- Agustinismo político
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El agustinismo político es el nombre con el que se suele identificar la ideología que está detrás de la teocracia medieval, planteamiento político que tiene detrás la asimismo agustinista concepción providencialista de la Historia. El texto fundamental para entender esta ideología es Civitate Dei (la ciudad de Dios), de Agustín de Hipona.
En Agustín no hay un programa político en sentido estricto, sí un planteamiento moral, pero la identificación entre el orden sobrenatural y el orden natural se convertirá en teocracia con el agustinismo político, que tratara de transformar la ciudad celeste en ciudad terrena verdadera.[1]
Véase también
Referencias
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La interpretación de las argumentaciones agustinianas (especialmente sobre lo que es la ciudad de Dios, los medios para realizarla así como para gobernarla, etc.) principalmente por parte de León I, Gelasio I, Gregorio I, e Isidoro de Sevilla, tendieron a alejarse de la concepción original de Agustín. Su ciudad de Dios, de esta forma, se convertiría en la Iglesia Cristiana occidental, una institución política y administrativa. Una Iglesia gobernada monárquicamente por un rey de poderes plenos y absolutos: el Papa.
Como complemento necesario e indispensable para el agustinismo político se elaboró una doctrina teórica que tuvo una importancia enorme durante la edad media: la doctrina de la plenitudo potestatis (la totalidad del poder). Ella atribuye al obispo de Roma, es decir al Papa, el primado monárquico y jurisdiccional sobre todas las restantes Iglesias, reduciendo todos los poderes a la soberanía papal. Esta doctrina fue construida sobre bases bíblicas, especialmente sobre un pasaje del evangelio de San Mateo: " Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificare mi Iglesia...y te daré las llaves del reino de los cielos, y todo lo que atares en a tierra, será atado en los cielos, y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos". Pedro se convertía así en el único depositario de toda la soberanía, lo cual le permitía gobernar a la Iglesia como si fuera un monarca. A lo antedicho, esta doctrina agregaba el transito desde el poder absoluto de Pedro al poder absoluto del Papa; de allí que cada Papa pueda, en virtud del poder de las llaves, concedido a Pedro por Cristo, ejercer todos los poderes que ejerció Pedro como primer vicario de Cristo, es decir, la plenitud del poder sobre todas las Iglesias, sobre todos los cristianos. Sumándose a estas dos construcciones teóricas hechas por el papado aparece la Donación de Constantino que argumentó una supuesta entrega de la corona imperial por parte del Emperador al Papa y una supuesta devolución de la misma al Emperador por parte del vicario de Cristo, acompañada por un permiso para gobernar en nombre de él; intenta dar una especie de justificación empírica a la Plenitudo Potestatis.
Estas tres construcciones dieron vida a la Teocracia Papal, la cual reinó en forma hegemónica en el mundo occidental hasta el siglo XIII.
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