades principales el Sulduie (Zaragoza) y Azaila-, los ilercavones, dominadores de un amplio territorio entre el Matarraña y Tirika (Tortosa) y los ilergetes, dueños y señores de la comarca situada al otro lado del Ebro, desde Osca (Huesca) hasta Ilerda (Lérida). Tanto por su situación, en el punto de confluencia de la vía natural de contacto entre los accesos al Maestrazgo a través del valle del Matarraña y el gran camino navegable del Ebro, como por su proximidad a la confluencia del Ebro con los valles de Cinca y del Segre (accesos naturales a las Galias, a Aragón y a Cataluña), la comarca fayonense fue escenario frecuente de pugnas y enfrentamientos por su dominio y control, al menos desde los tiempos de la rivalidad incipiente entre cartagineses y romanos. La total romanización de todo actual Bajo Ebro aragonés es sin duda temprana, como temprana debió de ser la ocupación musulmana de todo el territorio bajoaragonés a partir del año 714. A los romanos debería toda la comarca la intensificación del cultivo de la llamada “tríada mediterránea” (vid, olivo y cereal) mientras los musulmanes introdujeron notables mejoras en las obras de regadío (norias, azudes, canales, etc.). La más reciente historiografía ha venido a demostrar que toda la gran comarca de Fayón –al igual que la de Mequinenza- fue muy pronto dominada por miembros de la etnia norteafricana de los beréberes, a diferencia de otros territorios ribereños del Ebro, que lo fueron por pueblos o tribus de origen yemení. Y hoy parece demostrado documental y etimilógicamente que fue la familia o tribu beréber de los Hayyun la que dio origen al actual topónimo de Fayón. Así las cosas, esta tesis –apoyada por el criterio de arabistas como el insigne aragonés Miguel Asín y Palacios o el no menos prestigioso lingüista catalán Joan Coromines- aconseja aparcar otras hipótesis hoy prácticamente insostenibles, como la procedencia egipcia o bíblica del topónimo o su atribución a la no demostrada existencia de una gran haya (“faig” en catalán) en el lugar donde se levantó el primitivo Fayón. Es, como se señala más arriba, en el momento de la Reconquista cristiana del Bajo Ebro cuando el topónimo de Fayón (que aparece mencionado documental y aun cartográficamente bajo diversas variantes a lo largo del tiempo, como Badón, Fayo, Faio, Hayon, etcc.) adquiere categoría de naturaleza documental. En concreto, será con motivo de la campaña reconquistadora de Alfonso I el Batallador cuando, en el año 1133, Fayón pase –bien que temporalmente, puesto que será pronto recuperada por los musulmanes- a manos de los cristianos.
Tras la muerte de Alfonso I, los almorávides recuperaron el dominio de todo el Bajo Ebro y el Bajo Matarraña, hasta la definitiva conquista cristiana de la zona por las tropas de Alfonso II a partir del año 1166. Muy probablemente, tras su reconquista, todo el Bajo Matarraña, incluido Fayón, pertenecieron durante un corto período de tiempo a la encomienda de Alcañiz de la Orden de Calatrava. Luego, al prosperar paulatinamente el avance cristiano hacia la desembocadura del Ebro, toda la gran comarca del actual Bajo Cinca y del Bajo Ebro aragonés pasó a las vastas posesiones de la todopoderosa familia de los Moncada. Posteriormente, siguiendo la evolución de la propia familia nobiliaria, Fayón pasaría a depender del conocido como Marquesado de Aytona, décadas después emparentado con los Duques de Medinaceli, señorío del que dependió Fayón y todo su término hasta su venta a la familia catalana Rius a mediados del siglo XIX. La segunda mitad de dicha centuria y la primera de la siguiente (es decir, del pasado siglo XX) marcan el periodo de máximo despegue y de prosperidad económica de los fayonenses, hasta los inicios de las obras del pantano de Ribarroja (Tarragona). Desde el punto de vista estrictamente histórico, la estratégica situación de Fayón se tradujo en numerosos y negativos episodios tanto a lo largo del XIX (las llamadas Guerras Carlistas y, en especial, durante la primera) como en el transcurso de la Guerra Civil (1936-1939). Durante esta última, Fayón y su entorno fueron escenario de los duros combates librados en las primeras semanas de la conocida como Batalla del Ebro, iniciada el 25 de julio de 