Jean François Xavier Roffiaen (Ypres, Bélgica, 9 de agosto de 1820 - Ixelles, Bélgica, 20 de enero de 1898) es un artista pintor belga especializado en la representación de paisajes alpinos.

Biografía

En Ypres, los miembros de su familia, por parte de su padre, son de condición más bien modesta: los hombres ejercen el oficio de jornalero, albañil, posadero o guarnicionero y las mujeres son costureras o fabrican puntillas. Jean-François, su padre (1794-1837) se establece como tapicero y su madre Victoire Félicité Bocquet (1789-1870) es hija de un comerciante de Aire-sur-la-Lys (Francia).

Contrae matrimonio, por primera vez en Ixelles el 19 de noviembre de 1847 con Éleonore Bodson (1792-1854) de Dinant y se casa nuevamente en Lovaina el 14 de octubre de 1858 con Marie-Anne Tilly (1829-1893) que le da un hijo llamado Héctor (1859-1895). Ya instalado en la capital belga desde 1847, cambia muchas veces de domicilio : rue aux Herbes Potagères nº 30 en Saint-Josse-ten-Noode hasta 1848, rue Goffart nº 48 en Ixelles (hasta 1854), chaussée de Wavre nº 31 igualmente en Ixelles (hasta 1859), chaussée de Charleroi nº 131 en Saint-Gilles (hasta 1863) y por fin en rue del Financier rebautizada poco después calle Godecharle nº 16 en Ixelles.

François Roffiaen tiene apenas tres años cuando, por razones indeterminadas, se muda a la casa del tío de su padre, Joseph-Louis-Augustin, instalado en una tienda de libros en la calle del Ángel en Namur, ciudad donde pasa, como lo apunta él mismo, « los años más bellos de su existencia » y cuyo ateneo frecuenta así como la Academia de pintura (1835-1839) bajo la dirección de Ferdinand Marinus (1808-1890) ; sus condiscípulos se llaman entonces Louis Bonet (1822-1894), Jean-Baptiste Kindermans (1821-1876) y Joseph Quinaux (1822-1895). Sigue estudios artísticos en la Academia de Bruselas (1839-1842), especialmente con el célebre vedutista François Bossuet (1798-1889) encargado de enseñar la perspectiva y que es considerado una autoridad en materia de paisajes y de vistas de ciudades. Frecuenta luego el taller de Bruselas de Pierre-Louis Kühnen (1812-1877), pintor originario de Aquisgrán especializado en el paisaje romántico, y percibe por esta razón un subsidio de un montante de 600 francos que la ciudad de Ypres le paga anualmente (1842-1845 o 1846) ; al mismo tiempo, enseña dibujo en el colegio municipal de Dinant.

Para agradecer a su ciudad natal el apoyo que le brinda, cede en beneficio del museo local Paisaje con molino hidráulico (1844), Caída del Aar en los altos Alpes (1848) y Vista del Grütli al lago de los Cuatro Cantones (1857), más tarde lega asimismo el gran Valle de Chamonix al museo municipal de Ixelles cuya comisión administrativa integró en el momento de su creación en 1892.

Estos títulos revelan claramente uno de los temas predilectos del artista : la representación de los paisajes alpinos. Profundamente impresionado por obras que Alexandre Calame (1810-1864) envió a salónes en Bélgica, François Roffiaen se dirige en efecto a Ginebra en otoño de 1846 y permanece durante seis meses con este maestro antes de descubrir la montaña por sí mismo. Muchos otros viajes siguen familiarizándolo con los paisajes de Suiza, Austria, Alta Baviera y Alta Saboya (1852, 1855, 1856, 1864, 1868, 1879). Pero al pintor le gusta también representar los parajes pintorescos del país del Mosa y del Ourthe, los lochs de Escocia descubiertos en 1862, o los brezales Limburgueses recorridos a partir de la mitad de la década precedente, lo que hace de él, como de Edmon Tschaggeny (1818-1873), uno de los pioneros de la Pintura de Kampina, una escuela hoy en día desgraciadamente olvidada.

Desde el comienzo de los años 1840, Roffiaen toma la vía que se impone a todo artista plástico preocupado por proporcionar la más amplia publicidad a su obra : la participación en las grandes exposiciones colectivas. Es así como sus cuadros se cuelgan durante más de cincuenta años en lugares privilegiados de los Salones Trienales de Amberes, Bruselas y Gante, y figuran en el marco de muy numerosas manifestaciones artísticas organizadas en provincia (Brujas, Courtrai, Dendermonde, Lieja, Lovaina, Malinas, Mons, Namur, Spa, Ostende, Ypres) o incluso en el extranjero (Argel, Ámsterdam, Barcelona, Bremen, Caracas, Dublín, El Havre, La Haya, Londres, Lyon, Melbourne, Múnich, Niza, París, Reims, Rotterdam).

Los años 1850-1860 son los de mayor éxito : numerosas ventas en Bélgica, Reino Unido y los Estados Unidos, obras adquiridas por un sha de Persia, por la casa real belga y británica ; viaje de estudios a Escocia costeado por la reina Victoria pero que, tras la muerte súbita de Alberto, príncipe consorte, se anula desafortunadamente (diciembre de 1861) ; nombramiento de caballero de la Orden de Leopoldo (1869).

Su pintura, construida según formulas infinitamente repetidas y cada año un poco más gastadas, acaba sin embargo por cansar a la crítica de arte : « Cuántas veces las críticas de la prensa han hecho al señor Roffiaen comentarios acerca de su pintura. M. Roffiaen los ha dejado hablar, ha continuado acumulando paisajes de Bélgica, Escocia, Suiza, Alemania, Italia, no sé, pintando sin pausa, según la misma fórmula, acomodando el mismo cielo, los mismos árboles, los mismos peñascos, sin importarle las latitudes, según el gusto de un público especial que compra todo eso y lo paga generosamente. Dejad a M. Roffiaen tranquilo, señores de la prensa, él hace su modesta naturaleza cómo se la piden y sabe bien porqué » (G. H., L’Organe de Namur et de la Province, 1874).

Repetidas veces sin embargo, un crítico como Gustave Lagye (1843-1908) quiere subrayar las cualidades de un arte cuya extrema delicadeza en los acabados se disputa con la producción casi fotográfica del detalle. « Opuesto al señor Roffiaen por su manera de pintar, seca y menuda, me veo obligado a admirarlo por su prodigiosa habilidad y sobre todo por el exquisito arte con los cuales hace caber en los marcos más estrechos, panoramas grandiosos en los cuales cincela hasta el mínimo accidente con el escrúpulo de un miniaturista. Les está permitido a los amantes de la gran pintura preferir generalmente las grandes obras plasmadas en un día de febril inspiración, pero el turista preferirá siempre las finas y completas fotografias picturales, donde M. Roffiaen les permite encontrar todas las partes de los sitios que él ha admirado y detallado en los lugares mismos desde una óptica a la vez entusiasta y curiosa. Sus Orillas del Mosa, en Wauslort; su Pantano de Genk, cuando se acerca el crepúsculo; su Vista en el Oberland Bernois, están tratadas a la manera de los góticos, con el agregado de la perspectiva y la elegancia. M. Roffiaen es una figura aparte en el movimiento artístico belga y es necesario devolverle lo que en justicia le corresponde » (La Fedération artistique, Amberes). La ejecución de ciertos animales o pequeños personajes que pueblan sus obras se dejó a otros, más expertos que él en esas cuestiones, como de costumbre en el medio artístico profesional : Johannes Hubertus Leonardus de Haas (1832-1908), Adolf Dillens, (1821-1877), Théodore Gérard (1829-1902), Louis Robbe (1806-1887), Paul Van der Vin (1823-1877), François Van Leemputten (1850-1914), Eugène Verboeckhoven (1799-1881) o incluso los hermanos Edward (1819-1897) y Constant (1823-1867) Woutermaertens.

Iniciado en 1854 en el seno de la logia más importante del reino, Los verdaderos Amigos de la Unión y del Progreso reunidos, François Roffiaen eleva la carrera masónica hasta el grado 33 y el último del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, figura en el Cuadro de los Grandes Inspectores generales del Supremo Consejo de Bélgica del cual fue Gran Maestro de Ceremonias durante veintiocho años. En 1883, su compromiso le empuja a ofrecer uno de sus cuadros como homenaje a su Hermano el general Antonio Guzmán-Blanco (1829-1899), presidente de la República de Venezuela.