1938, hoy aún rastreable a través de las numerosas trincheras y casamatas de los alrededores. Pero si negativos fueron Fayón estos episodios históricos, las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX propiciaron, por el contrario, algunas circunstancias económicas de decisiva influencia para los fayonenses. La primera de ella fue, sin duda, la progresiva explotación de los lignitos de la cuenca Serós/Mequinenza/Fayón provocada por la llamada “revolución del vapor”, necesitada de ingentes cantidades de carbón mineral. En ese momento, Fayón prospectó las formaciones carboníferas existentes dentro de su término municipal, pero su más decisiva aportación a la puesta en valor económico de toda la comarca se apoyó en dos circunstancias fundamentales. La una fue la llegada del ferrocarril a Fayón en febrero de 1892, como un hito más en la línea férrea de Madrid a Barcelona por Zaragoza y Caspe (gestionada en origen por la empresa “T.B.F.”, luego por la famosa “M.Z.A.” -la conocida como “línea de los directos”- y, finalmente, por “RENFE”. La otra gran circunstancia decisivamente favorable fue la ancestral tradición navegante de los fayoneneses. Ello y la disposición de una nutrida flotilla de “llauts” en la localidad –la más numerosa del Ebro- permitió que, en los momentos de máxima demanda de lignito en los mercados nacionales y aun internacionales (como sucedió, en especial, durante la I Guerra Mundial), tanto la flotilla local de “llauts” como su espacioso cargadero unieran su valor para propiciar épocas de auténtica e irrepetible prosperidad.
Sin embargo, la siguiente etapa industrial, la llamada “revolución del kilowatio” supondría, por el contrario y paradójicamente, la muerte irreversible del primitivo y más que milenario Fayón. En la primera década del pasado siglo XX, algunas empresas hidroeléctricas pusieron sus ojos en los ríos pireranaicos y aun en el propio Ebro como apetecible fuente energética para un país que comenzaba a industrializarse en profundidad. Una de esas empresas fue la famosa “La Canadiense”, la poderosa multinacional fundada por el norteamericano F.S. Pearson, que proyectó en 1914 un gran embalse en el Bajo Ebro aragonés, con presa aguas arriba de Fayón. La muerte accidental de Pearson al año siguiente al torpedear un submarino alemán el transatlántico (el “Lusitania”) en el que regresaba a Estados Unidos, aparcó el proyecto. Este fue de nuevo retomado tras la Guerra Civil por el propio Estado, especialmente tras la creación del Instituto Nacional de Industria (I.N.I.). Este organismo oficial de Estado, tras desechar otras propuesta o alternativas de regulación (como, entre otras, las de FECSA o EIASA) que no inundaban Fayón ni su término, encargó a la empresa hidroeléctrica ENHER, de capital absolutamente mayoritario del propio Estado a través del I.N.I., los proyectos de Mequinenza y de Ribarroja, acometidos ambos con numerosas irregularidades administrativas y aún con diversas deficiencias técnicas a partir de la década de los 50 del pasado siglo. El desacuerdo de la mayoría de los fayonenses con las formas de actuación de la empresa y de la Administración y el incumplimiento de numerosas de las condiciones pactadas en origen entre las partes, condujo a una notable contestación vecinal e, incluso, a acciones de resistencia al abandono de las casas de Fayón. Todo ello se tradujo en una repentina y enérgica decisión de proceder a la inundación del Fayón secular pretextando una notable crecida del Ebro que, se dijo entonces, puso en peligro la integridad de la presa de Mequinenza. De ese modo, entre el 18 y el 22 de noviembre de 1967, todo el caserío y las calles de Fayón quedaron sepultados bajo las aguas del pantano de Ribarroja, salvándose tan sólo del “naufragio” –como hoy se puede evidenciar con todo su patetismo- la parte superior de la torre de la iglesia parroquial. El censo fayonense se acercaba entonces a los 2.000 vecinos. Hoy son alrededor de 400 los vecinos que viven y trabajan de forma estable y aun con notable esfuerzo en nuestra localidad. Porque, por encima de todo y pese a todo, Fayón y los fayonenses creen firmemente en la necesidad y en las posibilidades de crear los fundamentos de esperanza en su propio futuro.