Se formó también en el campo de las ciencias naturales en las cuales Joseph Colbeau (1823-1881) lo inició en su juventud. Siendo niños, los dos compañeros se complacían en multiplicar sus observaciones de campo en la pequeña propiedad que los padres de Colbeau poseen a las puertas de Namur. Cuando alcanzan la edad adulta, hacen juntos un viaje a Suiza (1852) de dónde traen principalmente una colección de insectos, de mariposas y moluscos. En enero de 1863 su pasión común por este último tipo de seres vivos los lleva a fundar en la compañía de cinco personas más – Firmin De Malzine, Egide Fologne, Henri Lambotte, Alexandre Seghers y Joseph Weyers – una Sociedad Malacológica de Bélgica en los Anales de la cual Roffiaen presenta numerosos aportes : « Notas conchológicas » (traducción francesa de un artículo en italiano del Dr Senoner » (t. 1) ; « Molluscos terrestres y fluviales recogidos en Suiza » y «  Ensayos para obtener las Helix scalariformes » (t. 3) ; « Conchas recogidas en Hastière y en Chimay » (t. 6) ; « Molluscos observados en el valle del Ourthe » (t. 8) ; « Molluscos recogidos en el Gran Ducado de Luxemburgo » (t. 9) ; « Molluscos recogidos en Gante » ; « Molluscos recogidos en Waulsort » (t. 10) ; « Molluscos recogidos en los alrededores de Gante » (t. 11) ; « Notas sobre los moluscos recogidos en Waulsort » (t. 12) ; « Jules Colbeau y la Sociedad Real malacológica de Bélgica » (t. 16) ; « Informe en la Asamblea General del 1º de julio de 1882 » (t. 17). Propietario de una extraordinaria colección personal de moluscos, vela también por el incremento y la buena presentación de la Sociedad Malacológica, concibe una serie de instrumentos destinados a extraer los animales de su concha y construye un cochlearium, especie de vivarium de destinado a la observación y a la cría de moluscos. Señal del lugar que ocupa en el mundillo científico de su época, es que dos de sus animales – uno vivo y uno fósil – reciben incluso su nombre: respectivamente Planorbis Roffiaeni et Cyprina Roffiaeni.

Algunos meses después de su muerte, las autoridades comunales imponen asimismo el nombre de François Roffiaen a una calle de Ixelles. En 1907, se le dedica una semblanza en la Biografía nacional editada por la Real Academia de Bélgica. Madeleine Ley (1901-1981) finalmente, su sobrina biznieta (Premio Rossel 1940), evoca brevemente su imagen en su novela Olivia (Gallimard, 1936; reedición Labor, 1986). Pero el personaje ya ha caído en el olvido. En la primera mitad el siglo veinte en efecto, su nombre no se cita más que al pasar, su caso se describe con algunas frases apresuradas y a menudo satíricas como si evocarlo constituyera el mejor revulsivo de un arte más viviente, más personal, más sincero, más creíble, en una palabra más moderno que el suyo, como si la cosa se oyera una vez por todas y el juicio prescrito sin recurso de apelación. Desde los años 1960-1970, sin embargo, favorecido por un interés renovado por el arte de los « pequeños maestros » del siglo diecinueve, de los cuales queda solamente « algo como una silla plegable en lugar del sillón oficial que muchos de ellos ocuparon en la época del academismo triunfal y hacia el cual algunos intentan volver ya que la dirección del gusto obedece a un vaivén perpetuo » (Gérard Schurr, 1979), la obra de Roffiaen está siendo rehabilitada. Se le dedicó especialmente una primera exposición en el Museo municipal de Ypres del 5 de deciembre de 1998 al 4 de abril de 1999.

Bibliografía

• (fr) 1907 : Joseph Nève, « Roffiaen (François Xavier)  », Biografía Nacional (Bruselas), t. 19, col. 685-687.

• (fr) 1989 : Luc Hiernaux, « François-Xavier Roffiaen, miembro fundador y ex presidente de la Sociedad Malacológica de Bélgica (1820-1898)  », Anales de la Sociedad real de zoología de Bélgica (Bruselas), t. 119, p. 223-226.

• (nl) 1990 : Luc Hiernaux, « Entre ciudad y pintor : François Roffiaen (1820-1898) e Ypres, su lugar de nacimiento  », Iepers Kwartier (Ypres), t. 26, p. 66-74.

• (fr) 1990 : Luc Hiernaux, « El Mosa y el país del Mosa en la vida y la obra de François-Xavier Roffiaen », Anales de la Sociedad arqueológica de Namur (Namur), t. 66, p. 299-328.

• (fr) 1994-95 : Luc Hiernaux, « Nota a propósito del viaje de François Roffiaen en las Highlands de Escocia en 1862 », Boletín de los Museos Reales de Bellas Artes de Bélgica (Bruselas), p. 167-182.

• (nl) 1996 : Luc Hiernaux, « Roffiaen, Jean François Xavier, artista pintor », Diccionario biográfico nacional (Bruselas), t. 15, col. 618-624.

• (nl) 1998 : Jan Dewilde, François Roffiaen (1820-1898), bocetos de una carrera de pintor de paisajes, Ypres, Museo municipal, 71 p.

Enlaces externos

• Banco de datos de imágenes del IRPA (Instituto Real del Patrimonio Artístico- Bruselas

• Catálogo de los Museos Reales de Bellas Artes de Bélgica- Bruselas

• Vlaamse Kunst Collectie - Kunsthistorische Musea Antwerpen, Brugge, Gent