Fiestas y eventos
Durante todo el año, se celebran diversas fiestas y romerías tradicionales que cuentan con una gran aceptación por parte de los vecinos y visitantes
- San Sebastián Patrón de Fayón.
- Se celebra los días 19 y 20 de Enero. Tras el encendido de la hoguera (protagonista de la fiesta), se obsequia a todo el público presente con el tradicional resopo. El día 20 las Autoridades acuden a la Iglesia donde sacan al patrón a hombros y después asisten al tradicional Vermouth. La velada finaliza con la música de la orquesta.
- Santa Agueda Patrona de las mujeres.
- Se celebra el día 5 de Febrero. La fiesta la organizan todos los matrimonios que se han casado durante el año anterior. La víspera se enciende la hoguera, el día de la festividad se saca en procesión a la imagen de Santan Águeda y luego se bendicen y se ofrecen las tradicionales cocas de Santa Águeda con forma de tetilla.
- Semana Santa
- Retumban los tambores, bombos y cornetas de la Cofradía Del Santo Entierro. Empiezan el Domingo de Ramos con la procesión y la bendición de los nuevos cofrades. Continúa el Miércoles Santo con la procesión del Encuentro, con los pasos del Nazareno y Nuestra Señora de los Dolores. El Jueves Santo se realiza la Rompida de la Hora anunciando la muerte del Señor, y el Viernes Santo finalizan los actos con la procesión del Santo Entierro, con los pasos del Nazareno, el Cristo y Nuestra Señora de los Dolores.
- San Jorge
- El día 23 de Abril celebramos la festividad de San Jorge, Patrón de los Llanos de Fayón. Se oficia misa en la Ermita y después se procede al reparto del tradicional “panet beneit”. Después, la Corporación Municipal ofrece a los asistentes un vino español. Acto seguido, la gente se va a comer bajo la sombra de los pinos de San Jorge, pasando un fantástico día de campo.
- Quintos y Quintas
- Se celebran el primer fin de semana de Mayo. Los anfitriones de la fiesta son los jóvenes que cumplen 18 años. El viernes por la noche empieza la fiesta con disco móvil, el sábado por la mañana los quintos y toda la gente que los desea acompañar van a cortar dos chopos que plantan por la tarde en la Iglesia mientras las quintas se van a comer a San Jorge. Por la noche, los quintos acuden disfrazados al baile. El domingo se celebra la ceremonia. Por la mañana, se acude a misa y los quintos regalan un ramo de flores a las madres. Al final de la ceremonia religiosa, los quintos bailan alrededor de los chopos. Después de la comida, los quintos disfrazados recorren el pueblo con capazos para recoger donativos. Al mismo tiempo, se ofrece café y pastel en agradecimiento por la colaboración de la gente. Por la noche, se realiza la Puesta de Largo dónde los quintos, elegantemente vestidos, despiden la fiesta.
- Fiestas de verano.
- Se celebran el primer fin de semana de Agosto, sustituyendo a las fiestas mayores que, antiguamente, se celebraban el día de San Sebastián. Duran 4 días en los que se realizan multitud de actos organizados por la comisión de fiestas.
- San Miguel
- Se celebra el día 29 de Septiembre y es el Patrón de la Sociedad Recreativa y Cultural Juventud Fayonense. La víspera los niños del colegio realizan juegos y cucañas en la Plaza Mayor y el día 29 se realiza la tradicional misa y se saca al patrón en procesión por las calles de Fayón.
- Romería del Pilar
- El 12 de octubre los fayonenses van en romería portando la imagen de Nuestra Señora del Pilar hasta la Ermita vestidos con los trajes regionales. Una vez se llega a la ermita, se procede a la ofrenda floral, realizando una réplica del magnífico manto de la Virgen del Pilar de Zaragoza.
Referencias
- ↑ Según aparece en el Decreto Legislativo 2/2006, de 27 de diciembre, del Gobierno de Aragón, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de Delimitación Comarcal de Aragón.
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